Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
lunes, 9 de noviembre de 2009
Rafael Iglesias
Hoy me voy a dejar de letritas y las voy a usar todas, todas las que llevan sus nombres: Jon Maiztegi, Josema Enjamio, Mitxel Uria y Álvaro Chaparro. Enormes los cuatro, bajo el aguacero y el viento que les acompañó a intervalos desde Behobia hasta Donostia, dieron ejemplo del espíritu que se supone fomenta la carrera popular por excelencia dentro del calendario atlético de Euskadi. Si queréis datos, una crónica más detallada, vídeos y comentarios, nuevamente: pormaratones. De tanto hablar de ellos, y de otros que en esta ocasión no se animaron, al final vamos a tener que hacer un equipo patrocinado por este blog y el que acabo de enlazar. Yo haré de mascota.
El ganador fue Rafael Iglesias, un salmantino de 30 años que con humildad dijo al final mostrarse muy satisfecho de haber ganado al gran favorito, el mediático y gran corredor, Chema Martínez. Tercero fue Marc Roig, un catalán que debutaba y estaba contentísimo al finalizar en meta. Igual que la ganadora en féminas, María José Pueyo, que ya ganó a principios de este siglo. Entre los más mediáticos que Chema Martínez, el mejor fue Martín Fiz, que ya retirado, sigue luciendo una zancada espectacular. Sin embargo, habría que destacarlos a todos, a Joseba Beloki, Abraham Olano, Alberto Górriz, Abel Antón... Todos participaron de lo que se supone que es ésta fecha, una celebración de la competición más sana. El carácter popular no se vio diezmado por el mal tiempo, y los reportajes televisivos dejaron buena muestra del número de aficionados a la droga de las zancadas, que, además, derrocharon buen humor para afrontar el mal tiempo.
Los nuestros, lo dicho, contentos y orgullosos del esfuerzo. Unos corren más que otros, pero todos corren, en definitiva, por la ambición de sentirse bien con uno mismo y disfrutar del esfuerzo que, no lo tengáis en duda, ayuda a conocerse mejor y a aprender pequeñas lecciones que tumbado en el sofá de casa pasan desapercibidas.
El año que viene, para terminar con un poquito de cancha para mi ego, quizás estrene yo mis zapatillas, quién sabe. El entrenamiento empezó ya hace dos semanas y lo bueno de lo que queda es que, mientras tanto, el esfuerzo no es en balde y los beneficios se disfrutan cada día. Enhorabuena a todos los participantes, especialmente a los nuestros, y ánimo para todos aquellos que quieran correr, siempre, mirando hacia adelante.
Lo dije en Pormaratones y lo digo aquí. Todo el mundo al que le guste correr, por poco que sea, debe plantearse correr la Behobia. No quiero maratones (aunque la entrada en meta después de correr una maratón no se puede comparar a nada) sino Behobias. Ayer fue un infierno para todos, corredores y aficionados. Lo grande, lo que hace a Behobia lo que es, es precisamente que ninguno de los dos fallaron. Sí, hubo bajas en ambos lados, pero el ambiente se repitió. Si cabe, con más mérito. Dejar Pasaia y comenzar a subir Miracruz es como coger una ola de mar que te arrastra hasta la orilla. Charangas, equipos de sonido, los ánimos de la gente, sus aplausos, oir tu nombre impreso en el dorsal salir de la voz de un niño... todo eso durante cuatro kilómetros, los últimos y mejores. El subidón viene cuando encaras la recta hasta el Boulevard, cuando pasas por el Kuursal, cuando cruzas el puente del Urumea... Ayer, buscando el calor de unos y otros, el público se echó, más si cabe, encima de los corredores. Apenas un pasillo muy estrecho, como el que acompañaba a Amstrong y ahora acompaña Contador en sus victorias en el Tour. Los corredores apretamos los dientes mientras la voz del público retumba en nuestros oídos. Símplemente, es la Behobia.
ResponderEliminarTe pones poético y todo. Por cierto, luego te cuento, pero en clave: creo que vuelvo al tajo, magis, inglés, susti, listas, aún no está cerrado. Te cuento luego
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