Nació en Íscar, Valladolid, en 1971. Desde 1995 fue profesional de la bicicleta y en 2001 ganó la Bicicleta Vasca o Euskal Bizikleta. Antes de conseguir esa victoria, el hombre que corría tumbado sobre la bici, ya había ganado la Vuelta a Valencia, la Vuelta a Murcia, la Clásica de Alcobendas, la Semana Catalana, la Vuelta a la Rioja o la Vuelta a Aragón. Ese mismo año ganaría también la Vuelta a Asturias y repitiría en Aragón. Al año siguiente conseguiría su triunfo más destacable, al ganar una etapa del Giro de Italia. Antes de retirarse, añadiría otras dos vueltas de una semana a su palmarés, las de Andalucía y Burgos. Pero más que por esas victorias, fue porque era de Valladolid.
La historia es sencilla. Un buen día frío pero tímidamente soleado, nos animamos a coger el coche para ir hasta Elgoibar, saludar a la familia y subir a paso lento pero animados hasta el santuario de Nuestra Señora de Arrate para ver la etapa más importante de la Euskal Bizikleta. Era la primera vez que subía a Arrate, la primera vez que veía como espectador en directo una etapa de la antigua Bicicleta Eibarresa. Juan Carlos Domínguez, de Íscar, Valladolid, era el líder. Mi tío, cicerone de la visita, había tenido que emigrar de nuevo desde su tierra, la misma que la del líder, y con quien, además de compartir patria, compartía afición por el deporte, porque después de llegar a entrenar con Luis Aragonés y de ser un héroe de la pelota curtida en su pueblo, mi tío, con su perfil desábrido y sus piernas de escalador, se había dedicado al cicloturismo. Recuerdo subir Arrate con una ilusión tremenda, atrapado por el bosque profundo, asombrado por la cantidad de gente que adelantábamos o nos adelantaban, disfrutando, con antelación, de cada curva, parando para charlar como verdaderos aficionados cuando se veía ya el descenso de los últimos kilómetros. Recuerdo el santuario silencioso y ajeno. Recuerdo el ambiente de fiesta y celebración. Recuerdo las dudas para buscar un buen sitio, pero sobre todo, recuerdo ver llegar a un italiano enclenque y alto que respondía al nombre de Ivan Basso y que se daba a descubrir aquel día. Después recuerdo a mi tío excitado en la entrega de premios, y como corrió hacia el pódium, le ofreció la mano al de Íscar, le dijo que él también era de la tierra, y volvió contento como un niño diciendo que esa mano ya no se la lavaba. Se la lavó, claro, aquel mismo día. Ésa fue la primera y la última vez que visité Arrate. Se echa mucho de menos a la Euskal Bizikleta, llena de recuerdos por la luchada victoria de Koldo Gil, la demostración de Roberto Heras, el asombroso nacimiento de José Antonio Pecharromán, la promesa de Eros Capecchi, la caída de Iñigo Chaurreau, el estreno de Haimar Zubeldia y la mano del de Íscar. Ya no existe, pero queda un poquito desde que la Vuelta al País Vasco decidió tomar Arrate como sede inevitable de una de sus etapas desde que en 2008 la Euskal echó la persiana por problemas económicos.
Hoy Kloden, Horner, Joaquim, Samuel y compañía se repartirán la Vuelta ahí. Puede que no quede decidido y aún tengan que luchar con fuerza y contra el reloj en Zalla, pero hoy es la última oportunidad para los escaladores, después de que Azpiroz no reventara al grupo a pesar del calor y del Garmin y después de que solo Hesjedal lo intentara una vez pasado Altube y nadie pudiera con el recital galopador de Alexander Vinokourov, sencillamente espectacular.
Yo tendré que verlo por la tele esta vez, y si puedo, porque las obligaciones laborales mandan, aunque espero que lo consiga arreglar. Gane quien gane, seguro que hay algún aficionado dispuesto a darle la mano en lo más alto de Eibar. Después, ya veremos si le lava o no.
Bueno, a ver si hoy con "un poco de suerte" Michael Rogers recupera los 22 minutos y 33 segundos que le separan del líder y me hago con el regalo prometido por Holden.
ResponderEliminarMadre mía, qué despropósito de elección...
Me acuerdo bien de aquel día :-(
ResponderEliminarToma ya!
ResponderEliminarJoder qué velocidad, macho! Casi vas tú más rápido que ellos. Perro viejo Samuel, se sabe la llegada de memoria porque es peligrosa de cojones, como ha sabido entrar el primero. La victoria final está mu jodida. Me piro pa Baraka por Altube, donde ellos estuvieron ayer.
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