Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
viernes, 20 de noviembre de 2009
Thierry Henry
Tendré que pedirle al maratoniano que anda por París que me cuente como se está viviendo esto en el país vecino. Ya no nos sorprende ver como el fútbol abandona los terrenos de juego para alcanzar los rincones más insospechados. Los protagonistas se suceden: seleccionadores, presidentes de federaciones, comités, ministros... Todo el mundo a manotazos por una mano. Y en todo esto, un protagonista ofrece sensatez, justo el mismo que ha cometido la triquiñuela. Henry confiesa sentirse avergonzado y asegura que la mejor solución sería repetir el partido. También he leído que el propio Henry decía que sobre el campo le comentó al árbitro que había tocado el balón con la mano. Nunca hay mejor solución que mirar hacia otro lado, ¿verdad? No es solo la más sencilla, si no la más rápida y la menos dolorosa. El tiempo lo cura todo, y si no cicatriza, al menos se olvida. No quiero ni imaginarme como estarán mis amigos irlandes. Seguro que ahogaron la pena de la misma manera que lo habrían celebrado. Con el poco bagaje de experiencias que tengo a los 33 años, menos consecuencias puedo sacar para ser un hombre de fuertes ideales y de grandes convicciones, que supongo que tengo, algunas, las menos, pero más que nada soy un animal dubitativo y en proceso, por eso, son pocas las lecciones que he conseguido aprovechar aún. Una de ellas, repetidas varias veces, me ha ayudado a hacerme una pregunta que ya empieza a ser recurrente: ¿cómo puede ser tan fácil vivir con la conciencia sucia? Porque nuestra conciencia es mucho más poderosa de lo que creemos. Sin embargo, día tras día, la gente es capaz de librarse de ella y seguir viviendo con una alevosía que no entiendo. Quizás Henry se ha hecho la misma pregunta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Si te digo la verdad, ni idea. No he comprado ni L´Equipe, ni la France Football, ni he visto la tele, ni he hablado del tema con un francés. Poco me importan las selecciones, con lo que omitido cualquier referencia a ellas durante estas semanas de "clasificaciones". Te puedo decir que en París había miles de irlandeses, yo vi a algunos, identificados con sus inmensos gorros verdes. Simpáticos y sobrios, por el momento.
Como dicen los franceses (siempre con alguna copa de más):
Allez les Bleus!!!!
Álvaro.
Gracias. Como a nosotros nos importan poco las selecciones, nos podemos tomar a chufla la última de nuestro querido club del que somos socios, no sé si te habrás enterado.
Sí, prefiero no hablar. Digamos que no hay mejor desprecio que no hacer aprecio. Yo soy hombre de club.
Publicar un comentario