Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
lunes, 15 de febrero de 2010
Marta Tigabea
Mi cuarta experiencia en una carrera organizada me ayudó a conocer Olabeaga y los intestinos de Zorroza. Después de aquella primera experiencia en la más popular, la Herri Krosa, donde la resaca del sábado casi me hace vomitar al llegar a meta, llegaron la Hiri Krosa de la Aste Nagusia de Bilbao donde viví mi mejor momento con tres últimos kilómetros al esprint y una sufridísima San Silvestre de Rekalde que me sirvió para aprender mucho sobre atletismo popular y para alimentar un gusanillo que creo que ya se ha hecho mariposa. El domingo, la Bilbao-Bilbao se convirtió en la cuarta muesca en mis zapatillas Nike. Y me acompañó el de las Asics, que ya ha hecho su crónica de la carrera, por supuesto: pormaratones.
Solos los dos, como un duo de hip hop, nos presentamos temprano en la vetusta pista mediada de San Ignacio. Nos cambiamos en el autobús (mi primera experiencia), donde los etíopes que debían ponerle chicha a la carrera se relajaban en un idioma extraño pero musical y alegre. Después, corrimos un poco por la vieja pista de ceniza, parando de vez en cuando para ver el derby de benjamines entre el San Ignacio (¿si?) y el Moraza. Cuando el speaker anunció que faltaban tres minutos nos acercamos a la línea de salida. El de las Asics se fue para arriba y yo para atrás, prácticamente literal, el último. Casi pasó medio minuto entre que sonó el pum y yo pude ponerme a correr.
En general, las sensaciones fueron positivas. Ya sabéis que mis tiempos son más que humildes. Llevaba las dos últimas semanas haciéndome distintos circuitos de 10 km para cacular mis prestaciones. El último día conseguí bajar holgadamente de los 6 minutos el kilómetro, pero solo el último día. Así que mi objetivo era bajar de la hora. Aunque fuera por poco, pero bajar. Por descontado, el de las asics aspiraba a más y no lo volví a ver hasta llegar a meta diez minutos más tarde que él. Al principio rodé muy lento, muy muy lento, exageradamente cauteloso. Antes de llegar al primer kilómetro adelanté a Fortunato Vencedor, en solitario y cabizbajo. Camino de Botica Vieja hicimos un pelotón con una pareja un poco arisca y un par de veteranos que parecían estar picados conmigo (el de las asics dice que me monto películas y probablemente sea verdad, pero el pequeño de gafas estaba picado y punto, que es respetable pero un poco ridículo, a mi parecer). Subiendo el puente ataqué (que es un lamentable eufemismo). Cuando estaba a la altura del pequeño de gafas picado y punto, subí el ritmo de golpe y me fui como una exalación (lamentable eufemismo). Le oí murmurar algo por detrás, lo juro. Y también juro que no lo hice porque estuviera picado con él, si no porque la cuesta me jode y cuanto más rápido mejor la subo, o así me pareció el domingo. Así que para cuando bajaba para el avituallamiento, ya había gastado mi "ataque fulgurante" y me iba topando con parejas que miraban el paisaje. Subiendo el desvío se me fueron un poco las energías, pero volvieron al regresar al borde de la ría. Pero estaba solo. A lo lejos veía Zorroza y a una chica vestida de negro que se convirtió en mi objetivo. El reloj no lo miraba mucho, pero sabía que iba mucho mejor de lo que esperaba. Durante dos kilómetros le perseguí el culo porque era lo que me quedaba a la altura (corro un poco encorvado, de verdad), y correr a tope (lo poco tope que me quedaba ya) durante esos kilómetros en recta, me mató. Pero me mató más cuando la alcancé y el cartel de seis kilómetros no coincidía con mi perspectiva. ¿Quedan cuatro? No jodas, si Zorroza está ahí. Y es que el laberinto emboscado por los intestinos de Zorroza yo no lo conocía. Cerca del matadero, empezamos a toparnos con gente que venía de algún lado pero en dirección contraria a la nuestra y yo ya iba jodido. Con cada zancada pensaba, en la próxima esquina estará el giro. Pero no estaba. Aún así, seguía apretando y adelantando a gente. Y se me hizo sufrido, pero rápido cuando vi que ya estábamos cerca de la iglesia y quedaba un giro descorazonador cuando veías que ya había más atletas estirando que los que había corriendo y la pista estaba vacía. Aún así me dio tiempo para apretar y cubrir el tartán con los puños prietos mientras casi en meta oía como gritaban mi nombre pero no tenía ni fuerzas para volverme y saludar.
Y no acabé cansado. Eso sí, mi tiempo: 51 minutos, aunque muy muy humilde, estaba muy por debajo de mi objetivo. Así que la palabra es satisfecho.
Más satisfecho acabó el de las Asics que con sus 39 hizo una marca muy meritoria que probablemente le suba muy arriba en la clasificación final.
Más satisfecho aún estará Don Josu Amutio, que según me contaron, entró de paseo y con minutos de diferencia con el segundo. Pero como su nombre ya lo usé antes, pongo el de la etíope que ganó en el apartado de féminas. Bonita la foto que se sacó con su compatriota antes de arrancar y en la que probablemente salga yo de fondo con cara de asombro.
Por lo demás, y en resumen, satisfecho aunque con un extraño sabor de boca: me dio la sensación de que si supiera correr mejor, le habría sacado más beneficio a mis pocas prestaciones. La lluvia no hizo daño, y Olabeaga se ve precioso y melancólico por detrás. Una buena experiencia que espero que prediga un año en el que no quiero que sea la única prueba que corra. Esperemos que en el invierno, haya progresado. Y, por último, un saludo para las dos valientes, I y M, que se enfrentaron al frío para animarnos en un polideportivo de San Ignacio desangelado (al menos para cuando llegué yo). Eso forma también parte de todo este ambiente de las carreras populares donde por mucho que contemos los tiempos y hasta miremos nuestras patéticas posiciones en la clasificación final, lo que cuenta es otra cosa, otra cosa difícil de explicar pero que te alegra el cuerpo cansado para el resto del día.
Felicidades a todos los participantes.
Posdata: en la foto aparezco yo, pero no diré cuál de los tres.
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2 comentarios:
Te has adelantado a la foto. Te respeto y no subo al blog las que he conseguido. A ver si Festak.com publica las suyas y consigo alguna mía.
¿Has visto las clasificaciones? Soy top-100. Y tu, bien, ¿no? Has vuelto a correr entorno a 5 minutos/km. Luego dices que no puedes hacerlo por debajo de seis.
Nada más, ánimo con los entrenos, hay que seguir así.
Álvaro.
No subas fotos de esas que salgo con una cara de gilipollas que echa para atrás. Parece que me están degollando. Enhorabuena por el 77, es un resultado cojonudo. Yo sé que hice un tiempo más bajo aún, pocos segundos, pero más cerca del 51 que del 52. No está mal. Pero hay que seguir.
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