lunes, 17 de septiembre de 2012

Wendell Alexis


No hace ni dos días que el Alba Berlín retiró la camiseta de Wendell Alexis. Lo hicieron aprovechando el partido amistoso que enfrentó a los locales contra el Bayern Munich y que ganaron los primeros en un adelanto de la lucha que quizás puedan llevar hasta el final por el título de liga. En los berlineses, los mejores fueron los americanos Zach Morley, Deon Thompson y DeShaun Woods. Los exACB Vule Avdalovic, Nihad Djedovic y Albert Miralles también hicieron un buen partido. En el bando de los muniqueses de Dirk Bauermann, el mejor fue Jared Homan. Yotam Halperin, Lawrence Roberts y Tyrese Rice le secundaron. Todos ellos, a su manera, brindaron un merecido homenaje al hombre de hielo, "Ice Man", como le bautizó la afición alemana.

Hacía mucho que no sabía de él. Desde que se retiró, supe que lo intentó con el banquillo, pero no sé si sigue haciéndolo. La última vez que oí su nombre andaba haciendo de ayudante para Quin Snyder en los Toros de Austin de la NBDL. Ahora Quin Snyder trabaja para Ettore Messina en Moscú y, por más que busqué, no pude averiguar si Paul Wendell Alexis sigue dedicándose a dar lecciones magistrales desde la bancada.

Alexis fue un hombre de naranja en la universidad. En Syracuse, coincidió con gente como Rafael Addison, Dwayne Washington o Rony Seikaly que tuvieron más protagonismo que él. Como no podía ser de otra manera porque lleva más de treinta años haciéndolo, su entrenador fue Jim Boeheim, y, al poco de terminar con su carrera universitaria, se dieron excelentes campañas en Siracusa con la llegada de Sherman Douglas y Derrick Coleman.

De todas formas, Alexis fue elegido en el draft. Concretamente, en el puesto número 59 y por los Golden State Warriors. Justo por delante de Drazen Petrovic. Ese año, detrás de él, jugadores internacionales como Jerome Mincy, Alexander Volkov o Valery Tikhonenko también fueron seleccionados. Por delante, también hubo otros cuantos: Augusto Binelli, Panagiotis Fasoulas y Arvydas Sabonis. Parecía que la NBA estaba desesperada por encontrar hombres altos. Eso también explica que el número uno de aquel año fuera Brad Daugherty, justo por delante del malogrado Len Bias. Uno de los draft más desastrosos de la historia, donde, sin embargo, aparecieron los nombres de alguno de los americanos que a finales del siglo XX participarían de la mejora en el baloncesto europeo. Un rápido repaso a la lista, nos llena de recuerdos con nombres como los de Harold Pressley, Johnny Rogers, Andre Turner, Walter Berry, Ken Barlow o Kenny "Sky" Walker. Por cierto, a pesar de ser elegido por encima de Drazen Petrovic, Wendell Alexis nunca jugó en la NBA.

No jugó en la NBA pero estuvo casi veinte años ganándose el jornal en Europa. Debutó en Valladolid, pero pronto lo fichó el Real Madrid, con los que ganó una Copa Korac ante los hermanos Drazen y Alexander Petrovic y su Cibona. Fernando Martín, Antonio Martín, José Manuel López Iturriaga, Juan Antonio Corbalán, Josechu Birukov, Alfonso Del Corral, Joe Llorente, Brad Branson, Fernando Romay y Pep Cargol. Casi nada lo que manejaba Lolo Sainz. Pregúntale a Franjo Arapovic, ahí abajo lo tenéis, cómo jugaba Wendell Alexis. De Madrid se fue a Italia, volvió a Valladolid, marchó a Israel para ganar la liga y ser nombrado MVP con el Maccabi, de nuevo a Italia, una rápida aventura por Francia, y se asienta en Alemania, sobre todo en Berlín, antes de pasar un año jugando con el PAOK y retirarse en el Mitteldeutscher con los que ganó la EuroChallenge en compañía de Misan Nikagbatse y Marijonas Petravicius, que se ha retirado este año, por cierto. Pero, como decía, su época dorada la vivió en Berlín, donde jugó durante seis temporadas consecutivas en el ALBA, ganó seis títulos de liga, fue nombrado tres veces mejor jugador de la competición y se retiró siendo el máximo anotador histórico del equipo. Como para no retirarle la camiseta.

De todas formas, aunque lleve ya escribiendo un buen rato y haya dicho tantos nombres de jugadores que podríamos formar una liga privada, de lo que quería hablar es de algo mucho más concreto: de una experiencia veraniega que el ex de Syracuse vivió mientras jugaba en Berlín. Ocurrió en 1998 y ya tenía, por entonces, 34 años. Ese verano, entre el 29 de Julio y el 8 de Agosto, se disputó en Atenas el Campeonato del Mundo de baloncesto. La selección americana había estrenado nueva política seis años antes, en las Olimpiadas de Barcelona 1992, seleccionando a jugadores profesionales por primera vez en su historia. Dos años más tarde, en 1994, Shaquille O'Neal se lució para que los Estados Unidos se llevara su primer mundial contando con jugadores profesionales. Junto con Reggie Miller, Dan Majerle, Joe Dumars, Dominique Wilkins o Alonzo Mourning, el equipo nacional que entrenaban Don Nelson y Don Chaney se llevó el campeonato con un inmaculado 8 de 0 y una paliza en la final ante Rusia a la que metió 137 puntos. Pero, en 1998, no se repitió ese guión.

La lucha laboral que mantenían los jugadores con la patronal mantuvo en vilo a los aficionados al baloncesto del país que dirigía Bill Clinton mientras se divertía con Monica Lewinsky. A pocas semanas de que empezara la preparación, ni había seleccionador ni tenían equipo. Al final, Rudy Tomjanovich, ayudado por Del Harris, tomó las riendas de una selección que se decidió que la formaran una combinación de jugadores de la CBA, universitarios y profesionales americanos que jugaban en Europa. Por eso, fue seleccionado Wendell Alexis. Igual que fueron seleccionados otros jugadores norteamericanos que andaban ganándose la paga en distintos países europeos: Gerard King jugaba en Siena, Bill Edwards en Roma, Michael Hawkins en el Olympiakos y Jimmy Oliver en el Ciudad de Huelva. Ashraf Amaya, Kiwane Garris, Jimmy King, Jason Sasser y David Wood jugaban en la liga comercial CBA. Mateen Cleaves (no llegó a jugar, estuvo lesionado), Trajan Langdon y Brad Miller estaban en la universidad. Ellos formaron una selección que apenas levantó ilusión y que rompió la espiral vertiginosa de orgullo y éxito que habían levantado los equipos nacionales formados por jugadores profesionales. Nadie sabía muy bien que esperar de ellos, pero, al final, lo que acabaron recibiendo fue una medalla de bronce a base de trabajo, lucha y baloncesto.

Acabaron el campeonato en el que Dejan Bodiroga se bordó el apellido en oro con un récord de 7-2. Perdieron ante Lituania en la primera ronda y la semifinal ante la Rusia de Vassili Karasev. En la final de consolación, pasaron por encima de Grecia, los anfitriones, y se llevaron un metal en el que casi nadie creía en su país. Por cierto, en los octavos de final, sufrieron para eliminar a España por 75-73, una España a quien lideró un gran Alberto Herreros que acabaría como máximo anotador del campeonato.

Jimmy Oliver lideró en anotación al equipo. Wendell Alexis rayó a gran altura y Jason Sasser también hizo un gran campeonato. También Jimmy King y Michael Hawkins se reivindicaron. Ninguno de ellos se aprovechó de aquello. Oliver consiguió poco después diez días de contrato con los Suns. Amaya siguió su carrera en Europa. Trajan Langdon se retiró hace poco después de labrarse una reputación en el viejo continente. Sasser se retiró hace unos años después de conocer medio mundo (además de su país, vivió en otros como Alemania, Portugal, España, Catar o Corea) y Jimmy King, por ejemplo, se recorrió sus país en equipos comerciales, Venezuela y Polonia. De David Wood ya hablamos en este blog y sobre Wendell Alexis ya he dicho bastante. Todos, incluído Tomjanovich que aún trabaja de ojeador para los Lakers, se colgaron una medalla de bronce que tiene un valor especial en un palmarés tan brillante como el del baloncesto en los Estados Unidos de America. 



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