lunes, 26 de mayo de 2014

Txema Añibarro



64 años después de su fundación, la Sociedad Deportiva Eibar consigue ser de Primera. El ascenso matemático logrado en la tarde de ayer, después de vencer a un necesitado y bregador Alavés en Ipurua, ha instalado a los seguidores armeros en la nube a la que se refería Álex Aranzabal, su presidente. Una nube mullida y con buenas vistas, vistas a una urbanización, la de la primera división, construida en primera línea de playa y sin respetar la ley de costas. 
Llega el Eibar y Eskozia La Brava a lo más alto del fútbol profesional y seguro que le ponen colorido y lucidez con el mismo ejemplo que les ha llevado de Segunda B a Primera en dos años. Ese ejemplo que todo el mundo tiene en la boca cuando habla del Eibar: lo de gestión ejemplar, carácter humilde, afán competitivo, fútbol clásico y todo eso. Si se dice, tiene parte de verdad, pero al fútbol no solo se gana con casta y con buena gestión, aunque ayude mucho, también se necesita un buen entrenador y grandes futbolistas y el Eibar lo ha tenido este año. 
Hace solo dos años comenzaban la temporada en Segunda B de la mano de Gaizka Garitano. Esa temporada, ascendían después de pasar tres épicas rondas en el playoff de ascenso. El equipo del que yo soy socio, el Barakaldo Club de Fútbol les ganó en Ipurua con un solitario gol de Jon Orbegozo. Diez de los jugadores que disputaron aquel partido con los armeros estaban en esta plantilla que acaba de conseguir el ascenso a Primera División. Quizás esté exagerando, pero, la lectura que yo hago es que si ellos pudieron, nosotros también, y que su ejemplo es nuestra esperanza. De hecho, si nos permitimos el lujo de ponernos épicos y grandilocuentes, el ejemplo del Eibar es la esperanza de todos los aficionados al fútbol. En una noche en la que las caras de circunstancias de unos y las de alegría de otros políticos les robaban protagonismo, cuando aún se llenaban los periódicos digitales de fotografías celebratorias del partido del sábado (que no vi porque tenía cosas mejores que hacer: ¡rock and roll del bueno!), las redes contaban con sorna las líneas de músculo de uno de los goleadores y en Albacete y en Santander compartía las mismas emociones, Eibar reclamó su minuto de gloria con la misma modestia y serenidad con la que han venido jugando toda la temporada. Tuvo que esperar a pie de campo o en la caseta para oír como primero el canario Deivid Rodríguez en propia puerta, luego el uruguayo Hernán Menosse y finalmente el bético Ezequiel Calvente marcaban para el Recreativo de Sergi Barjuán y remontaban los dos goles que el veterano Carlos Aranda había conseguido para un Las Palmas que se resistía a perder opciones de ascenso.
Un club con un estadio para 5.000 espectadores y ese aspecto añejo que te remonta en el tiempo, representando a una ciudad de poco más de 25.000 habitantes, el más veterano en la categoría de plata y con el presupuesto más bajo de la misma llamaba a la puerta de la liga con nombre de banco, la de ejecutivos que hablan de beneficios más que de borceguíes, la de jugadores que cobran 20 millones y estadios levantados a base de recalificaciones y lo hacía con todo la potestad que le da habérselo ganado en el campo, con un puñado de jugadores que han conocido los campos estrechos de césped ralo de la segunda división b y la tercera y acompañados de una afición leal que se alimenta lo mismo de memoria que de sabia nueva: "quiero ver sus caras, ver cómo disfrutan", decía en la rueda de prensa ayer Gaizka Garitano cuando recordaba a los aficionados veteranos del Eibar que recibirán este ascenso como un regalo inesperado que parece ponerle la guinda a un pastel conmemorativo de varios pisos. 
Gaizka Garitano, precisamente, bien acompañado de Patxi Ferreira e Iñaki Lafuente, amén de otra serie de colaboradores que no puedo mencionar porque desconozco, pero a los que él hizo referencia en la mencionada rueda de prensa, ha sido uno de los grandes secretos de este club. Después de entrenar al filial, aceptó el reto de coger al primer equipo después de que Javier Mandiola no consiguiera devolverlo a segunda división (categoría en la que jugó, sin perderse un año, de la temporada 88-89 hasta la 05-06). Con una plantilla muy parecida a la actual, el equipo terminó segundo detrás del Alavés y superó con dificultad al Alcoyano y al Oviedo para jugarse el ascenso contra un L'Hospitalet que ayer mismo eliminó al Cádiz y volverá a intentarlo esta temporada. Apenas se hicieron incorporaciones y el equipo siguió siendo ese robusto conjunto que juega con solidez, claridad y concentración, rocoso en defensa, con querencia por las bandas y el talento justo para aprovechar las ocasiones de gol. Fueron pocas las incorporaciones pero, algunas de ellas, como las de Raúl Albentosa, Jota Peleteiro o José Luis Morales han sido fundamentales. 
En la portería, Xabi Irureta lo ha jugado todo y lo ha jugado bien. Ayer mismo, acabó con las ilusiones del Alavés y se llevó un golpe que no le dejó celebrar del todo el final del partido. El portero vizcaíno hace aún más grande la cantera futbolística de un pequeño pueblo en la frontera donde, en principio, la pelota era el deporte rey. El año que viene, Xabi Irureta se unirá a Jagoba Arrasate y Ion Ansotegi como representante de Berriatua. 
En defensa, Yuri Berchiche, ex jugador de aquel juvenil que entrenaba Julen Guerrero en el Athletic y que acabó marchándose a Inglaterra, volvió a encontrar su camino en la Segunda B y sus dos años como cedido por la Real Sociedad en el Eibar están siendo de enmarcar (igual que los dos goles que marcó en Miranda de Ebro), el alcireño Raúl Albentosa, que llegó en verano del Cádiz, ha sido un gran descubrimiento, igual que la confirmación del otro Raúl, Raúl Rodríguez Navas, ex canterano del Sevilla, el Valladolid y el Celta y quien ya fuera una pieza importante en el ascenso a Segunda. Manuel Castellano "Lillo", canterano del Valencia, completaría la defensa más habitual, mientras que los minutos de refresco y las oportunidades que han llegado a lo largo de la temporada las han disfrutado jugadores como Eneko Boveda, quien llegó a debutar en primera con el Athletic de la mano de Joaquín Caparrós, Gorka Kijera, el canterano Aitor Arregi y el veterano Txema Añibarro, ex del Sestao y el Lemoa quien, a sus 34 años, vive la gran alegría de una carrera meritoria y humilde que me ha invitado a regalarle al de Zeberio la oportunidad de titular la entrada.
En el centro del campo, Dani García ha sido una de las grandes sorpresas de esta temporada. El Eibar le pidió a la Real Sociedad que recuperara al de Zumarraga y se lo cediera y así lo hizo la temporada pasada. A sus 24 años se ha convertido en la dinamo del equipo, bien acompañado por Jon Errasti al principio de temporada, un canterano de la Real de 25 años, y, al final, por el veterano Diego Rivas, quien conoce de sobra la Primera división después de jugarla con Getafe, Atlético de Madrid y Real Sociedad. Las bandas han sido uno de los grandes argumentos de este equipo, gracias, en parte, al trabajo, mientras se lo permitieron las lesiones, del ex del Bilbao Athletic y la Real Sociedad B, Alain Eizmendi, el cedido por el Levante José Luis Morales, el brasileño Gilvan Gomes, quien ha jugado tanto de titular como de suplente, o la perla de la cantera eibarresa, el vizcaíno Ander Capa, quien, a sus 22 años, ha dejado muestras de su fuerza y su enorme zancada. Por supuesto, en la mediapunta, ha brillado un José Ignacio Peleteiro, alias Jota, a quien sus años en Madrid y ahora en Eibar no le han borrado su acento coruñés. El canterano del Celta jugará el año que viene en Primera, ya sea en Vigo, en Eibar, o donde sea, porque, además, tiene calidad y gol para hacerlo. Suyo fue el que derrotó al Alavés y le dio el ascenso al Eibar y suyos han sido una decena que han resultado fundamentales para que los de Gaizka Garitano disfruten ahora de tamaño éxito. Otros como Diego Jiménez han jugado menos. 
Por último, la delantera se la han repartido Mikel Arruabarrena y Urko Vera. Los dos con pasado en el Athletic, Arruabarrena salió de Lezama para buscarse la vida en lugares tan distantes como Leganés, Tenerife, Jerez de la Frontera o Varsovia. Ha conseguido siete goles, pero su labor como delantero veterano que presiona y defiende y como capitán va más allá de todos esos goles, igual que los 13 que marcó en el ascenso de Segunda B a Segunda no podían esconder esa otra labor oculta. Urko Vera, por su parte, descartado por Marcelo Bielsa para el Athletic, ha añadido cinco y ha salido casi siempre desde el banquillo para poner al servicio del club su porfía. Junto a ellos, llegó en invieron David Mainz. El aragonés marcó 11 goles en Segunda B antes de abandonar Eibar para aceptar la oferta exótica que le llegó desde la primera división de Bolivia. En el Wilstermann no consiguió acoplarse ni se cumplieron los retos y, con un bagaje de 18 partidos y 4 goles, regresó al Eibar para participar del ascenso, sobre todo, con sus dos goles, importantísimos, en el partido que les enfrentó al Mallorca en la isla. 
Esos han sido, si no me olvido a ninguno, los nombres más importantes de un equipo donde, además de la afición que se reúne en Ipurua, habría que destacar también la labor de la junta directiva, encabezada por el joven presidente Álex Aranzabal quien, hace poco, se dejaba ver en Madrid acompañado de Xabi Alonso, Asier Illarramendi e Iñaki Gabilondo para publicitar la campaña de ampliación de capital, un berenjenal en el que el club eibarrés se ha visto envuelto sin quererlo ni beberlo y que deja constancia de las incongruencias de este fútbol moderno que parece tan ajeno al Eibar pero que va a tener que aceptar que su propuesta es no solo válida, si no que mucho más sana, natural y meritoria que muchas otras que representan a este deporte en la actualidad. Quizás eso sea lo más importante ahora. A 72 días de que se termine el plazo para conseguir los 1.724.272,95 euros que, por ley, está obligado, aunque no lo necesite, a recaudar el Eibar en nuevo accionariado, el club ha conseguido el 38'07%, es decir, 656.450 euros. Si quieres participar y convertirte en defensa accionista, aún estás a tiempo. Puedes hacerlo por un pago mínimo de 50 euros y para ello no tienes más que visitar la página www.defiendealeibar.com. 
Si lo logran, y creo que la mayoría así lo deseamos, el club que vio nacer futbolísticamente a los José Eulogio Gárate, Pepe Muguerza, Agustín Guisasola o Diego Álvarez, y, últimamente, a otros que también defendieron su camiseta, con carreras de uno u otro estilo y calibre, como Antonio Karmona, Xabi Alonso, David Silva, Aitor Ocio, Bixente Oiarzabal, José María Luluaga, Manolo Almunia, Joseba Llorente, Jorge Azkoitia, Zigor Aranalde, Asier Riesgo, Joseba del Olmo, José Félix Guerrero, Moisés Hurtado, Lucho Iturrino, Josu Sarriegi, David Zurutuza, Gaizka Toquero, Javier Yubero, Aitor López Rekarte, Roberto Martínez "Tiko", Pizo Gómez, Miguel Fuentes o Iñaki Garmendia, por nombrar a alguno, conseguirá lustrar su historia con un logro mayúsculo que muchos no se atrevían ni a soñar. Alguno de los que he nombrado estuvo en el Eibar durante la temporada 96-97, cuando fueron quintos, o en la 01-02, cuando el puesto final fue el séptimo y Manolo Almunia se llevó el Trofeo Zamora de Segunda. Otros, como el entrenador, que hacía referencia a ello en la susodicha rueda de prensa y lo calificaba de "tren perdido", estuvieron en aquella temporada de la 94-95 cuando tan cerca lo tuvieron. Ya hablamos de ello, no lo consiguieron, pero esta vez sí. 
El Eibar jugará el año que viene en primera división si las oficinas, donde, hasta ahora, y a pesar de las trabas de otros, se han mostrado tan eficaces como en el campo, no estropean lo que se logró sobre el césped y, con los pies en el suelo pero el mismo denuedo, ojalá que los que venimos detrás, podamos disfrutar algún día, siguiendo su ejemplo, lo que ayer disfrutaron tantos en el vetusto Ipurua.

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