viernes, 6 de noviembre de 2009

Dimitri De Fauw


Todavía es poco más que un teletipo, pero parece que siempre hay sitio para una mala noticia. Casi a hurtadillas ha entrado en las secciones deportivas de los informativos de sobremesa: Dimitri de Fauw se ha suicidado. Y todos añadían que aparentemente, todo hace indicar, parece que, porque, como digo, todavía no era más que un teletipo, una noticia de última hora.
Ya nadie se acordaba de él, pero él no podía olvidar a alguien. Desde Gante, a finales de 2006, concedió varias entrevistas a la prensa española: "El organizador de los Seis Días de Gante, Rob Discart, así como el director de la carrera, Patrick Sercu, y la gente de la Fiscalía me han dicho que no es mi culpa, pero uno empieza a imaginarse cosas que no son verdad. ¿Cómo tengo que superar esto?" o "Emocionalmente soy una ruina. Todo el mundo habla de un accidente, pero las consecuencias son dramáticas y mi nombre sale en todas partes".
El 25 de Septiembre de 2006, durante la disputa de la 66º edición de los Seís Días de Gante, los manillares de De Fauw e Isaac Gálvez se enredaron cuando ambos circulaban a gran velocidad. Salieron disparados e Isaac Gálvez falleció a consecuencia del golpe. El velódromo quedó conmocionado. La última jornada en el estadio De Kuipke fue suspendida e Iljo Keisse, el ganador de aquella prueba, resumió con claridad las sensaciones: "Esta victoria no significa nada. Mi sueño se convirtió en una pesadilla. Esta edición no tiene ganadores, sólo perdedores".
Le Soir confirma el suicidio por lo poco que puedo entender en francés, aunque señala que la fuente es la televisión flamenca Sporza y que han dejado claro que no pueden confirmarlo con precisión pero que son de fiar las fuentes que señalan que ha sido un suicidio. Iljo Keisse, su amigo y vencedor aquella fatídica noche, confirmaba para Le Soir que De Fauw nunca se recuperó completamente de aquel suceso. Al parecer, todos los periódicos confirman que sufría una depresión y Keisse recalca que nunca hablaba de ello.
La noticia ya es triste de por si sola, porque supone una muerte trágica y recuerda otra, pero a mí aún me acerca más a otras muertes que no quisiera olvidar pero que no me gusta recordar, las de Julen Goikoetxea, la de Thierry Claveyrolat que ya comenté hace poco, la de Vandenbroucke, que intentó suicidarse pero no lo consiguió, la de Pantani... Mierda. Lo dejo, me voy a correr, ya vale.

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