domingo, 12 de septiembre de 2010

Igor Antón


Creo que estaba intentando guardar su nombre para titular una entrada mucho más feliz. La fatalidad siempre nos acompaña. Hay que aprender a convivir con el infortunio. No seamos dramáticos: todo el mundo sufre varapalos a lo largo de su vida. Lo de ayer fue cruel, muy cruel. Podemos flagelarnos con maldiciones por lo que queda de temporada. Yo lo hice ayer, durante unos instantes. Después, el txakoli y los cubatas ayudaron, el día más feliz de M y A y la discoteca privada del restaurante, ayudaron. Aunque, aunque a alguien le pueda resultar patético, sabía, en el fondo, que había algo de lo que no quería acordarme. Aunque. Recibí un mensaje cuando aún estaba en la mesa y no había acabo de salir el rape. Cinco minutos antes, había estado hablando de ciclismo con el invitado de al lado, un zaragozano que colgó la bicicleta en cadetes. No lo creía. L salió corriendo al bar. Yo tardé en reaccionar. Cuando llegué, Antón, con gesto sereno y convincente, saludaba a la camara, magullado y ensangrentado. El bar estaba repleto de rh negativo. Tipos orondos con la cara recubierta de angustia. Un grito ahogado. En el ambiente, se palpaba un asombro contenido, como si todo fuera a terminarse de golpe, y nada fuera cierto, y todos volveríamos a la mesa para comernos el rape felices. Alguien gritó: ¡eres el puto amo chaval! Y entonces creo que todos nos dimos cuenta de que era verdad, que nos íbamos a comer el rape con cierto estúpido amargor. Contesté al mensaje de móvil. Me contestaron. Volví a contestar. Me lo propuse: olvídalo, olvídalo, olvídalo. Lo conseguí. Aunque. Encima, perdió el Athletic.
Esta mañana me he levantado de resaca, con miedo, con un aunque clavado en la garganta. Es que fumé mucho. No he leído los periódicos, pero he abierto internet con miedo, con resaca, con un aunque. No quería leerlo. Quería que fuera mentira. No he pasado de los titulares. Mañana empiezo a trabajar de nuevo. Tengo muchas cosas que hacer. Y, además, estoy de resaca. Solo quiero pensar en eso.
Lo confieso: para mí ha terminado la Vuelta. Lo siento. Con todo el respeto a los demás participantes. Ahora digo que se ha terminado, mañana puede que vuelva a estar delante del televisor. Pero ya no volveré a pasarme dos horas escuchando a Perico Delgado y a Carlos de Andrés. No. Me duele el aunque. No puedo. Lo siento.
Y lo dejo ya.
Igor pasará de esto como tiene que pasar y empezará ya a soñar y a prepararse para ganar la edición de 2011. M y A saldrán de viaje a los Estados Unidos. Yo me levantaré a las seis de la mañana para conducir durante dos horas hasta llegar a mi nuevo trabajo. El Athletic perderá más partidos. Y Nadal los seguirá ganando. Otro corredor de naranja ganará en la Vuelta. El mundo girará y girará, y todos seremos más maduros y más solventes con nuestros aunques guardados en el bolsillo. Conviviremos con el infortunio y la fatalidad. Pero no podremos dejar de beber txakoli y vodka con naranja para evitar el dolor de la crueldad. Y eso sale muy caro. Por lo menos, el rape estaba bien rico. Felicidades A y M. Eutsi gogor Igor hurrengoan izango da!

7 comentarios:

  1. Creo que lo has entendido: "Sin palabras".

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  2. Que ya, que lo había entendido. Vaya conversación de besugos. Un sugus para los dos.

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  3. Ya te digo!!! Jejejejeje!! Menuda conversación q os habéis currado!!! Pues para mí fue un bajón lo de Igor, HC, me he vuelto a quedar sin premio, una pena.
    Por cierto, si os sirve de algo, yo de vuestra conversación no me he enterado de nada, jejejejej!!!!
    Saludos a ambos.

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