Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
lunes, 29 de junio de 2009
Mikel Astarloza
Quedan dos días para que termine junio y ya he batido todos mis récords. Es una competición entre yo y yo, como decía aquella protagonista de una serie cómica de los Estados Unidos. 35 entradas en Julio, con ésta treinta y seis, y eso que he estado sin internet en casa. En fin, que ya tengo que mirar atrás y todo para cerciorarme de que no repito nombres. ¿Y que quería contar? A sí, que se acerca el Tour, ¡se acerca el Tour!, nervios, mariposas en el estómago, ¡y todavía no tengo televisión en casa! Mikel Astarloza quedó ayer tercero en el campeonato de España en ruta, dice que está en su mejor momento de forma. Ojalá sea protagonista algún día de los más de veinte que le quedan por pedalear alrededor de Francia. Ya está en los periódicos digitales la foto oficial del equipo antes de salir para el país vecino, con los titulares al pie diciendo: el Euskaltel parte hacia el Tour. Caprichosa es la nostalgia. Es ver la foto y venir los recuerdos de mi única pero imborrable experiencia en los Pirineos. De golpe, he recordado como cerramos el viaje en aquella agencia que desapareció poco después. De golpe, he recordado el barullo en Sagrado Corazón antes de montar en el autobús, y paramos a la salida de la autopista, por Galdakao, creo, no sé muy bien por qué. Pero estábamos abajo, fumando un cigarro, cuando apareció por la autopista un coche oficial del equipo y empezó a pitarnos cuando vio a algunos de nosotros con las camisetas naranjas. La marea naranja. El año de Mayo y Zubeldia hubo problemas, lo recuerdo. En general, todo lo que yo vi fue excepcional, un ambiente inmejorable, buen rollo, gente sana y pasión por el ciclismo, además de orgullo por unos colores que para muchos significaban más que para otros, pero para todos era reflejo del amor por este deporte y por los esfuerzos de los ciclistas. Como en todas las multitudes, siempre aparece lo malo cuando miras las partes, pero, en general, siempre guardo un recuerdo muy positivo. Y eso, ¡que ya van para allá! Ojalá Rubén Pérez vuelva a hacer de Coppolillo y se pase todo el día escapado, y Txurruka ponga en fila al pelotón mientras la carrera se empina, Alan Pérez tenga la oportunidad que ya perdió ante Matteo Priamo, Koldo se meta con emoción y osadía en los sprints, Oroz tenga que trabajar para alguien, Verdugo lo intente de nuevo, Egoi se vengue de Gerrans y Antón y Astarloza vuelvan a hacer la misma pareja que en su día hiceron el de Igorre y el de Usurbil. Ojalá, y si no, pues que disfrutemos del ciclismo igualmente, aunque sea con otros colores. ¡Ya van para allá!
Por comentar. El domingo 11 de julio pasan por el Tourmalet, yo lo conozco, y es una de las cosas más bonitas que puedes ver en tu vida...
ResponderEliminarPor comentar, ¿será el domingo 12 de Julio, no? ¿Me estás proponiendo algo? Es justo el fin de semana del festival.
ResponderEliminaracabas de perder la oportunidad de tu vida. Ver a Amstrong por las rampas del Tourmalet. Firmar en el libro de visitas que hay en el único bar que existe en la cima de esa mítica montaña. Sacarte una foto en la imagen del ciclista plateado que corona los más de 2000 metros de la cumbre que ha hecho grande al Tour de Francia. Animar a Igor Antón en su veloz descenso hacia Tarbes. Y, por supuesto, tomarte una cerveza en Barèges, donde muere el descenso del Tourmalet y donde murió Miguel Ricardo de Álava y Esquivel mientras descansaba en las termas que han hecho famoso al citado enclave. Un pena.
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