lunes, 27 de agosto de 2012

William Buford



Una de las típicas conversaciones veraniegas sobre baloncesto ha sido la siguiente: dónde va la gente con tanta prisa. Y es que parece que se ha ido todo el mundo de vacaciones... y ya no va a volver. Se van donde está la pasta, y la pasta, me refiero al dinero y no al mejor invento italiano, ya no está en la ACB. 
Esta entrada persigue centrarse solo en jugadores norteamericanos. Durante años, ellos fueron el peso que desequilibraba la balanza, la razón de que un equipo ganara y otro perdiera. Nombres como los de Joe Arlauckas, Joe Kopicki, Audie Norris, Mark Simpson, Mark Davis, Rickie Winslow, Lance Berwald, Granger Hall, Mike Schlegel, George Singleton, Andy Toolson, Mike Smith, Reggie Johnson, Andre Turner, Elmer Bennett, Corny Thompson, Kevin Magee, Kenny Green, Ken Banister, Mike Ansley, Ricky Brown, Johnny Rogers, Louis Bullock, Nate Davis, Chandler Thompson, Brian Jackson, Walter Berry, Essie Hollis, Shelton Jones, Ray Smith..., me faltan e igual me sobran, pero nombres como esos marcaban diferencias y decidían partidos. El peso específico de los jugadores con pasaporte de los Estados Unidos siempre ha sido fundamental en el baloncesto profesional español.
Ahora, vivimos un periodo en el que su ascendente ha decaído un poco. Otro tipo de jugadores han retomado su liderazgo, ahora, cuando más se han abierto las fronteras y más posibilidades de nacionalizaciones varias nos encontramos. El valor de los jugadores norteamericanos que juegan debajo del aro parece haber perdido pedigrí. Los últimos jugadores de este país en tener un rendimiento exquisito en la liga ACB siempre suelen ser jugadores exteriores. Pero todo esto son generalidades que deberían ir acompañadas de justificaciones estadísticas, fiables y que atestiguaran todo lo que digo. 
A falta de eso, nos centramos en esta temporada que se avecina. Las plantillas empiezan a estar bastante enfiladas y equipos como Bilbao Basket, Manresa y CB Canarias ya las pueden dar por cerradas. Otros, como Valladolid, aún no tienen ningún jugador con pasaporte extranjero. Así pues, aún puede haber cambios, pero con lo que tenemos, saquemos las primeras conclusiones. 

Lo primero que sorprende es el número de jugadores con cierto renombre y estadísticas significativas que han abandonado la Liga ACB por otras ligas. Jugadores como Chuck Eidson, Aaron Jackson, Marquez Haynes, Jimmy Baron, Kyle Singler, Andy Panko, Tremmel Darden, Nik Caner-Medley, Paul Davis, James Augustine, D'or Fischer, Quincy Douby, Michael Bramos, Jason Robinson, Cedric Simmons o Micah Downs no jugarán el año que viene en España. En su lugar, aparecen muchos otros, aunque unos pocos se mueven de un equipo a otro y menos, retornan. Vuelven a la ACB, el jugador de origen eritreo Thomas Kelati, Clay Tucker, ambos a Valencia, o Lamont Hamilton, que tras varios años en Francia, vuelve a España para debutar en ACB con el Bilbao Basket. Ben Dewar, Justin Doellman, Earl Calloway y Lamont Barnes han cambiado de equipos pero no de liga. Y solo un puñado de jugadores norteamericanos continuan en los equipos en los que ya jugaron el año pasado: CJ Wallace, Pete Mickeal, Jaycee Carroll, Brad Oleson, Chad Toppert o Josh Asselin.

Si alguien se pregunta por qué no están en esta lista ni Nathan Jawai, que estaría, de estar, en la próxima, la de los nuevos, ni David Barlow, Joe Ingles o Brad Newley. Fácil, son australianos. Igual que Levon Kendall y Carl English son de Canadá.

Entre los que vienen nuevos, hay algunos movimientos repetidos que vale la pena destacar. Sorprende que hasta cinco jugadores vienen de LEB Oro. Troy De Vries (técnicamente ya jugó el año pasado en Unicaja, pero no la temporada completa), Charles Ramsdell, James Feldeine, Levi Rost y Jakim Donaldson (quien ya tuvo una oportunidad en ACB pero no le fue muy bien). Creo que esto habla mejor de la LEB Oro que peor de la ACB. También sorprende que, a excepción quizás de Jon Scheyer que llega a Gran Canaria tras jugar en Maccabi y triunfar en Duke, ninguno de los americanos que se incorpora a la Liga ACB lo hace con un caché relevante y muchos proceden de ligas que podríamos llamar inferiores, como la francesa o la alemana (o de las ligas de desarrollo americanas). Esa frase entera, ha sonado muy soberbia y me deja en evidencia, pero creo que es un dato significativo que, probablemente, no sirva para mucho. Las ligas francesa y alemana están repletas de jugadores con talento y los cachés quizás no sean relevantes pero la gran mayoría ha hecho méritos suficientes para jugar en ACB, así que me tragaré mis palabras por adelantado. Pero, el caso es que jugadores como Taylor Rochestie, Dontaye Draper, Marcus Slaughter, Kim Tillie, Marcus Lewis, Charles García, Tony Gaffney, Brad Buckman, Michael Roll, Brian Asbury o John Holland es probable que no les suene a nada a los aficionados menos meticulosos o interesados. Quizás a alguno les suene Ryan Toolson por el apellido. O Marcus Williams. O si siguieron el año pasado la Liga Europea, puede que se acuerden de James Gist, un gran fichaje para Unicaja. Puede que alguien hasta se acuerde de los 105 puntos de Corey Fisher, de los que ya hablamos en este blog. 
 
Todos ellos serán nuevos el año que viene en ACB. Pero habrá más, más que representan otra línea repetida en las estrategias de fichaje de los equipos ACB en este verano de 2012. William Buford encabeza la entrada porque él parece que va a ser el último en integrarse en la categoría. Su fichaje por Blu:sens está cerca de cerrarse y, con él, serían cinco los jugadores norteamericanos que debutarían no ya en la ACB, pero en el mundo profesional. Cinco jugadores que pasan directamente de la universidad a la que muchos aún llaman la liga profesional más importante de Europa. Buford jugó la Final Four 2012 con Ohio State, tiene 21 años y mide 1'98. Al parecer, apuntalará el juego exterior del equipo gallego. Y, precisamente en Santiago, se encontrará con otro ex-compañero de la liga universitaria, el ala-pivot de 2'03 y 23 años, Robbie Hummel, que este año fue elegido en el puesto 58 del draft por los Wolves, pero ha preferido pasar de Purdue a España. Otros dos jugadores que salen recién licenciados de la NCAA para España lo hacen al mismo sitio, Murcia. Se tratan de Matt Gatens, estrella de los Hawkeyes de Iowa, quien a sus 23 años, pondrá su 1'95 al servicio del UCAM Murcia. El año pasado promedió más de 15 puntos por partido con los de la Universidad de Iowa. Compañero suyo en la costa mediterránea, Joe Ragland promedió 13'4 puntos con Wichita State en la posición de base o escolta. Tiene 22 años y mide 1'82. Por último, el quinto en discordia será Kyle Kuric, fichaje del Estudiantes de Txus Bidorreta que llega del Louisville de Rick Pitino, por lo tanto, otro que jugó la Final Four de 2012. Con 23 años y 1'95, promedió más de 12 puntos por partido en su temporada senior, aunque destaca tanto por su defensa como por su ataque. 

Quizás cinco os parezcan poco, pero a mí, me parece muy ilustrativo. Más aún si vemos que, en la Liga LEB Oro, la tendencia se repite: seis jugadores firmarán su primer contrato profesional en España. Stu Douglass llegará de los Wolverines de Michigan a Planasa Navarra. Olu Ashaolu, nigeriano del que ya se oyó hablar por sus famosos mates, dejará la Universidad de Oregón para jugar en Cáceres. James Johnson, máximo anotador histórico de los Bobcats de Quinnipiac, donde jugó James Feldeine, debutará en Lleida, donde también lo hará el ala-pivot Djim Bandoumel que proviene de la Universidad de Idaho y aunque nació en Nigeria, creció en Canadá y tiene pasaporte de El Chad. Nick Barbour llegará a Ourense desde la Universidad de High Point, después de sobresalir en el Portsmouth Invitational Tournament. Por último, Jamar Samuels, de la Universidad de Kansas, firmó por Huesca para ganar su primer sueldo como baloncestista profesional. 

Dicho todo esto, os prevengo de mis opiniones personales. De baloncesto sé lo que sabe cualquier aficionado que pretende tener una mirada crítica, pero no voy más allá. Aún así, sospecho que el rendimiento de los jugadores norteamericanos durante esta temporada no será tan estratégico como en otras, aunque habrá sorpresas y jugadores que tendrán un protagonismo inesperado. Se puede jugar a apostar. Yo quizás lo haría por alguno de esos chavales que llegan desde la universidad y que intentarán seguir la estela de Kyle Singler, pero veremos. Baloncesto no nos va a faltar, y nombres que aprendernos, está claro que tampoco. 


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