martes, 15 de noviembre de 2011

Magnus Wislander





Sorprendente. Tengo el tiempo justo y mucha pereza, así que no voy a ponerme a tirar del hilo, como hago siempre, porque acaba saliéndome una entrada magnificada y demasiado extensa total solo para recapitular viejos nombres y datos que a pocos interesan.


Pero hoy me ha sorprendido leer que Magnus Wislander había vuelto a la competición. Wislander fue elegido en 1999 mejor jugador de balonmano del siglo XX, que no es poco. Y es que el pivote del Kiel mantuvo una línea de eficacia y éxito que casi ningún otro jugador de balonmano ha conseguido mantener. Por resumir, se retiró con más de 1.300 goles en casi 400 partidos y habiendo ganado con su selección, Suecia, dos campeonatos del Mundo, cuatro de Europa y tres medallas olímpicas. El eterno número 2 del Kiel se retiró a los 41 años, y, ahora, a los 47, ha vuelto al club sueco en el que se crío y, además, para ayudarles a ganar al Hammarby IF.


Wislander me trae recuerdos de cuando esto del balonmano me gustaba y lo practicaba. Porque yo fui portero. Portero en los tiempos de Svensson, Buligan, Lorenzo Rico, Jaume Fort... Tiempos de los que quedan muchos nombres, sobre todo, en relación con la época dorada del club de balonmano Bidasoa, con Juantxo Villarreal a la cabeza. Los tiempos más lejanos de Bogdan Wenta y Gislasson, de los Bolea, Xabier Mikel Errekondo (ahora metido en el mundo de la política), Aitor Etxaburu (ahora entrenador del Anaitasuna), Olalla... y los que siguieron después, los Perunicic, Kiselev, Nedeljko Jovanovic... Y aquel comentarista de la televisión que en lugar de gritar ¡gol!, gritaba ¡adentro!


Todos esos nombres me han venido a la cabeza cuando he leído que Wislander volvía a vestirse de corto. Esos nombres y los recuerdos que ya no causan dolor por mucho que intente recordar los círculos rojos que dejaban sobre todas las partes de mi cuerpo los balonazos que recibía. No llegué muy lejos, por supuesto, era malo de cojones. No tenía flexibilidad, pero era ancho y ocupaba espacio y encajaba bien los golpes, eso era todo lo que tenía.


Ahora, ya no sigo el balonmano como antes. Lo último con lo que me quedé fue con Balic, Jackson Richardson, Patrick Cavar o Guijosa... O los últimos años en los que el equipo del pueblo intentó con desesperación económica quedarse en la más alta de las categorías. De vez en cuando, lo sigo, como de reojo, como aquel que no quiere abrir el álbum de fotos. Por ejemplo, sé que el Bidasoa bajó de categoría y que, precisamente en la última jornada, el equipo del pueblo les ganó en su casa. Pero ya no me quedan muchos nombres que recordar. Quizás, ahora que ha vuelto Wislander, quién sabe, quizás yo también vuelva a aficionarme por el balonmano.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. En el Bidasoa del siete inicial campeón de la Champions faltan IÑAKI ORDOÑEZ y ARMAND RUBIÑO. Jovanovic estuvo un año antes que Perunicic

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  3. Hola. Muchas gracias por tu comentario. La verdad es que no buscaba ser tan específico, solo decía nombres al tuntún y al capricho de mi memoria, pero se agradece la puntualización.
    Un saludo.

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