domingo, 31 de diciembre de 2017

John Roberson



La Eurocup. 
Esto. 
Se han clasificado para el Top 16 los siguientes equipos: Darussafaka, Galatasaray, Alba Berlín, Gran Canaria, Bayern Munich, Zenit de San Petersburgo, FIAT Torino, Lietuvos Rytas, Buducnost, Cedevita Zagreb, Dolomiti Energia Trento, Lokomotiv Kuban Krasnodar, ASVEL Villeurbanne, Reggio Emilia, Limoges y Unics Kazan. 
Una de las grandes decepciones ha sido el Bilbao Basket, penúltimo de su grupo, con solo dos victorias y ninguna de ellas en casa, si no me confundo. 
Antiguamente, hacía entradas más completas, lo sé. 
Pero es que, en realidad, hoy solo quería recordar un partido para resumir lo que ha ido siendo esta competición. 
Un partido que tuvo lugar en la última jornada, entre dos equipos finalmente clasificados, y que el que escribe vio por casualidad, porque alguien cambió de canal, la dejó en Teledeporte, y entre que juego con la niña, contesto al correo, frío unos huevos o me tumbo en el sofá, ahí estuvimos viéndolos, todos, como si fueran los saltos de esquí en año nuevo. 
Hablo del Herbalife Gran Canaria 128, ASVEL Villeurbanne, 129. Solo los guarismos ya nos dejan ver que fue un partido emocionante y atractivo. Las estadísticas nos aclararán aún más lo que supuso. Para empezar, una curiosidad. El contraste entre este partido y el Limoges 69, Lietuvos Rytas 71. Este no tuvo prórrogas y también estuvo apretado. También lo disputaron dos equipos que han acabado clasificándose, pero lo que sorprende aquí y contrasta con el partido del que queríamos hablar hoy, es que el Lietuvos Rytas ganó el encuentro con un 0 de 16 en triples. 
Pero volvamos al Gran Canaria-ASVEL. La primera parte terminó con un 45 a 33 para los españoles que parecía anticipar una victoria cómoda. Pero los franceses no arrojaron la toalla y empataron a 87 terminados los cuatro cuartos. En la primera prórroga volvieron a empatar. Y también en la segunda. Ambas terminadas con finales alocados, desesperados, y con mucho acierto en el tiro exterior. Todo se resolvió en el tercer periodo extra. 
En todo este tumulto, sorprendió el partido de John Roberson, quien, a la sazón, acabaría como MVP de la jornada. Los datos son estratosféricos. Acabó con 42 puntos, 8 asistencias, 4 rebotes y 1 robo para un total de 44 de valoración. Lo más sorprendente es que al descanso llevaba 0 puntos. Lo más sorprendente es que consiguió 11 de 16 en trios de tres puntos, récord de la competición. Lo más sorprendente es que su única canasta de dos (1 de 4 en todo el partido) fue la más importante para ganar el partido. Lo más sorprendente es que falló dos tiros libres que podrían haberle dado el partido a su equipo mucho antes. Vamos, que lo acaparó todo. Y eso que su compañero AJ Slaughter también consiguió un triple en el periodo extra que fue fundamental para ganar. Lo más sorprendente es que fue el único que consiguió de ocho intentos. Vamos, que todo fueron curiosidades. Los dos equipos parecían determinados a hacer un partido para guardar en la memoria. 
Durante gran parte del partido, el Gran Canaria se sustentó en el juego interior, con el gran partido de Pablo Aguilar (25 puntos y 3 rebotes), el destajo de Ondrej Balvin (14 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias) y la garra de Eulis Báez (7 puntos y 7 rebotes). Aún así, el tiro exterior también fue un arma del equipo de Luis Casimiro: 11 de 28, destacando, sobre todo, Dennis Seeley (5 de 10) y muchos de ellos en los momentos más fatídicos. También destacó Oriol Paulí (12 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias), en un equipo en el que hasta siete jugadores hicieron dobles figuras; además de los ya mencionados Balvin Aguilar, Seeley y Paulí, también conseguirían diez o más puntos Aznejs Pasecniks, Marcus Eriksson y un Gal Mekel que también tendría protagonismo en los minutos principales. 
En el otro lado, además de Roberson, destacaron todos sus compatriotas, que no son pocos en el equipo que dirige JD Jackson, entrenador canadiense con pasaporte francés. Además de Roberson, los norteamericanos David Lighty, Darryl Watkins, DeMarcus Nelson, Justin Harper y AJ Slaughter (con pasaporte polaco) también forman parte del equipo francés y también jugaron este partido. Lighty (21 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias) y Watkins (18 puntos y 9 rebotes) fueron los grandes acompañantes del inspirado Roberson junto al francés Charles Kahudi (16 puntos, 12 rebotes y 5 rebotes) y el joven interior francés Amine Noua (10 puntos y 5 rebotes). Menos incidencia tuvo Alpha Kaba, interior galo de 21 años que jugó 14 minutos y aportó 4 puntos. Kaba, quien llegó a Villeurbanne desde el KK Mega Leks serbio, entró en la última posición del draft de 2017 elegido por Atlanta Hawks vía Golden State Warriors. 
Sin duda, el gran héroe de la victoria y protagonista absoluto del partido fue el menudo (1,80) John Roberson, un base jugón y anotador de 29 años ya que ha llegado al ASVEL este mismo año. Salido de los Red Raiders de Texas Tech, donde tuvo como entrenador a Pat Knight, hijo de Bobby Knight, y compañeros como Alan Voskuil o Mike Singletary, Roberson siempre fue un líder del equipo en sus cuatro años, encadenando temporadas por encima de los diez puntos de media, pero no consiguió salir en el draft de 2011, con lo que se vino a Europa y comenzó una carrera profesional que le ha mantenido en el extranjero los últimos años. Firmó primero por el Zlatorog Lasko esloveno, luego por el Club ComuniKT de Ecuador, pasó a Suiza para jugar en el BBC Monthey, ficharía por los Södertäljë Kings suecos, de ahí al Atomeromu húngaro, vuelta a Suecia para jugar en el mismo equipo, ficha por el Élan Sportif Chalonnais francés y ahí se destapa consiguiendo llegar a un equipo con más ambición como el ASVEL Villeurbanne. Un largo camino: Eslovenia, Ecuador, Suiza, Suecia, Hungría... No son etapas que, en principio, dejándote llevar por los estereotipos, esperas de un jugador que consigue establecer tantos récords en un solo partido de la segunda competición en importancia del continente europeo y de la competición internacional por estos lares. 
Al menos, a nosotros, y por pura casualidad, nos hizo pasar una tarde divertida. Ya veremos cómo le va a estos dos equipos en el Top 16 que empieza ahora. Lo contaremos aquí y prometemos que la próxima será una entrada más seria y concisa. 





viernes, 22 de diciembre de 2017

Martin Krampelj



Está a punto de comenzar el torneo Big East. Para Creighton, comenzará el próximo jueves, 28 de Diciembre, en Newark, New Jersey, enfrentándose a Seton Hall. Antes de que empecemos a contar eso, tenemos que hacer recuento de los partidos que han jugado por ahora. Los dejamos con un récord de 4 victorias y 1 derrota y los recogemos ahora con un récord de 10 victorias y 2 derrotas. Es decir, han añadido seis triunfos y una sola derrota. Lo cual, les sitúa en una buena posición antes de empezar la Big East. 
Solo tres equipos, Xavier, Villanova y la sorprendente Georgetown llegan con mejor récord que los bluejays. Xavier y Villanova llegan impolutos, con un récord de 11-0. Georgetown lleva un meritorio 9-1. Para los primeros, los Musketeers de Xavier es la temporada de Trevor Bluiett, quien está haciendo números de más de 20 puntos y 5 rebotes por partido. Villanova son uno de los grandes favoritos a nivel nacional. Los Wildcats se sustentan en el liderazgo de Jalen Brunson y Mikal Bridges, pero jugadores como Eric Paschall, Donte DiVincenzo, Omari Spellman o Phil Booth enriquecen las posibilidades del equipo. Por su parte, Georgetown ha encontrado en Jessie Govan a un líder. Sus 19.8 puntos y 12.6 rebotes por partido convierten a este pivote en edad junior en la gran esperanza de los Hoyas para alargar la historia de jugadores interiores de este equipo: Patrick Ewing, Alonzo Mourning, Dikembe Mutombo... 
Por detrás de estos tres, llegarán Creighton, Seton Hall y St. John's con el mismo porcentaje de victorias-derrotas, 10-2. Los Pirates de Seton Hall se reparten el protagonismo entre jugadores como Desi Rodriguez, Myles Powell, Angel Delgado o Khadeen Carrington, mientras que en St. John's Shamorie Ponds es su hombre más importante. 
Con 10-3 llegará la Butler de Kelan Martin; con 9-3 la Marquette de Markus Howard, Andrew Rowsey y Sam Hauser; con 8-4, Providence, liderados por Rodney Bullock; y, finalmente, con un pobre 7-5 la DePaul de Max Strus, donde también está jugando buenos partidos el croata Marin Maric. 
Ya veremos si Villanova y Xavier confirman su papel de favoritos o si tenemos sorpresa. Villanova, de hecho, es la gran favorita no solo a la Big East, si no al título de campeón nacional. De hecho, lidera tanto la AP Top 25 como el US Today Coaches Poll, las dos clasificaciones de favoritos que hacen los periodistas y los entrenadores a nivel nacional. En esas listas, los otros equipos de la Big East que aparecen son los siguientes: Xavier, 9º en AP y 8º en US Today; Seton Hall, 23º en AP y 22º en US Today; y los propios Creighton Bluejays, 25º en AP y 24º en US Today, justo justo en el filo, y así llevan toda la temporada, entrando y saliendo de esta clasificación que da ánimo y empuje, poco más. El resto de los participantes en la Big East ni han recibido puntos. 

Lo cierto es que la única derrota de Creighton desde que perdieron con Baylor en la final del Hall of Fame Classic ha sido contra otro de esos favoritos que aparecen en los rankings, Gonzaga. De hecho, tanto Baylor como Gonzaga están por la mitad de la tabla tanto en AP como en US Today. Y Creighton no pudo con ninguno de los dos. Con Gonzaga se perdió por un contundente 74 a 91 en Spokane. El francés Killian Tillie, con 22 puntos y 8 rebotes, fue el mejor de su equipo, bien acompañado por Silas Melson, Zach Norvell Jr y Johnathan Williams, el mejor jugador del equipo. Entre los cuatro, hicieron 69 de los 91 puntos de los Bulldogs. Marcus Foster, con 21, y Khyri Thomas, con 18 puntos, pusieron el empeño por no alejarse mucho, pero en ningún momento pareció que se podía disputar el partido. Toby Hegner, con 10 puntos en 16 minutos, saliendo desde el banquillo, fue la buena noticia. Igual que el rol ascendente de Martin Krampelj, titular, con muchos minutos, y rindiendo: 13 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 1 tapón. 
Como decíamos, todo lo demás han sido victorias, pero bien es cierto que ante rivales asequibles o menores y con alguna victoria contundente. Y todas ellas en casa, en el CenturyLink de Omaha. A SIU Edwardsville se les ganó por 103 a 66. A North Dakota, por 111 a 68; a Maryland Eastern Shore, por 87 a 36, consiguiendo una de las mejores defensas de la historia de la universidad; a USC Upstate por 116 a 62; y, finalmente, los dos partidos más apretados fueron el derby ante Nebraska, donde se impusieron por 75 a 65; y la victoria ante UT Arlington de hace unos días, donde ganaron por 90 a 81. En total, estas seis victorias se resumen con una ventaja arrolladora máxima de 51 puntos y la menor de 9. Con una media de 97 puntos a favor por partido y 63 puntos en contra. Se debe mirar con perspectiva y sin exageraciones, ya que algunos rivales no estuvieron a la altura y será Seton Hall en unos días quien mida si realmente el equipo es tan sólido o se confirma que ante rivales de alcurnia les cuesta más. 

En todos esos partidos, y antes de mirar las estadísticas globales del equipo, ha destacado el rendimiento de un Martin Krampelj que se ha hecho al cien por cien con el puesto de titular y ha arrojado en estos siete partidos unas medias de 12,2 puntos y 7,7 rebotes. Su mejor partido en anotación fue contra SIU Edwardsville, llegando a los 20 puntos. Pero su partido más completo fue probablemente ante North Dakota, aportando 15 puntos y 14 rebotes. Se ha hecho definitivamente con el puesto de titular y con peso en la pintura de Creighton, aunque suele ser de los primeros en irse al banquillo. Aún tiene margen de mejora pero ha dado un paso adelante esta temporada y es uno de los secretos del buen rendimiento del equipo de Greg McDermott. 

El resto es, por supuesto, el liderazgo anotador de Khyri Thomas y Marcus Foster, el trabajo de gente como Toby Hegner y Ronnie Harrell Jr y, de vez en cuando, la aportación de los nuevos, jugadores como Manny Suarez, Ty-Shon Alexander y Mitch Ballock. Quizás el mayor punto a mejorar es la fuerza desde la dirección. En las últimas temporadas, Creighton siempre ha sido un equipo con un base sólido y con peso que lideraba el equipo. Desde Maurice Watson Jr hasta Austin Chatman, pasando por Antoine Young. A Davion Mintz le está costando más coger ese protagonismo. 

Ante SIU Edwardsville, cinco jugadores hicieron dobles figuras en anotación: Marcus Foster (15), Khryi Thomas (17), Martin Krampelj (20), Ronnie Harrell Jr (11) y Kaleb Joseph (12). Mitch Ballock, con 6 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes, aprovechó sus 21 minutos. Ante North Dakota, el liderazgo lo llevó Martin Krampelj en la pintura, como ya hemos visto, y los habituales Marcus Foster (23 puntos) y Khyri Thomas (15 puntos y 5 rebotes), pero también hay que destacar el buen partido desde el banquillo de Toby Hegner (15 puntos y 3 rebotes) y Ty-Shon Alexander (11 puntos), además del trabajo de Ronnie Harrell Jr (7 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias). El mejor pasador, sin embargo, volvió a ser Mitch Ballock, con 6 puntos y 6 rebotes. Por cierto, en North Dakota, equipo para el que Greg McDermott trabajó como ayudante, estaba Marlon Stewart, antiguo jugador de Creighton, quien fue el mejor de los Fighting Hawks con 18 puntos y 5 rebotes. La rivalidad y el buen partido de Isaac Copeland (20 puntos y 11 rebotes) y James Palmer Jr (16 puntos) hizo que fuera más difícil ganar a Nebraska, pero siguieron con la racha de resultados favorables ante los rojos. De nuevo aportaron varios jugadores, liderando el equipo Marcus Foster, con 19 puntos y 7 rebotes, pero destacando el banquillo, donde sobresalieron Mitch Ballock (13 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias) y Ronnie Harrel Jr (12 puntos y 11 rebotes). Ante Maryland Eastern Shore se repartieron los minutos. Marcus Foster, con 15 puntos, siguió liderando al equipo, pero lo importante estuvo en el número de reservas que quisieron reivindicarse: Ty-Shon Alexander (12 puntos y 4 asistencias), Manny Suarez (10 puntos y 6 rebotes), Mitch Ballock (5 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias) o Ronnie Harrel Jr (4 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias). Ante UT Arlington, Marcus Foster jugó uno de sus mejores partidos, si no el mejor, consiguiendo 32 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias. Khryi Thomas, con 16 puntos, y los reservas Mitch Ballock, con 14 puntos, y Ronnie Harrell Jr, 9 puntos y 7 rebotes siguieron contribuyendo a la racha del equipo. Finalmente, USC Upstate no fue rival y Creighton se encontró con un partido tan sencillo que hasta cinco reservas jugaron más que jugadores titulares. Aún y así, Marcus Foster volvió a ser el máximo anotador (16 puntos) en un partido en el que hasta otros cinco compañeros (Toby Hegner, Khyri Thomas, Mitch Ballock, Ty-Shon Alexander y Tyler Clement) hicieron dobles figuras. No solo eso, otros cuatro compañeros (Davion Mintz y Martin Krampelj con 9, Manny Suarez con 8 y Jordan Scurry con 7) se quedaron solo a tres puntos de las dobles figuras. A destacar el buen partido de Kaleb Joseph, 6 puntos y 8 asistencias, el de Manny Suarez, 8 puntos y 9 rebotes y el de todos desde el triple: 19 triples en conjunto y de los 12 jugadores que jugaron solo dos no consiguieron uno. 

A punto de terminar la Big East, podemos dar por terminada la primera fase de la temporada. Los resultados son positivos y esperanzadores. El equipo parece que coge fuerza y tiene automatismos, roles bien establecidos. Khyri Thomas y Marcus Foster son capaces de aceptar el liderazgo y la responsabilidad. Martin Krampelj ha crecido y jugadores como Ronnie Harrell Jr y Toby Hegner han aceptado un rol expansivo que va a ser muy importante. A todo esto hay que añadir el buen rendimiento de jugadores nuevos como Ty-Shon Alexander o Mitch Ballock. Con ciertas irregularidades, es normal, pero con una aportación reseñable. Creo, sinceramente, que se puede esperar algo más de Manny Suarez y que habrá que confiar en el crecimiento de Davion Mintz en el puesto de base. Empieza ahora lo bueno, el nivel exigente, que permitirá averiguar si las derrotas ante Gonzaga y Baylor demuestran que les va a costar disputarle el triunfo ante equipos fuertes o, sin embargo, aún hay margen de mejora. Iremos viendo y contándolo aquí, por supuesto. 

David López



David López García nació hace 36 años en Barakaldo (Bizkaia). Empieza en breve su decimosexta temporada como corredor profesional en el pelotón ciclista internacional. Ha corrido dieciséis grandes vueltas, consiguiendo su mejor posición en la general de la Vuelta a España 2007, con un 14º puesto final. En la edición de 2010, en la misma carrera, consiguió su victoria más preciada, una victoria parcial ante rivales de enjundia. Es una de las tres victorias que adornan su palmarés. Para muchos, tres victorias en quince temporadas no será precisamente algo impresionante pero otros entienden el deporte en su inmensidad y saben que hay otros aspectos y méritos que trascienden a las victorias. No todo es ganar en el deporte profesional. Además, también es un trabajo, una profesión. Y, para algunos, una afición, una pasión. David López es uno de estos últimos. Entre sus logros más preciados están, por ejemplo, haber formado parte del equipo que ayudó a Chris Froome a ganar el Tour de Francia y la Vuelta a España. Sus logros son de equipo. El ciclismo no es un deporte tan individualista como puede parecer. Ahora, como nos contará en esta entrevista, le queda hacer lo mismo en el Giro de Italia. Era (y es, supongo) uno de sus planes. Esta entrevista se hizo antes de que se hiciera público el reciente resultado adverso en un control analítico realizado a Chris Froome, el líder de la escuadra Team Sky y el corredor al que David López ha ayudado a ganar grandes vueltas. Por eso no se toca el tema y porque, además, hablamos de él no de los demás.
En cualquier caso, el legado de David López, en opinión de este blog, será doble. Por una parte, el día que se retire, que, según nos dejará explicado en esta entrevista, no está precisamente cerca, habrá dejado un ejemplo meritorio de trabajo en equipo, dedicación por los objetivos colectivos y generosidad en el esfuerzo para con los compañeros. Pero, por otra parte, en un espectro más local y humilde, su carrera deportiva será un hito en esta margen izquierda de la ría del Nervión que siempre ha dado buenos ciclistas, pero con cuenta gotas, y, sobre todo, mucha afición. Nacido en Barakaldo, la tierra de Juan Tomás Martínez, "el volcán de Barakaldo", y residente en Trapagaran, la tierra de los Alfredo Irusta, padre e hijo, los niños que se monten en una bicicleta y crean, como hicieron ellos, en el sueño de hacerse profesional, tendrán ahora un nuevo espejo en el que mirarse, el de David López García, que no tiene apodo, pero sí, como hemos dicho, currículo como para ser ejemplo de los nuevos aspirantes.
En esta entrevista, le preguntamos por todo esto y por muchas cosas más. Hemos mantenido el texto tal y como nos lo hemos enviado por correo electrónico, sin editar, más allá de lo necesario para la presentación. Queremos, antes de darle paso ya al texto, darle las gracias a David por prestarse a esto, y a Emi, amigo de David, compañero en la carretera en ocasiones, como se puede ver en la foto, y también amigo de este blog, por haber hecho de mediador y habernos dado la oportunidad de añadir esta gran experiencia al blog. No hacemos muchas entrevistas, pero creo que las que hacemos son bastante interesantes, ¿no? 

¿Quién te enseñó a andar en bicicleta?

Aprendí hace muchos años en el pueblo de mis padres. Algún chaval mayor me dejaría una bici y probando… Fuimos autodidactas.

¿Cuándo empezaste a tomarte más o menos en serio la bicicleta?

Con 13 años empecé a hacer carreras, pero realmente en serio cuando pasas a amateur con 18 años.

¿Cómo recuerdas tus años de amateur? ¿Fueron difíciles? ¿Te veías con posibilidades de ser profesional? 

Fueron buenos años. Estaba en un buen equipo, con gente buena para aprender. No me dio tiempo a pensar mucho en ser profesional porque enseguida tuve la oportunidad.

De aquellos tiempos, ¿recuerdas a algún compañero que apuntara mucho y se quedara en el camino?

La verdad es que, como nuestro propio equipo amateur pasó a profesionales, los mejores tuvimos nuestra oportunidad. Luego unos tuvimos más suerte que otros.

¿Cómo recuerdas tu debut con el Cafés Baqué?

Por suerte, ya había corrido algunas carreras con profesionales con la selección española amateur, pero la sensación de hacer un año entero con ellos asustaba un poco.

En aquellos años, tuviste como compañeros a colombianos con mucha carrera deportiva a sus espaldas, gente como Hernán Buenahora, Félix Cárdenas o Iván Parra, ¿coincidías mucho con ellos?, ¿qué recuerdos guardas?

El primer año corrí con ellos mi primera Vuelta a España y ya pude aprender un poco cómo trabajar para un líder. Era buena gente y muy cercana.

Firmas después por Euskaltel-Euskadi, en los años en los que, en el equipo, coincidían gente como Samuel Sánchez, Haimar Zubeldia, Iban Mayo, Roberto Laiseka… ¿Cómo recuerdas la llamada para incorporarte al proyecto y los dos años de experiencia allí?

Fue una buena experiencia. Compartí equipo con muy buenos corredores, gente que estaba entre lo mejor del mundo. Pero también con gente de mi edad que conocía desde chaval. Aquí ya teníamos un mejor calendario y pasábamos mucho tiempo fuera de casa.

El 21 de septiembre de 2012 tu nombre aparecía entre los siete firmantes de aquel comunicado en contra de la nueva gestión deportiva del Euskaltel-Euskadi, más allá de lo que ponía en el comunicado, ¿qué te llevó a firmarlo?

Tuve la suerte de vivir ese cambio en Euskaltel. Coincidí un año con la primera directiva y el segundo año ya cambiaron las cosas. Tanto yo como los demás firmantes queríamos apoyar al equipo tradicional que nos había dado la oportunidad porque sabíamos que el cambio no iba por buen camino. Por desgracia, el equipo no duró demasiado y se demostró que teníamos razón. Pero nadie nos hizo caso.

¿Cómo ves el futuro del ciclismo vasco profesional en la actualidad, en lo que compete a los equipos profesionales, con el ascenso de categoría del Murias Taldea y la llegada de Mikel Landa a la Fundación Euskadi?

Es bueno que haya nuevos proyectos: facilita la salida de nuevos corredores. Espero que en un futuro cercano siga mejorando la situación. 

Pasas por la estructura de Eusebio Unzué y acabas en Team Sky, si no el mejor, uno de los mejores equipos del mundo y con una de las infraestructuras y coberturas económicas más impresionantes de la historia del ciclismo profesional, ¿cómo llegas a Sky, con qué objetivos te contratan?

Tuve varios años buenos en Caisse d'Epargne y Movistar. Era como una pequeña familia y ya era uno de los mejores equipos del mundo, pero tuve algún bache y en el equipo empezaron a dudar de mí. No me daban buenas carreras. Por suerte, en Sky se fijaron más en la trayectoria anterior que en el último año. Y también tuve alguna recomendación de compañeros que habían pasado por allí. 

Ya has acumulado varias renovaciones y pareces haber conseguido que se reconozca tu trabajo, ¿estás satisfecho de tu experiencia con el equipo británico?

Sin duda. Salir a un equipo extranjero ha sido el mayor acierto en mi carrera.

Me atrevo a llamarte gregario, aunque no sé si te gusta esa palabra, pero me da la sensación de que tú mismo admites tu rol como auxiliar en los proyectos de victoria de otros compañeros, ¿está bien reconocido esa tarea en el ciclismo profesional?

En mi caso, sí. He tenido buenos jefes y líderes que han reconocido mi trabajo. No tengo ninguna presión y he tenido buenos resultados.

Parece que hay que ser veterano para convertirse en un buen gregario. Me llamaba la atención como Igor Antón lo admitía hace unos días al renovar con su equipo o como prolonga su carrera Markel Irizar, por hablar solo de dos corredores vascos. Parece que cuesta y lleva su tiempo convertirse en un corredor fiable para realizar esas tareas. ¿Es así?

En mi opinión, los corredores jóvenes pasan con mucha ambición. Todos piensan que pueden ganar muchas carreras. Lleva un tiempo entender que no todo el mundo sirve para ganar. Unos lo acaban dejando y otros tenemos que reconvertirnos.

Tu primera victoria llegó en Rettenbachferner, en 2007. Fue en una etapa dura y acabarías la Vuelta a Alemania en tercera posición, por detrás de Jens Voigt y Levi Leipheimer, ¿cómo recuerdas aquel día?

Fue bastante inesperado porque, en teoría, había mejores corredores que yo. Incluso, en mi propio equipo. Pero había entrenado bien, pensando en esa Vuelta a España. Perdí mucho peso y llegué allí en un buen momento. En otras circunstancias, podía haber ganado esa Vuelta a Alemania, pero estoy muy contento con esa etapa.

Tres años más tarde llegaría Alcoy, en otra durísima etapa, atacando en el momento oportuno para vencer a gente de la clase de Roman Kreuziger, Giampaolo Caruso o David Moncoutie. Recuerdo tus primeras palabras en la televisión: “Todavía no lo he asimilado” o “El día más grande encima de una bicicleta”, ¿ya lo has asimilado?

Sí, aún sigue siendo mi mejor victoria. En una carrera importante, con grandes rivales... para mí no es fácil tener días así. Hay que saber aprovecharlos. Es algo de lo que siempre podré presumir.

Finalmente, en 2013, vences en la llegada a Aywaille en el Eneco Tour. Era la penúltima etapa y otra vez fue dura. Te impusiste a Zdenek Stybar y Maciej Paterski y, por detrás, muy cerca, venían los que se disputaban la carrera. Otra vez rivales internacionales, etapa exigente y un ataque antes de llegar al sprint. ¿Qué recuerdos te quedan de ésta?

Ésa sí que fue inesperada. Después de trabajar todo el Tour de Francia, no esperaba llegar a ese nivel. No era una buena carrera para mí. Teníamos a Bradley Wiggins disputando la carrera, pero otra vez se juntaron las circunstancias y me vi ganando una carrera. Con el maillot del Sky, algo que nunca hubiera esperado.

¿Fue el de 2007 tu mejor año profesional?

Es difícil quedarse con uno. 2007 fue el primero a gran nivel; 2011, el más regular; pero creo que 2013 ha sido el más completo.

Siempre te ha costado ganar. Supongo que, en parte, es la punta de velocidad y, por otra parte, que se te haya utilizado para otras labores. Pero recuerdo una etapa en el Giro de 2016, tras intentarlo en la etapa, llegabas a meta y te entrevistaban para la televisión. De repente, aparecía Alejandro Valverde que te daba las gracias y un abrazo. Sin darle importancia, seguías con la entrevista y decías: “Me falta un poco el punto ese que tiene esta gente”. ¿Te referías a esa carrera o siempre has tenido la sensación de que estabas un peldaño por debajo de otros corredores?

Bueno, siempre hay niveles. Está claro que no estoy al nivel de gente como Alejandro Valverde y que no puedo disputar carreras con ellos. Siempre he tenido que hacerlo en escapadas o de lejos.

Hace unos días lo decías en Zikloland y antes en Marca: “Ya he ganado Tour y Vuelta con él, ahora me gustaría poder ayudarle a conquistar la maglia rosa.” ¿Es ese el objetivo principal para la próxima temporada?

Sin duda. Lo primero será ganarse el puesto para correr el Giro de Italia, que aquí no es nada fácil. Si lo consigo, tendré en Italia una motivación especial.

Han llegado a Sky corredores jóvenes de mucha proyección como Egan Bernal o Pavel Sivakov. ¿Es también labor tuya estar cerca de los jóvenes?

Siempre. Yo recuerdo que, cuando era joven, me fijaba mucho en lo que ocurría a mi alrededor. He tenido la suerte de tener buenos compañeros en quien fijarme. Ahora, también me gusta enseñar a los jóvenes a moverse en carrera o a tener buenas rutinas fuera de ella.

En una entrevista antigua que aún anda por internet, decías: “Al final, a alguien le tiene que tocar. Sigue habiendo equipos y corredores que van pasando a profesionales y nunca sabes a quien le puede tocar. Igual hay corredores muy buenos que se han quedado sin pasar a profesionales y hay otros más normalitos en los que un día alguien se fija y les da la oportunidad. Hay que ser constante en el trabajo, seguir intentándolo y aprovechar la oportunidad.” Era tu consejo para los corredores aficionados. ¿Es también un resumen de tu carrera?

Bueno, yo siempre digo que he tenido suerte porque he tenido oportunidades. He estado en buenos equipos y con buenos resultados. Hay que trabajar duro y no rendirse nunca.

¿Has hecho amistades en el ciclismo?

Muchas. Es difícil mantener contacto con compañeros, porque vivimos lejos unos de otros, pero siempre te queda gente que merece la pena.

¿Te da tiempo a disfrutar de los paisajes, de los lugares en los que corres durante la temporada?

Sí, la verdad es que para eso soy bastante turista. Me gusta cambiar y probar nuevas carrera. Intento disfrutar un poco de los sitios que visitamos.

Sé que alguna vez has dicho que te gusta conocer carreras distintas y que no paras ni cuando estás de vacaciones, haciendo cosas relacionadas con la bicicleta, como el Camino de Santiago por la noche. ¿Te ha dado la bicicleta la oportunidad de tener una vida abierta y original, por decirlo de alguna manera?

Desde luego. Para mí, esto nunca ha acabado de ser un trabajo del todo. Nunca lo veo así. Me gusta la bicicleta en muchos de sus aspectos. Sigo disfrutando de lo que hago.

Sé que esto no es de buena educación, pero te lo pregunto de todas formas, ¿tienes pensada una fecha para tu retirada?

No. Intentaré aguantar todo lo que pueda.

¿Has comenzado a pensar en cómo será o quieres que sea tu vida cuando se termine el ciclismo profesional?

Intentaré seguir en el mundillo, pero ahora que tengo familia hay que valorar muchas cosas.

¿Te ves como director técnico?

Podría probar, pero seguir en la misma rutina no sé si me gustaría lo suficiente.

Has coincidido en la carretera con algunos de los ciclistas que han marcado la época más reciente del ciclismo moderno, con algunos, incluso compartiendo la intimidad de luchar juntos por algo. ¿Cuál de ellos te ha impresionado más en la carretera? 

Todos tienen mucho que admirar. Tal vez, como se ve en carrera, parece que unos merecen más admiración que otros, pero hay que saber todo el trabajo que hay detrás.

Para terminar, volvamos a los comienzos. Por pura curiosidad, cuando empezaste a correr más en serio, ¿sabías quién era Juan Tomás Martínez? ¿Querías ser el nuevo volcán de Barakaldo?

Sí. Casualmente, vivía bastante cerca de mis padres y solía verle por el barrio. Luego era conocido por su tienda de deportes. Más recientemente hemos coincidido en varias salidas con la bici de monte.

¿Se te hace estrecho el Valle cuando vuelves de tantos viajes?

Para nada. Me encanta el sitio donde vivo. Es muy tranquilo y cómodo para la vida que llevo.

Dime dónde te ves ganando una carrera en este 2017-2018, soñémoslo y a ver si se cumple.

Aunque no sea para este año, me gustaría ganar alguna carrera cerca de casa, cuando pueda estar mi familia. Estaría bien que mi hija tenga algún recuerdo en mente antes de que yo me retire.


Lo dicho, muchas gracias a David López por prestarse a la entrevista, a Emi por ayudarnos a conseguirlo y a todos vosotros por, un año más, pasaros, ya sea puntualmente o habitualmente, por este blog, que ya acumula unos cuantos años y resiste a duras penas, pero ocasiones como ésta hacen que merezca la pena. 

martes, 5 de diciembre de 2017

Kathrine Switzer



La VII edición de la Carrera Pormaratoniana terminó a altas horas de la madrugada cuando los últimos participantes decidieron que ya no se podía alargar más la celebración. Es lo que tiene esta carrera, que al aspecto deportivo siempre le unimos el festivo, y en ninguno de los dos ámbitos reparamos en esfuerzo. Así llevamos ya siete ediciones consecutivas y nos acercamos a un número redondo, el de las diez ediciones, que, llegados a estas alturas, parece una cifra accesible y un mérito del que algún día podremos vanagloriarnos. 

Pero no adelantemos los años y vayamos disfrutándolos uno por uno. Bastante mérito tiene ya que hayamos encontrado la forma y el equilibrio para seguir organizando todo esto durante siete años consecutivos. En esos siete años, ha pasado casi de todo: lesiones, corredores que confunden el recorrido, otros que llegan tarde a la salida, granizadas, victorias al sprint y galopadas en solitario. La carrera ha crecido hasta conseguir que tengamos dos categorías, la masculina y la femenina, y una tercera que sigue creciendo poco a poco, la Txiki Porma, con la que hemos creado nuestra propia cantera. Hay cosas que mejorar y que estudiaremos para futuras ediciones, como un cambio de fechas, por ejemplo, para asegurarnos un poco de buen tiempo. Pero, de todas formas, son siete años consecutivos organizando una carrera con todos los privilegios de las oficiales, una buena bolsa al final del recorrido, dorsales, cobertura fotográfica, inscripción, regalos, premios, concursos, dorsales, otros años, hasta tuvimos pódium. Una carrera organizada que no es oficial y solo es una reunión de amigos que buscan una fecha para correr juntos. En ese tiempo, el grupo de amigos se han ampliado y hemos ido recibiendo gente que se dejaba llevar por el misterio o por las referencias. Si alguno lee esto y le pica la curiosidad, no os lo preguntéis más, apuntaros en la próxima ocasión. 

La edición de esta año comenzó con bajas de última hora, entre ellas la ganadora femenina de la última edición, a la que echamos de menos y homenajeamos dejando su dorsal junto a la línea de salida, y un total de 17 participantes a los que no les dio miedo madrugar en una mañana que amenazaba lluvia y bajas temperaturas. No salimos muy puntuales y ampliamos el recorrido para que la línea de salida y meta estuviera a cubierto y nuestros voluntarios no tuvieran que temerle al tiempo. Eso, como digo, obligó a ampliar un poco los metros de la carrera. Quizás por eso, el kilómetro neutralizado, con rodeo incluido hasta llegar a las cercanías del puente de Bengolea, fue más neutralizado y más tranquilo que nunca. Todo el mundo iba reposado y de cháchara. 

Sin embargo, fue dar el grito que anunciaba que se acababa la calma chicha y se desató la riña. Como una bala, salió a por la victoria David Sádaba, quien no miró para atrás mientras enfilaba la bidegorri y visualizaba el objetivo de ganar. Un poco por detrás, le dejaban marchar otros favoritos como Manu, Valen, Emi o Ricky, que tampoco parecían proponerse seguir el fuerte ataque de salida. El resto se iba desperdigando poco a poco. Un servidor se quedaba al final, junto a Cris y Jesús, viendo cómo Álvaro, primer ganador de la Pormaratoniana y habitual de los primeros puestos, se dejaba caer del grupeto que hacían Josema y Marian y se ponía a su vera pero, al llegar a las cercanías del pantano, Álvaro decidió retirarse y volver al trote hasta línea de meta. Había llegado lesionado desde Almería, pero se había empeñado en intentarlo. Cuando empezó a molestarle el gemelo, decidió que era mejor que aquello no se convirtiera en algo más grave. Una lástima, pero una buena decisión. Por delante, yo ya no veía a nadie. Por detrás, tampoco. Así, en tierra de nadie, la carrera se me hizo fácil. Siempre a mi ritmo, sin exigirme hasta el final. Y cuando me exigí, lo hice más que nada porque había empezado a llover. Al galope, entré en meta en casi veinte minutos más tarde de lo que lo hizo el vencedor. Y el vencedor fue el primero que atacó, David Sádaba, convirtiéndose en el primer navarro que gana la Pormaratoniana. Según su propio relato, salió al ataque desde el principio por convicción y estrategia y aprovechó la ventaja que tomó para relajarse en el descenso hasta El Regato. Por detrás, según contaba, los rivales le tenían cerca cuando giraban en la iglesia de San Roque, pero apretó en los primeros metros de vuelta por el interior del pantano y amplió su ventaja, manteniendo el ritmo en la parte final del recorrido, por Gorostiza y la trasera del polideportivo, ya sabiéndose primero. Entró un minuto por delante de Manu y Valen, quienes entraron juntos y completaron el pódium. Cerca de los tres primeros se quedó Asier, al que siguió David unos segundos más tarde. Rubén entró sexto y Gaxen y Ricky lo hicieron después, en compañía. Algo más le costó a Emi, dos veces ganador de la Pormaratoniana, quien entró acompañado de Miguelo. Cincuenta minutos después de que se diera la salida llegó Marian, la ganadora en féminas, seguida unos segundos después de Josema. Yo tardaría unos minutos más, y algo más tarde, llegaron Cristina y Jesús. En cualquier caso, y como decimos siempre, todo esto de los puestos da un poco igual. Que haya competición, y un ganador, y un pódium y una clasificación final mola, le da picante e interés al día, pero todo se olvida poco después, cuando en la mesa, mientras se celebra, todos estamos a la altura y hay tiempo para contar todo tipo de aventuras. 

En cualquier caso, enhorabuena a todos los participantes, a los que no pudieron venir en esta ocasión, a los dos voluntarios sin los que hubiera sido imposible hacerlo, y a todos los que nos echaron un cable en la organización. Zorionak a los dos vencedores, David en chicos y Marian en chicas porque si llegaron primeros, también fue porque lo intentaron más que nadie y su esfuerzo merece el reconocimiento. Igualmente, un aplauso enorme para nuestros tres participantes de la Txiki Porma, Martín, Elba y Alain, que lo dieron todo y nos hacen tener esperanza en que esto puede que siga mucho tiempo. Hubo más niños y niñas a los que el tiempo les estropeó el plan, pero seguro que hay otra ocasión en la que todos puedan participar. 

Y no queda más que desear que haya una próxima edición el año que viene, que vuelvan a ganar los mejores y que todos tengamos la oportunidad de pasar un buen día en buena compañía. Gora Porma!!