Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
lunes, 18 de mayo de 2009
Pedro Horrillo
Se lo tragó una vaguada. Cayó durante 60 metros, incontable el tiempo. Incontable el tiempo que tardaron en encontrarle. Ha pasado dos días en coma inducido. Ya no, pero aún no respira por sí mismo. Horrillo es un caso singular en el mundo del ciclismo. Licenciado en Filosofía, sus artículos y comentarios en prensa siempre son interesantes. Cuando hablan de él, siempre hablan de Óscar Freire. Dicen que Javier Mínguez se acercó, hace muchos años, al Balenziaga para ficharlo. Quedó segundo por detrás de Freire, al que Mínguez no conocía, y desde entonces, la carrera profesional de ambos ha ido unida. Freire ha ganado, ha ganado muchas carreras. Horrillo ha ganado, ha ganado una gran reputación como corredor de equipo, como gregario, como currante del ciclismo. Ahora aparece en las noticias por una mala, por una curva que quizás tomó demasiado rápido. Las caídas forman parte del ciclismo como las victorias y los pódiums. Todos nos acordamos de Sanromá, de Jalabert, de Casartelli, de Iñaki Gastón, Beloki, Laiseka, Juanto, de Marino Lejarreta... tantos otros que, en algunos casos, fueron más graves que lo que le ha ocurrido a Horrillo, y otros no. Solo espero que Pedro se recupere pronto y si no puede retirarse sobre la carretera, que sepa que ya hizo bastante en este deporte, lo suficiente para mantenerse en la memoria de los amantes del ciclismo con orgullo y cariño. No dejes de correr ni en la cama de ese hospital, Pedro. ¡Suerte!
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