jueves, 10 de diciembre de 2009

Eugenia Silva

Al final va a hacer calor, pienso, pero no me quito el abrigo. Mi amigo bosteza. Estamos en la puerta del kiosko, esperando a que al tercero le vendan tabaco. Mientras espera en la cola, hace gracietas con la vieja que tiene delante, ya saben, de esas en las que tienes que mover tu cintura. La vieja viste un abrigo de pieles y estoy seguro que un collar de perlas, así que le queda muy bien la broma. Pero no le hacemos caso.
Cuando deja de bostezar, el segundo me pregunta:
- ¿Quién es Eugenia Silva?
- ¿Quién?
- Ésa.
- No sé, ¿una modelo o algo así?
- Será.
- ¿Qué la pasa?
- Fíjate que currículum, tío.
Y miro pero no veo nada. ¿Currículum?
- Le han pillado pegándose el filete con Pau Donés.
- ¿Pau Donés?
El tercero sale por la puerta abriendo ya el paquete de tabaco y miro dentro y la vieja sigue aún de espaldas así que me quedo sin saber si lleva collar de perlas. Canta mientras saca un cigarrillo y nos ofrece:
- Por un beso de la flaca, yo daríaaaaa lo que fuera...
- Mmmm...
Añado, a modo de sí, mientras enciedo el cigarro. Añado:
- Pau Donés, sí, ya. ¿Y? ¿Qué pasa?
- ¿A dónde vamos?
Nos ponemos a caminar por la calle Dato hacia abajo, con las manos en los bolsillos. Sin rumbo fijo.
- Que... yo qué sé, tío, qué más da.
- ¿Qué pasa?
- No sé, algo que ha dicho éste sobre el currículum de Eugenia Silva.
- ¿La modelo?
- ¿Ves? Era modelo.
- Es modelo. Está buenísima, mmmmmm, fufff.
Hace lo que le hacía a la vieja del supuesto collar de perlas pero se lo hace al aire o a lo que sea que él ve y nosotros nos vemos en el aire, al retrato hueco de Eugenia Silva, supongo. A su holograma. A un holograma invisible. Bueno, lo que sea, pero lo hace.
- Está saliendo con Pau Donés.
- ¿Con Pau Donés? Joder, qué variedad, vaya tía.
- ¿Lo ves?
- Joder. Pues con quién...
- De todo un poco, chaval, tuttifrutti a tuttipleni, ahora el de las rastas chungas, antes el con el hijo del primo segundo o no sé qué del rey, luego con un rico empresario y antes que la música, le dio por la literatura y se enrolló también con Ray Loriga.
- ¿Con Ray Loriga? No jodas.
- Te jodo.
- Te jode. ¿Ves que currículum?
- Joder, ¿y cómo estáis vosotros tan puestos en esto, la ostia?
Silencio.
- Pues anda que lo del Tiger Woods...
- ¡Eso sí que es saber meterla?
- Se ha hecho el par del campo y el par de todo el vecindario, macho...
- Lo que le gustan los hoyos...
- Pero ahora le ha salido un bogey....
- Tenía que haber elegido otro palito...
- Qué patéticos somos, tío.
Silencio.
Doble silencio... y ya hemos llegado al parque.
El tercero, que ya sabemos que es muy dado a la mímica, hace como que se coloca para el tee, y golpea fuerte, incluso con efectos sonoros. Los tres nos quedamos intentando mirar hacia dónde va la bola que no ve ninguno, la bola fantasma, el holograma invisible de la bola.
Pero cae.
Dentro.
- Hoyo en uno.
Dice.
Y el segundo le contesta:
- Sí, a ti con uno ya te valdría...
- Y te sobraría, añado.
- Pero que sea Eugenia Silva, dice muy serio.
- O cualquier amiga de Tiger Woods.
- Qué patéticos.

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