martes, 2 de octubre de 2018

Laia Palau



El Mundial de baloncesto femenino ha reforzado lo que ya sabíamos: que la selección de Estados Unidos disfruta de una generación dorada y que la española solo le va un poco a la zaga. E ir a la zaga de las americanas, dado lo que han conseguido hasta ahora, tiene un mérito increíble. 

Las de Dawn Staley consiguieron, con éste, su tercer campeonato del mundo consecutivo. A lo que suman los seis últimos oros olímpicos. El palmarés de jugadoras como Diana Taurasi, Breanna Stewart, Sue Bird, Tina Charles o Brittney Griner es insuperable. Normalmente, los focos se los lleva Taurasi, para muchos, la mejor jugadora del mundo y de la historia, pero no es el único argumento de un equipo que cuenta con varias potencias para mostrarse invencible, que es lo que llevan haciendo desde hace varios años y lo que han vuelto a repetir en este mundial de Tenerife: ganar, ganar y ganar. 

A sus 36 años, Taurasi añadió un título más a un palmarés que ya acumulaba, antes de este, tres títulos de la WNBA, 6 Euroligas, 4 medallas olímpicas de oro y 2 mundiales. Acompañada de las ya mencionadas anteriormente, y de otras, como la jovencísima Jewell Loyd, y A'Ja Wilson, Ellena Della Donne o Nneka Ogwumike, nadie ha sido capaz de vencerlas, ni tan siquiera la rotundidad de una Liz Cambage que ha sido la gran protagonista del torneo.

Con sus 2,03 y su fuerza física, la australiana ha dominado los tableros y ha liderado las estadísticas en puntos (23,6), tapones (1,1) y casi en rebotes por partido (10,5), solo superada por la talentosa belga Emma Meesseeman (10,7) otro nombre propio que explica el buen resultado de la selección belga, 4º en la clasificación final. Cambage se ha apoderado de los tableros durante todo el torneo, a base de talento, imponer su físico y una polémica capacidad competitiva. Su actitud durante la semifinal contra España desesperó a algunos, profesionales incluidos. Sin embargo, nada puede poner en duda su calidad y su compromiso para con una selección, la australiana, que sobrevivió como pudo cuando, en la final, se encontró con que Dawn Staley tenía varias armas preparadas para negarle la prioridad en la zona. 

Para finalizar, conviene recalcar el bronce de España, a quien solo pudo parar Cambage y su Australia en semifinales y que no dio ninguna posibilidad a la sorprendente Bélgica en la final de consolación. Las de Lucas Mondelo son uno de los grupos más competitivos y efectivos del deporte estatal y del femenino, en general. Con esta suman 12 medallas en el siglo XXI: la plata en las olimpiadas de Río de Janeiro en 2016, los bronces en el campeonato del mundo de 2010 y el de ahora y la plata en el de 2014, y ocho medallas en los Europeos desde 2001, dos de oro, cinco de bronce y una de plata. De todas esas, Laia Palau, una barcelonesa de 39 años, ha disfrutado 11, a la que sumaría el oro en los Juegos del Mediterráneo de 2001, convirtiéndola, así, en una de las deportistas más laureadas de España y, por lo tanto, la candidata perfecta para asumir el título de esta entrada. 

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