sábado, 27 de diciembre de 2014

Rogelio Legasa



Interesante reportaje el que aparece hoy (27 de Diciembre de 2014), al menos en la versión digital, en el periódico Deia. Lo firma Roberto Calvo y en él se repasa la diáspora de jugadores vizcaínos de baloncesto que se ven obligados a salir fuera para continuar su formación. El artículo llega a una conclusión que parece repetirse eternamente desde que el baloncesto de la provincia regresó a la élite: "han provocado el debate en el baloncesto de Bizkaia y han puesto al Bilbao Basket en la obligación de, más pronto que tarde, hacer algo para ofrecerles aquello que tienen que buscar fuera y detener el goteo de fugas." Incluso si el Bilbao Basket fundara y fomentara una estructura de formación adecuada para contener esa "fuga" y proponerles un itinerario formativo a los jugadores más prometedores, incluso así, estoy convencido de que algunos seguirían optando por buscarse un futuro fuera, en otras canteras con más abolengo o reputación o en otros países que les ofrezcan otras posibilidades. Sin embargo, alguno optaría por quedarse aquí y medrar al cobijo del equipo de casa. Crear una estructura como la que sostiene el Athletic Club de Bilbao es algo difícil de imaginar en el baloncesto vizcaíno y, además, creo que este deporte podría tener un sistema mucho más dinámico y cooperativo que reconozca la labor que realizan los colegios de la zona o clubes como el Unamuno SK con más de 250 jugadores y jugadoras educándose en torno al deporte de la canasta. En cualquier caso, coincido con la opinión de Roberto Calvo y con la de muchos otros aficionados y aficionadas al baloncesto en la provincia: es necesario que se refuercen las etapas instructivas y que éstas tengan un puente hacia los niveles más profesionalizados. No es ya una cuestión política o ideológica, no es una utopía o una cabezonería romántica, es un paso obligado en el fomento de la repercusión social y didáctica del deporte y otra posibilidad profesionalizante. Es, además, y los datos lo avalan, un proyecto viable. 
En el artículo que se publica en Deia se mencionan, con detalle, los casos de Jorge Bilbao, Imanol Artiñano, Aitor López, Ander Pérez, Xabier López-Arostegi, Jon Peña, Xabier Arriaga, Unai Mendikote, Jon Aldekoaotalora y Borja Fernández, pero también se nombra a Borja Mendía, Joseba Estalayo e Iker Salazar. No se nombra, quizás porque ya llega a los 25 años, a Unai Calbarro. Tampoco a Endika Bahillo, quien creo que aún juega en el Santurtzi de EBA, igual que Calbarro, pero que llamó la atención hace años cuando formaba parte de la cantera del Real Madrid. También en el equipo de la margen izquierda juegan otros jóvenes como Jon Betolaza. Precisamente, en la última jornada de la liga EBA, el Santurtzi se enfrentó al Centro de Estudios Mikeldi Unamuno SK donde juegan Nikola Lucic, prometedor balcánico captado hace tiempo por el Bilbao Basket, Iker Andia, que pasó por la cantera del Valencia o el prometedor Jon Ander Cuadra, nacido en Vitoria, pero hijo del bilbaíno Mikel Cuadra. También en la Liga EBA, ganó su último partido el Askartza Claret, donde juegan otros jóvenes como Pablo Albisu o Mikel Sainz de la Maza. Tampoco aparece un Iker Amutxastegi, internacional en la generación de Ricky Rubio, quien, el año pasado, jugaba con 23 años en la BBL con los Manchester Giants pero ahora desconozco si sigue en activo. Todos ellos quedan fuera del repaso, por distintas razones que no me compete analizar. Los que se mencionan tangencialmente son el alero bilbaíno Borja Mendía, quien esta temporada ya ha disputado 3 partidos en ACB con Bilbao Basket y los jugadores del Zornotza en Adecco Plata Joseba Estalayo, base de 18 años, e Iker Salazar, alero de 21 años. 
A los que se estudia en este artículo son a los diez listados al principio del párrafo anterior. Los cuatro primeros han hecho las américas. Ander Pérez apareció en la tele, si no me equivoco, cuando Robert Parish vino de visita a Bilbao. Sus 2'16 de altura no pasaron desapercibidos. El bilbaíno, como se explica en el artículo de Roberto Calvo, se ha enrolado en la Universidad de Southern Oklahoma State que disputa la segunda categoría de la NCAA, donde aún no ha jugado ningún partido oficial. Aitor López Bretón juega con los Eagles de Tallahassee, aunque en el artículo de Deia se dice que es una "escala" para llegar a la universidad de Morehead State de la Ohio Valley Conference de la NCAA. Aitor López Bretón ha disputado 13 partidos con una media de 12 minutos y 2 puntos por partido. Imanol Artiñano, por su parte, se enroló en los battlers de Alderson Broaddus, disputando la NCAA II. Por ahora, ha jugado 8 partidos, con una media de 6 minutos en cada uno de ellos y poco más de 1.4 puntos y 1.5 rebotes de promedio. El último en cuestión es Jorge Bilbao, quizás el más reconocido de los cuatro. Bilbao, un alero de buen físico, se unió a los mavericks de Texas-Arlington que entrena Scott Cross en la primera división de la NCAA. El bilbaíno, en su segundo año, ha jugado nueve partidos y todos como titular. Promedia más de quince minutos por encuentro (el noveno de su equipo) con 3.6 puntos y 2.9 rebotes por partido. 
Dejando a un lado a estos emigrantes, Roberto Calvo también menciona a los jovencísimos Jon Aldekoaotalora y Borja Fernández, quienes han sido captados, respectivamente, por las canteras del Joventut y del Barcelona. Aldekoa salía de la fructífera cantera del Tabirako de Durango y Borja Fernández de la del Askartza Claret. El primero tiene 14 años y el segundo 13. 15 tiene aún el sestaoarra Unai Mendikote, uno de los valores más reconocidos de la escuela vizcaína. El alero se incorporó este año a la cantera del CAI Zaragoza y sigue con su progresión en las categorías inferiores de la selección nacional, considerándosele ya uno de los mejores de su promoción, donde hay gente tan importante como el alero del Real Madrid Acoydan McCarthy. El vizcaíno ya ha debutado en liga EBA con el convenido del CAI, El Olivar, donde aún juega Rogelio Legasa y se foguean otros proyectos del club zaragozano como Sergi García. Es una de las más firmes promesas y uno de los claros exponentes de lo que se llama la fuga de talento. Otro claro talento es Xabier López-Arostegi, un escolta muy alto (1,97), enrolado en la cantera del Joventut, que lidera su generación tanto en el club de Badalona como en la selección nacional. Ha sido objeto de reportajes hasta en el diario Marca y siempre se le señala como una de las grandes promesas del baloncesto español. Esta temporada ya ha debutado en LEB Oro con el CB Prat. Con su misma edad, Xabier Arriaga busca crecer en la histórica cantera del Estudiantes de Madrid y el base Jon Peña abandonaba este año el Unamuno para aventurarse a las Islas Canarias y probar en el novedoso proyecto de formación que han comenzado allí.
Estoy convencido de que a todos ellos les gustaría debutar en ACB de la mano del equipo de su provincia y, también, estoy seguro de que a Sito Alonso, acostumbrado a trabajar la cantera y a dar oportunidades a jugadores como Pere Tomas, David Jelinek, Josep Franch, Julen Olaizola, Mikel Motos o Lander Lasa, le encantaría pulir a muchos de ellos. Reunir a todos esos jugadores en un equipo de formación y aprovechar el talento y el buen hacer de tantos técnicos con prestigio y bagaje como hay en la provincia, daría, probablemente, resultados y, si no los diera, al menos, podría ofrecer una educación deportiva y humana para todos estos jóvenes que intentan jugar al baloncesto en nuestros alrededores. 
Le doy el titular a Rogelio Legasa porque tiene guasa que, en una entrada en la que fusilo un artículo periodístico (y aprovecho para felicitar a Roberto Calvo por su buen trabajo) sobre jovencísimos jugadores de baloncesto vizcaínos, se lleve la línea más vistosa un pivot de 40 años y nacido en Zaragoza que aún permanece en activo en la liga EBA, después de conocer la ACB y la liga portuguesa. Por eso, y porque no sabría a quién elegir de todos esos jóvenes prometedores a quienes deseo lo mejor para que sigan insistiendo en su sueño de jugar al baloncesto; aunque, para ello, como le ocurre a muchos otros que se ilusionan en otros ámbitos, tengan que emigrar. 

Por cierto, y me adelanto, perdón por todos aquellos a los que podría haber mencionado y que he olvidado cuando he hecho el ligero y nada ambicioso repaso a los que no aparecían en el artículo. Tampoco es que mi conocimiento de la cantera vizcaína sea digno de elogio, así que si alguien quiere añadir a alguien, para eso están los comentarios. Igualmente, perdón por no recoger en esta entrada el magnífico y reputado trabajo del baloncesto femenino vizcaíno. 

Posdata: la fotografía recoge un momento de euforia de Xabier López Arostegi con la selección nacional y, aunque lleva firma, yo he de decir que la he encontrado en el buscador de imágenes de google y parece provenir de la página web de solobasket.com

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