viernes, 31 de enero de 2020

Iñigo Baqué



Creo que luego voy a escribir otra entrada que podría estar relacionada con ésta, así que no me voy a explayar con el contexto. Todo esto surgió a raíz de cruzarse una imagen en la televisión, probablemente por casualidad, que me hizo ver a Mikel Vesga y a Unai López juntos en el campo de fútbol, probablemente celebrando alguna eliminatoria de Copa, y entonces recordé que ambos habían formado la media titular del Bilbao Athletic en la única temporada, en años recientes, que este filial disputó la categoría de plata del fútbol profesional español. 

Y me anime a enredar un rato. Porque aquel año pasó rápido y casi desapercibido, pero creo que, ahora, si se mira hacia atrás, se pueden ver las consecuencias de tener una buena generación y el plus que añade disputar una competición más exigente. Veamos, para empezar, hablamos de la temporada 2015-2016. Tras 19 temporadas en Segunda B, el equipo dirigido por José Ángel Ziganda conseguía un ansiado premio, algo que se ha perseguido largamente en Lezama desde los 90 y se regresaba a la segunda división. La experiencia, en estadísticas y datos, no sería muy positiva: el equipo acabó último con 32 puntos y regresó a la competición de bronce. Alavés, Leganés y un sorprendente Osasuna conseguirían lo contrario, subir a primera. Con el Bilbao Athletic, descenderían Ponferradina, Llagostera y Albacete. Los cachorros consiguieron 8 victorias, 8 empatas y 26 derrotas. Con 35 goles a favor y 59 en contra. Hubo algún desencuentro, al parecer, en torno a la composición de la plantilla, un tanto bisoña, con apenas tres jugadores de 23-24 años, entre el máximo responsable técnico y la dirección deportiva de Lezama. El caso es que se descendió. 

Pero, si miramos ahora hacia atrás, y sin mucha dificultad, se puede hacer otra lectura. Una lectura a posteriori que puede ser relativa y no está basada en un gran trabajo de investigación y cálculo, no te creas, pero que, en mi opinión, demuestra que, para un club como el Athletic, que apuesta parte de su bienestar en su habilidad para formar jugadores, una situación como la que se dio en aquella temporada puede ser muy positiva. 

Veamos. En la dinámica del equipo entraron hasta 30 jugadores, Alejandro Remiro, que jugó 33 partidos, fue el portero titular. Jon Ander Felipe, con 10 partidos, el suplente. Un jovencísimo Unai Simón, con 18 años por entonces, no llegó a debutar pero estuvo en cuatro convocatorias. En defensa, contaron con muchos minutos jugadores como Markel Etxeberria (30 partidos y 1 gol), Urtzi Iriondo (32 partidos y 1 gol), Enric Saborit (26 partidos), Óscar Gil (37 partidos y 2 goles), Yeray Álvarez (32 partidos) o Jonás Ramalho (19 partidos). Menos tuvo Unai Bilbao (13 partidos y 1 gol) y aún menos Iñigo Lekue (3 partidos y 1 gol), aunque por razones positivas, y Julen Arellano (1 partido). Los jóvenes Jon Agirrezabala y Andoni López no llegarían a jugar pero ambos fueron convocados, al menos, en una ocasión. En el centro del campo, eran indiscutibles gente como los ya mencionados Mikel Vesga (41 partidos y 1 gol) y Unai López (40 partidos y 2 goles), más Iker Guarrotxena (34 partidos y 4 goles). En las rotaciones, entraban jugadores como Aitor Seguín (28 partidos y 3 goles), Ager Aketxe (21 partidos y 8 goles), Iker Undabarrena (23 partidos), Gorka Iturraspe (25 partidos), Iñigo Córdoba (21 partidos), Jon Iru (19 partidos) o Jurgi Oteo (14 partidos y 1 gol). Menos presencia tuvieron Lander Olaetxea (9 partidos), Martín Bengoa (3 partidos) y Egoitz Magdaleno (1 partido), quien era, por cierto, el más veterano del grupo con 24 años. En punta, solo jugaron tres, Gorka Santamaría (34 partidos y 7 goles), Asier Villalibre, por entonces con tan solo 18 años, quien llegó a disputar 32 partidos y marcó 3 goles, más Gorka Guruzeta, en situación de meritorio, quien solo jugó 5 partidos sin marcar. 

Como decíamos, Lekue jugó poco por razones positivas, y es que llegó a disputar 20 partidos, en los que marcó un gol, con el primer equipo en aquella temporada de 2015-2016. Una temporada en la que, el equipo, a las órdenes de Ernesto Valverde, acabaría 5º en liga, clasificándose para Europa, donde ya jugó esa temporada, a solo dos puntos de Champions League. Además, por supuesto, como recordarán los aficionados, se ganó la Supercopa. Además de Lekue, Ager Aketxe jugó en las tres competiciones (Liga, Copa y Europa), llegando a jugar 3 partidos en primera división. Nadie más ascendió. Solo el portero Álex Remiro (en Liga) y Yeray Álvarez y Enric Saborit (en Europa), se quedarían cerca. De hecho, Saborit sí jugó, pero, como decimos, en Europa. Yeray Álvarez y Álex Remiro fueron convocados sin llegar a debutar. 

Si miramos a aquellos 30 jugadores, 8 de ellos aún juegan en el Athletic: Unai Simón, Iñigo Lekue, Yeray Álvarez, Iñigo Córdoba, Unai López, Mikel Vesga, Asier Villalibre y Gorka Guruzeta, aunque este último, tras superar una dura lesión, se mantiene ahora más en el filial que en el primer equipo. Es un 26,67% de aquella plantilla, que puede parecer poco, pero dada la exigencia del salto definitivo a la profesionalidad, no parece un mal número. Además de ellos, cinco jugadores disputan ligas de primera división, aunque solo uno en la Liga Española. Álex Remiro es el portero titular de la Real Sociedad, Unai Bilbao juega en la primera división de México con el Atlético de San Luis, equipo con el que el año pasado consiguió el ascenso y gracias a un gol suyo, Enric Saborit juega en el Maccabi de Tel Aviv de la primera división de Israel, Martín Bengoa lo hace en el Mogreb Atlético Tetuán de la primera división de Marruecos e Iker Guarrotxena acaba de firmar con el Volos NFC de la liga griega, después de haber estado jugando en la primera división polaca. Son 13 de 30, el 43,33%. Es decir, aunque alguno le parezca que exageramos, casi la mitad de la plantilla de aquel equipo juega en un equipo de primera división, ya sea en España, Marruecos, México, Grecia o Israel.

Además de estos, hay que destacar que solo un jugador, al menos en la actualidad, de aquella plantilla, está ahora mismo sin equipo: Julen Arellano. El prometedor lateral navarro abandonó el Calahorra hace un año y no se le conoce otro equipo. Y solo uno más, Egoitz Magdaleno, juega en tercera división, en el El Ejido andaluz. Todos los demás, juegan en segunda división o en segunda B. Cinco están en la Liga Smart Bank. Uno, además, cedido por el Athletic Club, Andoni López, quien intenta medrar en el Elche para regresar al Athletic (llegó a debutar en primera con el Athletic). Ager Aketxe juega en el Deportivo, donde coincide con hasta otros tres ex-rojiblancos, Peru Nolaskoain, Eneko Bóveda y Sabin Merino. Ramalho, quien llegó a jugar en primera con el Athletic y el Girona, sigue en este equipo pero en segunda división, donde también juegan Óscar Gil (Racing de Santander) e Iker Undabarrena (Tenerife). En segunda B, y fuera de Euskadi, juegan Gorka Santamaría (Badajoz), Lander Olaetxea (UD Logroñés), Gorka Iturraspe (Atlético Baleares), Jurgi Oteo (Sabadell), Jon Ander Felipe (Ejea) y Markel Etxeberria (Cartagena). En Euskadi se quedaron los demás, Jon Iru (Leioa) y tres que juegan en el mismo equipo, el Barakaldo Club de Fútbol, Jon Agirrezabala, Urtzi Iriondo (quien estuvo jugando en el Saint Gilloise de la segunda división belga, y el recién llegado Aitor Seguín, un jugador que, a sus 24 años, ha llegado cedido por el Athletic, donde aún se espera que se recupere y alcance el nivel que siempre se le vio, después de superar lesión tras lesión que ha amenazado por cercenar por completo su carrera. 

El Bilbao Athletic, que dirige ahora Joseba Etxeberria, se encuentra en puestos de play-off de ascenso en su grupo de la segunda división B, el dos. Con 42 puntos, está a 4 del UD Logroñés, líder del grupo, y mantiene una ventaja de seis con el quinto. Las aspiraciones para retornar a donde estuvieron en esa temporada de 2015-2016 se mantienen. Vistos estos datos, relativos, dirán muchos, y puntualizables, dirán otros, yo sigo pensando que ese ascenso sería una buena nueva en la estructura de formación del club. En este Bilbao Athletic de Joseba Etxeberria, despuntan los jugadores de la generación del 2000. A esos jugadores, los Asier Córdoba, Aitor Paredes, Imanol García de Albeniz, Unai Vencedor, Oihan Sancet o Ewan Urain, y a otros de generaciones anteriores o posteriores, como Jon Morcillo, Daniel Vivian, Jesús Areso, Oier Zarraga o Beñat Prados seguro que les vendría muy bien ese ascenso y ese nuevo nivel de exigencia. 

Le vamos a dar el titular a Iñigo Baqué, jugador del Bilbao Athletic actual que, recientemente, sufrió una grave lesión, la segunda en poco tiempo, y vio cómo se cortaba una temporada que estaba siendo excepcional para él. Más que por los 19 partidos y 3 goles que llevaba, porque, a sus 22 años, había visto como, por razones puntuales, pasaba de sus labores habituales como defensa o medio centro a ocupar la posición de delantero centro, aprovechando su 1'88, ya que Etxeberria había perdido por lesión a Urain y Tascón. Ahora, se encuentra con la temporada prácticamente finiquitada y una larga tarea de recuperación hasta que consiga incluirse en alguno de esos grupos con los que hemos resumido la carrera post-Bilbao Athletic de aquellos que vestían esa camiseta en la temporada 2015-2016. Joseba Etxeberria y José Ángel Ziganda coincidieron durante tres temporadas en la primera plantilla del Athletic Club, incluyendo aquella de la 97/98 en la que, de la mano de Luis Fernández, se alcanzaría la Champions League. En aquel equipo, jugadores como Aitor Larrazabal, Julen Guerrero, Rafael Alkorta, Josu Urrutia, Imanol Etxeberria o Javi González representaban el valor de cantera del equipo. A lo mismo, aspiran muchos de los que hemos mencionado aquí. Solo queda esperar. 

martes, 14 de enero de 2020

Jett Canfield



Dejamos nuestro recuento de la temporada de los Bluejays con un récord de 5-2, y los recuperamos con un 13-4, es decir, dos derrotas más que se compensan con ocho victorias cosechadas en estos diez partidos que no hemos cubierto. Un buen bagaje que les ha llevado a estar incluido, por primera vez en la temporada, entre los 25 primeros de la lista de Associated Press, ya sabéis, un ranking semanal en el que los periodistas elucubran sobre los mejores equipos nacionales. De hecho, no solo es reseñable que hayan entrado en la lista por primera vez en esta temporada, es que, en realidad, no alcanzaban este mérito desde enero de 2018, así que ya tocaba. En los otros rankings que solemos visitar para atestiguar el balance del equipo también ha habido avances: los arrendajos azules ocupan el puesto 27 en el NET de la propia NCAA y en el otro gran ranking, el de US Today, no entran en la lista pero son los primeros de esa segunda en la que se reúnen todos aquellos equipos que no logran acceso a los primeros pero han recibido votos. Todo esto no significa nada y significa solo una cosa: la temporada de los de Creighton está siendo buena y hay ilusión por que queden más cosas buenas por venir. Hay que destacar, para terminar, que en la lista de la AP hay hasta otros tres equipos de la Big East incluidos, todos por encima de Creighton, con lo que queda claro que esta conferencia tiene un nivel competitivo muy alto: la sorprendente Butler es 5º, Villanova es 14º y Seton Hall, 18º. 

En esos diez partidos que tenemos que rememorar ahora, se incluyen los primeros cuatro que corresponden a la disputa por la conferencia Big East, que ya ha comenzado. El bagaje en esos encuentros es de 2-2, con dos victorias ante Marquette y Xavier y dos derrotas ante los dos grandes favoritos a disputarse el título de la Big East y casi que el nacional, Butler y Villanova. Los otros seis partidos correspondieron a la parte de la temporada que antecede a la competencia por la conferencia y todos los resolvieron con victorias: ante Oral Roberts, Nebraska, UTRGV, Oklahoma, Arizona State y Midland. Con este bagaje de 2-2, Creighton es quinto en la conferencia, por detrás de Seton Hall (4-0), Butler (3-0), Villanova y Providence, ambos con 3-1. Los próximos partidos de conferencia son fundamentales, ya que se enfrentarán a equipos con bagaje de 1-3, en principio asequibles, Georgetown, De Paul y Xavier (a los que ya han derrotado y en Cincinnati), más un duelo en Omaha ante Providence que resultará fundamental. Todo esto ocurrirá antes de visitar Wells Fargo Center de Philadelphia para enfrentarse a Villanova de nuevo, con lo que este tramo de cuatro partidos puede ser fundamental para aspirar a situarse arriba en la conferencia y en la aspiración por aparecer en la locura de marzo. 

El partido ante Oral Roberts se disputó en Omaha y se resolvió con victoria por 60 a 72, sustentada en un primer tiempo en el que los locales ya amasaron una ventaja de quince puntos. Por parte de Oral Roberts, destacó el joven holandés Emmanuel Nzekwesi, quien, saliendo desde el banquillo, consiguió 21 puntos y 10 rebotes, insuficiente para oponer resistencia ante el buen partido de cuatro titulares de Greg McDermott: Christian Bishop (17 puntos, 8 rebotes y 2 tapones), Ty-Shon Alexander (14 puntos y 8 rebotes), Marcos Zegarowski (14 puntos y 6 asistencias) y Mitch Ballock (12 puntos y 6 rebotes). El siguiente partido tenía su miga porque era el derbi contra Nebraska e, igual que en el anterior, estaba resuelto al descanso gracias a un contundente 22 a 48. Los de Omaha se relajaron en la segunda parte y el resultado final fue de 95 a 76. A pesar de la ventaja, solo jugadores com Shereef Mitchell y Jalen Windham contaron con muchos minutos desde el banquillo, y, por lo tanto, los números y las estadísticas volvieron a concentrarse en los cinco titulares: Damien Jefferson (8 puntos y 8 rebotes), Christian Bishop (10 puntos y 9 rebotes), Mitch Ballock (13 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias y 3 tapones), Ty-Shon Alexander (22 puntos y 6 rebotes) y, sobre todo, un excelso Marcus Zegarowski con 30 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. Tercer partido consecutivo en Omaha y tercera victoria fácil, nuevamente allanada en la primera parte, esta vez ante los vaqueros de UTRGV, la universidad de Texas en el Valle de Río Grande. Muchos minutos para los reservas, sobre todo para jugadores como Nic Zeil o nuestro Jett Canfield, cuyos números globales daremos al final, en lugar de ir partido a partido. Buenos porcentajes de tiro en un partido donde los más destacados volvieron a ser Ty-Shon Alexander y Marcus Zegarowski, demostrando que en ellos va a estar la clave del equipo y que, por lo tanto, el tiro exterior decidirá la temporada. Alexander se quedó en 22 puntos y 8 rebotes, con un reseñable 13 de 15 en tiros libres. Por su parte, Zegarowski añadió 21 puntos con buenos porcentajes, 9 de 13 en tiros de campo. Más dificultades, sobre el papel, anticipaba el siguiente visitante del CHI Health Center de Omaha, Oklahoma. Los Sooners de Lon Kruger apretaron en la primera mitad, de donde salieron derrotados tan solo por tres puntos, pero se quedaron a diez de la victoria al final, 83 a 73, a pesar del buen partido de Kristian Doolittle y Austin Reaves, ambos por encima de los veinte puntos. No fue suficiente ante el buen partido de los tres pilares de McDermott: Ty-Shon Alexander (19 puntos y 11 rebotes), Marcus Zegarowski (20 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias) y Mitch Ballock (17 puntos y 7 rebotes). Sin embargo, todos ellos se vieron ensombrecidos ante el debut ansiado de Denzel Mahoney, un escolta llegado de Southeast Missouri State que tuvo que esperar hasta diciembre para poder debutar con los de Omaha. Lo hizo ante los Sooners y las impresiones fueron buenas: 14 puntos en 29 minutos desde el banquillo. Viajaron después a Temple, Arizona, para enfrentarse a la Arizona State de Bobby Hurley, ex ganador de la NCAA con Duke en dos años consecutivos (1991 y 1992) cuando era jugador. Hurley y su equipo, sobre todo gracias a Romello White y Alonzo Verge Jr, apretaron a los Bluejays pero acabaron cayendo por 60 a 67, en una mala noche de tiro, sobre todo en el triple, con 7 de 24. Buen partido del interior Christian Bishop (12 puntos y 9 rebotes) y muy malo de Ty-Shon Alexander y Marcus Zegarowski, con cuatro canastas de dieciocho intentos entre los dos. Volvió a destacar Denzel Mahoney, demostrando que lo suyo es tirar, y quedándose en 14 puntos, de nuevo, también saliendo desde el banquillo. Y cerraron los partidos antes de debutar en la Big East con otra victoria fácil en Omaha: 91 a 54 ante Midland. Hasta seis jugadores pasaron de los diez puntos: Damien Jefferson, Ty-Shon Alexander, Christian Bishop, Marcus Zegarowski, Denzel Mahoney y Jalen Windham, con especial mención a este último quien aprovechó su oportunidad 14 puntos en apenas 16 minutos. Jefferson añadió 11 rebotes, Zegarowski y Alexander fueron los máximos anotadores con 19 y Mahoney encadenó su tercer partido con dobles dígitos. 

Así llegaban a la Big East y debutaban con victoria en Omaha ante la Marquette de Steve Wojciechowski, otro ex de Duke que acaba entrenando. Los de McDermott supieron sobreponerse al talento del trío de Marquette, formado por Sacar Anim, Brendan Bailey y Markus Howard. Buen partido de los de siempre: Ty-Shon Alexander, 21 puntos, 8 rebotes y 6 robos, Mitch Ballock, 24 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias, Damien Jefferson, 17 puntos y 6 rebotes y Marcus Zegarowski con 18 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias. Mahoney, desde el banquillo, siguió aportando, añadiendo 10 puntos, los únicos puntos que conseguiría un jugador de banquillo. El Hinkle Fieldhouse de Indianapolis vería el fin de esta racha positiva, con la contundente victoria (71 a 57) de la Butler de LaVall Jordan. Kamar Baldwin y Sean McDermott se impusieron a Creighton donde un 4 de 22 en triples fue demasiada losa para levantar. Zegarowski con 15 puntos y 6 rebotes fue el mejor en las estadísticas. Jay Wright y sus Wildcats de Villanova eran los siguientes en visitar Omaha y les costó pero se llevaron la victoria en un apretado 59 a 64. Collin Gillespie, con 24 puntos y 7 rebotes, fue el mejor hombre de Wright, mientras que por el lado de McDermott sobresalió un sorprendente Christian Bishop que se fue a los 16 puntos y 9 rebotes. Nadie más alcanzó dobles dígitos. Finalmente, los Muskeeters de Xavier cayeron derrotados en Cincinnati, Ohio, en la que fue la victoria número 500 de Greg McDermott en su carrera como entrenador en la NCAA. El mejor de los arrendajos fue el jugador más regular que están teniendo esta temporada, Mitch Ballock, quien se fue a los 19 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias. Con esos ocho rebotes fue el mejor de su equipo, igualado con un excelente Kelvin Jones, quien se está convirtiendo en el primer relevo interior del equipo, quien también añadió 2 puntos, 2 asistencias y 2 tapones saliendo desde el banquillo. 

En lo que atañe a nuestro elegido para encabezar las entradas de esta temporada 2019-2020, Jett Canfield, comentar que apenas ha disputado cinco partidos en este tramo de diez, con una media de 9,6 minutos por encuentro. En esos apenas 10 minutos en 5 partidos ha conseguido unas medias de 1,4 puntos, 0,2 rebotes, 1 asistencia y 0,6 robos por partido. Su mejor encuentro fue contra UTRGV, donde dispuso de 24 minutos, consiguiendo 4 puntos, 2 asistencias y 2 robos. Su rol ha ido decreciendo con la temporada y más aún con el debut de Denzel Mahoney. Sin embargo, seguiremos siéndole fiel hasta final de temporada, igual que lo somos a aquellos que elegimos antes y, por eso, nos hizo especial ilusión encontrarnos con Martin Krampelj ingresando en la historia de la ACB. El jugador esloveno cuyo nombre usábamos para ilustrar nuestros repasos de Creighton en los últimos tiempos, llegó a Andorra cedido por el Cedevita Olimpia Ljubljana, donde no estaba contando con muchos minutos, para suplir la baja de Moussa Diagné. Por ahora, ha jugado 4 partidos en ACB, promediando 10 minutos, 3 puntos y 1,3 rebotes en cada uno de ellos. Su mejor partido fue en la victoria (106-78) ante Casademont Zaragoza donde aportó 7 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias en 19 minutos. 

miércoles, 8 de enero de 2020

Davide Rebellin



A los 47 años, en abril del año pasado, Davide Rebellin anunció que se retiraría del ciclismo profesional en junio, en el campeonato nacional de su país. Más o menos, lo hace tras 28 años de carrera. No sin polémicas, por supuesto. Había debutado en 1992 con aquel GB-MB Maglificio de Giancarlo Ferretti, donde estaban corriendo corredores como Mario Cipollini, Franco Chioccioli, Miguel Arroyo, Fabio Baldato, Franco Ballerini, Zenon Jaskula, Andrei Tchmile... Más adelante, llegarían los dos años de sanción por un positivo por CERA. Sin embargo, se retira con un palmarés que recoge unas 60 victorias, algunas de ellas conseguidas por encima de los 40 años. Entre otras victorias, aparecen triunfos en Lieja-Bastogne-Lieja, Flecha Valona, París-Niza, Tirreno-Adriático, Klasika de Donostia, la Itzulia, Amstel Gold Race, Zurich, o etapas en el Giro de Italia. Fue el primer corredor en conseguir el tríptico de las Ardenas. A pesar de que no era su perfil, llegó a ser 6º en un Giro de Italia y 7º en una Vuelta a España, ambos top tens los consiguió en el mismo año. Tras su positivo de 2009, su carrera entre 2011 y 2019 pasó a otro nivel, el que algunos calificarán de exótico. Corrió en equipos de Polonia, Italia, Croacia, Kuwait y Argelia. Consiguió victorias en carreras disputadas en Irán, Turquía, Eslovaquia, Polonia, Rumanía, Indonesia, Argelia, Francia e Italia. Su retirada ha pasado más desapercibida de lo que, probablemente, lo hubiera sido de no mediar esa sanción. Sin embargo, no deja de ser un ejemplo ilustrativo de los casos de longevidad extrema que, a menudo, se dan en este deporte.

Con su retirada, solo nos quedan dos. Exagero, quedan corredores veteranos, corredores en categoría continental que, probablemente, superen la edad y la longevidad de estos dos, pero no con la trascendencia que tuvieron en algún momento de sus carreras. Hablo de Francisco Mancebo y Óscar Sevilla. Los dos corredores españoles, implicados, aparentemente, aunque nunca sancionados judicialmente, en la Operación Puerto, que vieron como sus carreras cambiaban completamente tras aquellos sucesos pero, no por ello, las dieron por finalizadas. Ambos corredores, con 43 años, anunciaron recientemente que continuarían un año más en el pelotón profesional. 

Mancebo no pasaría profesional hasta 1998, año en el que debutaría ganando el Trofeo Comunidad Foral de Navarra, que al año siguiente pasaría a llamarse Gran Premio Miguel Indurain, y lo haría, precisamente, por delante de Stefano Garzelli y un Davide Rebellin que corría por entonces con el Team Polti. También aquel año debutaría Óscar Sevilla, en su caso, con el Kelme, pero su temporada de debut pasaría más desapercibida. Como ya hemos dicho, tanto Mancebo como Sevilla siguen en activo y ambos, igual que Rebellin, saben lo que es ganar con 40 años o más. Sevilla, este mismo año, se ha llevado la Vuelta a Chiloé y el prestigioso Clásico RCN, además de dos etapas en la Vuelta a Colombia, país del que obtuvo su nacionalidad después de llevar corriendo allí desde 2011. Mancebo, por su parte, se convirtió, este año, en el primer corredor no filipino en ganar la Vuelta a Filipinas y, además, se llevó también la montaña de la Vuelta a la Comunidad de Madrid. De todas formas, ya en 2016, con 40 años cumplidos, ganó una etapa en la 3ª edición del Tour de Alberta que ganaría el norteamericano Robin Carpenter por delante de Bauke Mollema, ganador de la edición anterior, y Evan Huffman, quien ganaría la edición del año siguiente.

Tanto los nombres de Mancebo como el de Sevilla vienen marcados por la Operación Puerto, aunque ninguno de ellos recibió sanción, como ya hemos comentado. De hecho, los dos volverían a firmar contrato en 2007 con el mismo equipo, el Relax GAM, junto con Santi Pérez, quien se encontraba en la misma situación. Sevilla dio positivo más tarde, ya en Colombia. Cumplió la sanción y volvió. Hace unos años en una entrevista, decía: "Si no fuera por la Operación Puerto probablemente seguiría en Europa, hubiera ganado mucho más dinero, quizás más fama, pero nunca hubiera sido tan feliz como lo soy ahora". Los dos, una vez más, seguirán una temporada más como profesionales, y parece que no tienen prisa por ponerle un punto final a sus carreras. Ya en 2017, en una entrevista para el diario Marca, Mancebo decía: "Me gusta que me llamen el abuelo del ciclismo español, como si quieren decirme dentro de 14 años que soy el bisabuelo." En noviembre, la web Zikloland publicaba el siguiente titular: "Mancebo seguirá un año más en activo, y van 23". En la noticia, se explicaba que había decidido renovar por el equipo japonés Matrix Powertag por un año más, cumpliendo 44 encima del sillín, que era la expresión que se utilizaba en la noticia. 

El madrileño, que ya había corrido en Francia en los años anteriores a la Operación Puerto, ha pasado luego por Portugal, Estados Unidos, Grecia, Emiratos Árabes Unidos y República Dominicana, además de Japón y España. Ha conseguido victorias parciales o absolutas en Japón, Egipto, Malasia, Filipinas, Canadá, Estados Unidos, Francia, España, Chile y México. Antes de la Operación Puerto, su palmarés incluía una etapa en la Vuelta a España, el campeonato nacional, la Vuelta a Burgos, la Vuelta a Castilla y León o la Clásica de los Alpes, además de haber sido 3º en la Vuelta 2004 y 3º en el Tour 2005. En la Vuelta también fue 4º y 5º y en el Tour 6º, 7º y 9º. No ha vuelto a correr ninguno de los dos desde 2005. Igual que Sevilla, quien también disputó esas dos grandes en 2005. En su última, en la Vuelta de 2005, fue 7º. Antes había sido 2º y 4º en la misma. 7º también fue en el Tour de 2001. Sevilla no ha viajado tanto como Mancebo. Lo hizo más antes de la Operación Puerto, ya que corrió en Suiza (Phonak) y Alemania (T-Mobile), pero tras la polémica, se instaló en Colombia, donde sí ha corrido en varios equipos, eso sí, sin abandonar el país, convirtiéndose en un corredor relevante allí. Antes de hacerlo, además de coincidir con Mancebo en el Relax-GAM, también lo haría en el Rock Racing estadounidense en 2009, a donde se fueron los dos. Su dueño, Michael Ball, un multimillonario que patrocinaba al equipo, debía creer en la redención, porque, en 2009, su equipo lo dirigía Rudy Pevenage, belga que fue también salpicado por la Operación Puerto, y contaba entre sus filas, además de los dos ya mencionados, con otro afectado de la misma trama descubierta, José Enrique Gutiérrez y con Tyler Hamilton, reincidente en dopaje. El palmarés de Sevilla en Colombia es de relumbrón. Probablemente, no alcance la magnitud que se le confiere a los que triunfan con excelencia en Europa, pero sus logros son, en muchos casos, inaugurales. Además de las parciales que haya conseguido, y de otras pruebas, destaca que haya ganado hasta en tres ocasiones la Vuelta a Colombia y en otras cuatro el Clásico RCN. Estas dos pruebas, sin la pompa de las competiciones europeas, son las dos grandes competiciones americanas. El Clásico RCN, fuera del calendario UCI, organizado por la Federación Ciclista de Colombia, se disputa desde 1961 y, tras la Vuelta, es la prueba más prestigiosa del calendario americano. Hasta que la ganó Óscar Sevilla en 2008, ningún corredor que no fuera colombiano la había ganado. En su palmarés, lucía lo más granado de la historia del ciclismo en este país: Rafael Antonio Niño, Lucho Herrera, Fabio Parra, Álvaro Mejía, Raúl Montaña, Hernán Buenahora... Solo Claudio Chiapucci, segundo tras Alberto Camargo en 1992, y el ecuatoriano Pedro Rodríguez, tercero en 1995 por detrás de Raúl Montaña y Henry Cárdenas, se habían acercado a lo que lograría Sevilla hace 11 años, convertirse en el primer corredor extranjero en vencer en esta prueba histórica. Sevilla repetiría en 2012, 2016 y 2019, quedándose a una sola victoria de Rafael Antonio Niño, el corredor con más victorias absolutas, dominador en la segunda mitad de los años 70 del siglo pasado. Cerca ha estado de igualarlo al ser tercero en 2013 y segundo en 2017. En 2014, el boliviano Óscar Soliz, también segundo en 2013 y 2016, se convirtió en el otro único corredor no colombiano en aparecer en estos puestos de honor. La Vuelta a Colombia si fue una prueba UCI, hasta hace un par de años, que pasó al calendario nacional. Quizás por eso, sí que ha tenido y tuvo ganadores internacionales desde sus comienzos: el francés José Beyaert en 1952, el español José Gómez Del Moral en 1957, el venezolano José Rujano en 2009 y el ecuatoriano Jonathan Caicedo en 2018. Ya está. José Beyaert y José Rujano de nuevo, el español Fulgencio Sánchez o el argentino Humberto Varisco también aparecieron en los pódiums de alguna de las casi setenta ediciones que lleva esta prueba, una prueba reconocida por su dureza, de puertos largos y exigentes, con el condicionante añadido de la altura. A todos ellos se unió Óscar Sevilla en 2013. No fue el primero, pero sí entró en un selecto grupo, el de los mejores corredores colombianos de la historia, gente como Ramón Hoyos, Lucho Herrera o Libardo Niño, al convertirse en uno de los pocos corredores que repetiría triunfo en tres ocasiones consecutivas, añadiendo a la primera las victorias en las clasificaciones generales de 2014 y 2015. Sevilla, además, fue 2º en 2016 y 3º en 2018 y 2019. Desde 2018 se disputa el Tour de Colombia, antes Colombia Oro y Paz, una nueva prueba, dentro del calendario UCI, que intenta devolver el ciclismo de élite al país. Se han disputado dos ediciones. La primera la ganó Egan Bernal por delante de Nairo Quintana y Rigoberto Urán. La segunda se la llevó Miguel Ángel López, dejando atrás a Iván Sosa y Daniel Martínez. Óscar Sevilla disputó la primera edición con el maillot del equipo Medellín, siendo el mejor de su equipo, acabando en la 17º posición de la general final. En la edición de 2019, Sevilla sería 19º, también con Medellín, también el mejor de su equipo. Desde que se marchó a Colombia, el albaceteño ha seguido medrando su palmarés, aunque solo en una ocasión volvió a ganar en Europa. Fue en 2017, llevándose la general final de la Vuelta a la Comunidad de Madrid. Pero en estos últimos años, desde que en 2011 se le levantara la sanción por su primer dopaje en Colombia, se ha llevado infinidad de pruebas en el continente americano además de las ya mencionadas: la Vuelta a Boyacá, la Vuelta al Chiriquí, la Clásica de Anapoima, la Vuelta a Antioquía, el Tour de Río, la Vuelta al Valle del Cauca, la Vuelta a San Juan, la Vuelta a Ecuador... Prácticamente en todas ellas, inauguró el palmarés de victorias europeas. 

No sabemos cuándo se retirarán. Igual no lo saben ni ellos. Son de lo poco que sobrevive de aquel ciclismo europeo de los años 90 que tan manchado quedó. Ambos han seguido con sus carreras, descubriendo otras dimensiones, otras realidades, otros sabores y aromas y relieves. Lo mismo hizo Rebellin. Nadie le echará de menos en el pelotón más vistoso, el más mediático, el más evidente, porque hace tiempo que no estaba, ni están. Siguen pedaleando, eso sí. 

martes, 7 de enero de 2020

Peter Stetina



Con la temporada apunto de empezar... volvemos a mirar atrás, al verano, y el mercado, y los cambios que ha habido. Pero no vamos a hacer resúmenes ni descubrir nada nuevo, más bien nos vamos a quedar en lo anecdótico, como siempre, recuperando un tema del que ya hablamos. Ya hicimos una entrada sobre esto y dijimos que, este año, dicen adiós en el pelotón corredores de los que hacen afición, gente sin palmareses excelsos, pero con una buena colección de momentos memorables que el buen aficionado guardará con celo. Hablamos de rodadores, escaladores, hombres rápidos y/o de equipo como Daniele Bennati, Maxime Monfort, Peter Kennaugh, Stephen Cummings, Stijn Devolder, Manuele Mori, Bart de Clercq, Simon Spilak, Steve Morabito, Taylor Phinney, Amael Mainard, Rubén Plaza, Matteo Montaguti, Rinaldo Nocentini, Marcel Kittel, Roberto Ferrari, Svein Tuft, Matti Breschel, Lars Ytting Bak, Mark Renshaw, Markel Irizar, Samuel Dumoulin, Laurens ten Dam... La lista es más amplia. ¿Y qué hacen cuando se retiran? Algunos, dan un giro brusco, me imagino. Otros, siguen cerca del deporte que les ha dado madurez. O buscan otros. A Lance Armstrong, como se quejaba recientemente, no le dejan ni que lo intente con el ping-pong. 

Mathieu Van der Poel decía hace poco que "el ciclismo nunca es aburrido" y hablaba de eso, de ciclismo, en general. Al final y al cabo, uno de los corredores más mediáticos del momento, en parte por su excelso invierno en el barro, ha destacado en tres modalidades distintas, siempre sobre las ruedas tubuladas. Fue dos veces campeón del Mundo de ciclocross y este año ha hecho una gran temporada en ruta que ha levantado grandes expectativas para el futuro (Amstel Gold Race, Flecha Brabançona y Tour de Gran Bretaña, entre otros triunfos). Y solo tiene 24 años. Pero Van der Poel también ha triunfado en otra categoría, el mountain-bike, la MTB, donde fue campeón de Europa de cross-country.

Siempre ha habido trasvases entre disciplinas. Buenos ciclocrosistas fueron buenos ciclistas de ruta, y al revés. El padre del propio Mathieu Van der Poel es un ejemplo. Adrie van der Poel fue campeón del Mundo de ciclocross, igual que su hijo, pero también ganó en ruta la Lieja-Bastogne-Lieja, la París-Bruselas, la Amstel Gold Race, la París-Tours, el Campeonato de Zurich o la Klasika de Donostia, además de ganar etapas en el Tour de Francia, la Tirreno-Adriático, la París-Niza, la Dauphinè Liberè, la Vuelta a Andalucía, el Tour de Luxemburgo... No es el único caso, es solo uno. Igual que también ha habido corredores de ruta que disfrutan del ciclocross en invierno, porque les mantiene activos, porque se dejan atrapar por el barro, por lo que sea. Este mismo año, en nuestra región, es Gorka Izagirre quien se está luciendo. En Gran Bretaña, la pista es religión y muchos corredores de ruta han destacado en las diferentes categorías de esta disciplina, buscando, sobre todo, medallas olímpicas. El propio Bradley Wiggins, por ejemplo. Esta misma temporada, el Movistar ha incorporado a los pistards españoles Sebastián Mora y Albert Torres. También entre el triatlón y el ciclismo ha habido conversación: Iván Raña pasó del primero al último y, al revés, Héctor Guerra. Laurent Jalabert corrió el Ironman de Hawaii e hizo un puesto muy digno. 

Desde la mountain-bike, también ha habido siempre traslados: Ryder Hesjedal, por ejemplo, pero hubo muchos más. Michael Rasmussen, Jean-Christophe Peraud, Cadel Evans, Floyd Landis... El propio Peter Sagan fue campeón del mundo junior de Mountain bike antes de dedicarse a la ruta. En 1996 se instauró la MTB como prueba olímpica: Cadel Evans fue 9º en la prueba masculina. En Sydney 2000, 7º. Otros corredores con pasado o futuro en la ruta también aparecerían por allí: Roberto Lezaun (15º), Pavel Cherkassov (20º), Michael Rasmussen (22º)... En las posteriores ediciones, se han asomado en esta prueba corredores que también se fajan en ruta como los ya mencionados Jean-Christophe Peraud, Peter Sagan y Ryder Hesjedal, Fredrik Kessiakoff, Yuri Trofimov, Jakob Fuglsang, Ondrej Cink, Sam Bewley o Scott Bowden. Pero parece que la tendencia se perpetúa e incluso se amplía, sobre todo en corredores que, por sorpresa o por desgaste, abandonan su carrera en ruta para pasarse a esta disciplina. Probablemente, esa decisión, para algunos, sea digna de discusión y dé lugar a polémica. 

Javi Moreno, por ejemplo, después de 14 temporadas en la ruta profesional, anunciaba hace poco su retirada. Lo hace con un palmarés que muestra buenos resultados: fue ganador final de una Vuelta a Madrid, de otra en Andalucía, de la de Castilla y León, Aragón o también de la Vuelta a Asturias, además de acabar una Vuelta a España en la 21º posición. Al mismo tiempo que anunciaba su retirada, también anunciaba que dedicaría parte de su tiempo al calendario MTB con el equipo Sport Bike. Otro ejemplo de esta misma temporada, y en la línea del mismo Mathieu Van der Poel, es el de Lars Boom. El holandés ya fue campeón del Mundo de ciclocross, seis veces de su país en la misma disciplina y también sub 23 a nivel mundial, para después despuntar como rodador en ruta, apuntar a mucho y, quizás, quedarse en menos. También deja el ciclismo esta temporada tras la desaparición de su equipo, el Rompoot. También Boom se pasa al MTB. Boom fue ganador de etapa en Vuelta y Tour, además de en carreras como Dauphinè, Tirreno, París-Niza o Mediterráneo, ganó el Eneco Tour, actual BinckBank Tour, la Vuelta a Bélgica y su carrera preferida, el Tour de Gran Bretaña, que ganó en 3 ocasiones, sumando 7 victorias parciales. Ahora, aspira ahora a que en mountain-bike pueda apurar sus últimas gotas de talento. Menos palmarés tiene el norteamericano Peter Stetina, quien abandona la ruta con una sola victoria, en la Cascade Cycling Classic de su país, pero con fama de corredor de equipo y regular. Por ejemplo, nunca ha bajado de la 51º posición en sus ocho grandes disputadas, siendo 21º y 27º en el Giro, 35º en el Tour, y 21º y 28º en la Vuelta. Stetina, ahora, igual que Moreno y Boom, intentará despuntar en otra disciplina, la misma que los anteriores, pero siempre sobre ruedas. 

Cierto es que Nino Schurter, Julian Absalon, Jaroslav Kulhavy, Marco Aurelio Fontana, Bart Brentjens, José Antonio Hermida, Carlos Coloma, Miguel Martínez, Filip Mierhaeghe, Thomas Frischknecht, John Tomac, Gary Fischer, Sam Gaze y compañía, laureados especialistas que han copado las grandes citas de la especialidad, no lo han hecho luego en ruta y, probablemente, ni falta que hace, porque ya han derrochado talento en una especialidad, tan espectacular o más, para algunos, que la que transcurre sobre asfalto. Sin embargo, se mantiene este continuo diálogo entre disciplinas distintas, pero con muchas cosas en común, creando un movimiento que, en realidad, creo que no es solo anecdótico y que puede aportar otras lecturas al deporte profesional de la bicicleta. 

Y, eso, que por eso y por aburrimiento, probablemente, decidimos escribir esta entrada. Ahora, le vamos a regalar el titular a Peter Stetina por la única y reseñable razón de que, de los tres protagonistas de nuestra entrada, es el que peor palmarés tiene. La foto, genérica, sobre el mountain-bike.