Fanzine deportivo literario. Crónicas caprichosas sobre héroes y villanos del mundo del deporte
lunes, 8 de febrero de 2010
Tom Chambers
Le sobraron las vacaciones en Israel, ¿verdad? Yo no tenía quizás ni veinte años pero recuerdo el 0 de 14 en tiros ante el FC Barcelona. Vaya espectáculo. El tío que metió 60 puntos contra los Seattle Supersonics. Y sin tirar de tres. El rubio de Ogden, Utah, estrella de la Universidad de Utah, presunto mormón aunque no está claro si practicante o no, acabó su carrera deportiva con 20 puntos y 6 rebotes de media por partido, 18 puntos de media en la NBA y un subcampeonato ante los Chicago Bulls. Además de cuatro participaciones en el dichoso All Star tan de moda desde que es una cuestión de estado que lo juegue Pau Gasol. Como digo, le sobró quizás su experiencia macabea y la última temporada que se permitió con Charlotte Hornets y Philadelphia 76ers.
La típica pregunta cuando se habla de alguien que lleva retirado más de diez años, ¿a qué se dedica ahora? Pues como aquello de que Corny Thompson se dedicaba a gestionar un párking o que Stanley Roberts se dedicaba a la seguridad privada, la actual ocupación de Tom Chambers también es un poco extravagante, cuando menos chocante si pensamos en un tío de 2'05 que se dedicaba a intentar acertar con un balón en un aro. Ahora intenta acertar con el lazo y el cuello del caballo, porque Tom Chambers se dedica a criar caballos de competición o exhibición en su rancho Tom Chambers Shooting Star Ranch. De jugador a vaquero solo hay un paso, man.
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4 comentarios:
Siempre me acordaré de aquel mate en el que pone su rodilla en la nuez a Mark Jackson.
Cierto, por cierto, llevaba dias pensando escribirte o hacer un comentario porque en lo que respecta a este blog y en relación con el tuyo, ¿sería posible publicitarte en esta página esos suculentos poemas raulianos y el ingenioso pleno al 15?
Encantado hallaríame aquí, pero eso ni se pregunta, por Google(dios).
Por cierto, mis condolencias por el fallecimiento de tu creador.
Me tomo la libertad, entonces, y te tomo la palabra. Y gracias por las condolencias. Que el diablo le tenga en su gloria.
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