lunes, 9 de septiembre de 2019

Drew Crawford



En pleno momento clave del Mundial, parece que no procede ahora hablar de las Ligas nacionales. Si tuviéramos que hablar de baloncesto e Italia, probablemente, sea más oportuno hablar del parcial de 9 a 42 que les llevó a remontar ante Puerto Rico o su dolorosa derrota contra España que les retiró de la lucha por las medallas. 

Pero es que la liga italiana de baloncesto profesional, el Pallacanestro, como lo conocemos los foráneos, se está revitalizando, con lentitud, pero con una alegría que merecía la pena mencionar. En años anteriores, los equipos italianos prácticamente desaparecieron de la élite europea, su liga pasaba por continuos problemas económicos y equipos históricos desaparecían, descendían o empezaban de cero. Muy atrás quedaban los años 70 del siglo pasado, con el Varese dominando Europa o los ochenta con el Milano y el Cantú en lo más alto. Si haces una búsqueda en google, el baloncesto italiano y su liga, en épocas recientes, siempre viene acompañado de expresiones como "el ocaso de", "el eclipse de", "cuando eran los mejores".... Siempre usando el pretérito. Solo el Virtus Bolonia y el Treviso estuvieron a esa altura cuando cambiábamos de siglo y más recientemente se ha codeado, aunque desde lejos, con los mejores, el Milano. 

En la temporada que empezará a finales de setiembre, se volverán a juntar en la Lega todos esos equipos históricos de Italia. Ciudades como Pesaro, Trieste, Cantú, Milán, Roma, Treviso y Bolonia por partida doble recuperarán la esencia de un baloncesto que siempre estuvo a la cabeza del baloncesto europeo y que nos dejó nombres, en diferentes épocas, como los de Ferdinando Gentile, Roberto Brunamonti, Stefano Rusconi, Antonello Riva, Dino Meneghin, Walter Magnifico, Pierluigi Marzorati, Gregor Fucka, Carlton Myers, Sandro Gamba, Riccardo Pittis, Vincenzo Esposito, Claudio Coldebella, Paolo Conti, Romeo Sacchetti, Denis Marconato, Gianluca Basile... O extranjeros que pasaron por las filas de diferentes equipos de la Lega como Tony Kukoc, Oscar Schmidt Bezerra, Manu Ginobili, Predrag Danilovic, Bob McAdoo, Zoran Savic, Antoine Rigaudeau, David Andersen, Marko Jaric... Y la lista sería interminable. 

Este verano Italia ya empezó a ocupar portadas internacionales con el regreso de Ettore Messina al Olimpia Milano, el fichaje de Milos Teodosic por la Virtus Bolonia de Aleksandar Djordjevic, seleccionador de Serbia o el de Sergio Rodríguez, quien dejaba el CSKA de Moscú para firmar por el Milano de Messina. Son los fichajes más rutilantes, pero hay otros y, en general, una subida de talento muy marcada que generará un lento, es mi opinión, pero progresivo regreso del baloncesto transalpino a las zonas más doradas y visibles del baloncesto europeo. 

Por ejemplo, en ese Bolonia de Djordjevic, además de a Teodosic, también tendremos a Vince Hunter, que llega del AEK de Atenas, o a jugadores contrastados como Stefan Markovic y Kyle Weems. Mientras que en el AX Armani Milan de Ettore Messina y su ayudante, el norteamericano Tom Bialaszewski, además de a Rodríguez, tendremos a jugadores de nivel como Vladimir Micov, Shelvin Mack, Michael Roll, Arturas Gudaitis, Nemanja Nedovic o el norteamericano Kaleb Tarczewski. No serán los únicos que disputen Lega y Coppa con aspiraciones, otros equipos como el Banco di Sardegna Sassari de Gianmarco Pozzecco o el Umana Rayer Venezia de Walter de Raffaele se lo pondrán difícil. 

Una primera cosa que sorprende es la acumulación de talento nacional. Solo cinco jugadores de la selección italiana en el Mundial están fuera del país: los NBA Marco Belinelli y Danilo Gallinari y Luigi Datome, Daniel Hackett y Alessandro Gentile, aunque el mercado aún se puede mover. El resto, juegan en la Lega: Amadel Della Valle, Paul Biligha y Jeffrey Brooks en Milano, Luca Vitali y Awudu Abass en Brescia, Amedeo Tessitori en Treviso y el italoargentino Ariel Filloy en Venezia. 

Pero hay más. Desde los jóvenes como Tomaso Baldasso (Roma), Davide Alviti (Treviso), Lorenzo Bucarelli (Sassari), Federico Miaschi (Pesaro), Aaron White (Milan), Alessandro Simioni, Andrea Pecchia (Cantu), Riccardo Cattapan (Brindisi)... a los veteranísimos como Luca Lechtaler (Trento), Giuseppe Poeta (Reggio Emilia), Andrea Cinciarini (Milan), Daniele Cinciarini, PietroAradori, StefannoMancinelli (Fortitudo) o Brian Sacchetti (Brescia) pasando por los Filippo Baldi Rossi (Bolonia), Matteo Imbro (Treviso), Davide Pascolo y Aaron Craft (Trento), Stefano Gentile (Sassari), Michele Vitali (Sassari), Riccardo Moraschini (Milan), Matteo Fantinelli (Fortitudo), Raphael Gaspardo (Brindisi), Antonio Iannuzzi (Brindisi), Michele Ruzzier o Giampaolo Ricci (Cremona). 

Por supuesto, también habrá talento foráneo, llegado desde los Estados Unidos, principalmente, pero también de otros rincones de Europa. David Moss estará en Germani Brescia; Adrian Banks en Happy Casa Brindisi; Jeremiah Wilson en Cantú; Rok Stipcevic, Maarten Leunen o Henry Sims en Fortitudo Bolonia; DeJuan Blair, Vasa Pusica o el joven estonio Henri Drell en el Pesaro que preside Ario Costa; Jean Salumu, Zabian Dowdell o Terran Petteway en Pistoia; Darius Johnson-Odom, Reggie Upshaw, Josh Owens, Gal Mekel o David Vojvoda en el Reggio Emilia; Curtis Jerrells, Miro Bilan, Jamel McLean o Dwayne Evans en el Banco di Sardegna Sassari de Pozzecco; Justin Knox, George King o Andreas Forray en Trento; David Logan, Jordan Parks, Isaac Fotu, Aleksej Nikolic en Treviso; Jon Elmore, Hrvoje Peric, Juan Fernández o Kodi Justice en Trieste; Jason Clark, LJ Peak, Josh Mayo, Siim-Sander Vene, Milenko Tepic o Intus Jakovics en Varese; Michael Bramos, Ike Udanoh, Austin Daye, Gasper Vidmar, Jeremy Chappell, Mitchell Watt o Julyan Stone en Umana Rayer Venezia, actual campeón; Jerome Dyson, Mike Moore, Davon Jefferson, Amar Alibegovic en el Acea Virtus Roma que entrena el veterano Piero Bucchi; o, finalmente, en el Vanoli Cremona del actual seleccionador nacional, Romeo Sacchetti, jugarán gente como Drew Crawford, Peyton Aldridge, el finés Tobias Palma, Mathiang Mangok, Travis Diener o Wesley Saunders. 

Resumirlo así es un poco torpe, pero la sensación general es que se presenta una Lega apasionante, que el baloncesto italiano resurge poco a poco y que hay que tener esperanzas puestas en una nueva época de esperanza e ilusión para un baloncesto histórico al que los hitos y grandes logros se le iban quedando muy atrás. Veremos en qué queda todo al final. 

Le vamos a dar el titular a Andrew Eugene "Drew" Crawford, jugador salido de la universidad de Northwestern y con pasado en Europa por ligas como la alemana y la israelí que el año pasado se llevó el premio al mejor jugador de la Lega (trofeo que han ganado, entre otros, jugadores de la clase de Manu Ginobili, Danilo Gallinari, Luigi Datome, Bo McCalebb, Carlton Myers o Predrag Danilovic) en la última edición. Probablemente, vuelva a ser otro de los jugadores destacados de esta competición. La fotografía, para el histórico Ignis Varese. 




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