lunes, 18 de noviembre de 2013

Will Artino



¿Aún nos acordamos de quién es Will Artino? Supongo que los asiduos y fieles al blog, sí. Sabéis que desde hace ya unos años, desde que Casey Harriman andaba jugando para la universidad de Creighton, nos dio, en este blog, por seguir los avatares de esta universidad católica de Omaha, Nebraska, y, de paso, hacerle un repaso a lo que iba aconteciendo en la NCAA. 
Primero fue Casey Harriman acompañado por gente como Booker Woodfox, quien después de intentarlo en el Líbano y en la NBDL, creo que anda jugando por Lituania, o del entrenador Dana Altman, que acabaría por irse a Oregón. Después, llegaron los tiempos de Antoine Young y Kenny Lawson Jr. El primero, el base, jugó en México y Suiza, y creo que andaba, ahora, jugando en Holanda. Por su parte, el segundo, el pívot, tuvo un relativo éxito en Corea del Sur y China y se ha hecho un hueco, si no hay cambios, en la liga israelí. En los últimos tiempos, el protagonismo es para la familia McDermott. Para el padre, que cogió con éxito el puesto de primer entrenador, y para el hijo, que aspira este año a convertirse en el primer jugador, desde Tyler Hansbrough, de North Carolina, que es nominado en tres ocasiones consecutivas para la lista final del prestigioso premio John Wooden. Doug McDermott es ya toda una institución en Creighton, dos años consecutivos mejor jugador de su conferencia, la MVC, tres años consecutivos en el mejor equipo de la conferencia, y dos años consecutivos All-American, lo que no es broma. Su nombre aparece entre los quince primeros en casi todos los mock drafts para el año 2014. Mock drafts que, por supuesto, encabeza Andrew Wiggins. Si antes que él, cualquier aficionado une los nombres de la universidad a los de gente como Paul Silas, Benoit Benjamin, Rodney Buford, Kyle Korver, Nate Funk o Anthony Tolliver, Doug McDermott, quien decidió aguantar el cuarto año de universidad y no declararse ya elegible el año pasado, se postula como el nombre más grande de la historia de los blue jays a poco que su carrera profesional confirme lo mucho que promete ahora mismo. 
Este verano, el alero de los arrendajos se fue hasta Kazan, Rusia para jugar las olimpiadas universitarias con la selección de su país. No tuvieron mucho éxito y acabaron novenos en una disciplina, la del baloncesto, que dominó una Rusia liderada por Sergey Karasev. McDermott, eso sí, fue el máximo anotador y el mejor jugador de su selección. 
Así pasó el verano y ha llegado noviembre y comienza la competición. En principio, el equipo del entrenador McDermott contaba con tres bajas destacables: la del pívot venezolano Gregory Echenique, el exterior Josh Jones y el competitivo Grant Gibbs. Por razones que se me escapan, la NCAA le dio a Gibbs un sexto año de competición en la NCAA y, a pesar de que el pasado era su año senior, volverá a jugar esta temporada con los de Creighton, lo que es una gran noticia para todo el equipo porque Gibbs es uno de esos jugadores que pasa desapercibido pero hace una tremenda labor. Echenique lo intentó en verano con los Boston Celtics pero ha acabado jugando la liga alemana con el Ludwigsburg, un equipo de la mitad de la tabla, donde juega el hijo de John Stockton, Michael Stockton (tiene a otro, David Stockton, jugando para Gonzaga), además de otros cuantos norteamericanos y veteranos europeos como Mario Stojic y el finlandés Shawn Huff. El venezolano empezó muy fuerte (22 puntos en su primer partido) pero se ha mostrado un tanto irregular en lo que va de temporada. Por su parte, Josh Jones tuvo que dejar la práctica del baloncesto por problemas coronarios. 
Con todo esto, McDermott se encargó de reclutar a nuevos jugadores que imprimieran un nuevo carácter al equipo, siempre manteniendo una base que en los últimos años no ha dejado de darle alegrías a la afición. Más aún cuando, como recordaréis los que seguís estas entradas, el programa de la Universidad de Creighton y aquellos que lo dirigen, decidieron correr un riesgo, que supongo calculado, y apostar por cambiar de conferencia para esta temporada. El equipo abandona la MVC donde ha jugado estos últimos años, y pasa a la Big East, una de las conferencias más potentes y con mayor repercusión de todo el país, donde, entre otros, tendrá como rivales a universidades del calibre de Butler, Providence, Xavier, Villanova, Georgetown o Marquette. Por ello, como decía, el equipo incorporó a gente como Devin Brooks, Isaiah Zierden o Zach Hanson y consiguió retener a Doug McDermott y Grant Gibbs. Con todos ellos, junto con los Will Artino, Avery Dingman, Austin Chatman, Jahenns Manigat y Ethan Wragge, los de Omaha aspiran a presentarse como un candidato al título en la Big East y un rival peligroso en el bracket final por el título nacional, para lo que habrá que esperar, como siempre, al loco mes de Marzo. 
Por ahora, la temporada ha empezado con éxito. Tres partidos oficiales más uno de exhibición y cuatro victorias, tres de ellas contundentes. McDermott sigue siendo la referencia, Chatman gana peso y sigue la tradición de buenos bases, Will Artino se convierte en el cénter titular y muchos otros jugadores se suman a una rotación profunda que seguro que hace que crezcan las ilusiones del entrenador McDermott. Y todo ello, con un detalle que a los que lo vemos desde Europa nos seguirá sorprendiendo y poniendo los dientes largos: en el primer partido que abría la temporada, 17.740 espectadores (ahí es nada, casi 18.000 espectadores) se dieron cita en el CenturyLink Center de Omaha para ver el partido. 
Ese primer partido lo ganaron por un rotundo 107 a 61 contra la universidad de Alcorn State. Doug McDermott apenas jugó 20 minutos pero le dio para conseguir 20 puntos. Nuestro Will Artino jugó de titular y alcanzo dobles dígitos: 12 puntos y cuatro rebotes. Otros tres hombres superaron la decena: el recién llegado Devin Brooks, con un gran partido y 15 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, Jahenns Manigat, con 13 puntos, y el letal triplista Ethan Wragge, con 15 puntos y 4 de 5 en triples. Chatman dirigió al equipo con su habitual eficiencia y Zach Hanson, interior de brega también nuevo en el equipo, dio buenos minutos desde el banquillo. Las sensaciones no pudieron ser mejores. 
En el siguiente partido oficial, también se deshicieron sin problemas de la Universidad de Missouri at Kansas City, con un contundente 96 a 70. McDermott dio una exhibición de las que ya son costumbre: en 31 minutos, consiguió 37 puntos y 7 rebotes, con 15 de 25 en tiros de campo. Austin Chatman se lució con grandes números: 12 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes para el base titular de los arrendajos. Gibbs también repartió asistencias, Artino cogió rebotes y el eléctrico novato Zierden se fue hasta los 10 puntos saliendo desde el banquillo. 
El último partido lo jugaron este fin de semana ante una universidad, la de Saint Joseph's, que en su casa opuso más resistencia: 83 a 79. El buen partido de Chris Wilson, DeAndre Bembry y Halil Kanacevic no fue suficiente para detener los 7 de 11 en triples de un imparable Ethan Wragge, quien acabó con 21 puntos en 26 minutos desde el banquillo. McDermott sumó otros 20, además de 5 rebotes, y Grant Gibbs recuperó galones: 11 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. Devin Brooks demostró para lo que ha venido y sus 16 puntos fueron fundamentales para ganar. 
Aún falta mucho y tienen que enfrentarse a toda la Big East. Esto no ha hecho más que empezar pero los comentarios de los aficionados de Creighton no pueden ser más positivos. La institución anunciaba, además, este mes, que se había hecho con dos talentosos jugadores para la próxima temporada. 
Como siempre, con más o menos regularidad, seguiremos dejando testimonio, aquí, de cómo le va la temporada a los chicos del entrenador McDermott. Y, si queréis verlos en directo, sabed que este año, vía internet, y con el cambio de conferencia, hay mucha más oferta para acceder a sus encuentros, o, al menos, ver los resúmenes de los partidos. 

Posdata: la imagen la he cogido del buscador de google de imágenes y no pertenece a esta temporada. Pero os puede ayudar a imaginar lo que supone para un jugador en edad universitaria enfrentarse a partidos con ese ambiente. Una buena escuela, sin duda.

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