De quien realmente quería hablar era de Raúl González Blanco. Ya de paso, también quería comentar la noticia de la temporada. Pues claro, hablo de Josep Guardiola. Pero, al final, ninguno de los dos va a encabezar la entrada porque ya lo hicieron. Así que hablando de retiradas, he optado por titular con Stiliyan Petrov, el jugador búlgaro del Aston Villa, ex del Celtic y del CSKA de Sofía que sufrió una fiebre repetina allá por marzo y se le diagnosticó una leucemia aguda.
Ninguno de los tres realmente se ha retirado, aunque parezca que sí. A Raúl le despidieron con honores en el Veltins Stadium y solo faltaron las salvas marciales. Guardiola anunció que renunciaba a renovar por su club y que necesitaba llenarse porque se había vaciado durante estos cuatro años. La metáfora es suya. Por último, Sky anunció que Petrov se retiraba, aunque fuentes cercanas al jugador dijeron más tarde que lo único que hacía es abandonar temporalmente el fútbol para luchar por su vida.
Quizás Raúl acepte algún jugoso contrato exótico para iniciar una última experiencia futbolística y ahorrar algo de dinero para la jubilación. Puede que el sabático de Guardiola no dure mucho y acabe por aceptar una oferta que le retire de su balneario secreto en Santpedor. Por último, creo que todos deseamos la pronta recuperación de Petrov y que, si está en su ánimo, vuelva a Birmingham para retirarse con los borceguíes puestos.
Lo de Petrov no ha dado lugar a polémica de ningún tipo, pero sí lo de Raúl y Guardiola. Por lo menos, son pocos los que han evitado la oportunidad de comentarlo. Si se reunen todas los glosas que se han dado de ambos casos, nos da para ganarle al libro de Petete que, como saben los de mi generación, era bien gordo. Pues bueno, como el ser humano es estúpido por naturaleza y yo soy bastante humano, me he apuntado a la mía y va mi glosa para la colección.
Que a Raúl le despidieran con tanta efusividad en las minas alemanas, también me sorprendió. A cualquiera que haya mamado fútbol casi tanto como leche desde que nació, sabe que los halagos en el mundo del fútbol, suelen ser a veces exagerados y otras veces injustos. Que en el club de Klaus Fischer, Klaus Fichtel y Olaf Thon, despidan así a un español que apenas ha jugado dos temporadas y ha conseguido un título de Copa puede parecer sorprendente y exagerado, sí. En poco más de 60 partidos, casi alcanza la cifra de 30 goles, pero aún ha quedado lejos de otros goleadores que no alcanzaron al histórico Fischer pero superaron al madrileño como Ebbe Sand, Kevin Kuranyi o su compañero Klaas-Jan Huntelaar. Lo dicho, aparentemente sorprendente y exagerado.
Para muchos, también ha sido sorprendente y exagerado que Pep Guardiola anuncie que necesita descanso después de cuatro años de trabajo plagados de éxitos. Muchos comentan que Guardiola ha pecado de egoísmo, otros ponen en duda su carácter, los hay que se sienten traicionados, también están a los que simplemente les molesta que no hayan sido ellos los que hayan dado la exclusiva y, en general, la gente da por buena sus justificaciones aunque no con mucho convencimiento. No miento si digo que creo que muchos no se explican cómo solo pueden ser esas las razones, y cavilan al respecto de desavenencias en el vestuario, en las oficinas o hasta en los cielos. Ya lo dijo Pinto, que si les hacemos caso a los mayas, más que hablar de fin de ciclo, podemos hablar de fin del mundo.
¿Y de qué va mi glosa?
Mi glosa va, como siempre, de quedarse a medio camino de uno y de otros. Que a Raúl le despidan del Schalke 04 con coros y trompetas, banderas y pancartas, sorprende. Sí, y puede que sorprenda porque parezca exagerado, pero no lo es. No lo es desde que él acepta la despedida con lágrimas en los ojos y uno de sus hijos en brazos. Si participas de la despedida es porque el sentimiento es mútuo y eso de por si da razón del vínculo que ha habido. Los números de Raúl en Alemania no son mediocres, ni tan siquiera vulgares, son buenos, más que buenos. No hay muchos jugadores que hayan superado sus medias por mucho que estas se reduzcan a dos años. Y que solo haya ganado una Copa es solo un ángulo inclinado por el que se puede leer un hecho. Yo cambio lo de que "y solo ha ganado" por que "y encima ha ganado". Que me la den a mí si nos parece poco. Que se quede sin ella Guardiola para despedirse y me la den a mí, que digan que Bielsa "solo ha ganado una Copa", ya verás como doy palmas con las orejas. No creo que nadie en el Schalke 04 considere que eso es poco. Pero no solo las matemáticas y las estadísticas explican por qué se merecía Raúl una despedida como esa y porque, en realidad, no es sorprendente ni exagerada. Y es que a estas alturas de su carrera es imposible que haga algo sin que se recuerde lo que hizo antes. Y cada gol que metía en Alemania evocaba los que metió en Madrid, y abultaba aún más su currículo y su perspectiva histórica. Por eso, aunque le despidieran de la Bundesliga, quizás le estaban reconociendo muchas otras cosas que hizo anteriormente. Por último, cualquiera que viera la eliminatoria que enfrentó al Athletic con el Schalke 04 y no se deje llevar por posturas extremistas de ningún perfil, fue capaz de advertir algo incluso más relevante que los tres goles que marcó entre los dos partidos. Raúl fue el auténtico líder del equipo, y no solo por eso que conceden los años de experiencia y la veteranía, si no por algo que siempre fue innato en él y que luego perfeccionó con el tiempo: la sinceridad en el esfuerzo. Su comportamiento fue magnífico dentro y fuera de la cancha y se ganó la ovación de San Mamés tanto como se ganó los pitos de algunos, pitos que no hacían más que recordar los años de rivalidad que vivió con otra camiseta y que muchos no olvidan.
Termino con una opinión muy personal: Raúl no le vendría nada mal al Real Madrid actual. Y no solo hablo de lo futbolístico. Todo es futbolístico, tío.
Quizás porque todo es futbolístico y ese adjetivo es horroroso, la otra noticia tuvo aún más alcance, y el anuncio de la no renovación de Guardiola alcanzó niveles de repercusión que no por esperados y barruntados sorprenden menos. Quizás también parecen exagerados. La carrera profesional de Guardiola hasta ahora se sostiene solo por la vía estadística, casi igual que la de Raúl. Alguien que gana todos los títulos posibles en su primer año como entrenador profesional y que, en los siguientes, alcanza el mismo nivel de excelencia, no necesita reforzar sus argumentos con el modo, pero él lo hizo. Gente que entiende mucho más que yo de fútbol, incluso mucho más que todos los que, como yo, tienen su propia glosa, subrayan lo que Guardiola ha ofrecido de nuevo al mundo de fútbol y lo que ha recuperado de viejo. Sus éxitos han sido poesía de la buena, no porque yo busque ser exagerado, si no porque han tenido tanta importancia la forma como el contenido. Sus razones para marcharse a mí me parecen suficientes, creíbles y válidas. Nadie puede ponerla en solfa porque son tan personales como factibles. Nadie que no sea él ha ocupado su lugar en su preciso momento y con sus correspondientes circunstancias. Un hombre de club que acepta la responsabilidad de macerar un equipo que acaba acaparando los focos de todo el expectro futbolístico (otra vez el adjetivo) a nivel mundial. Las exigencias de esa posición no solo han hecho mella en su peinado, también debajo, y yo, por lo menos, entiendo su postura y sus razonamientos. Además, ¿quién va a exigirle más? ¿Más de lo que ha dado? A cambio, le han pagado bien. Ahora, dejará de cobrar, y también dejará de verse obligado a ganar títulos y responder a las expectativas de un equipo que ama como ninguno. Lo que le quede por delante es de oficio y de justicia que solo le competa a él.
Todo queda por ver, en resumen, y lo que ya hemos visto, nos ha dejado lo suficientemente asombrados y satisfechos. Y, por cierto, hay una retirada que me tiene más excitado: la de Steve Nash. Nash, tío, si quieres seguir jugando al baloncesto, vente por aquí, dejanos disfrutar de tus asistencias un par de años y olvida el desierto de Arizona. ¿Que no?
3 comentarios:
Por cierto, has superado las 100.000 visitas! Igual alguna ha sido de Guardiola! o de Raúl! de Petrov no creo!
Pues eso, que felicidades!
Tengo dos contadores. Creo que el de las visitas es el primero, el que ha superado las 100.000 es el de las páginas visitadas. No sé, la verdad, cuál es cuál, supongo que los dos mienten lo mismo. Pero gracias de todas formas, aunque no creo que ninguno de esos tres se haya dado una vuelta por aquí, me temo.
Solo me queda decir: amén!
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