martes, 1 de febrero de 2011

Roman Abramovich


Por supuesto que no voy a hablar de Sibneft ni de Gazprom, ni de su yate ni tan siquiera de su fallido intento de comprarse el castillo de Bran con Drácula dentro y todo. Tenía la opción de elegir el nombre de Fernando Torres, pero, por alguna oscura razón, prefiero guardármelo para más adelante, para cuando, quizás algún día, me apetezca hablar de él sin tener que hablar de cuánto cuesta o de cuánto deja de costar.

Hoy solo quería hacer un repaso (en la medida de lo posible) objetivo y aséptico de las reacciones periodísticas inglesas tras el frenético cierre de mercado invernal en la liga inglesa. Para ello he elegido cuatro periódicos, The Guardian, The Telegraph, The Sun y The Daily Mirror en sus versiones digitales (para leer The Times hay que pagar y yo sí que no estoy para estipendios, bonita palabra). Vamos allá. Empezaré por el último, The Daily Mirror.

En The Daily Mirror, Martin Lipton escribía un artículo que en portada anunciaba la noticia con una economía de palabras bastante ilustrativa: "Football Crazy", vamos, que el fútbol se ha vuelto loco, algo en lo que parecen coincidir los cuatro periódicos y Rio Ferdinand, como veremos luego. En el artículo, Lipton se limita a recapitular y resumir los sucesos del cierre, aunque cierra su artículo con un comentario que parece levemente elogioso, ya que el periodista describe el fichaje de Torres como un despertar orgulloso de Abramovich ante la repentina y poderosa aparición del dinero de Oriente Medio en Manchester. Lipton lo resume en una frase que desliza, aunque no lo parezca, un cierto hálito de admiración: "El Chelsea ha vuelto a cambiar el juego una vez más."

En The Sun, el artículo lo firma Emily Nash y, en breves palabras y con muchas fotos, Nash no deja de sorprenderse ante el gasto de dinero aunque hace más referencia a los 35 millones pagados por el Liverpool para fichar a Carroll que a los 58 que ha pagado el Chelsea por Fernando Torres. El artículo está repleto de referencias al tweeter de Rio Ferdinand donde el jugador del Manchester United resumió su estupefacción repitiendo el titular del Daily Mirror y comparando la cantidad que el Liverpool ha pagado por Carroll con la que pagó el FC Barcelona por Villa para así resaltar su idea de que el fichaje estrella del Liverpool es una apuesta exageradamente atrevida. Por cierto, en casi todos los periódicos se hacen eco de la respuesta de los aficionados del Newcastle ante la marcha del joven delantero y, en especial, en uno de ellos se hacía referencia a ciertos mensajes de móvil donde Carroll confesaba que le habían echado del Newcastle porque por él no se habría ido. Los dirigentes del Newcastle ya han salido al paso de estos rumores.

El artículo de Jason Burt en The Telegraph era un poco más sesudo. Burt abría con un titular que resumía el fichaje de Torres como una declaración de poder y autoridad de Abramovich. Burt señala que Abramovich ha fichado a Torres porque puede permitírselo y se lo permite, sin más, y porque se ha aburrido de un breve periodo de ahorro y moderación (sobre todo por la falta de títulos) para volver a su carácter derrochador e idealista. Burt hace su propio análisis y concluye que Abramovich accede a intentar imitar al Manchester United de los años 90 formando un grupo de jóvenes con talento dispuestos a marcar época, pero que no puede reprimirse y ya ha encontrado a su nuevo Shevchenko (esto es mío). Lo de parecerse al Manchester United de los 90, en mi opinión, es una observación un poco gratuita. El Manchester de Ferguson contaba, en aquellos años, con un puñado de jóvenes con mucho más peso si lo comparamos con la situación actual del Chelsea. En un repaso rápido se ve a la primera. Ahora mismo, el Chelsea es una plantilla de edad media-alta y los únicos jóvenes con cierto (en algunos esto es muy relativo) peso en el equipo son Ramires, con 24 años, John Obi Mikel, 24 también, el holandés Jeffrey Bruma con 20 y los mismos para el italiano Fabio Borini). Burt escogía un nombre aún más reciente, el del inglés de origen escocés Josh McEachran, de 18 años, un buen descubrimiento de esta temporada. Para compararlo, me voy al Manchester United del año del triplete, el más grande de su historia, en la temporada 1998-1999. Ahí, por debajo de los 25 años, estaban Solskjaer con 25, Blomqvist y Scholes con 24, Nicky Butt, Gary Neville y David Beckham con 23, Phil Neville con 21 o Wes Brown con 19.

Por último, David Conn firmaba el artículo de The Guardian. Conn es quizás, sin querer faltar a los demás, la voz más apropiada para hablar del tema, ya que Conn, aficionado del Manchester City y habitual periodista deportivo de The Guardian, ha publicado dos libros analizando los aspectos económicos de este deporte (The Football Business: Fair Game in the '90s? en 1998 y The Beautiful Game?: Searching the Soul of Football en 2005).

Conn abre su artículo con expresiones como “frenzied extravagance” (extravagancia frenética) o “football went mad” (el fútbol se volvió loco), para después hacer especial referencia a la preocupación de Michel Platini, la UEFA. Conn habla del fichaje en relación con la situación económica de un país, según dice él, donde se está hablando de cerrar bibliotecas porque no se pueden mantener, y da un dato aún más escalofriante cuando habla de los 27 millones de libras que se ha dejado el Manchester City de Sheikh Mansour para fichar a Dzeko en la misma semana en la que el ayuntamiento de Manchester había anunciado 2.000 despidos en sus servicios públicos como recorte económico. Pero si el gasto (y las pérdidas, por cierto) de Mansour y su City llaman la atención, Conn no puede dejar de compararlos con los más de 700 millones de libras que se ha gastado Abramovich desde que en 2003 se compró el club.
En fin. A pesar de todo lo que podamos decir, a pesar de que dilapidemos nuestro idealismo con sarcásticos ataques de inercia y resignación, no se pueden reducir las cifras. En una noche, un puñado de hombres que se visten en pantalón corto para trabajar (Bent, Suárez, Carroll, Torres o Dzeko) llevaron a un conjunto de empresas privadas con capital fluctuante a gastarse la nada descifrable cifra de 200 millones de libras, unos 233 millones de euros.

Un solo dato más. Fernando Torres nació en Fuenlabrada. El Chelsea ha pagado unos 58 millones de euros por él. El Baloncesto Fuenlabrada, equipo de su pueblo y que compite en ACB, tiene 3'5 millones de euros de presupuesto. El Ayuntamiento donde nació dispone de 48 millones de euros para el área de Economía y Hacienda o 49 para el Área Social durante el año 2010. Sin más, ya sabes, son solo números.

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