lunes, 24 de julio de 2017

Luke Rowe



El año que viene tendrán que ser ocho, pero este año aún son nueve: van aquí mis nueve elegidos del Tour y sirva de resumen. No hemos dicho nada antes, ni después, ni durante, pero aprovecharemos este resumen para, por lo menos, comentar algo. 
En mi opinión, ha sido un Tour entretenido, donde las etapas más destacadas y memorables no han sido las que, sobre el papel, parecían más decisivas. Ha sido, además, el Tour de las idas de olla, los milímetros, los cambios de protagonismo, las caídas y los renacimientos. Personalmente, creo que la última semana ha sido un tanto decepcionante y que Chris Froome ha ganado porque no tenía rival. Esta afirmación normalmente se usa para decir que alguien está por encima de los demás, pero, yo, aquí, la uso literalmente: no tenía rival. Pero, como siempre, esta es mi torpe y un tanto inofensiva opinión. 
Por cierto, el orden será alfabético:


Warren Barguil

El francés ha acabado 10º en la clasificación, luciendo el maillot de vencedor de la montaña y ganando dos etapas, una de ellas en el Izoard. Barguil tiene 26 años, ya hizo 8º en la Vuelta a España 2014, donde ganó dos etapas en la edición del año anterior. También ganó el Tour del Porvenir. Junto con Romain Bardet parece ser el futuro más presente de un ciclismo francés que parece augurar años de mucha diversión para su afición. A su presencia en montaña, une una punta de velocidad que le permiten aprovechar las oportunidades. Ha hecho un Tour muy vistoso y consiguiendo tantos resultados que hasta el voto polémico del jurado le otorgó el premio de la combatividad. Veremos si mejora aún más. 

Chris Froome

Es difícil no meter al ganador final en la lista, más aún cuando suma su cuarta edición. Otros años parecía ganar con más rotundidad, casi que con demasiada solvencia. Esta vez tuvo presión hasta el último momento. Nunca ha conseguido estar por encima de sus rivales en las rampas, pero tampoco ninguno de ellos consiguió descolgarlo a él. Puede que empecemos a ver el ocaso de un corredor que seguro que parte en la Vuelta, después de ver la victoria cerca otros años, con el sueño de hacer un doblete que nadie consigue desde hace tiempo. Lo que sí ha tenido este año ha sido un buen equipo. Él ha sabido agradecerlo, en carrera y después. Al menos, eso ha parecido desde fuera. 

Thomas de Gendt

A sus 30 años, el belga parece cómodo encasillado en el rol de aventurero y explorador, el loco que se tira a tumba abierta cuando quedan 150 kilómetros por delante. De vez en cuando, le sale bien y lo disfruta, como cuando ganó en el Stelvio y también le valió para hacer tercero en el pódium del Giro de Italia. No volvió a estar ni cerca del pódium de una grande. Eso sí, el año pasado ganó una etapa en el Tour de Francia y este año lo intentó hasta la extenuación: ha estado más de 1000 kilómetros escapado. Creo que batió el récord de Michael Morkov. No le ha salido bien ninguna, pero las escapadas en esta edición del Tour eran Thomas de Gendt y alguno más. Aún así, la polémica llegó cuando el jurado decidió entregar el premio de la combatividad al francés Barguil y no al belga de Gendt. El propio de Gendt dio su opinión en twitter con cierta ironía. 

Edvald Boasson Hagen

Tiene 30 años y 11 de carrera, parece que lleva toda la vida aquí, o ahí, en el pelotón. No ganaba en el Tour desde la primera vez que lo hizo, en 2009. Siempre ha estado ahí, eso sí. Puede que ya no fuera tan rápido y, en su lugar, se convirtiera en un rodador de aventuras y estrategia, pero en este Tour, se volvió a meter en los grandes sprints y ganó una etapa en la que demostró lo importante que es ser listo pero también trabajador. Dijo que había estudiado bien el recorrido y que conocía la parte final de la etapa. Cuando llegó la rotonda supo que tenía que encararla por donde nadie lo iba a hacer. Y le salió bien. Tan bien que aunque Nikias Arndt le siguiera solo lo hizo para verle irse. 9 veces campeón de Noruega contrarreloj parece que va a vivir una segunda juventud. Su destreza en la traza le llevó a la victoria y su confesado trabajo en el estudio a esta lista.

Marcel Kittel

Si no es el hombre más rápido del pelotón poco le falta. 5 victorias en esta edición del Tour y, con ellas, 14 en los últimos cinco años. También ha ganado en Giro y Vuelta. Ha habido muchas volattas en este Tour, con algunas llegadas limpias y otras más turbias. El alemán ha sabido ganar de diferentes maneras, en remontada o apoyándose en el tren de lanzamiento de su equipo. El año pasado le ganó la partida Mark Cavendish. Este año, Peter Sagan se encargó de que nos quedáramos con las ganas de saber si la confrontación entre ambos hubiera hecho más difícil que el alemán ganara cinco etapas.  

Michal Kwiatkowski

No es nada sorprendente que el polaco esté en la lista. El polaco ha acabado en el puesto 57 a más de dos horas y cuarto del líder, su compañero de equipo Chris Froome. Ha subido al pódium de París, eso sí, como miembro del mejor equipo. Dicho esto, sí que parece un poco sorprendente que esté aquí, pero todo el mundo que haya visto el Tour sabe que ha sido uno de los corredores con mejores piernas del pelotón. A sus 27 años, este joven polaco que comenzó su carrera profesional en el Caja Rural, ya tiene en su palmarés grandes carreras para lucir, sin ir más lejos, el sorprendente campeonato del Mundo en ruta que logró hace tres años o dos grandes clásicas como la Amstel Gold Race o la Milán-San Remo que ha ganado este mismo año. Se jugaba la renovación de su contrato y le explicaron muy bien para que le querían en el Tour: para que ganara Chris Froome. Y no solo lo ha hecho si no que el polaco ha tenido gran parte de la culpa de que lo consiguiera. Sus exhibiciones de fuerza en la punta del pelotón se recordarán, igual que quedaron en la retina los momentos dramáticos en los que daba por terminado su trabajo y apenas podía añadir una pedalada más. En el llano o en lo alto, ha formado junto con Mikel Nieve y Mikel Landa la escolta de lujo del corredor británico.

Mikel Landa

Es difícil hablar de él sin dejarte llevar por la pasión del aficionado. Necesitamos en Euskadi una nueva figura que aliente el porvenir de la afición y de los aficionados que buscan pasar a profesionales. Su año, con esa tercera semana de relumbrón en el Giro de Italia y los detalles exhibidos en este Tour de Francia parece alumbrar un horizonte de esperanza para el ciclismo vasco. Ya se veía venir. Desde el Orbea, desde aquella etapa en Burgos, en las Lagunas de Neila. Se veía venir desde cuatro años antes, cuando aún era amateur y ganó la Bizkaiko Itzulia por delante de Pello Bilbao e Igor Merino. También fue quinto en el Tour del Porvenir. Se le veía venir: un escalador de raza, de los que abren camino lento, como a machetazos. De los que cuando están finos e inspirados no esperan a nadie. No les hace falta ni atacar. Baja bien, lee mejor la carrera (que no los finales) y no le tiene miedo a la épica. Intentó la gloria con Alberto Contador, se le hizo largo el Izoard y le faltó un solo segundo para meterse entre los tres mejores. Pero todos los periódicos locales abrían mirando hacia el futuro y mirándole a él. No es para menos. Además, ha demostrado progresión en la lucha contra el reloj: no lo hizo mal en Marsella y este año ya ha sido subcampeón de la especialidad en el campeonato de España. Solo le queda acertar este verano, cuando firme su nuevo contrato.

Daniel Martin

Una debilidad. El irlandés es sinónimo de perseverancia. Me quedo pero cuando llegue, ataco. Por arriba no puedo, pues me voy por abajo. De lejos no me dejan, lo intento en los últimos metros. Siempre está ahí, tirando, intentándolo. Quedándose en un abanico y apretando los dientes. Además es rápido, explosivo, inesperado. Parece tozudo. Gana cuando puede y si no lucha por el mejor puesto que pueda. Personalmente, ya lo he dicho, una debilidad. De la misma generación que De Gendt, y de parece espíritu, pero con más piernas. Ha sido 7º en la Vuelta a España y 9º y 6º en el Tour de Francia. Ha ganado etapas en ambas pruebas. Ganó una Ruta del Sur, una Vuelta a Polonia y una Vota a Catalunya. Triunfó en el Giro de Lombardía y en la Lieja-Bastogne-Lieja. Formado como ciclista en Francia pero de nacionalidad irlandesa lleva ya un palmarés internacional pero lo que destacamos es su empeño y su valentía. Es garantía de espectáculo allá donde corra. 

Michael Matthews

Se me hacía tan difícil elegir entre los meritorios menos evidentes que, al final, me ha quedado una lista muy resultadista. Y es que el australiano se había ganado a pulso estar aquí: dos etapas y el maillot verde de la regularidad. Sin embargo, en este blog somos más dados a elegir a los que lo intentan que los que lo consiguen. En fin, Matthews también merecía estar aquí. Es un tío rápido pero los hay más rápidos que él. Tiene que esperar la oportunidad, jugársela o, como ha llegado a hacer su equipo en esta edición, jugar a destrozar el pelotón y dejar rivales atrás mucho antes de que lleguen los kilómetros finales. 2 etapas en Vuelta, 2 en Giro y 3 en el Tour con esta pareja de 2017 que, a sus 27 años, convierten al australiano en otro gran activo de este Team Sunweb de Rudi Kemna que parece, si consiguen seguir con esta plantilla (que será difícil), llamados a ser una de las grandes formaciones del pelotón: el propio Matthews, Warren Barguil, Tom Dumoulin, Phil Bauhaus, Sam Oomen, Soren Kragh Andersen, Nikias Arndt...


Ha habido varias decepciones, como las de Jhoan Esteban Chaves, Nairo Quintana, Pierre Rolland, Thibaut Pinot, Sergio Henao, Tiago Machado, Andrew Talansky, Darwin Atapuma, Gianluca Brambilla, Jarlinson Pantano, Laurens ten Dam, Pawel Poljanski, Andrey Amador o Alexander Kristoff. Algunos aparecieron algo, otros poco, muchos puede que te enteres ahora que estaban corriendo. Son todos corredores de calidad de los que quizás se esperaba algo más, aunque fuera simplemente intentarlo, como han hecho otros que, al final o desde el principio, han flojeado, como Fabio Aru, Alberto Contador, Bauke Mollema, Jan Bakelants o Primoz Roglic, pero han conseguido convencer o vencer. Por supuesto, ha habido otros corredores, por ganar, por intentarlo o por ayudar que podrían estar en la lista. Se me ocurren algunos de los ya mencionados y otros como Simon Yates, Louis Mentjes, Lilian Calmejane, Romain Sicard, Tiesj Benoot, Daniel Navarro, Mikel Nieve, Alexis Vuillermoz, Pierre-Roger Latour, Oliver Naesen, Alexey Lutsenko o Elie Gesbert. O, por supuesto, Rigoberto Urán y Romain Bardet. También, como ya hemos comentado, ha sido el Tour de las despedidas tempranas. Por diferentes razones, tuvieron que marchar antes de tiempo, algunos mucho antes, corredores como Richie Porte, Rafal Majka, Alejandro Valverde, Peter Sagan, Mark Cavendish, Ion Izaguirre, Geraint Thomas, Thomas Gesink, Jakob Fuglsang, Arnaud Demaré, Phillippe Gilbert, George Bennett, Marcel Kittel o Thibaut Pinot. 

Le damos el titular a Luke Rowe, del que no hemos hablado hasta ahora, simplemente por no elegir entre los demás y porque, al final, ha acabado último, a más de cuatro horas y media del ganador, Chris Froome, para quien trabajó en el llano. Se echa de menos a Wim Vansevenant y lo serio que se tomaba esto del farolillo rojo. 

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