Está la ACB que arde, la NBA que explota, pero uno, que tiene de ordenado y coherente lo que Rafa Vecina de base (es decir, el alma, pero no el cuerpo), se decide por la liga de Eslovenia.
Y es que se van terminando las cosas, las temporadas se cierran, se acerca el verano, y comienzan los rumores, las despedidas, las bienvenidas, las ruedas de prensa, las portadas, los desfiles de representantes y los festivales de verano, que no tiene nada que ver, pero también comienzan.
Ya se pregunta la gente que a dónde irá Nacho Martín, se comentan los emeuvepés, se habla de fichajes uruguayos en Bilbao, de regresos rusos a Europa, de griegos barbudos que aspiran a doblar su ficha, se venden entradas para ver a Jrue Holiday en directo (y a Isaac Brock, yo por éste sí que voy a pagar), de leyendas en proceso y de pagarés sin fondo. De todo un poco.
Ludovic Vaty, en su mejor temporada, y a los 24 años, tiene que dejarlo por problemas cardíacos. Y con mucho corazón, y si ningún problema de salud, también decide terminar un grande del baloncesto contemporáneo, aunque a veces pasara desapercibido, incluso en los partidos en los que alcanzaba dobles figuras: Matjaz Smodis. Es que hasta el nombre sonaba bien: SSSSMODISSSS. El típico nombre que juegas con tus amigos, te pones a hacer el gilipollas, lanzas un triple a la remangillé y en un alarde de originalidad, gritas primero: !quedan tres segundos, Smodis con la pelota, unooooo, dooos, treeees.... SSSSMODISSSS! Sí, yo creo que me ha pasado a mí, y apuesto a que a algún otro también.
Pues se retira Smodis. A los 33 años.
Y alguno dirá: ¿pero seguía jugando?
Pues sí, lo hacía en el Krka Novo Mesto de su país, Eslovenia, donde precisamente empezó allá por 1994. Con el equipo de Novo Mesto creció desde las ligares menores eslovenas hasta hacerlo campeón en la temporada 1999-2000, tras la cual dio el salto a Italia. De la mano de Ivan Sunara, croata que llegara a ser medalla de bronce en Los Ángeles 84 con Yugoslavia, Smodis fue uno de los principales artífices de aquel gran triunfo, pero no el único, otros como Simon Petrov o Dragisa Drobnjak ya jugaban en aquel equipo que acabó con muchos años de triunfos del Olimpija, primero Smelt, luego Union. Desde entonces, ambos se han repartido los títulos con excepción de una temporada, la de 2006-2007 cuando el Helios Domzale de Dario Krejic y Smiljan Pavic dio la sorpresa. Eso sí, los últimos cuatro años consecutivos la victoria ha sido para el Krka Novo Mesto que, este año, el cuarto que se proclama campeón y no se cansa, ha dirigido en el tramo final de la liga Gasper Potocnik, ayudado por Simon Petrov, exjugador que se retiraba, precisamente, para pasarse a la dirección técnica, después de que substituyeran a Aleksander Sekulic. Smiljan Pavic, Jakov Vladovic, Jaka Klobucar, Jeremie Anderson o Domen Lorbek son algunos de los nombres más representativos de la actual plantilla, pero, sobre todos ellos, ha destacado Smodis, que ha conseguido cerrar su carrera de manera brillantísima con el título de liga y una actuación portentosa (a la sazón, MVP de las finales). En el último partido, el que dio la victoria a los hombres de Potocnik, Smodis se despidió del baloncesto profesional con 21 puntos, 5 de 6 en tiros de dos y 3 de 4 en triples.
Entre el comienzo y el final de su carrera en Eslovenia, Smodis se hizo con un nombre y una reputación en ciudades tan dispares como Bolonia y Moscú. En Italia, empezó a destacar con buenos números en Euroliga, se llamara el equipo Kinder, Virtus, Skipper o Climamio, fuese Virtus o Fortitudo, porque jugó en ambos rivales. En Moscú, los mejoró, aunque sus últimas temporadas se vieron lastradas por las lesiones. Buenos porcetajes de tiro, mano para el triple, buen defensor... su palmarés es más amplio que mi currículo: Ligas en eslovenia (dos), Italia (dos) y Rusia (cinco), copas en los dos últimos, 2 en Italia y otro par en Rusia y, sobre todo, tres Euroligas: en 2001, 2006 y 2008. La primera con los italianos, la segunda y la tercera con el CSKA de Moscú. En las dos primeras, además, consiguió la triple corona: liga, copa y Euroliga.
Y, por cierto, que no lo he dicho, antes de volver al KRKA Novo Mesto, jugó un tiempo en el Cedevita de Zagreb con quien ganó la Copa de Croacia el año pasado y le nombraron MVP de la competición.
Sin duda, sus mejores recuerdos quedarán unidos a esos tres grandes triunfos en Europa. Primero, para dolor de la afición baskonista, la de aquel año de 2001 en el que la máxima competición europea se desdobló. Por un lado, el Maccabi de Tel Aviv de Arriel McDonald, Anthony Parker, Nate Huffman y Radislav Curcic ganaba al Panathinaikos de Dejan Bodiroga, Antonis Fotsis, Zeljko Rebraca, Pat Burke, Nando Gentile, Darryl Middleton, Michael Koch o Jony Rogers (casi nada) la que se llamó la Suproliga. Por el otro lado, Bolonia acababa con la ilusión de la ciudad de Vitoria-Gasteiz, a pesar del mate de Timinskas y de la gran temporada de Elmer Bennett. Manu Ginobili, bien acompañado de Antoine Rigaudeau, Rashard Griffith, Marko Jaric, David Andersen o el propio Smodis, fue demasiado para Victor Alexander, Luis Scola, Saulius Stombergas, Fabricio Oberto y los que ya he nombrado antes.
Su segunda Euroliga la consiguió ya vistiendo de rojo. Fue en 2006, y aunque Smodis realizo un buen partido, 12 puntos y 8 rebotes, Theodoros Papaloukas se llevó toda la gloria en un equipo en el que también destacaban David Vanterpool, J.R. Holden, Aleksey Savrasenko y Trajan Langdon. Entre todos ellos, se bastaron para derrotar al Maccabi de Tel Aviv de Jamie Arnold, Kirk Penney, Willie Solomon, Nikola Vujcic, Maceo Baston y Anthony Parker. Al año siguiente, 2007, Dimitris Diamantidis y Zeljko Obradovic no les permitieron repetir título, pero un año más tarde, y en Madrid, volverían a dejar al Maccabi Tel Aviv con un palmo de narices, y sin compasión: 77-91 marcador final. También para lamento baskonista, ya que los rusos les eliminaron en semifinales, con una buena actuación colectiva, hasta cinco jugadores superaron los diez puntos (y Langdon, a la postre MVP, se quedó en 9). Smodis, con 14 puntos y 6 rebotes, fue uno de los responsables de que el gran partido de Igor Rakocevic, Zoran Planinic y Tiago Splitter no sirviera de nada. En la final, tampoco la actuación estelar de Will Bynum y el empeño de Esteban Batista sirvieron de mucho. De nuevo, el colectivo ruso arraso, con los mismos jugadores alcanzando doble dígitos y Trajan Langdon uniéndose a la fiesta por todo lo alto con 21 puntos y 7 rebotes. Smodis mantuvo su habitual línea regular en los grandes partidos: 13 puntos y 8 rebotes.
¿Un detalle? Esas tres Euroligas las ganó de la mano de Ettore Messina. ¿Una lástima? Antes de fichar por el Cedevita, con quienes, además de ganar la copa, llegó a jugar la final four de la Eurocup, se rumoreó sobre un posible interés en su fichaje de equipos ACB como Unicaja o Barcelona, no se cumplió. ¿Un deseo? Me imagino que quizás aún le quede uno: retirarse en este próximo europeo con su última participación con Eslovenia. Veremos si es así, pero, sin ello y sin duda, se merecía un espacio en este blog, tanto como probablemente, aunque sea por otras razones, lo merezcan Paul George y Lebron James, o Vassilis Spanoulis, o Thomas Heurtel o quien sea, pero, es lo que tiene no tener criterio ni ganas de tenerlo, pero sí tener un blog aunque, últimamente, haya sido como no tenerlo.
A falta de otra cosa que no sean tributos en el youtube, y que no se me enfade Smodis, siempre es buena cualquier oportunidad para recordar el mate de Timinskas, ¿que no? Creo que hasta hay una página de facebook con ese nombre:
El mate de Timinskas es de lo mejor que he visto en Europa en mi vida. Teniendo en cuenta que era un ataque e cinco contra cinco y con todo el mundo en la zona... Espectacular. Y como me acuerdo de aquella eliminatoria!!!
ResponderEliminarYo creo que es de lo mejor que ha visto el propio Timinskas.
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