Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
jueves, 5 de noviembre de 2009
Tanya Streeter
Es la campeona del mundo y actual récord woman (¡atención!, nada que ver con el cómic erótico de El Jueves) de un deporte poco conocido por estos lares que se llama apnea y es definido así por la wikipedia, que es un socorrido recurso como cualquier otro: "La apnea o buceo libre es la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua, es la base del deporte de apnea o buceo a pulmón, y de la pesca submarina a pulmón. Aunque pueda parecer entrenamiento físico, el deporte de la apnea se basa principalmente en la relajación mental del individuo, la buena alimentación e hidratación, el fomento de los reflejos mamíferos en humanos, y el entrenamiento en ambientes de hipoxia." Streeter es campeona dentro de la modalidad de libre, o buceo libre, free-diving. Streeter tiene en la actualidad dos récords mundiales, es capaz de bucear hasta 160 metros de profundidad, aguanta la respiración hasta durante seis minutos y es la única mujer, junto con la virgen María y otros miembros de la realeza, que ha sido inmortalizada en un sello. Nacida hace 36 años en Gran Caimán, un territorio británico de ultramar, Streeter fue entrevistada hace unos años por el periódico The Guardian y como explica Agnes Bosanquent en un artículo publicado en Transformations las palabras de Streeter recuerdan a teorías sobre la combinación de lo divino y lo físico que propugnaban otros intelectuales como Luce Irigaray con su idea de lo "sensitivo trascendental" o la pareja Freud-Rolland con su teoría de lo "oceánico", para los que no entendemos del todo estas teorías nos queda la sensación de conexión con el medio natural que describe Tanya Streeter: "Mantengo una fuerte respuesta emocional con el mar. Me parece irresistible y no creo que nunca haya sido capaz de expresarlo de manera adecuada. Me siento muy protegida cuando estoy bajo el mar. Me siento como si el mar estuviera de mi parte." Y "cuando buceo, tengo una indescriptible sensación de paz. Es una sensación introspectiva porque te obliga a mirar dentro de ti para entender cómo tu cuerpo reacciona a la experiencia y así adaptarte de manera correcta. Es muy íntimo."
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