Había dejado el televisor encendido, alerta, mientras seguía trabajando en la habitación. Oía que Fermín Aramendi anunciaba la llegada de la tachuela a pocos kilómetros, y como un resorte, me levanté y me tumbé en el sofá.
Atacaba Le Mevel. Enfocaban a Cavendish.
Leía que quedaban ocho kilómetros y me clavaba los nudillos en los ojos porque arrastro mucho sueño.
He aguantado hasta que Vicioso alzaba los brazos.
Después, me levanté, dejé el televisor encendido, y mientras iba a la habitación, oía como Xabier Usabiaga esperaba que la caída de Weylandt se quedara en nada.
Confesión: he pensado, joder, ya me he quedado sin un corredor para la porra. Recordé su victoria del año pasado y aposté por él, tenía todo por delante para que la gente apostara por él.
Desde la habitación, seguía leyendo, leía como alguien decía que May Swenson intentaba aceptar y comprender la muerte a través de su poesía. Los presentadores del magazine que sigue al Giro en la etebé anunciaban los contenidos del programa, y uno de ellos comentaba algo sobre el Giro y volvían a esperar que la caída de Weylandt no fuera nada.
Confesión. Ya no me acordé de la porra.
Abrí internet: ha perdido mucha sangre, ha sido trasladado a un centro hospitalario. Cierro la página y sigo trabajando.
Sigo leyendo. Una hora, quizás dos.
Hace un minuto, decido fumar un cigarro y tomarme un descanso. Abro internet: Weylandt ha muerto. Me quedo de piedra, no puedo decirlo de otra manera, de una piedra muy fría y muy afilada que corta y hiela.
Apenas me atrevo a ver el vídeo. En lugar de eso, leo las declaraciones de Jorge Azanza, "le vi en el suelo, y no quise ni mirar", que se cayó un poco antes. Leo el twitter de Cavendish y no le hago caso, leo a Brian Nygaard, leo que iba a ser padre, leo otra vez el poema en el que May Swenson se pregunta qué forma tiene la muerte.
Y ahora, escribo, aunque solo sea por dejar de leer.
Goian bego.
ResponderEliminarEste giro tenía una pinta del copón pero ahora ya todo lo que pase dará igual, yo también me quedé helado, pero cuando vi las imágenes ya me temía lo peor.
Yo también tengo la misma impresión. Incluso sin entrar a valorar las críticas, no tanto las de Lastras si no el artículo de Pascale Schyns en biciciclismo.com, la verdad es que da la sensación de que esta edición del Giro quedará ya tocada.
ResponderEliminarPor cierto, otro belga, más joven aún, Matthias van Mechelen se encuentra en coma inducido tras una desafortunada caída en la Kapellen-Glabbeek. Creían que solo se había roto la clavícula, pero al llegar al hospital descubrieron que tenía una rotura en el cráneo, así que decidieron inducirlo al coma.
ResponderEliminarJo, pues de este no tenía ni idea. Por lo que he leído en Bélgica deben estar muy tocados, esperemos que a este no le pase nada.
ResponderEliminarSaludos.
En Gante, su ciudad, debía ser muy conocido. Tyler Farrar está echo polvo. Por cierto, cuando estuve en Gante, unos días antes del Tour de Flandes, me encontré a varios corredores desayunando en una terraza, vestidos con el traje del Quick Step y las bicicletas al lado, había un rubio alto con un maillot de otro equipo con ellos, probablemente Farrar y Weylandt estaría allí, porque ambos vivían en la ciudad y eran muy amigos. No importaba quienes fueran. No les saqué una foto. Pero estaban desayunando y riéndose, era una mañana soleada y la escena me pareció de lo más placentera.
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