jueves, 8 de febrero de 2018

Hank Biasatti



Esta entrada nace de la lectura de un artículo de prensa (para mí, digital) que se publicó hace unos días bajo el título de "Canadá también existe (y vaya que sí)". El artículo está firmado por Ángel Resa. En su escrito, Resa escribe sobre la candidatura de los Toronto Raptors para luchar por el triunfo en la conferencia Este, más aún después de la rotunda victoria por 111-91 ante los Celtics que era, en realidad, la que daba pie a el artículo.

Resa repasa el protagonismo regular de los canadienses en su conferencia, pero siempre "desde un segundo peldaño", como dice él. Como explica el autor hay causas externas, lo que el llama "culpas ajenas", que sería el mal rendimiento de otros equipos que estaban llamados a dominar (Cleveland Cavaliers, por ejemplo) pero también propias, por supuesto.

Resa destaca, sobre todo, al entrenador Dwayne Casey, ya en su séptima temporada, y el rendimiento exterior de dos hombres fundamentales, DeMar DeRozan y Kyle Lowry. Pero también incluye entre los argumentos favorables cómo han "estirado la plantilla" y destaca, en el juego interior, el rol de Jakob Poeltl y Pascal Siakam como reservas de Serge Ibaka y Jonas Valanciunas. Termina destacando la aportación en la rotación de jugadores como Fred VanVleet, CJ Miles y Delon Wright. Y concluye:

"El cuadro de Casey es serio, riguroso y activo, tiene fe y hambre, quiere hollar las tierras elevadas que viene husmeando los últimos años sin alcanzar a pisarlas. De tercera opción del Este a pelear el título de la conferencia y empeñarse en representarla para la disputa del anillo."

Resa también incide en los buenos resultados domésticos y en la afición, una afición reconocida por su compromiso que se agrupan bajo la leyenda de "We the North". Ontario se ha quedado sola como representante de Canadá después del ya lejano traslado de Vancouver Grizzlies a Memphis. No incluye este dato, pero lo pongo yo, según el ránking de asistencia a los pabellones que hace (o al menos publica) la ESPN, pinchad aquí si lo queréis ver (ranking) , los Raptors son el cuarto mejor equipo de los treinta que componen la NBA en asistencia: con una media de 19.823 asistentes por partido en casa, solo superados por Sixers, Cavaliers y Bulls. Lo de los Bulls tiene mérito esta temporada (20.633 de media).

De todas formas, en esta entrada queríamos ir más lejos, más lejos de lo que va Resa aunque su titular pareciera que nos iba a llevar hasta allí. Aunque sea superficialmente, como siempre, en esta entrada aspiramos a observar la relevancia de Canadá, como país, en la NBA. Nos circunscribiremos, después de un breve análisis de los Raptors (e igual hasta de los Vancouver Grizzlies) al estudio numérico y parcialmente cualitativo de los jugadores canadienses participantes en la NBA, los que históricamente lo han hecho y los que aún lo hacen, así como su repercusión en el draft, moviéndonos solo en la franja de los últimos cinco años.

Empezemos por el único equipo canadiense que sobrevive en la liga profesional de baloncesto norteamericana. Según la web oficial de Toronto Raptors, la plantilla la conforman los siguientes jugadores: OG Anunoby, Lorenzo Brown, Bruno Caboclo, DeMar DeRozan, Serge Ibaka, Kyle Lowry, Alfonzo McKinnie, CJ Miles, Malcolm Miller, Lucas Nogueira, Jakob Poeltl, Norman Powell, Pascal Siakam, Jonas Valanciunas, Fred VanVleet y Delon Wright. Delon Wright, Fred VanVleet, Norman Powell, Malcolm Miller, CJ Miles, Kyle Lowry, Alfonzo McKinnie, DeMar DeRozan y Lorenzo Brown son norteamericanos. Pascal Siakam (Camerún), Jonas Valanciunas (Lituania), Jakob Poeltl (Austria), Serge Ibaka (España), Lucas Nogueira (Brasil), Bruno Caboclo (Brasil) y OG Anunoby (Inglaterra) son jugadores internacionales. El porcentaje es muy alto: el 43,75% de la plantilla son jugadores nacidos o con pasaporte que no es norteamericano. O no solo lo es. Si tenemos en cuenta el rendimiento, entre los diez jugadores más utilizados en lo que va de temporada, tendríamos que incluir a Ibaka, Valanciunas, Anunoby, Poeltl y Siakam, es decir, exactamente el 50%. No tienen ningún jugador canadiense. 

La única aportación autóctona la encontramos en el cuerpo técnico. Dwayne Casey, el entrenador principal, es norteamericano, y le ayudan compatriotas como Jerry Stackhouse, Rex Kalamian o Nick Nurse. Dentro del equipo de trabajo también está el escocés Alex McKechnie. Sin embargo, este equipo es más amplio y, en el mismo, nos encontramos a canadienses como Jama Mahlalela, de origen suazi; el ex NBA Jamaal Magloire; o a Scott MacCullough.

Precisamente Magloire, nacido en Toronto, terminó su carrera hace un lustro, más o menos, en la ciudad que le vio nacer, defendiendo los colores de los Raptors, tras pasar por Charlotte, New Orleans, Milwaukee, Portland, New Jersey, Dallas y Miami. Además de él, Anthony Bennett (2015-2016) y Cory Joseph (2015-2017), el último que lo hizo, también jugaron para los Raptors teniendo la nacionalidad de Canadá. No son muchos: tres jugadores en 23 años de historia.

Los Vancouver Grizzlies duraron menos. El equipo duró en Canadá seis años, jugaron unos 400 partidos y solo ganaron unos 100. 62 jugadores pasaron por aquel equipo mientras estuvo en Vancouver y ninguno fue canadiense. Y eso que tuvieron a jugadores internacionales en sus filas, como el venezolano Carl Herrera, el senegalés Makhtar N'Diaye, el dominicano Felipe Lopez, el beliceño Milt Palacio o el nigeriano Obinna Ekezie. Pero, como digo, canadienses, ninguno. Por cierto, echarle un vistazo a esa lista de 62 jugadores le trae al que esto escribe muchos recuerdos: Tony Massenburg, Antonio Daniels, Stromile Swift, Bobby Hurley, Bryant Reeves, Shareef Abdur-Rahim, Mike Bibby, Cherokee Parks, Byron Scott, Ashraf Amaya, Mahmoud Abdul-Rauf, Otis Thorpe, Antoine Carr, Benoit Benjamin... Algunos triunfaron, otros llegaban en la recta final, muchos tienen biografías como para hacerles un biopic en televisión. Vaya cuadrilla, y lo digo sin ánimo despectivo.

Parece, de todas formas, un bagaje muy pobre para un país como Canadá en la NBA, ¿verdad? Pero, la realidad, es otra. Que las franquicias canadienses hayan aportado tan poco a la lista de jugadores profesionales, no quiere decir que no haya jugadores provenientes de ese país. A día de hoy, de hecho, Canadá es el país que más jugadores ha aportado a la NBA, después de Estados Unidos, por supuesto. Hablamos de que los tiempos cambian, de que ahora hay más de 100 profesionales viniendo a la competición desde otros países, desde más de 40 países distintos. No sería difícil observar con estadísticas como ha cambiado la tendencia. Entre todos esos países, Canadá es el primero en el ránking. Tiene, más bien ha tenido, 38 jugadores profesionales en la NBA, aunque ocho de ellos tengan la nacionalidad pero hayan nacido fuera. El siguiente país es Serbia, con 28, que adelanta a Francia, 27, y Croacia, 22.

En la actualidad, siguen en la NBA los siguientes: Dillon Brooks, Khem Birch, Tyler Ennis, Cory Joseph, Trey Lyles, Jamal Murray, Kelly Olynyk, Dwight Powell, Nik Stauskas, Tristan Thompson y Andrew Wiggins. Muchos de ellos, están al comienzo de su carrera deportiva. Algunos, incluso apuntan alto. Todos sabemos cuáles, si te gusta el baloncesto y sigues la NBA. Por supuesto, también los hay que tienen una aportación residual en sus equipos. Por ejemplo, Khem Birch, quien llegó a los Orlando Magic desde Grecia, solo ha jugado 17 partidos, todos como suplente, aportando medias de 3.5 puntos y 3.4 rebotes por partido. Bien es cierto que Birch ha ido ganando peso en el equipo poco a poco y es ahora cuando más minutos está consguiendo. Tampoco ha jugado mucho Nik Stauskas, pero su temporada está siendo muy rara. Comenzó renqueante y ha acabado traspasado. Entre los Sixers y los Nets ha jugado 28 partidos, 6 con los primeros y 22 con los segundos. Tiene medias de 4.8 puntos y 1.7 rebotes pero creo que se puede esperar más de él cuando comience una temporada sin vaivenes. Tampoco Tyler Ennis está teniendo una temporada tan buena como la anterior en su segunda en Los Ángeles Lakers. Ha jugado 32 partidos, 11 como titular, y en sus estadísticas destacan solo sus 3.3 puntos y 1.8 asistencias por partido. También está yendo a menos en los Cleveland Cavaliers, pero desde ya hace tiempo, un Tristan Thompson que ha jugado 33 partidos en lo que va de temporada, 12 como titular. Promedia 6.2 puntos y 6.0 rebotes por partido. Mejor le está yendo al último canadiense que jugó en los Raptors, Cory Joseph, quien, en los Pacers, ha jugado 55 partidos, dos como titular, con medias de 7.8 puntos y 3.1 asistencias. También, pero este en los Dallas Mavericks, Dwight Powell se ha hecho un hueco en la rotación: 53 partidos, tres como titular, 7.1 puntos y 5.0 rebotes. Más protagonismo están teniendo nuestros cuatro últimos protagonistas. Por un lado, el rookie Dillon Brooks, quien, en su primera temporada en los Memphis Grizzlies, está sobreviviendo a la mala temporada del equipo de Marc Gasol, consiguiendo jugar (54 partidos, 46 como titular) y además aportar: 9.0 puntos y 3.1 rebotes de media. Kelly Olynyk pasó por su debut hace ya unos cuantos años, pero, en esta edición, cambiaba de equipo. En su primer año en los Miami Heat, promedia 11.0 puntos y 5.5 rebotes en 54 partidos, 21 de ellos como titular. Algunos esperaban más, pero de los que no se esperaba tanto, quizás, y están sorprendiendo gratamente, es de los dos canadienses de los Denver Nuggets, ambos en su segunda temporada en la NBA. Por un lado, Jamal Murray, quien ha jugado 53 partidos, 52 de ellos como titular, y lleva promedios de jugador importante: 16.6 puntos y 3.6 rebotes. Por el otro, Trey Lyles, que ha ido de menos a más, y ha jugado 49 partidos, 2 como titular, con promedios de 10.9 puntos y 5.3 rebotes. Nos quedaba uno, que hemos dejado para el final porque es probablemente en el que más esperanzas hay puestas para llegar a convertirse en una estrella de la NBA. Esta temporada, Andrew Wiggins ha jugado todo, 57 partidos, todos como titular, y quizás está siendo un poco irregular, pero promedia 17.9 puntos y 3.2 rebotes y su equipo es más competitivo.

No se acaba la lista con estos, por supuesto. La historia es muy larga y la historia de Canadá en la NBA, más aún. Sin ir más lejos, el primer jugador que deberíamos destacar en la historia que une a Canadá con la NBA, es precisamente al que muchos consideran oficialmente el primer jugador internacional en jugar en la NBA, aunque lo hiciera en la BAA, la predecesora de la NBA. Hablamos de Hank Biasatti, nacido en Italia pero criado y crecido en Canadá, quien, defendiendo los colores de los Toronto Huskies, sí, una franquicia canadiense, la única antes de los Vancouver Grizzlies y los Toronto Raptors, jugó la competición en 1946, antes de volver a dedicarse al béisbol. Por cierto, los Toronto Huskies tampoco irían más lejos de 1946.

Además de Biasatti, retrotrayéndonos en el tiempo, el siguiente nombre histórico es el de Bob Houbregs, el único jugador canadiense que, por ahora, está en el Basketball Hall of Fame, en el de la NBA. solo jugó cinco temporadas y lo hizo en cuatro equipos distintos durante los años 50. En los 70, fue general manager de Seattle Supersonics. Sin embargo, durante sus años en la NCAA, fue nombrado mejor jugador del año y le eligieron en el segundo puesto del draft de 1953.

También en aquellos años iniciáticos de los 40 y 50 jugaron otros canadienses como Norm Baker, Gino Sovran o Ernie Vandeweghe. En los 70, lo hizo Lars Hansen, quien también tenía la nacionalidad danesa; y, en los ochenta, nos encontramos con jugadores como Ron Crevier, Stewart Granger, Leo Rautins, Mike Smrek o Jim Zoet, algunos de los cuales, apenas tuvieron recorrido. De hecho, todos, Crevier (Pamesa Valencia), Granger (Stockholm), Rautins (Caja de Ronda, Ourense, Roma, Pau Orthez...), Smrek (Dafni, Forli, Split) y Zoet (Inglaterra, Holanda, Argentina...) acabarían buscándose la vida fuera de Estados Unidos. Ya en los 90 tenemos a Bill Wennington, con una larga carrera que empieza en 1985, en realidad. De hecho, Wennington llega a tener una larga carrera como profesional en la NBA pero dividida en dos épocas ya que, en el medio, se marchó a jugar en Europa, a Bolonia. Tras su vuelta, triunfa en los 90 con tres títulos NBA con aquellos Bulls de Michael Jordan. También en los 90, tenemos Todd MacCulloch, quien se retiraría pronto debido a una lesión crónica. Pero, sobre todo, en esta década nos encontramos con el comienzo de dos de las carreras más exitosas de jugadores de este país: las de Rick Fox y Steve Nash. Probablemente, no sean comparables, pero en el contexto de este estudio ambas son relativamente exitosas. Fox estuvo en la NBA de 1991 a 2004 tras llegar desde los Tar Heels de North Carolina, con los que llegó hasta una final four. Elegido en el puesto 24 de la primera ronda por los Boston Celtics, estuvo seis temporadas antes de pasar a Los Angeles Lakers y completar siete más. Sus promedios en la NBA son de 9.6 y 3.8 rebotes en el total de su carrera. Fue tres veces campeón de la NBA, con los Lakers de Kobe Bryant, Shaquille O'Neal y un recién llegado Phil Jackson, que le sacaría mucho rendimiento a Fox, tanto de titular como de suplente. Por su parte, poco se puede añadir a todo lo ya dicho sobre los casi 20 años de carrera de Steve Nash. Dos veces mejor jugador de la NBA, 8 veces All-Star, 5 veces líder en asistencias, tercer jugador con más asistencias en la historia de la NBA por detrás de John Stockton y Jason Kidd. Quedará en la historia por ser uno de esos jugadores sin anillo, aunque hace poco lo consiguió por su trabajo en el apartado técnico con los Golden State Warriors. En cualquier caso, sus Phoenix Suns de los años 2000 pasarán a la historia, aunque sea sin títulos. 

Entrados en el siglo XXI los nombres abundan pero son muchos los que apenas duran: Shim Bullar, un pívot de 2,26, apenas dura una temporada, y poco más duran jugadores como Kris Joseph (ahora en el Élal Chalon francés), Andy Rautins (ahora en el Banvit turco), Kyle Wiltjer (ahora en el Olympiakos griego), Naz Mitrou-Long (Salt Lake City Stars) o Chris Boucher (Santa Cruz Warriors). Aunque estos dos últimos disfrutan, si no me confundo, de esos contratos two-way con los que combinan la NBA y la nueva G-League. Mitrou-Long ha llegado a jugar esta temporada con Utah Jazz, no así Chris Boucher, quien, por cierto, es, en realidad, natural de Santa Lucía. Más carrera hicieron jugadores como el mencionado Jamaal Magloire, Samuel Dalembert, de origen haitiano, Anthony Bennett, aunque no muy exitosa a pesar de las expectativas (y eso que ha sido campeón de la Euroliga), Joel Anthony, dos veces campeón NBA con los Miami Heat, Robert Sacre (ahora en los Hitachi SunRockets Tokyo-Shibuya japoneses) o Andrew Nicholson (ahora en los Guangdong Southern Tigers de China).

Antes de terminar, y como prometíamos al principio, también parece significativo echarle un vistazo al draft para hacernos una idea del peso que tiene Canadá en la producción de jugadores para el mercado profesional norteamericano. En 2013, Anthony Bennett, formado en la Universidad de Nevada Las Vegas, se convirtió en el noveno jugador no norteamericano en ser la primera opción del draft. Antes que él lo habían sido el nigeriano Hakeem Olajuwon (pero internacional por los Estados Unidos); Tim Duncan, el mismo caso que Olajuwon pero natural de las Islas Vírgenes; Michael Olowokandi, de Nigeria pero criado en Inglaterra; el chino Yao Ming; el italiano Andrea Bargnani; y los australianos Andrew Bogut y Kyrie Irving. Tan solo un año después de que Bennett fuera número uno del draft, su compatriota Andrew Wiggins le sucedería. De todas formas, en estos últimos años, ha habido más canadienses en los primerísimos puestos de este importante proceso de selección: Kelly Olynyk fue 13º en 2013, Nik Stauskas, 8º en 2014, Trey Lyles, 12º en 2015, y Jamal Murray, 7º en 2016. En el último draft, el de 2017 no hubo ningún canadiense entre los primeros. Dillon Brooks, por ejemplo, fue elegido en la segunda ronda, muy lejos. De hecho, este último draft ha sido, quizás, no lo he estudiado, el año más norteamericano de los últimos y Markelle Fultz, aún sin debutar, fue el primer norteamericano en ser primero desde Anthony Davis en 2012. Con vistas al futuro, en las previsiones para el draft de 2018, suele aparecer en algunas apuestas el nombre del canadiense Shai Gilgeous-Alexander, base de la Universidad de Kentucky.

En cualquier caso, lo que está claro es que Canadá existe y cuenta. Tan claro como la tendencia al alza en la ampliación del campo de interés de las franquicias norteamericanas. Podríamos cerrar esta larga entrada, ofreciendo alguna reflexión sobre los pros y los contras de esto, pero no seríamos muy originales ni tenemos el tiempo, los recursos y el talento como para hacerlo. Terminaremos con otra reflexión, sorprende una cosa si tienes en cuenta todos estos datos. Si aceptamos como un valor cualificable que un jugador reciba la llamada de una franquicia norteamericana para jugar con ellos, lo haga más o menos, es decir, si aceptamos la prevalencia de la NBA como un indicador de calidad y competitividad, sorprende el poco rendimiento de la selección de baloncesto de Canadá en competiciones internacionales. Instalada en la sección FIBA Americas, los canadienses tienen una medalla de plata en las Olimpiadas como gran logro internacional, pero esta data de 1936. Sus otros éxitos internacionales son más recientes, eso sí, sobre todo la medalla de plata en los Juegos Panamericanos, que consiguieron en 2015. Muchos de los nombres que hemos mencionado aquí estaban en aquella selección (Shim Bullar, Anthony Bennett, Jamal Murray, Kyle Wiltjer, Andrew Nicholson o Dillon Brooks). Quedaron por delante de los Estados Unidos de Malcolm Brogdon, Anthony Randolph, Taurean Prince, Ron Baker o Keith Langford) pero no pudieron con la Brasil de Ricardo Fischer, Raulzinho Neto, Rafael Luz, Vitor Benite, Augusto Lima o Raffael Hettsheimeir. Por cierto, la selección femenina se llevaría el oro aquel año. Además de esta medalla de plata, los otros éxitos de Canadá nos refieren al FIBA AmeriCup, la competición equivalente al Eurobasket. Dos medallas de plata, en 1980 y en 1999 (con Steve Nash); y cuatro de bronce, 1984, 1988, 2001 (con Steve Nash) y 2015. Sorprende, sin embargo, que en 13 apariciones en el Campeonato del Mundo de baloncesto, su mejor posición haya sido un sexto puesto, y ambos logrados en 1978 y 1982. Solo han participado en tres de las últimas ediciones, la de 2010, no calificándose para ninguna de las otras dos. Y en la de 2010, que tuvo lugar en Turquía, terminaron en la posición vigesimosegunda, es decir, antepenúltimos. Jugaron cinco partidos y perdieron los cinco, ante Lituania, España, Líbano, Nueva Zelanda y Francia. Hubo, sin embargo, un detalle numérico para la esperanza. Y es que excepto la derrota ante España, en el último partido del grupo, que fue por 22 puntos de diferencia, las demás derrotas fueron apretadas o relativamente apretadas: perdieron por 10 ante el Líbano y Nueva Zelanda, por solo dos puntos ante Lituania y de cinco ante Francia. El equipo canadiense, dirigido por un ex NBA y ex ACB al que ya hemos mencionado aquí, Leo Rautins, estaba formado por jugadores que también aparecen en negrita en esta entrada: el hijo del entrenador, Andy Rautins, Kelly Olynyk, Robert Sacre o Joel Anthony. 

Posdata: Más que nada porque fue el primero, vamos a darle el titular a Hank Biasatti, aunque no hayamos dicho gran cosa de él. La fotografía solo tiene relación con esta entrada porque hablamos de Canadá. Por lo demás, me parece una fotografía magnífica. No puedo dejar de fijarme en los detalles, tú.

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