Bueno, pues como cada año desde que empecé a escribir este blog, llega la temporada de baloncesto universitario y, antes de centrarnos en el equipo que ya conocemos todos, y al que dedicaré la siguiente entrada, obliga la actualidad a dedicarle un segundo al chaval que ha obtenido su minuto de fama en todos los noticieros y hasta en los tweets de gente como Kevin Durant o Carmelo Anthony.
Jack Taylor es un jugador exterior de la Universidad de Grinnell, en Iowa. Grinnell es una modesta universidad, aunque ocupa un buen ránking en algunas clasificaciones evaluadoras a nivel nacional, donde estudió, por ejemplo, el músico de jazz Herbie Hancock. En baloncesto, Grinnell cuenta con un programa que ha merecido su inclusión en la tercera división de la NCAA. Entrenados por David Arseneault, los de Grinnell llevan años destacando por fomentar una estrategia deportiva que se centra en el juego de ataque. Hasta ahora, sus mejores hombres no han tenido un gran bagaje profesional: poco se puede saber de gente como Ed Brands, Jeff Clement, Steve Dieckmann o Andris Upitis que encabezan algunas de las clasificaciones históricas de la universidad. John Grotberg, el ídolo de la afición más reciente, consiguió su primer contrato profesional con los Bayern Giants de Leverkusen. Después sé que no cuajó su fichaje por un equipo de Londres y últimamente jugó con el BBC Red Miners Kayl de la liga luxemburguesa, pero no sé si sigue jugando allí. Justo después de Grotberg vendría Taylor, aunque Taylor aún está en los inicios de su carrera y ya ha pasado a la posteridad, incluso a nivel nacional.
Taylor se marcó el otro día, en la victoria de su equipo por 179 a 104 ante Faith Baptist Bible, nada más y nada menos que 138 puntos, batiendo el récord que hasta entonces poseía Bevo Francis y que databa de los años cincuenta (también más de cien puntos). Como decía el propio Taylor en una de las muchas entrevistas que concedió después del partido, su equipo aboga por una modalidad de baloncesto plenamente ofensiva ("keep the pace of the game up"), pero en este partido la llevaron al límite.
Para que os hagáis una idea, Taylor consiguió 52 canastas después de tirar... ¡108 veces!, increíble. Consiguió 27 triples de 71 intentos, ahí es nada, ni entrenando tiran algunos tanto. Hizo 7 de 10 en tiros libres. Para más datos, la ESPN publicaba una tabla en la que se indicaba que cuando Wilt Chamberlain consiguió sus 100 puntos, tiró a canasta cada 46 segundos. Cuando Kobe Bryant hizo 81, lanzó cada 73 segundos. Jack Taylor tiró a canasta cada 20 segundos. Chamberlain consiguió el 59% de los puntos de su equipo, Bryant, el 66% y Taylor, el 70%. Y, por cierto, 70 puntos también consiguió David Larson para los rivales de la Universidad de Grinnell en el mismo partido. No fue un duelo, sin embargo, según ha declarado el propio Taylor.
Como anécdota, aunque sonaba a torpe justificación, Taylor contaba en una entrevista que entró en el vestuario al descanso pensando que llevaría unos treinta puntos. Cuando el entrenador explicó a la plantilla que Taylor llevaba más de cincuenta puntos anotados, los compañeros se excitaron y, entre todos, decidieron seguir con la misma táctica: balones a Taylor. Y en la segunda parte se cascó otros ochenta puntos. Ahora que USA se lamenta porque van a dejar de fabricar los twinkies, yo le regalaba un camión lleno de ellos a Taylor como premio. Aunque igual le venían mejor dos baldes llenos de hielo para meter los brazos, porque vamos.
Personalmente, me alegro por el récord porque a Taylor se le veía satisfecho y el equipo, al fin y al cabo, ganó de 75. Supongo que el entrenador también estará contento. Taylor dice que sus compañeros también lo están. Me alegro. Sinceramente, me parece una obscenidad que alguien tire a canasta 108 veces en un partido. Tiene que ser un coñazo pasarte todo el partido, tanto en defensa como en ataque, de espaldas al aro, viendo cómo tiran tus rivales... y tu compañero. Alguien me llevará la contraria, pero no le veo el sentido. Es baloncesto, pero no precisamente el baloncesto, va una opinión personal, que a mí me gusta. Corey Fisher se cascó también más de cien, aunque no fuera en un partido oficial, y desde aquí apuesto a que la carrera profesional de Fisher va a tener más fundamento que la de Taylor. Ojalá me equivoque y Taylor no solo supere a Grotberg, o a Fisher, si no que supere al mismísimo Óscar Robertson, pero lo veo difícil.
Ahora, eso sí, me pides a mí que tire cien veces a canasta y a partir de la trigésima me pesa el balón más que lo que le pesaba la bola a Sísifo. Era Sísifo, ¿no?
Yo no le veo sentido. Bueno, solo uno, pasar a la Historia, hacer entrevista, hablar una semana del equipo... promoción. Si lo hacen por eso, genial. El chico no sé si es tan bueno como para fijarse en él en el futuro, me temo que no.
ResponderEliminarYo creo que tampoco, pero vamos, ni tú ni yo somos Bobby Knight. Igual al menos puede ser un Jaycee Carroll o... que te digo yo, un Mark Poag. Quién sabe.
ResponderEliminar