Bueno, no sé, a mí me tiene cautivado, qué quieres que te diga, cada uno tiene sus debilidades. Siempre confié en que el bosnio podía triunfar en la NBA, igual que estaba convencido, como todo el mundo, que lo iba a hacer Ricky Rubio. Con el catalán la apuesta era sencilla. Con el ex del Caja Laboral parecía más arriesgada, pero no tanto como creer que Arvydas Macijauskas o Tiago Splitter, solo por nombrar dos que vistieron la camiseta del mismo club, podían hacerlo también. Con uno se hubiera fallado, con el otro, cada día que pasa, se encarga de demostrar que se debía confiar en él.
Quizás es porque Teletovic no solo tiene fuerza, velocidad y buena puntería, si no porque también tiene otra cualidad fundamental para hacerse un hueco en la liga profesional norteamericana. ¿El qué? A mi entender: disposición individual (o individualista, como quieras). Vamos, que, al de Mostar, no le tiembla el pulso, no le asustan los retos, no le hace falta pensar dos veces un tiro, no requiere muchos minutos para ganar protagonismo, tiene el carácter suficiente para fallar, para dejarse llevar por el ritmo de la competición. Le pasan, tira. Falla, vuelve a tirar. Ni estando en el banquillo, deja de buscar el balón.
Llegó a los Nets el año pasado y se pasó gran parte de la temporada calentando el banquillo. Jugó 53 de los 82 partidos y, en esos 53 partidos, apenas contó con 9 minutos de media. Acabó con medias de 3.5 puntos, 1.8 rebotes y 0.4 asistencias. Acabó la temporada habiendo tirado 185 veces a canasta y metiendo 71 de ellas. Compáralo con su última temporada en la ACB: jugó 41 partidos en la temporada local y tiró a canasta 547 veces, convirtiendo, entre triples y canastas de dos, 248 canastas. Estaba claro que para Mirza Teletovic su primera temporada en la NBA había sido un pequeño disgusto.
Sin embargo, decidió intentarlo otra vez. En principio, porque parecía que le habían convencido de que iba a ser distinto. Así llegamos al 3 de Noviembre del año pasado (o el cuatro, quizás las declaraciones fueron al día siguiente) cuando la prensa española se hizo eco de aquel titular contundente del bosnio: "Odio que me mientan". Los Nets acababan de caer derrotados, y por paliza, ante los Magic. A pesar de la rotunda derrota, Teletovic solo jugó 7 minutos ese día. Eran tiempos en los que contaba con muy pocos minutos e incluso se pasó varios partidos sentado en el banquillo viendo el juego en una posición privilegiada pero dolorosa.
En total, los Nets están ahora con un récord de 21 victorias y 25 derrotas lo que les coloca en el puesto 7 de la conferencia Este y, por lo tanto, en el play-off por el título. Ayer ganaron por 102 a 108 a los Sixers y la prensa norteamericana continúa alabando el cambio del equipo y se centra en la figura del entrenador, Jason Kidd. El novato levantó pasiones cuando le ofrecieron el cargo, pero estuvo apunto de ser cesado con los malos resultados del inicio de temporada, donde las derrotas se repetían sin decanso. Ahora, como es normal, las críticas se han tornado en elogios. En ese último partido ante los Sixers, Teletovic siguió en el banquillo, pero jugó 28 minutos en los que acabó consiguiendo 20 puntos, 3 rebotes y 1 tapón. Esos números solo dan fe del cambio que ha ocurrido en las circunstancias deportivas del bosnio, que parece haber convencido al entrenador californiano.
Los minutos empezaron a subir a finales de noviembre, pero, especialmente significativos, fueron los dos partidos consecutivos ante los Lakers y los Rockets. Los dos los perdieron, pero Teletovic disfrutó de 21 minutos contra los primeros y 32 contra los segundos, aprovechándolos para conseguir 17 puntos y 5 rebotes ante los primeros y 18 puntos y 13 rebotes ante los segundos. Desde entonces, sus minutos se han mantenido, ha entrado en las rotaciones e, incluso, ha llegado a ser titular. De los últimos 15 partidos, han ganado 11 de ellos. Y aunque las prestaciones de Teletovic han sido un tanto irregulares, su protagonismo ha crecido, hasta el punto de conseguir números de estrella ante Dirk Nowitzki, con 34 puntos y 6 rebotes, y con siete triples de once intentos que sirvieron para que el bosnio viera su nombre relucir en prensa y con todo merecimiento.
Los datos son tajantes: los Nets han mejorado y Teletovic tiene tanta parte de culpa como Kidd, aunque de Kidd es también la culpa de que Teletovic tenga culpa, no sé si me entiende.
Hay algo más categórico, y se lo podemos preguntar a LeBron James. El de Mostar se tomó muy en serio detener un contraataque y James se tomó a mal su celo. La gente se dividió entre los que opinaban que Teletovic se propasó y entre los que insistían en que James es el rey del flopping (ya sabéis, lo de simular o exagerar un contacto). El caso es que Teletovic no se amedrentó: ni en la cancha, ni fuera, aunque lo de fuera, personalmente, creo que estuvo un poco fuera de lugar. Eso sí, los norteamericanos comenzaron a preocuparse por aprender a pronunciar el nombre del alero.
En una temporada, la de los Nets, que empezó con titubeos y llegó a lo más hondo con aquella horrorosa obra de teatro entre el entrenador Kidd, Tyshawn Taylor y un refresco explosivo, los de Brooklyn están ahora con mejores perspectivas y aspirando a resolver la temporada con algo más de lucimiento. Las lesiones parece que empiezan a respetarles y Paul Pierce y Kevin Garnett, después de llevarse un sentido homenaje en su vuelta al Boston Garden, empiezan a encontrar su sitio. Todo encaja, Kidd bebe con más cuidado y Teletovic ha dejado de hacerle tanta compañía en el banquillo.
Y a mí me tiene cautivado, igual que lo hizo Pablo Prigioni el año pasado y el próximo, vete tú a saber a quién le toca hacerlo.
Posdata: la foto, como siempre, del buscador de imágenes de google, aunque parece que proviene de planetacb.com
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