Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
viernes, 1 de enero de 2010
Jon Salvador
La primera del año 2010, para lo último del 2009 y con el nombre del segundo clasificado en la San Silvestre de Rekalde en la que, finalmente, sí, finalmente, no me dejé manipular por las excusas. A eso de las tres de la tarde nos fuimos para allá. Nos tocó esperar para inscribirnos pero gracias a ello nos dio tiempo a ver al segundo clasificado en chandal, fino, caminando tranquilo hacia el vestuario.
Vayamos por partes. Lo general: las clasificaciones aún no se han publicado, pero se sabe que hubo más de 900 participantes y que los tres primeros fueron Josu Amutio, certero como siempre, Jon Salvador y Ander Martín. En féminas, la ganadora fue María Rosa Romero.
En lo particular, del (me voy a permitir denominarlo así) grupillo pormaratones (y ya de paso lo hago enlace y pincháis si queréis leer otra crónica) nos presentamos siete, G, J, M, P, y los dos ACH, además de otro amigo del que, con perdón, no recuerdo el nombre. G fue el mejor en torno a los 26 minutos para completar los casi siete kilómetros. J anduvo por los treinta; M y P en los 32 y un minuto menos el séptimo que creo que se llamaba F pero no me acuerdo muy bien. Los dos últimos fuimos los ACH, yo porque estaba en mi tiempo, el otro ACH porque no quería forzar el gemelo y porque le dio por hacerme de liebre y de paso darme un cursillo acelerado de atletismo, los dos en torno a los 34 minutos y pico casi 35. Dice mi liebre que las cuestas no eran para tanto pero a mí se me hicieron empinadas. Sobre todo la última, en la que estuve muy cerca de darme por vencido. Aguanté. Aguanté el granizo, aguanté las rampas, aguanté mi caja estropeada por el tabaco, aguanté mi sobrepeso, aguanté el ritmo más alto de lo normal para mí y llegué esprintando a meta, un esprint que a mi liebre le costó un patinazo de varios metros en los que consiguió mantener el equilibrio.
Fue, en resumen, una grata experiencia. A más de cinco minutos el kilómetro, mi liebre me iba diciendo como hacíamos los kilómetros, cómo tenía que respirar, por donde tenía que trazar las curvas, cómo debía encarar las cuestas. Fue una lección inspirada en la que aprendí bastantes cosas, pero sobre todo a sufrir, que vuelto hipérbole y traducido a la vida andada, siempre es una lección muy provechosa. Estrené la camiseta que he heredado de Chedli con mucho respeto y me sentí muy sudado pero completo al final. Sé que los tiempos son pobres y muy mejorables pero lo que nunca se podrá mejorar es lo que he aprendido en 35 minutos dando vueltas por el barrio de Rekalde. Además, todo lo que vino antes y después también estuvo muy bien. Ojalá que poco a poco todas esas iniciales de ahí arriba vayamos haciendo pelotón y disfrutemos de vez en cuando juntos de lo que generalmente hacemos solos o en mi caso, acompañado por los clásicos que me pongo en el ipod para correr: desde Los Planetas hasta Los Campesinos pasando por Spoon, The Drones y M Ward, no son malos compañeros tampoco.
Por lo demás, mucha gente disfrazada (chachi el disfraz de hawaiana, Josune), un duelo que se llevó el de siempre, y buen prolegómeno para la cena del último año. Es tiempo de promesas, pero todo el mundo sabe que luego nunca dejas de fumar, así que mejor cerrar el año dejándote de promesas y pasando a la acción. ¿Feliz resaca para todos!
Aupa HC. Si llego a saber que ibas a tener una clase de atletismo me quedo con vosotros, que seguro que lo habría aprovechado más. Sufrí mucho durante la carrera pero me gustó,y tienes razón, hay que hacer pelotón. Por cierto, el colega de G se llama R (como cierto cantante...)
ResponderEliminarUrte berri on y aupa baraka!!! Este año sí!!!
Yo no sé dar clases de nada. Es la experiencia la que da clases. Y eso, sí, quizás sí que vaya teniéndola. La San Silvestre es mi carrera número 18.
ResponderEliminarYo también he aprendido muchas cosas. Entre ellas que no sólo se disfruta bajando tu marca o yendo a un alto ritmo. Se disfruta mucho haciendo que otros cumplan con sus objetivos, ganen a sus miedos y entren en meta con satisfacción. Cansados pero satisfechos. Eso es muy bonito.
Por cierto esto último me recuerda a Magic Jhonson y a las asistencias del baloncesto. El simil puede ser válido si lo trasladamos al mundo del atletismo popular.
Nos vemos en la siguiente. Bueno no, el domingo en Lasesarre viendo al Barakaldo.
Un abrazo.
Pues a mí al final me ha pasado factura. Tanto la carrera como la comilona de la noche. Ahora estoy con fiebre, sin comer en todo el día y con un dolor de estómago y de cabeza temeroso. Aún así, mereció la pena. Thanks por los comentarios.
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