miércoles, 28 de noviembre de 2018

Andrea Tafi

Imagen encontrada en el buscador de imágenes de google, parece provenir de la web "ciclismo internacional"


El ciclismo profesional, a veces, tiene cosas que parecen sacadas de una novela surrealista. Ramón Gómez de la Serna escribiría un par de buenas greguerías. No sé si le gustaría el ciclismo, pero yo me lo imagino. 

En pocos días, hemos asistido a la despedida de dos jóvenes talentos del ciclismo vasco: Jokin Etxabe, 24 años, y Egoitz Fernández, 26. Ambas retiradas prematuras nos pillaron por sorpresa. Etxabe debutó como profesional con el Aevolo estadounidense y después siguió con el Interpro Stradalli, buscándose un sueldo en el ciclismo continental. Había dejado destellos, se podía esperar una progresión. Según se explicaba en prensa, tras su anuncio de retirada, la falta de ofertas para volver a correr cerca de casa le invitaron a tomar esa decisión. Por su parte, Egoitz Fernández, después de ser uno de los mejores amateurs del pelotón vasco, emigró a Japón y consiguió que la Fundación Euskadi le repescara. Nada, también desiste. Hace unos días lo hicieron otros veteranos corredores vascos, como Ricardo García, Igor Antón o David López. Iba pasando poco a poco, casi que con naturalidad, pero estas dos últimas duelen. Duele más leer, hace también unos pocos días, simplemente el titular de una noticia en la que César Ortuzar, para el periódico Deia, se hacía eco de la pérdida de cantidad en el pelotón vasco: a los ya mencionados, Ortuzar añadía la retirada, que yo aún no he escuchado anunciadas en otros sitios, de Jon Ander Insausti. También incluía a corredores como Beñat Txoperena, Aitor González, Mikel Elorza, Josu Zabala u Oskar Malaxetxebarria que, al parecer, no tendrían contrato para el año que viene. Solo algunos, hasta donde yo sé, han sido confirmados por medio de otras fuentes de información. Ortuzar incluía esta frase que leída suena lapidaria: "Los números, puñeteros, son despiadados y revelan que el pelotón vasco ha perdido 13 efectivos para encarar la próxima campaña en las tres categorías del ciclismo en las que tiene presencia."

Lo que destacaba de Etxabe y de Egoitz Fernández era su juventud. Han elegido otro camino, por las razones que sea, pero, en cualquier caso, hay espacio para el lamento. 

Y, al mismo tiempo, aparece Andrea Tafi. A sus 52 años, el conocido como "El Gladiador" anunciaba en una entrevista en el medio belga Het Laaste Nieuws que el año que viene correrá la París-Roubaix. Se cumplirán 20 años desde que la ganara él, en 1999, con el maillot del Mapei-Quick Step (en realidad, vestía el de campeón de Italia), y por delante de dos compañeros de equipo, Wilfried Peeters y Tom Steels, precisamente, ahora, ambos directores en el Quick Step Floors que gestiona Patrick Lefevre. En esa misma entrevista, Tafi anunciaba que tiene equipo, que un equipo profesional se ha prestado a ayudarle en su intención de regresar a los 52 años para correr una carrera tan dura como la clásica mencionada; se habla de Dimension Data. Es más, dice que habló antes con Lefevre pero no consiguió convencerle. Hubiera sido el colmo de las coincidencias que Steels y Peeters le dirigieran ahora. Tan curioso como lo que ocurrió tres años antes, en 1996, cuando al velodromo llegaron juntos Johan Musseuw, Gianluca Bortolami y Andrea Tafi. Los tres corrían en el mismo equipo, el mismo de antes, el Mapei de Patrick Lefevre, quien tuvo que llamar hasta al patrón del equipo para decidir quién iba a ganar. Llegaron como he puesto antes y lo decidió el equipo. Las imágenes en televisión, desde que a 75 kilómetros de meta se creó la escapada final fueron surrealistas. Tafi seguro que se acuerda. Si al final vuelve, no estaría mal que Musseuw (53) y Gianluca Bortolami (50) se lo plantearan también. Ya puestos...

Esto de los regresos no es cosa nueva. Hemos vivido muchos. Hace poco hasta nos asustamos. Riccardo Riccò se confesaba en la Gazzetta dello Sport y la noticia llegaba a España con un titular curioso: "Riccò fabrica helados en Tenerife y piensa volver a correr con 40 años." Casi nada. En la noticia explicaban que el italiano estaba sancionado hasta 2023 y que pensaba volver cuando se cumpliera la condena, es decir, cuando ya tendría 40 años exactos. Pues habrá que ver. A principios de noviembre, leíamos titulares como "Lance Armstrong vuelve a competir en Costa Rica". Y un mes antes, era Floyd Landis el que anunciaba que volvía, aunque fuera como patrocinador de un equipo, gracias a los beneficios de una empresa que ha montado en el campo de la venta legal de cannabis, lo que dio lugar a un titular insuperable en Noticias de Navarra: "La mejor calada de Floyd Landis". El ciclismo inspira épica y al periodismo le da por la poesía. 

En fin, veremos en que queda. Si Tafi corre, que disfrute. La París-Roubaix suele dar el espectáculo suficiente como para no necesitar estos alicientes, pero si es él el que lo necesita, adelante. Ya sabe lo que es, la ganó y se la hicieron perder. En realidad, duele más ver a esos nombres que mencionábamos al principio escribiendo escuetas notas de prensa para agradecer la experiencia vivida y anunciar su retirada. Visto que ni haber vuelto a tener a dos equipos profesionales en el pelotón vasco nos ha permitido evitar que, según los datos de Ortuzar en el Deia, hayamos perdido ya a trece corredores, empiezo a convencerme de que igual no es tan bueno que se junten los dos, como se lleva tiempo discutiendo, y sí que salgan media docena más de equipos, a ver si así se acaba el goteo. Es coña, pero las retiradas, no lo son. Por lo menos, se han anunciado ascensos como los de Urko Berrade, Unai Cuadrado y Jokin Aranburu y que Peio Goikoetxea vuelve a estar sano y a pedalear. Algo es algo, esperemos que salgan más nombres, tengan 52 años, o varias décadas menos.



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