jueves, 2 de abril de 2009

Kirk Snyder

¿A quién le sorprende? Cuando me preguntan por cómo fue mi experiencia en los Estados Unidos, mucha gente siempre tiene clara cuál debe ser mi respuesta: violencia, caos, una dieta insana, mucha televisión y americanos obesos. Si tu respuesta era ambigua, si hablabas lo mismo de cosas buenas que de malas, de contrastes, el otro insistía, "ya pero..." Pues nada, siempre tenías que acabar diciendo que sí. Pero, queramos o no queramos, los Estados Unidos es un país de contrastes, y ésta es una afirmación tan absurdamente obvia que me siento estúpido cada vez que la utilizó. Estados Unidos es un país sugerente, atractivo, increíblemente agradable para vivir, para experimentar y para ambicionar nuevos horizontes. Está lleno de literatura subyugante. Manejan como ninguno su mitología y su imaginería. Es un país de una belleza natural, de recursos, de talento, de posibilidades y de grandes jugadores de baloncesto. Vale, sí, el Club del Rifle, George W. Bush, la comida basura, los reality shows, la política exterior, McCarthy, Nixon, la sanidad pública y la obsesión por el mate, pero todo eso ya lo sabemos y no podemos reducirlo a lo malo. Nos encanta destacar lo malo, porque así nos es más fácil convencernos de nuestras pocas virtudes. Todas las civilizaciones lo han hecho. Los propios americanos buscaron construir su identidad a base de distorsionar la de todos aquellos a los que se podía tachar de distintos: los indios, los afro americanos, los mormones, los mejicanos o los chinos.
¿A qué viene todo esto?
Noticia del día: Corie Blount, antigua estrella de la Universidad de Cincinnati y ex jugador de los Bulls entre otros, puede irse diez años a la carcel por posesión de marihuana. Hace poco, salió Charles Barkley. Isaiah Rider, detenido y encarcelado por retener forzosamente a una joven. Allan Iverson, Gilbert Arenas, Kobe Bryant y Jason Richardson también tuvieron problemas con la policía. Lloyd Daniels debutó en la NBA con una bala incrustada en su cuerpo. A Carl Landry le disparan. Dicen que Marko Jaric es el presunto jugador de los Grizzlies acusado de propasarse con una mujer. A Olowakandi también le detuvo la policía. Stephen Jackson la armó al pegarse con el público y ése no ha sido su único problema. Por lo mismo, Ron Artest recibió la sanción más dura de la historia. ¿Qué decir de Dennis Rodman? Casi el mismo palmarés delictivo que Zach Randolph. Eddie Griffin tuvo un accidente de tráfico mientras se masturbaba viendo un video porno. Art Long derribó a un caballo, con policía y todo, de un puñetazo. Lonny Baxter disparando al aire junto a la Casa Blanca. DeShawn Stevenson abusando de una niña de 14 años cuando el tenía 20. Ruben Patterson lo intentó con su niñera y pegaba a su mujer. Tony Allen ejerció de Al Capone y Alan Henderson no quería abandonar su arma cuando volaba en avión.
¿Y qué decir de los Portland Jail (Cárcel) Blazers? En unas pocas temporadas, se labraron una reputación de la que aún hoy intenta librarse. El gran Bonzie Wells al que creo que echaron hasta de su equipo en China, Damon Stoudamire y Rasheed Wallace diciéndole a la poli que no buscaran la marihuana porque ya se la habían fumado, los ya comentados Patterson o Randolph o el inigualable Qyntel Woods que se presentaba enseñando un cromo a la policía.
Y el último ha sido Kirk Snyder. Su vecina le desenmascaró (literalmente, le arrancó el pasamontañas) cuando intentaba robar en su casa. También se había ido a jugar a China.
¿Tanto te sorprende que en un país en el que solo en la competición de la NBA puede haber más de 400 jugadores profesionales? Si contar contratos temporales y las otras ligas comerciales y los miles (diría que millones si no sonara exagerado) de americanos que juegan en otros países, y la competitiva liga universitaria y y y y. ¿Cómo no va a haber criminales entre todos ellos? Hay criminales, lo mismo que casi seguro que habrá poetas, y no me refiero solo a las canciones de Shaquille O'Neal ni a los poemas de Rashard McCants, si no al trabajo de Josh Moore, Etan Thomas, Tom Meschery, Alex English... Y no solo poesía. Kevin Johnson, aquel magnífico base de los Phoenix Suns que estuvo en el Dream Team de Barcelona 92 es el actual alcalde de Sacramento; Dikembe Mutombo graduado por Georgetown en linguística y diplomacia habla nueve idiomas; Chris Bosh se graduó con honores y es miembro de la Sociedad Nacional de Ingenieros Afro-Americanos... etcétera, etcétera, etcétera. En resumen: un país de contrastes y una liga de contrastes, ¿no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario