viernes, 16 de enero de 2015

Delonte West



Hizo dos buenas temporadas en los Celtics de Boston y otro par de ellas con los Cavs de LeBron James. Allí comenzó un rumor que le hizo mucho daño y que aseguraba que había mantenido una relación con la madre de James. Su carrera ya había sido un tanto tortuosa, debido, en parte, o completamente, a su enfermedad, ya que West era bipolar. Hace unos años, fue detenido por la policía cuando conducía su moto de tres ruedas a mucha velocidad por la autopista y le encontraron armado y con un rifle guardado en la funda de una guitarra. 
Hasta aquí parece que estoy escribiendo un segundo capítulo y que estiro el contenido de la entrada anterior. Pero no es así. Delonte West, quien, según se aseguraba en la prensa, llegó a dormir en los vestuarios de su equipo cuando la economía se torció, parece haber encontrado un nuevo camino hacia la redención en Venezuela. El de Washington juega ahora para los Guaros de Lara, donde tiene de compañeros a un viejo conocido de este blog, el ex bluejay Gregory Echenique y al alero de Alabama Jamario Moon, quien hizo un par de buenas temporadas en los Toronto Raptors al comienzo de su carrera. 
Y es que parece que todo empieza y termina en la NBA y, como mucho, algunos sabemos que hay más chicha en Europa, pero el resto del continente americano parece un desierto cuando hablamos de baloncesto. Y no es así. Así no es. 
Todo esto viene a que hace unos días, o ayer mismo, Bucaneros de La Guaira ganó, en partido amistoso, al CEBA Guadalajara, y yo lo leí en algún sitio. Al parecer, la liga venezolana no comienza hasta el 14 de Febrero y los equipos de baloncesto del país se encuentran en plena pretemporada. Los Bucaneros se habían organizado una gira en España para prepar bien esta próxima temporada. Lo que me llamó la atención fue saber que en el equipo venezolano jugaban Eduardo Hernández-Sonseca y Pete Mickeal y que el entrenador era el ex-Fuenlabrada Luis Guil
Ostias, me dije, fíjate tú. Y me fijé. Me fijé en que había más caras conocidas jugando en la Liga profesional venezolana y que parece que el baloncesto en este país crece en afición y en capacidad de negocio. A Delonte West, Jamario Moon, Gregory Echenique, Edu Hernández-Sonseca y Pete Mickeal, podríamos añadirles otro buen puñado de nombres conocidos que convirten a esta liga en una competición atractiva. Tengamos en cuenta, antes de que me ponga a nombrarlos, que no he seguido más criterio que mi conocimiento y que he visitado la página de eurobasket.com y como no la tuvieran actualizada en el día de ayer, puede que esté cayendo en errores, pero, a pesar de estas dos advertencias, a los ya mencionados, se suman otros jugadores importantes como Kris Lang, pivot norteamericano que, además de jugar en el Unicaja de Málaga, también ha conocido las ligas italiana, coreana, polaca, ucraniana y turca; Rodney Carney, estrella de la universidad de Memphis y con una larga experiencia en la NBA; otros dos que pasaron por España, como Jhornan Zamora (Valladolid y Clínicas Rincón) u Óscar Torres (Tarragona); Aaron Harper, ex jugador, entre otros, del Azovmash o el Pau Orthez; Dwayne Jones, ex NBA con una extensa carrera que le ha llevado a jugar también para el Efes Pilsen o el Estrella Roja; el tres veces MVP de la Liga holandesa, Leon Rodgers; el ex de Zornotza, Juan Coronado; el venezolano, ex del Larissa, Murcia y Siena, Héctor Romero y sus compatriotas David Cubillan, ex jugador del Maccabi Haifa, Luis Bethelmy. También, además de Luis Guil, entrenan en Venezuela, igual que Francisco Olmos sigue en Puerto Rico, un ex ACB como Gustavo Aranzana u otros conocidos como el ex jugador del Real Madrid y los Houston Rockets, Carl Herrera o el bonaerense, asistente de Rubén Magnano en la selección, Fernando Duró.
Pero, ya puestos, también le eché un vistazo a la liga mexicana, la liga brasileña, la liga uruguaya y a la de Puerto Rico. Y fíjate tú que me encontré con que en Brasil, todavía andan compitiendo jugadores como Walter Herrmann, Marcelo Machado, Raffael Hettsheimer, Nicolás Laprovittola, Caio Torres, Marcos Mata, Paulo Prestes, Marcus Vinicius Toledo, Maximiliano Stanic, Nicolás Gianella o Guilherme Giovannoni. Y en Argentina, podemos encontrarnos con Robert Battle, Diego Ciorciari, Matías Lescano, Diego Lo Grippo, Darren Phillip, Alejandro Alloatti, Bruno Fitipaldo, Adrián Boccia, Leo Gutiérrez, Nicolás de los Santos, Sam Clancy, Matías Sandes o Ariel Eslava. En Uruguay, traen recuerdos los nombres de Nicolás Mazzarino, Rubén Garcés, Kiril Wachsmann, Diego García, Chris Moss o Marcus Goree. En Puerto Rico, seguro que te suenan familiares los de Edward Santana, Blake Ahearn, Larry Ayuso, Gary Wilkinson o Daniel Santiago. En México, juegan el ex Laker Devin Ebanks, Lance Allred, Omar Quintero o Jumaine Jones.
Lo dicho, que no todo empieza en Europa y termina en Portland. Y lo que no se termina es el tiempo, porque si Derrick Alston ya estuvo jugando hasta los 40 en Argentina y en la misma Liga se retiró Juan Alberto Espil con 44 (por no hablar de Óscar Schmidt Bezerra jugando con el Flamengo a los 45), si cogemos a alguno de los que hemos mencionado arriba, podíamos hacer una plantilla con una media de edad que superara la treintena con mucho: Daniel Santiago (38), Marcus Goree (37), Diego Lo Grippo (36), Darren Phillip (36), Max Stanic (36), Marcelo Machado (39), Rubén Garcés (41), Walter Herrmann (35)...

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