lunes, 28 de septiembre de 2015

Pau Gasol



El Eurobasket 2015 nos ha dejado muchos hilos de los que tirar. Se podría hablar del final de una generación de jugadores que le han dado grandes momentos al baloncesto europeo, de las dudas en el baloncesto balcánico, de la americanización del juego... Yo qué sé. Pero para eso están otros foros donde escribe y habla gente que sabe realmente de lo que escribe y habla.
Uno de esos temas que permanecieron calientes tras la final de Lille fue, sin duda alguna, el de Pau Gasol. No solo en España y en tono celebratorio y laudatorio, si no también en Francia, aunque con un matiz muy distinto.
Sus estadísticas fueron deslumbrantes: 25,6 puntos, 8,8 rebotes, 2,9 asistencias y 2'3 tapones por partido. Un porcentaje del 57,5 en tiros de campo. A los fríos datos, se le puede añadir su capacidad de liderazgo y el impacto de sus números en el juego del equipo, ya que su aportación siempre sucede en los momentos claves del partido. A la generalidad de un análisis tan superficial como éste, también se podrían añadir sus sorprendentes actuaciones individuales y específicas, como los seis triples contra Polonia, sus ocho puntos en la prórroga contra Francia para un total de cuarenta o sus seis asistencias el día que Dirk Nowitzki dijo adiós a la selección alemana. Por todo ello, recibió el premio al mejor jugador del torneo. 
Tras este rendimiento, resurgieron los adjetivos calificativos y reconocimientos para un jugador que, a sus 35 años, estaba realizando una de sus temporadas más completas. Antes del Eurobasket, el de Sant Boi terminó la temporada en la NBA con 18,3 puntos y 11'8 rebotes, sus mejores números desde la temporada posterior a su último título NBA, título que ese año ganaría, precisamente, el ya mencionado Dirk Nowitzki. Los playoffs por el título de su nuevo equipo, los Chicago Bulls, fueron un tanto decepcionantes, pero la temporada regular ha devuelto la esperanza a una ciudad que aún vive del pasado protagonizado por Michael Jordan y su cuadrilla. Con las rodillas de Derrick Rose sanas y la renovación de Jimmy Butler, los seguidores de los Bulls confían en el crecimiento de jugadores como Doug McDermott y Nikola Mirotic para rendir al más alto nivel con Fred Hoiberg en el banquillo. Pau Gasol será parte fundamental del éxito o el fracaso del equipo. Son 35 años ya y mucho camino recorrido, pero el catalán parece vivir una segunda juventud.
En cualquier caso, los días posteriores al Eurobasket, como casi siempre, suelen ser una suerte de equlibrio imposible entre los ataques de patriotismo y los recelos envidiosos. Así, muchos periodistas se pusieron a renovar las enciclopedias cuando aún parece que no procede. ¿Es Pau Gasol el mejor jugador europeo de todos los tiempos?, se preguntaban muchos, más con el ánimo de vender periódicos, en mi opinión, que con el de levantar un verdadero y constructivo debate. Debate que, además, y ésta vuelve a ser mi humilde opinión, resulta de lo más inútil y grotesco en ocasiones. ¿Cómo se puede medir y comparar a Kresimir Cosic, Arvydas Sabonis, Drazen Petrovic y Pau Gasol? Hay demasiados factores a tener en cuenta como para confiar en los aspectos más sólidos e irrefutables: estadísticas, títulos, premios... Nunca me han gustado las listas y menos las que intentan resumir más de cien años de historia. Además, los paradigmas convencionales que evalúan estas listas me resultan de lo más aburrido y prefiero esas historias perdidas que te hablan de jugadores que nunca aparecerán en estas listas pero que bien pudieran haberlo hecho: Raymond Lewis, Ljubodrag Simonovic, Oded Kattash o  Ben Wilson, por nombrar a unos pocos y con distintas razones.
El caso es que a Eurohoops les dio por ahí. Llevan varios días con una encuesta abierta (el plazo para votar termina el 24 de Octubre) para elegir al mejor jugador europeo de la historia. La polémica puede abrirse desde el principio porque la prestigiosa web ya ha decidido rebajar los candidatos a quince. Y, claro, empezando por ahí, ya puedes debatir por qué ellos y no otros. Quizás nadie dude de que Drazen Petrovic, Arvydas Sabonis, Toni Kukoc, Dirk Nowitzki, Tony Parker, Nikos Gallis o el propio Pau Gasol deben estar ahí, pero, ¿Juan Antonio San Epifanio?, ¿todos los que votan recuerdan a Dino Meneghin?, ¿vieron jugar a Kresimir Cosic? Junto a estos, completan la lista de quince Vlado Divac, Dino Radja, Dejan Bodiroga, Sergei Belov y Sarunas Marciulionis. Por supuesto, no te pongas nervioso, enseguida podemos salir todos y empezar a decir nombres que creemos que podrían haber estado en esta lista, por delante o a la vera de los que si entraron: Pedja Stojakovic, Detlef Schrempf, Juan Carlos Navarro, Rik Smits, Zydrunas Ilgauskas, Vasileios Spanoulis, Antoine Rigadeau, Theodoros Papaloukas, Pannagiotis Yannakis, Dragan Kicanovic, Nenad Krstic, Aleksander Djordjevic, Predrag Danilovic, Antonello Riva, Sarunas Jasikevicius, Mirza Delibasic, Zarko Paspalj, Nikola Vujcic, Erazem Lorbek, Dimitris Diamantidis, Alexander Volkov, Andrei Kirilenko, Hidayet Turkoglu... 
El caso es que por ahora ha habido más de once mil votos y el primero de la lista es el malogrado escolta croata Drazen Petrovic. Le siguen Toni Kukoc, Kresimir Cosic, Dirk Nowitzki y Arvydas Sabonis, retrasándose la posición de Pau Gasol hasta el octavo puesto. El menos votado es Juan Antonio San Epifanio, "Epi":
No voy a aportar nada al debate, porque me resisto denodadamente (bonita palabra) a participar (he votado, eso sí, soy un hombre de contradicciones, por supuesto) y proponer mi propia lista, un quinteto más de un bloguero o forero que quiere descubrirle al mundo cuán oculta es su sabiduría. De eso, yo tengo poco, y de respeto por las categorizaciones caprichosas, menos. En lo que sí estoy de acuerdo es en que Pau Gasol está entre los mejores jugadores de la historia del baloncesto europeo. A mí me vale con el "entre", pero he de confesar que desde siempre he sentido debilidad por los tíos altos y esmirriados que se podían permitir tocar el balón con la habilidad de un escolta o la puntería de un alero. Toni Kukoc era una bendición para la vista. Los fundamentos de Dejan Bodiroga, mucho más lentos, también. Igual que la elegancia de Antoine Rigaedeau o el paso atrás de Dirk Nowitzki. Andrés Jiménez también me llamaba la atención. Arijan Komazec, Russell Larsson, mejores y peores. Ver a Magic Johnson votar la pelota con 2'06 de altura me marcó. Pau Gasol guarda las distancias con todos estos jugadores. Él es un jugador interior que no tiene alergia a salir de la zona, pero, por alguna razón, desde el principio, lo incorporé a la lista de debilidades. Tampoco es que haya hecho campaña en su favor, pero pasé un otoño muy aburrido viviendo en Iowa mientras él comenzaba a darle lustre al número 16 de los Memphis Grizzlies. Y no se me ocurrió mejor cosa que pasar las tardes entre sus partidos, la HBO y un canal local de música donde siempre ponían una canción de Modest Mouse que, por alguna extraña razón, me hipnotizaba. Desde entonces, y como ya he dicho antes, confieso mi encandilada identificación con el juego del ala-pivot de la selección española.
Las selecciones no me interesan tanto, eso sí, pero cualquier equipo que cuente con el Sergio "El Chacho" Rodríguez y Pau Gasol... buff, casi casi que me tendrá robada la atención. Pero, lo dicho, lo de las listas y los "of all time", los hall of fame y los quintentos y tops, all-stars y MVPs, como que no me llama mucho. Votar he votado, ya lo he dicho, pero ahora no recuerdo si el primero que puse fue Petrovic, Kukoc o Sabonis. Por ahí andaba, entre Croacia y Lituania. 

Posdata: Creo que nunca había encabezado una entrada con el nombre de Pau Gasol. Es uno de esos tan evidentes, tan dignos de titular, que jamás lo utilicé. Igual que Rafael Nadal, Fernando Alonso, Alberto Contador, Iker Casillas, Xavi Hernández o Michael Jordan. O igual si los he utilizado. Yo qué sé, hace tiempo que dejé de llevar la lista. Sin embargo, está claro que, generalmente aquí, hablamos de otro tipo de deportistas. Más que hablar de Bobby Charlton aquí vamos a hablar de Robin Friday. Quizás por eso éste era tan buen momento como otro. Qué más da.

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