Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
viernes, 26 de junio de 2009
Miki Vukovic
La mayoría de periódicos nacionales se hacen eco hoy (además de otras noticias funestas del día que no entran en este blog) de una jubilación. Se ve que así como los de Bilbao nacemos donde nos da la gana, los serbios se jubilan donde les place. Hacía ya casi treinta años que la fortuna, o quizás simplemente la parte más prosáica de la vida, llevó a Miki Vukovic a Valencia. En esos casi treinta años, el serbio se ha labrado un palmarés envidiable, y, además, unisex, como las peluquerías o las camisetas.
Todo el mundo recuerda, aunque no sepa qué es, como un eco, el nombre de Dorna Godella. En las cinco campañas que Miki Vukovic estuvo al frente de este equipo de baloncesto femenino ganó las cinco ligas que disputó y cuatro ediciones de la Copa de la Reina, pero su gran éxito fue la Copa de Europa. En mayo de 1992, el equipo valenciano asombró a propios y extraños al imponerse en la final al Como y proclamarse campeón de la máxima competición del baloncesto continental. Rajina Mujanovic y Amaya Valdemoro estaban en aquel equipo. Pero la cumbre de aquel histórico equipo llegó cuando revalidaron el título y además en casa, con una expectación desconocida para el baloncesto femenino.
En 1995, los propietarios del Pamesa Valencia, que pasaba por uno de los momentos más críticos de su historia, apostaron por Vukovic para volver a la élite del baloncesto español. Con el técnico balcánico al frente, el Pamesa construyó una plantilla repleta de jóvenes de gran proyección (Rodilla, Luengo, Berni Álvarez, César Alonso, JJ Llamas, Esmorís, Rubén Burgos...), llegando a la final, aunque tuvieron que esperar a que en Zaragoza no pudieran seguir en ACB para regresar a la élite. En 1998, el proyecto de Vukovic llegó a su cima en Valladolid, con la sorpresa mayúscula de la victoria final en el trofeo copero. Gracias, entre otras cosas, a la sorprendente elección de pívots de Vukovic para la final ante el Joventut, algo que recordarán todas las crónicas. ¿Quiénes eran aquellos pívots? El gran proyecto Pep Albert y el bilbaíno calvo que tantos calentamientos de gloria nos dio en La Casilla, Iñaki Zubizarreta. Junto a ellos, Víctor Luengo, Nacho Rodilla y Aaron Swimson, el del tatuaje a hierro hirviendo. Por el otro lado, los Turner, Jackie Espinosa, Andy Toolson, Dani García y Tanoka Beard.
Desde que dejó el Pamesa poco después, Miki Vukovic no volvió a entrenar, pero ha seguido trabajando para el club valenciano hasta hoy. El jueves cumplirá 65 años, y como muchos otros trabajadores, pasará a estar jubilado. No creo que le quede mala paga, pero, a cambio, a los valencianos, seguro que les dejó en prenda varios recuerdos imborrables.
A disfrutar de la vida y a pasear por el Turia.
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