miércoles, 29 de julio de 2015

Sylvain Chavanel



Hablamos de un tío que ha ganado la Vuelta a Bélgica, los 4 días de Dunckerque, la Flecha Brabançona, el Tour de Poitou-Charentes, varias etapas en la París-Niza y, sobre todo, la combatividad y etapas en el Tour de Francia y el campeonato nacional de su país hasta en 7 ocasiones (una en ruta y seis contrarreloj). Alguien que ha corrido 18 grandes vueltas (14 veces el Tour de Francia), siendo su mejor puesto un 16º en la Vuelta a España (19º en el Tour de Francia). Pero, sobre todo, hablamos de un tío que se ha prodigado en escapadas, aventuras, trabajo para los compañeros, clásicas... De los que te quedas con el nombre. Así que sorprende que en los últimos años haya estado un tanto apagado (son 36 años ya) y, sobre todo, que no le hayamos dado el titular de una entrada antes. 
Más aún cuando esta vez se lo damos, simplemente, para adelantar el resumen del Tour de Francia 2015, donde ha acabado en el puesto 54 a más de dos horas del líder. Más aún cuando, en realidad, a quien se lo íbamos a dar no era a él, si no a su hermano, Sebastien Chavanel, veterano corredor (34 años) de la Française des Jeux, quien se ha llevado este año el curioso premio de ser el último clasificado de la general del Tour, puesto 160, a casi cinco horas del vencedor final. Sebastien Chavanel es más rápido que su hermano pero no tiene un palmarés tan repleto. Llegó a ganar hasta cinco etapas del Tour del Porvenir en sus comienzos, pero en el resto de su carrera profesional apenas destacan victorias parciales en el circuito francés, el Gran Premio de Denain y el Tour de Picardie. 
Eso sí, en este blog todo vale. Sobre todo, para abrir con introducciones que poco tienen que ver con lo que viene después. Yo, sin embargo, sigo adelante, sin pararme a pensar. Y como se está poniendo de moda esto de resumir la carrera eligiendo a los nueve corredores más destacados, nosotros vamos a hacer lo mismo, pero en lugar de nueve corredores, elegiremos nueve momentos, aspectos o detalles de la carrera y así cumplimos con la tradición de hacernos eco de la carrera que, para muchos, es lo único destacable del calendario ciclista, para otros, por supuesto, es solo una prueba más. 

1. Los cuatro fantásticos y más. 

Los cuatro fantásticos. Todos hablaban de lo mismo, del duelo entre Chris Froome, Alberto Contador, Vincenzo Nibali y Nairo Quintana. Alguno añadía a Thibaut Pinot, pero parecía más deseo que otra cosa. Y nadie añadía a Alejandro Valverde. Al final, todo se descafeinó un poco cuando Froome destrozó a sus rivales en La Pierre Saint Martin. A Alberto Contador se le hizo largo el Tour porque se le hizo largo el Giro y a Quintana se le hizo precisamente lo contrario, corto. La semana final en los Alpes nos dejó el buen sabor de boca de la tozudez y el empeño de los grandes campeones, especialmente de Nibali y Quintana, a quien no les amedrentaron los minutos perdidos en el llano y en las primeras subidas. Quizás se esperaba una lucha más encarnizada aún, cambios de líderes, tiempos más apretados, épicas emboscadas, pero, a fin de cuentas, supongo que hemos tenido lo que se podía dar. 

2. La velocidad de ser segundo. 

En un Tour muy montañoso, al final, como siempre, ha habido varios esprints finales, y el gran ganador ha sido el alemán André Greipel. Eso sí, yo, como aficionado, me quedaría con la victoria de Mark Cavendish en Fougères. La búsqueda del espacio fue casi desesperada en aquella estrecha llegada. Sin embargo, el que más ha sorprendido en esto de los finales en velocidad ha sido el ganador final del maillot verde de la regularidad, Peter Sagan. Lleva más de una docena de segundos puestos en el Tour y en esta edición sumó otros cuantos, algunos especialmente dolorosos como ese último golpe de riñón que le aguantó Greg Van Avermaet en Rodès. El aún joven y apuesto eslovaco lleva ya cuatro maillots de la regularidad del Tour consecutivos, lo que no es mal premio, pero, a buen seguro, daría alguno de ellos por haber sido capaz de llegar a meta sin verle el rebufo a algún compañero. 

3. Los resistentes.

Sylvain Chavanel, antes hemos dicho que llevaba catorce, creo que cumplió su decimoquinto Tour de Francia en esta edición. Para Haimar Zubeldia, más apagado que en otras ocasiones (62º y poca presencia) fueron catorce. Para el australiano Adam Hansen fue su decimosegunda prueba de tres semanas consecutiva (entre Tour, Giro y Vuelta) sin haberse retirado en ninguna de esas ediciones. Si se tuvo que retirar Fabian Cancellara, quien corría su décimo Tour de Francia. Para el suizo, este décimo Tour de Francia era también su 18ª grande, eso sí, el de Berna se ha retirado antes de terminar hasta en once ocasiones (de hecho, ha corrido seis Vueltas a España y nunca ha terminado ninguna, en parte porque siempre tiene otros objetivos por esas fechas). Destacar también el 12º puesto final en la clasificación del veterano corredor asturiano Samuel Sánchez (ha renovado un año más con BMC) que cumplía su séptima participación en el Tour de Francia (su decimoséptima gran vuelta). Para el catalán Joaquim Rodríguez este era su cuarto Tour tan solo (en 2013 fue 3º), pero, en total, ha corrido hasta 22 grandes vueltas (habiendo hecho hasta en diez ocasiones entre los diez primeros). El Tour de este año, tan montañoso y apretado al final, parecía hecho a su medida, pero no respondió (29º, a hora y media de Froome), pero, eso sí, con su natural talento, supo recomponerse de su mal rendimiento para la clasificación final y se llevó dos victorias de etapa, a cada cual más significativa, en Huy y Plateau de Beille. Luchó hasta el final por el maillot de la montaña, pero, al final, los lunares se los llevó Chris Froome. Por último, también hay que hablar del holandés Robert Gesink, al que nadie esperaba por allí, pero, con su 6º puesto final, ha vuelto a demostrar que quizás nunca gane una grande o haga pódium (aún tiene 29 años), pero siempre se le dieron bien las batallas de larga duración. De todos los que hemos mencionado aquí, es el que menos recorrido tiene. Ésta era su undécima gran vuelta y el puesto que más le gusta (no el mejor que ha conseguido, fue 4º en la edición del Tour de Francia de 2010) es el que ha conseguido, el sexto, que ya consiguió por dos veces en la Vuelta a España (2009 y 2012).

4. La afición. 

No sé si soy yo o soy yo, pero no entiendo la reacción de la gente contra Chris Froome. ¿Es más sospechoso de lo que lo pueden ser otros? ¿Está pagando lo que hicieron otros por él antes? ¿Qué ha hecho Froome que no hayan hecho otros contra los que no se ha reaccionado así? ¿No ha habido otros casos de exhibiciones repentinas, campeones que surjen de la nada, rendimientos inauditos y explosivos, casi inesperados e incomprensibles? ¿Por qué con él se tiene fe en los rumores y con otros no? No voy a defender al británico porque tampoco quiero atacarle. Condenaría a Fabio Taborre porque acaban de pillarle, al parecer, pero, a los demás, habrá que condenarles cuando sucedan las cosas, no antes. Esa es mi opinión. Lo que no quiere decir, tampoco, que te quedes parado, sentado, a esperar que alguien peque. Mientras tanto, dedícate a intentar que no suceda. Así lo veo yo, pero, sobre todo, lo que no veo es que se escupa, se insulte y se abuchee. Creo que los aficionadxs al ciclismo se han distinguido por otros atributos y estos no deberían de perderse. Más aún en una edición del Tour que, a mí, quizás vuelvo a ser yo o soy yo, me ha parecido especialmente nutrida en lo que se refiere a publico en las cunetas. Quizás el problema ha sido precisamente ese. Igual que ha sucedido en otras ocasiones.

5. La France.

Quizás lo del Tour de Francia 2014 fue insuperable. Tres franceses entre los diez primeros de la clasificación final (Jean-Christophe Peraud, 2º, Thibaut Pinot, 3º y Romain Bardet, 6º), dos victorias parciales (Blel Kadri y Tony Gallopin), Pinot y Bardet en los dos primeros puestos de la clasificación de los jóvenes y el Ag2r La Mondiale de Vincent Lavenu llevándose la clasificación por equipos. Eso se consiguió el año pasado, así que cuando este año llegaron las primeras rampas y Peraud se hundía y Bardet y Pinot no aparecían, la gente empezó a pensar que lo del año anterior había sido un espejismo. Sin embargo, al final, no han sido dos si no tres victorias parciales (Alexis Vuillermoz, Romain Bardet y Thibaut Pinot, además, en finales especiales como el Muro de Bretaña, Saint-Jean-de-Maurienne o, sobre todo, Alpe d'Huez), dos corredores se han metido entre los diez primeros (Bardet, 9º y Pierre Rolland, 10º y otros cuatro han quedado entre los treinta primeros, Warren Barguil 14º, Pinot, 16º, Mikael Cherel, 18º y Vuillermoz, 26º) y la clasificación de los jóvenes se la ha llevado Nairo Quintana, pero justo detrás de él han quedado Bardet, Warren Barguil y Pinot. No creo que sea un mal bagaje. Quizás se podía esperar más de un Pinot al que se le dio mal la primera semana y le siguen asustando los descensos, pero en Alpe d'Huez dejó claro que aún se puede confiar en él, igual que se puede seguir teniendo esperanzas en que Bardet puede mejorar y en el silencioso progreso de Warren Barguil. 

6. Los equipos.

El Sky y el Movistar han acaparado toda la atención. El macroequipo británico ha llamado hasta la atención. Primero fue por su caravana de coches, después por la caravana de reclutas que llevaba a su vera Chris Froome. Parece que el proyecto ciclista de los británicos va a seguir creciendo. El Tour siempre es lugar para avivar el mercado, y los rumores parece que siempre apuntan al Sky. Sin ir más lejos, parecen querer hacer una selección vasca. Entre los muchos corredores que se relacionan con los de Chris Froome para el año que viene han salido los nombres de Mikel Landa, Beñat Intxaust, Ion Izagirre y Gorka Izagirre. También el de Michal Kwiatkowski. Sin embargo, la clasificación general por equipos se la ha llevado el Movistar de Eusebio Unzué, quienes tuvieron sus más y sus menos con el Tinkoff de Alberto Contador, y han aprovechado a sus dos hombres en el pódium final para equilibrar la ausencia de victorias parciales. No han sido los únicos del equipo en destacar: sobresaliente los relevos de Winner Anacona en las rampas más duras, el trabajo y la buena clasificación de Gorka Izagirre, pero, sobre todo, el sorprendente rendimiento de un Jonathan Castroviejo que, en el Tour con menos kilómetros contra el reloj, ha acabado 24º en la clasificación final y han sido pocas las escapadas en las que no se ha filtrado. Muy bien por el vizcaíno. Otro de los equipos que ha destacado sobre los demás ha sido el MTN-Qhubeka sudafricano. En su primera participación el Tour, los de Jens Zemke y el español Alex Sans Vega, se han ido contentos para casa. Han conseguido una victoria de etapa, la que le robó Stephen Cummings a Romain Bardet y Thibaut Pinot en Mende, y se han dejado ver con corredores como Serge Pauwels (13º en la general final), Daniel Teklehaimanot o Merhawi Kudus Ghebremedhin. 

7. Las lágrimas y los dolores.

Especialmente, las lágrimas de un enfermo Tejay Van Garderen que se tuvo que retirar cuando luchaba por entrar en pódium. Pero hubo más: Fabian Cancellara se tuvo que retirar cuando era líder con una rotura de vértebras. Y lo mismo le pasó a Tony Martin con la clavícula. Alberto Contador también se fue al suelo en un momento clave. La montonera de la segunda etapa fue la más llamativa, pero el Tour siempre tiene estas cosas. Eso sí, hay algunos que son capaces de esquivar las vacas que les salen en medio del camino. 

8. Los contrarrelojistas. 

En el Tour con menos kilómetros contra el reloj, ya lo hemos dicho, Rohan Dennis, un joven australiano, sorprendió en el prólogo, pero los veteranos Tony Martin y Fabian Cancellara, auténticos expertos en la especialidad, se las arreglaron para tener su momento de gloria. Martin dio muestras de su clase al sorprender en Cambrai y ponerse líder, y el suizo Cancellara ya había llevado el maillot amarillo unos días antes. Otro al que se le daban bien las contrarrelojes (nunca ha sido campeón de España, pero ha sido dos veces subcampeón y cuatro veces tercero) era Rubén Plaza, quien, a sus 35 años, se ha convertido en un veterano y experimentado aventurero que sabe aprovechar sus dotes de rodador. Lo hizo en Gap y se llevó el triunfo final, pero estuvo en muchas escapadas de los Alpes para cumplir con una semana final grandiosa y terminar el Tour en el puesto 30º de la clasificación final. 

9. El futuro.

El futuro más cercano parece que puede seguir siendo cosa del molinillo de Chris Froome. Más aún, si su equipo sigue fichando soldados como para asediar Winterfell. Ahora, Nairo Quintana, con 25 años, ha sido ya dos veces segundo en el Tour y ganó el Giro de 2014, así que parece que las cimas del ciclismo están llamadas a ser coronadas por él. También se atisba un buen porvenir para el ciclismo francés, mientras que el relevo en España (Alberto Contador va a cumplir 33 años y Alejandro Valverde tiene 35) se presenta más complicado. Se esperaba más de Wilco Keldermann o Andrew Talansky (este último, por lo menos, fue 11º en la general y se dejó ver en más de una etapa), pero aún se puede confiar en que el holandés tomará el relevo de Robert Gesink, el americano seguirá creciendo (ya se puede dar prisa que va a cumplir los 27), y en que otros como Adam Yates, Simon Yates, Marco Haller o el talentoso luxemburgués Bob Jungels irán subiendo peldañós en su progresión.

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