martes, 31 de agosto de 2010

Javier Gómez


Hace un par de días me encontré de fiesta con un antiguo periodista de una cadena local de mi ciudad. El tío se hizo con un nombre a base de inventarse conspiraciones, soltar peroratas demagógicas, insultar con verbo fácil y hacer un periodismo oportunista, barriobajero y subjetivo que ahora está muy de moda. No lo inventó él, por supuesto, ni tan siquiera lo mejoró. A veces, incluso presentaba la sección de deportes del informativo local y se lucía con su pose tiesa y ese humor tan personal que le llevaba a anunciar la presencia de Iñigo Larrainzar en el once inicial del Athletic Club para el partido dominical con comentarios jocosos sobre la suerte que iba a tener el extremo al que le tocara atacar por esa banda y lo bien que se lo iba a pasar. Periodismo del bueno, del rico, rico, del que hablaba Kapuscinski, de ese que se sirve de la información-espectáculo.
Pero de este tío mejor no digo el nombre.
Bastante tenemos ahora con otros que, encima, tienen más cobertura e incluso reciben muchas loas. Tampoco voy a repetir nombres. Ni voy a volver otra vez con aquello de que no me gustan las secciones deportivas de los servicios informativos de ninguna televisión o de cualquier televisión. De hecho, no querría ni haber escrito esta entrada. Había dejado de verlos. Una vez a la semana, si me acuerdo, cae el de la EITB, pero no he vuelto a ver Cuatro, ni había visto el de La Sexta hasta hoy que no me apetecía levantarme a por el mando a distancia que había dejado sobre la mesa de la cocina.
Y el amigo Javier Gómez me ha chafado el plan. Se ha aclimatado pronto al tono de los videos que presenta (a la larga, qué mal nos hizo el Canal Plus con sus reportajes deportivos) y le ha entrado la inspiración humorística. Hoy ha soltado una perla con la que quería anunciar el interés del Milán por Robinho. Según lo han dicho ellos, que, al fin y al cabo, ni han dado la noticia porque no tenía ni pies ni cabeza, Robinho vendría a ser ya nuevo jugador del Milán y Javier Gómez alertaba de los problemas de intendencia que iban a tener los milaneses cuando salieran de viaje. Su frase ha venido a ser algo así como: "con Robinho y Ronaldinho el Milán va a tener que pedir minibares con candado en los hoteles." Todo un lujo. Su compañera ha soltado una sonrisilla nerviosa. El presentador de la sexta tiene pocos más de treinta años y un currículum que ya luce porque, según la web de la cadena para la que trabaja, desde que se licenció por la Complu, ha trabajado para El Mundo y Canal + Francia amén de otras agencias, periódicos, radios y televisiones. No lo discuto. Ni tan siquiera me importa. Bostezo. Pero, oye, a mí el chiste... No me ha hecho gracia. ¿Seré soso? Probablemente, mucho más que Manolo Lama, qué putada la mía.

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