Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
viernes, 26 de junio de 2009
Jeannie Longo
El año en el que nació, Charles de Gaulle ganó las elecciones presidenciales. Ahora, el aeropuerto de París lleva su nombre, han pasado 51 años de aquello. El palmarés de la ciclista francesa es prácticamente imposible de resumir: medalla de oro en los juegos olímpicos del 96, más la de plata en contrarreloj, más otra de plata en 1992, y la de bronce en el 2000. 5 veces campeona del mundo en ruta y cuatro contrarreloj. 3 veces campeona del mundo en pista en la categoría de persecución y otra a los puntos. Ya no cuento las medallas de plata y bronce en todos estos campeonatos. Ganadora de tres Tours de Francia, donde ha sido también cuatro veces segunda y una tercera. Más: 38, se dice pronto, 38 récords de la hora. Y ahora, viene el novamás, 56 títulos de campeona de Francia en diferentes categorías. El último, este año, con 51 años, y venciendo a su máximo rival, Edwige Pitel, de 42, que es entrenada desde este año por el propio marido de Longo, que hasta el pasado fue su entrenador y que se gana la vida como monitor de esquí. ¿Verosimil? Es así. Hay muchos casos de longevidad competitiva en el mundo del deporte, algún día le tocará en este blog a la parte masculina, ya sea Peter Shilton, Óscar Schmidt Bezerra o George Best, pero lo de la francesa, sin duda, se lleva la palma. Longo, para ponerle la ginda, es licenciada en Matemáticas y Gestión Económica y se doctoró en Deporte. Quizás el secreto de este éxito es su fracaso: en 1990, se retiró para intentar ser madre. Según tengo entendido, en 1991 desistió sin conseguirlo. Quizás por eso, coleccione tal prole de títulos.
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