El maratoniano José Carlos Hernández, natural de Lanzarote, treintañero y olímpico en Londres, se ha llevado la Behobia-San Sebastián número cincuenta con un tiempo de una hora, un minuto y 40 segundos, aprovechando, entre otras cosas, que el gran favorito, Rafa Iglesias, se ha quedado ya en Gaintxurizketa. Él ha llegado el primero, después han llegado como unas 26.000 personas. Récord de una edición para celebrarla, porque, como ya he dicho, se trataba de la quincuagésima edición de esta histórica prueba del calendario popular atlético. La primera mujer, por cierto, ha sido Vanessa Veiga, mujer de Julio Rey, en una categoría que crece y crece, y no solo entre los participantes que la disputan en cabeza, si no también entre aquellos que le ponemos colorido por detrás.
Entre esos más de 26.000 participantes, varios pormaratonianos: Ander, Maizte, Manu, Ricky, Emi, Joxema, Gaxen, Asier, Mónica, Mitxel y un servidor. Más o menos, quitando a Mónica de quien no tengo noticias, ése ha sido el orden. Digo más o menos porque no lo tengo muy claro, pero sí he entendido que Ander ha hecho en torno a una hora y media, Maiztegi parecido y Manu ha sido el mejor de los que hemos venido desde Barakaldo, aunque él haya venido desde más lejos aún. Según me contaba Ricky, Manu ha ido hasta frenado y podía haber ido aún más rápido. Impresionante la carrera del asturiano. Ricky también ha hecho un gran tiempo y Emi le ha acompañado. Tanto Joxema, como Gaxen y Asier han mantenido el pabellón bien alto. Mitxel ha recuperado en los últimos cinco kilómetros lo que había ido moderando en los quince anteriores y, en gran parte, por ayudar al que esto escribe que, sin duda alguna, ha sido el peor de todos y la decepción del grupo.
No es que pretenda ser ahora duro conmigo mismo y así flagelarme y sentirme mejor. Me la suda. Lo he explicado muy bien al llegar a meta. Jugando al fútbol, marcas un gol de churro y ganas el partido. Corriendo, no existen los milagros ni las casualidades. Lo primero es un juego. Lo segundo es un deporte, una prueba de esfuerzo, un reto en el que tu cuerpo demuestra tu comportamiento en los tiempos anteriores. Si no te has entrenado, si no has corrido, si no te has cuidado, si mantienes rutinas de entre 8 y 10 horas delante del ordenador, si fumas, no descansas bien, no esperes correr cómodo, rendir y no sufrir. Si haces todo eso, te pasa lo que me ha pasado a mí. Tu peor tiempo, ni las piernas, ni la espalda, ni la cabeza te funciona. Te vas acoquinando y te rindes. Te hundes y punto. Suena muy dramático, ¿verdad? No lo es, en realidad. Es una buena lección, de esas lecciones humildes y disimuladas que tenemos la gente corriente que hacemos las cosas que pasan desapercibidas. El año que viene intentaré volver e intentaré hacerlo mejor, siempre desde mis límites y desde mis pretensiones de superación personal.
Y el resto, solo vale para disfrutar de la compañía de la gente. Porque eso ha sido lo mejor de hoy. Ver cómo estamos construyendo, poco a poco, un grupo sólido de colegas que disfrutan juntos corriendo. Hoy ha sido muy agradable vernos a todos con nuestras camisetas de Pormaratonianos y, además, ha servido para que echemos de menos a los que no han venido y se merecían haber estado ahí y disfrutar de todo ello. También ha sido muy agradable vivir el compañerismo de la gente desconocida que corre a tu lado. Y, por último, lo más emocionante, ha sido disfrutar del apoyo desinteresado de toda esa gente que desde la cuneta mira tu dorsal, lee tu nombre, y lo grita mientras te anima, te da palmadas en la espalda y te empuja como si, en realidad, estuvieras luchando por un oro olímpico o defendiendo los colores de un club que ellos compartan, no sé. No sé qué compartíamos. Pero, a todos esos desconocidos a los que no volveré a ver, gracias por los ánimos y por ser tan considerados conmigo y con todos los que sufrimos por el placer de hacerlo. Sin toda esa gente que hoy ha convertido Rentería en una alegría colorida y Miracruz en el mismo vía crucis animoso de cada año, la carrera no tendría el mismo valor: muchísimas gracias por hacer que todo esto merece la pena.
Y lo dicho. El año que viene, si se puede, más y mejor. Y aprovecharemos este ímpetu para intentar recuperar el impulso, entrenar a conciencia y llegar con más dignidad y mejor preparación a la Santurtzi-Bilbao o a la San Silvestre. Y esperemos que volvamos a reunirnos un buen puñado de pormaratonian@s, en una u otra, y que sigamos creciendo, y que estemos los que hemos estado hoy y los que no han podido hacerlo y les hemos echado en falta.
Enhorabuena a todos los participantes, ganadores y no tan ganadores, a los organizadores, los voluntarios y los espectadores. Y pon todos los sustantivos en femenino donde lo consideres oportuno.
Gran día, a pesar de todo. Zorionak denoi!
Posdata: Pagamos bien la inscripción de la B/SS. No tengo ninguna pega que hacerle a una organización impecable. Mucho voluntariado, una cobertura sanitaria visible y amplia, un bonito recorrido (aplaudo el cambio, por belleza y por público, pero soy de los que opinan que esto es más duro que los toboganes), perfecta estructura de centros deportivos para asearte... Perfecto. No tengo pegas. Eso sí, echo de menos que, antes, cuando llegabas, tenías tu bolsita con algo que llevarte a la boca. Más allá de la fruta. E, incluso, te encontrabas aquellas hileras de puestos que acababas por saltarte porque ya no tenías ni ganas de llevarte más cosas a la boca o la bolsa. Ahora. Te dan agua, isotónica, tiritas, y tres piezas de fruta. Si quieres comer más, tienes que ir a la carpa junto al hotel María Cristina, andar entre la multitud, congelado, frío y dolorido y ponerte a la cola junto con otras decenas y decenas de personas igual de hambrientas que tú. U optar por lo que he hecho yo: irte sin comer nada. Buscar a los amigos que te esperaban con la mochila en Plaza Cataluña e irte a ducharte. Mendigar luego por una chocolatina y tirar para adelante. Supongo que tendrán sus razones para llevar este nuevo sistema organizativo, pero una simple barrita de muesli (que, además, no me gustan), una diminuta chocolatina o un bizcocho barato en tu bolsa, algo que llevarte a la boca y que no suponga mucho presupuesto, no estaría mal para esos que llegamos a la cola y ya no podemos hacer más.
Y paro.
Posdata 2: Ah, y chavales, si alguien quiere sumar aquí su propia crónica del día, incluida la afable aunque estrambótica comida en la Parte Vieja, bienvenidos seréis. En castellano, euskera, anglais o french, me da igual, utilizais los comentarios o me mandáis el texto y yo lo edito y publico. Seguro que alguno tiene cosas más interesantes que contar.
Todas las "enhorabuenas" del mundo a los pormaratonianos que participaron en la Behobia. Gracias por usar las camisetas y haceros esas fotos!
ResponderEliminarAnimo para las siguientes carreras en las que espero estar, como vosotros, en la carretera!!!
Aúpa Holden!! Para mí, que de un año a esta parte he descubierto lo bonito que es participar en carreras populares, acabarlas, recibir los ánimos de personas anónimas y compartir de un trazado con gente pro, otra menos pro, otra, directamente, oronda como yo, etc, etc... ya es, en sí mismo, una victoria.
ResponderEliminarEl año que viene espero, con todo, poder acompañarte/acompañaros a la BH/SS con o sin camiseta pormaratoniana
Ánimo y nos vemos en la Santurce!!