He perdido las buenas costumbres. Antes seguía el calendario, me preocupaba hacer las cosas a su debido tiempo. Ahora, me limito a hacer lo que puedo o lo que quiero cuando quiero o puedo. Y eso ha ido pasando con esta temporada ciclista que lleva ya un buen tramo inicial agotándose, y aquí aún no hemos dicho ni pío. Quizás sea yo el único que tiene esta sensación, pero siento como si todo estuviera pasando como en sordina, un tanto borroso, en funciones. Entre la Operación Puerto, las entrevistas de Oprah Winfrey, los Thomas Dekker, Michael Boogerd y compañía, etcétera, etcétera, la carretera parece ausente, pendiente, secundaria. Y los ciclistas siguen corriendo. Y cada día hay más cicloturistas. Y todo sigue hacia delante, pero de tanto mirar hacia detrás, como que uno se ha desorientado un tanto.
Ya se han corrido unas cuantas clásicas, aunque lo mejor esté por llegar. Lo peor fue que la Kuurne-Brussels-Kuurne tuvo que suspenderse por la nieve, y lo mejor fue ver sufrir a Biel Kadri para ganar la Roma Máxima (antiguo Giro del Lazio), disfrutar de la lucha sobre el sterrato que se llevó Moreno Moser en la Strade Bianche de la Toscana, la victoria de Peter Sagan en el GP Camaiore, la sorpresa de Alexei Tsatevich en Le Samyn o la velocidad de Mark Renshaw en Almería. Por etapas, también se ha corrido ya un poco. En Australia, ya se disputó el Down Under y se lo llevó Tom Jelte Slagter, dejando con la miel en los labios a Javier Moreno. Alejandro Valverde sí que no mirá hacia atrás, y ya se ha llevado la Vuelta a Andalucía, antes se estrenó en Mallorca. En Langkawi sorprendió Julián Arredondo, y Mark Cavendish pudo con Taylor Phinney en Catar.
Ahora mismo, empieza ya la locura cuando se acerca la primavera y el primer momento álgido de la temporada empieza a asomar. Los corredores andan camino de Niza, donde no llegará a tiempo nuestro vecino de las asics para aplaudirlos, y otros se encuentran paseándose por el sur de Europa entre dos mares. La París-Niza y la Tirreno-Adriático, tanto monta, monta tanto, señalan el comienzo de uno de los tramos más emocionantes de la temporada y, quizás, aunque auguro una temporada tan mediática en los juzgados como en el asfalto, quizás sea ya el momento de dejarse de fustigamientos, y disfrutar de nuevo de los tubulares y el sonido de los piñones.
En la Tirreno-Adriático, apenas le ha dado tiempo a Matthew Goss para ponerse a cien. Pero, en la París-Niza, ya llevan unos cuantos días dándose candela, y hoy mismo pasarán una jugosa prueba para empezar a adivinar quién es el favorito al triunfo final. Por ahora, la prueba es una alegría para el ciclismo francés, con dos victorias consecutivas al principio, y ambas conseguidas por ciclistas con futuro, como Damien Gaudin, 27 años, y Nacer Bouhanni, 23, quien después se retiró cuando iba líder tras una dolorosa caída. No acaban ahí las alegrías para los franceses, porque el rendimiento de Romain Bardet en la etapa que ganó Andrew Talansky por delante de Davide Malacarne y Gorka Izagirre, fue digna de mención y confirma lo bueno que ha venido demostrando estos últimos años el de Brioude.
Pero no solo los franceses sonríen, porque si alguna afición está huérfana de héroes (siempre lo está, la verdad) es la norteamericana. Tras el informe de Travis Tygart y la posterior confesión de toda su farsa, Lance Armstrong ha dejando vacante un hueco que, además, parece estar electrificado. De todas formas, si hay un candidato, más allá de los velocistas y llaneadores, ése es Andrew Talansky. A sus 25 años, el de Miami ha encontrado un buen puesto en el Garmin y empieza a demostrar lo que ya apuntó en el Tour del Porvenir de 2010, donde solo Nairo Quintana pudo con él.
Hasta ahora, solo tiene un puñado de victorias: ganó el Tour de L'Ain, donde también se llevó una victoria de etapa, el campeonato de Estados Unidos contra el reloj en categoría sub23 o la que nos ocupa ahora, su etapa (y liderato que aún defiende y deberá defender duramente hoy) en la París-Niza. Pero lo mejor, han sido los puestos que ha ido consiguiendo y que le auguran un gran futuro, empezando por el ya mencionado pódium en el Tour del Porvenir. Por dos veces ha ganado el maillot al mejor joven del Tour de Romandía (donde el año pasado hizo pódium), ha hecho buenos puestos en el Campeonato Nacional Absoluto de contrarreloj y en el del Mundo y en su segunda Vuelta a España consiguió un prometedor 7º puesto. Hablamos de un escalador que rinde muy bien contra el crono y que, además, tiene cierta punta de velocidad, especialmente en grupos pequeños, como demostró hace un par de días en Brioude, la ciudad natal de Bardet, que no tuvo opciones en el esprint pero se lució ante sus vecinos, como ya hemos comentado.
Hoy mismo veremos si Talansky resiste ante los muchos ataques que sufrirá o sucumbe ante los Richie Porte, Tejay Van Garderen, Peter Velits y compañía. Gorka Izagirre y Alberto Losada se encuentran muy arriba, pero muchos corredores tienen aún posibilidades. En la Tirreno-Adriático, aún queda para llegar a San Benedetto del Tronto, y mientras tanto, seguiremos viendo volattas y lo que, esperemos, no sean volattas.
La foto está sacada del buscador de imágenes de google, enlazado desde el Daily Telegraph.
No hay comentarios:
Publicar un comentario