miércoles, 30 de mayo de 2012

José Luis Zalazar



Ha sido leer su nombre hoy en prensa y se me han despertado los reflejos melancólicos. Qué tiempos aquellos en los que Benito Floro y los suyos, sí que se los folloban con el pito (perdón, pero los que tengan memoria sabrán que viene a cuento aunque no deje de poner en evidencia mi sentido del humor). Lo del queso mecánico tuvo su gracia. En cuanto a ocurrencia, quiero decir. Porque lo del fútbol, tuvo su gracia, y mucho más que gracia, tuvo salero y convicción. Cualquiera que comparta conmigo generación y afición, a poco que le piquen, o que le refresquen la memoria, dice casi de carrerilla la alineación tipo de aquel equipo. Empezando por el portero costarricense que rezaba tanto como paraba, Luis Gabelo Conejo y terminando por Chesa y Antonio en la delantera. Por el medio, quedaban los Delfí Geli, que ganaría el título a la mejor promesa de la temporada, Oliete, Coco, Juárez, Catalí, Menéndez, Julio Soler, Parada, Balaguer, Marcos, Cabrero, Sotero, Sigüenza... Y un joven Ismael Urzaiz, y un melenudo Marco Antonio Etcheverry y un escurridizo Daniel Toribio Aquino. Pero, sin duda, el que deslumbró aquella temporada fue el uruguayo José Luis Zalazar.
El de Montevideo ya había jugado antes en España, en el Cádiz y en el Espanyol, pero no con tanto éxito como el que lograría en La Mancha. 180 partidos y 57 goles en cinco temporadas, y aún mantiene esos récords en la historia albaceteña. Cuando terminó ciclo, se volvió a Uruguay y después regresó a España, no consiguió retirarse en el Albacete y lo hizo en tercera división, con el Club Deportivo Quintanar del Rey del grupo castellano manchego.
El Cabeza, como se le apodaba, se quedó a vivir en Albacete, y ahora, sigue ligado al mundo del fútbol. Trabaja para Paco Casal en la representación de futbolistas. Si no conoces a Paco Casal, no creo que a él le importe mucho, porque su volumen de negocio no va a cambiar. El Señor Casal lleva la representación de muchos jugadores uruguayos, alguno de ellos jugando en España y Zalazar le echa una mano con ello. Pero, además, Zalazar tiene otra razón para seguir rondando los campos de fútbol, y es que parece que sus hijos tienen intención de seguir su camino. O, al menos, de intentarlo. Juan Pablo Zalazar, el mayor de los cuatro, es el que más cerca está de alcanzar el profesionalismo, aunque solo sea por edad. Juega en el equipo de división de honor del juvenil albaceteño, y esta temporada ya ha entrenado en alguna ocasión con el equipo de Antonio Gómez y Zigor Aranalde. Los dos más pequeños, Rodrigo y Mauro, también deben andar jugando en la cantera del equipo donde su padre aún acapara los récords. Y queda José Luis Zalazar, conocido como Kuki, y quien a sus 14 años, ha sido el culpable de que el padre regresara a los titulares deportivos, aunque ahora fuera con las razones de parentesco más que por las futbolísticas. Kuki Zalazar, al parecer, ha fichado por la cantera del Málaga, que aspira a competir en calidad y no convertir el proyecto del primer equipo en una cuestión de fichajes perentorios y temporales, por mucho dinero que cuesten.
Sea como sea, siempre es una buena oportunidad para desempolvar la memoria y dejarse llevar por los buenos recuerdos, aunque no sirva de mucho.

sábado, 26 de mayo de 2012

Thomas de Gendt



Recién salido del horno. ¿Te gusta el ciclismo? Pues si te has perdido la etapa de hoy, no te lo perdonarás. Ayer lo hablaba con alguien: está siendo un Giro muy extraño, pero quizás es el ciclismo actual, más rácano y calculador. Todo el mundo quiere quedarse con lo que tiene. Excepto, Thomas de Gendt. Hoy ha hecho una de esas etapas que crean afición y que le dan sentido a la carrera deportiva de un ciclista. Además, la grandeza de su triunfo se ha multiplicado por el valor del escenario y el empeño de los ciclistas que le acompañaban. Él y Mikel Nieve, y Ion Izagirre, y Damiano Cunego, y Matteo Carrara, y John Gadret, y todos los demás, han escalado metros con el pecho al aire. Han pasado del verde brillante al blanco de las cumbres nevadas a través de estrechas carreteras. El asfalto se volvía tierra, el sol desaparecía, volvía a aparecer, el polvo se tragaba a los corredores, los coches se calaban, el público se avalanzaba y yo no me levantaba del sillón.
Los primeros han aguardado hasta unos últimos mil metros que parecían interminables. Ryder Hesjedal se desgañitaba buscando colaboración, los colombianos se aferraban al sufrimiento, Basso daba bandazos, Scarponi volvía a echar espuma por la boca y Joaquim Rodríguez demostraba que es más eficiente en quinientos metros que muchos otros en doscientos kilómetros. Ha sido una batalla final de supervivientes. Un concurso de pruebas de esfuerzo. Y, mientras tanto, Thomas de Gendt intentaba darse cuenta de lo que acababa de hacer: ciclismo del de antes, suelen decir, del épico, loco, desesperado y valiente. Si era de antes, también debe ser de ahora, ¿no?
Al final, se ha quedado a un par de minutos del éxtasis, pero mañana, en Milán, se apretarán aún más los dientes. A falta de la lucha contra el reloj, mi opinión personal coincide con la de otros: un Giro raro. Decepcionante en el palco, emocionante en la platea. Los mejores han sido los que no lo son en la clasificación final. Ha sido un Giro de debutantes, jóvenes y secundarios ganándoles la partida a los protagonistas.
Y no sé qué opinarán los ciclistas, no sé qué dirá Abraham Olano, pero, como aficionado, por favor, que suban el Mortirolo todos los días. Lástima que no se haya podido ver a los últimos. Lástima que eso no salga en televisión. Los que alguna vez hemos estado en las cunetas de pendientes como ésas sabemos que ahí reside la belleza de este deporte, y solo imaginarme subir a los últimos por las rampas más empinadas del Mortirolo, se me ponen los pelos de punta. Aunque, con el gesto concentrado de Thomas de Gendt me conformo.

Pedro Rodríguez



Ahí, con foto y todo, para echarle alcohol a mis heridas. Aunque el alcohol me sale de las heridas, porque, qué queréis que os diga, yo ayer le encontré una solución muy fácil: ahogué mis penas. Las ahogué tanto, las rehogué tanto, que he llegado a casa con el sol de comparsa y con una alegría en el cuerpo que no dejaba de ser ficticia y postiza, pero que ha ayudado mucho.
Fue pitar el final el Señor Fernández Borbalán y acordarme de Juan Antonio Corbalán, para bien o para mal.
Se me fue el fútbol de la cabeza porque me la inundó el vino con coca cola y la música.
Fue ver a Puyol y Xavi con senyeras e ikurriñas y dije: deja vù! o como se escriba y me piré. Le dije: ¿nos vamos a escuchar música? Y nos fuimos. Y lo que quedaba de los penalties no pitados, los goles no marcados y los que te marcaron, se diluyó en alcohol. Alcohol por vía intravenosa.
Ésta no es una entrada muy pedagógica.
Pero es lo que hay.
Hubo mucho vino.
Y hubo mucha coca-cola.
Y música: de Wanda Jackson a The Beastie Boys, pasando por Jet, Wolfmother, Imelda May, Little Richard, Vacazul, Suede, The Black Keys, Led Zeppelin, El Columpio Asesino, The Sonics, Tina Turner, Johnny Cash, Tom Petty, The Doors, Parabellum, Foo Fighters, Soundgarden, Los Ronaldos, Siniestro Total, El Guincho, MGMT, Kings of Leon... que no son de León, por cierto, tío, no me dispares con la banana y yo qué sé qué más.
Eso es lo que pasó. Que llegué a casa de madrugada después de una noche etílica y epiléptica con las estrellas del rock locales, porque las estrellas del fútbol se apagaron pronto, y en un momento u otro se dio esta conversación: ¿tú quieres algo? Una estrella. Pues no pides tú nada ni ná.
Pedro Rodríguez, el amigo de los disgustos, no me hiciste tanto daño como el que pensaba que me harías. ¿Queríais una reflexión seria y sesuda? Tenéis una sudada y que sería cualquier cosa menos reflexión. Yo tengo resaca y, de verdad, hoy prefiero tenerla a tener memoria.
Otro día, ya si eso, hablamos del gobierno.
Por cierto: AUPA ATHLETIC!!!!!

Por cierto dos: esta tarde, vamos mi baraka!, vamos campeón!

miércoles, 23 de mayo de 2012

Alessandro de Marchi



Que en este blog tenemos querencia por los que quedan segundos, lo saben hasta los que nunca lo han visitado. Es extraño, sin embargo, que hoy le dediquemos título al segundo, cuando el primero es de casa y nos ha dado una alegría a todos los aficionados al ciclismo vasco, más aún cuando las noticias sobre la continuidad del equipo naranja en la mejor categoría del ciclismo profesional siguen siendo inquietantes. Pero, aunque, como bien indica el nombre de este blog, aquí nos dejamos llevar por sentimentalismos y pasiones de lo más irracional, mantenemos siempre una lucha constante contra esos impulsos para intentar mantener un espíritu mucho más incluyente y complejo.
Hay otra razón. Tengo la sospecha de que es bueno guardarse el nombre de Ion Izagirre para otras ocasiones. El guipuzcoano hizo ayer méritos suficientes para encabezar esta entrada que, por otra parte, no es que exija muchos. Pero, como digo, y aunque ganar en el Giro sea ya más que suficiente para justificar una carrera, sospecho que no es mala opción guardar su nombre para otra ocasión, así que he preferido gastar otra bala, por otra parte, bastante coherente con este blog, la del que quedó segundo.
Alessandro de Marchi ha dado muestras sobradas en este Giro de tener recorrido para el futuro. Con 25 años, su carrera recién estrenada, alguna victoria ya en el bolsillo, experiencia en el velódromo, y una planta de rodador que no le impide sobresalir cuando aparecen las cuestas, el italiano nos ha dejado ya un segundo y un tercer puesto repletos de gestos grandilocuentes pero que no le dejan de pertenecer al ciclismo. Su mandíbula le da un aspecto de héroe de cómic y sus piernas la semblanza de un candidato a las galopadas épicas. Su nombre puede confundirse con el de un director de orquesta si lo buscas en internet, pero apuesto a que, en un futuro no muy lejano, se le acercará en parangón.
Eso sí, la foto se la voy a dedicar al de Ormaiztegi, último eslabón de una familia de ciclistas donde su hermano, Gorka, aparece también como un futuro protagonista de este deporte. Ayer, confirmó lo que muchos ya habían visto en él: que tiene talento para destacar. No solo por sus piernas, si no también por su carácter e inteligencia. Ayer supo coger una escapada muy tardía, colaborar en la medida justa, ajustar su respuesta a los primeros ataques, mantener la cabeza fría ante la experiencia de Matthias Frank y rematar su estrategia en un duelo personal con otra joya de este deporte, José Herrada. El pequeño de los Izagirre es, además, un tío directo en sus declaraciones. No escondió sus dolores tras sus primeras experiencias con las clásicas, y, en esta ocasión, confesó abiertamente la emoción que sintió al cruzar la línea de meta. Emoción que sería compartida por todos sus compañeros, un buen grupo de estajanovistas de este deporte que están dando una digna impresión en un Giro al que todavía le queda lo mejor.
La victoria de Ion Izagirre, para más gloria, supone un gran aliciente para las aspiraciones de supervivencia del equipo. Los puntos que consiguió ayer son de oro aunque, este año, se necesita oro, diamantes y hasta petróleo para lograr el objetivo. Ojalá otros compañeros den el paso adelante que Ion Izagirre ya ha iniciado y que esto se refrende en los despachos porque, como no me canso de repetir, tengo la sensación de que estamos ante una generación de ciclistas que pueden dar muchas alegrías al ciclismo vasco. Y lo harán, exista o no exista el equipo de Miguel Madariaga, pero, qué duda cabe que, la os que nos dejamos llevar por sentimentalismos y pasiones, como ya he confesado, nos gustaría seguir pensando que todo puede ser romántico en mayor o menor medida.

lunes, 21 de mayo de 2012

Giorgos Printezis



Un repaso poco riguroso de cómo va el baloncesto europeo. Ya sabemos todos que Dusan Ivkovic volvió a demostrar los méritos que le llevan a lo más alto del baloncesto europeo y dirigió con maestría a un Olympiakos que escribió una de las historias más épicas del baloncesto europeo, para alegría de Printezis (para él va el título de esta entrada para que acompañe en la vitrina al que ya consiguió con su puntería en el último segundo) y desgracia de Kirilenko. Los rusos sí que disfrutaron de un título, al menos, el que se llevó el Khimki ante el Valencia. Pero, ahora, prestamos atención a las ligas nacionales.

En Francia:

El Gravelaines es sin duda el favorito. Ganadores de la liga regular con solo tres derrotas por veintisiete victorias, los Yannick Bokolo, Ludovic Vaty y Andrew Albiciy disputarán los play-off ante los siguientes equipos: Cholet, Le Mans, Nancy, Chalon, Roanne, Orleans y Paris-Levallois. El Chalon, por cierto, acaba de volver a ganar la Copa de Francia por segundo año consecutivo. Lo hizo ante el histórico Limoges gracias al gran partido de Ilian Evtimov y Blake Schilb, un americano que, por cierto, suena para varios equipos de la ACB, entre ellos Bilbao Basket y Valencia según una reciente noticia de solobasket.com.

En Italia:

En Italia ya empezaron los cuartos de final y parece que todos apuntan ya a quiniela segura porque todas las eliminatorias están 2-0 a favor de Montepaschi Siena, Banco di Sardegna, Armani Jeans y Bennet Cantú. Los cuatro ganan en sus respectivas eliminatorias contra Cimberio, CS Bologna, Umana y Scavolini. Una vez más, el Montepaschi de los McCalebb, Rakocevic, Andersen, Lavrinovic y compañía parte como favorito. Pero los de Simone Pianigiani tendrán duros rivales como el Armani Jeans de Sergio Scariolo y el Bennet Cantú de Gianluca Basile.

En Alemania:

Los alemanes, como siempre, van por delante. Brose Basket y Ratiopharm Ulm ya se han adelantado en sus eliminatorias de semifinales contra Art Dragons y s.Oliver Basket. Ambos terminaron en cabeza la liga regular. Brose Basket gracias al anotador Anthony Tucker, el autóctono Tibor Pleiss y el exValladolid Marcus Slaughter. El Ratiopharm ha llegado tan lejos gracias a John Bryant, Roderick Trice, Dane Watts y Isaiah Swann. Una final plagada de norteamericanos donde destaca, sobre todo, la gran temporada del pivot John Bryant.

En Grecia:

Olympiakos y Panathinaikos empiezan desde hoy la lucha por la final. El Olympiakos se llevó la Liga Regular y se ha llevado, contra todo pronóstico y como ya hemos dicho, la Copa de Europa o cómo demonios se llame ahora. Dusan Ivkovic sigue dando lecciones en un equipo de relumbrón: Kyle Hines, Joey Dorsey, que no valía para Dusko Ivanovic, Acie Law, Pero Antic, Martynas Genevicius, Marko Keselj… más el talento nacional de Printezis, Spanoulis, Papanikolau, Sloukas, Papadopoulos, Glynaidakis, Pelekanos, Vasilopoulos o el joven Mantzaris. Casi nada. Aunque, sobre el papel, también en Europa había mejores equipos, o equipos con nombres más reconocibles. Para los de Zeljko Obradovic no ha sido tan bueno el año. Los hermanos Calathes, Dimitris Diamantidis, Romain Sato y Sarunas Jasikevicius, se apoyarán en griegos y americanos, Batiste, David Logan, tampoco éste triunfó en Vitoria, Steven Smith o los Vougioukas, Kaimakoglou, Perperoglou o Tsartsaris para intentar salvar una temporada poco propicia para los de verde.

En Israel:

Maccabi Tel Aviv jugará las semifinales contra el Hapoel Holon, mientras que otros dos Maccabis, Rishon y Ashdod, se jugarán el otro puesto. Por supuesto que los de Tel Aviv, que acaban de renovar a David Blatt, parten como favoritos. Solo dos derrotas en la liga regular y los Blu, Smith, Hendrix, Langford, Schortsanitis, Eliyahu, Papaloukas y compañía con ganas de cerrar bien la temporada. Todo lo que no sea eso, será una sorpresa.

En Polonia:

El Asseco Prokom de Donatas Montiejunas y el Trefl Sopot de Filip Dylewicz jugarán la final y se apuesta por los del lituano, pero quién sabe.

En Rusia:

CSKA se llevó su décima liga consecutiva tras una victoria contundente por quince puntos en el tercer partido de su ronda final ante el Khimki. Shved, Krstic, Khryapa y Teodosic se sirvieron para hacer ganador al equipo del entrenador Jonas Kazlauskas ante el de su compatriota Rimas Kurtinaitis, un Khimki donde sobresalieron Vitaly Fridzon y Kresimir Loncar. Andrei Kirilenko no disputó los últimos dos partidos y ahora todo consiste en saber si seguirán tanto él como Kazlauskas.

En Turquía:

El Besiktas de Carlos Arroyo y Pops Mensah-Bonsu gana 2-1 al Galatasaray de Jaka Lakovic y Nihad Djedovic. En el otro lado del cuadro, el Banvit de Serkan Erdogan y Lucas Kalin y el Anadolu de Dusko Savanovic y Stanko Barac van empatados a uno. He dicho dos jugadores por equipo, con lo que quiere decir que he dejado sin mencionar a Kerem Tunceri, Cenk Akyol, Esteban Batista, Ermal Kurtoglu, Sasha Vujavic, Tarence Kinsey, Oliver Lafayette, David Hawkins, Zoran Erceg, Kenan Bajramovic, Charles Davis, Joshua Shipp, Boris Savovic, Jamon Gordon, Ender Arslan, Luksa Andric o Preston Shumpert. Jugadores todos ellos que también disputarán esas semifinales.

En Eslovenia:

Krka y Union Olimpija han ganado un partido cada uno en la final. El segundo lo ganó el Krka gracias a Zoran Dragic, Afik Nissim y Jure Balazic. De nada sirvió el buen partido de Sasu Salin y de Jaka Blazic en el Olimpija de Saso Filipovski. En el primer partido fueron los hombres de Aleksander Sekulic los que hincaron la rodilla ante el gran partido de Jaka Blazic.

En Portugal:

Proto Ferpinta y Benfica empatan a dos en la última eliminatoria por el título. Se lo jugarán todo en el último partido. Marcus Norris fue el mejor del Benfica pero Robert Johnson, Miguel Miranda y Joao Santos hicieron vencedores al Proto Ferpinta de Moncho López en el último partido.

En Lituania:

Ya ha ganado el Zalgiris Kaunas que venció 3-0 al Lietuvos Rytas. Trifunovic confirmó la calidad de su plantilla en la que cuenta con internacionales como Kalnietis, Marko Popovic, Milovan Rakovic, Dainius Salenga, Robertas Javtokas, Paulius Jankunas, Tomas Delininkaitis o el joven valor Mario Delas. Alesandar Dzikic, por su parte, basaba sus bazas en el joven Jonas Valanciunas, el talentoso Aleksandar Rasic y los luchadores Mindaugas Katelynas y Predrag Samardziski, pero el mejor de las finales fue el exBilbao Basket Renaldas Seibutis.

En Letonia:

Victoria final para el VEF Riga de Ramunas Butautas que cerró la eliminatoria ante el Ventspils de Gundars Vetra con un 100 a 70 contundente en el último partido. Hasta seis jugadores superaron los diez puntos: Curtis Millage, Gatis Jahovics, Kristaps Janicenoks, Kaspars Berzins y Donatas Zavackas.

En Croacia:

La Cibona ya espera rival en la final. Su rival saldrá de la otra semifinal que disputan el Cedevita y el KK Split. Los de Jasmin Repesa son favoritos, pero Niksa Bacevic en el KK Split, con el hijo de Goran Sobin, Josip Sobin y Nikola Vujcic dando sus últimas lecciones, intentará enfrentarse a ellos después de ganar al Cedevita de Drazen Anzulovic, donde destacan viejos conocidos como Dalibor Bagaric, Vedran Vukusic, Marino Bazdaric o Ivan Opacak, además del americano Dontaye Draper.

En Estonia:

El BC Kalev de los Bamba Fall, Armands Skele o Pavel Ulyanko se llevó la final por 4-0.

En Georgia:

El Armia partía como gran favorito en la final, pero el Olimpi le ha sorprendido en el segundo partido para empatar la serie. En un final apretado, los Ben Woodside, Will Thomas, Guillermo Díaz, Anatoliy Boisa o Jeremy Richardson se vieron sorprendidos por el gran partido de Georgi Tsintsadze con 24 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias.

Si os preguntáis por los serbios, van un poco retrasados, por la información que yo tengo. De la liga ACB, ya hablaremos. Ya sabéis que Caja Laboral ganó los dos encuentros a Bilbao Basket, el primero gracias a Teletovic, el segundo gracias a Prigioni, los dos a pesar de Aaron Jackson; Barcelona dejó a Alicante fuera muy pronto y sin problemas; el Real Madrid tuvo algo más de resistencia del Banca Cívica gracias a Txemi Urtasun; y, por último, la sorpresa de la temporada, Lagun Aro, forzó el tercer partido en Valencia tras una remontada digna de elogio y con un gran David Doblás.

Matteo Rabottini



La etapa que se ha llevado es de las que crean afición. Mejor que la de Bert Dietz y Laurent Jalabert, Miguel Indurain y Luc Leblanc o el campeonato de España de Manuel Fernández Ginés y Abraham Olano, solo por nombrar los primeros que me vienen a la cabeza. Ya hay discusiones por algunos foros para determinar si Joaquim se dejó ganar o no. Unos dicen que está claro que sí, otros dicen que está claro que no, yo, como siempre, me quedo a medio camino. Creo que, probablemente, Joaquim no diera todo lo que tenía dentro en el sprint, pero también estoy seguro de que no frenó para nada cuando alcanzó a Rabottini y éste, que venía de una larguísima fuga y sufría el aliento de sus perseguidores atrás, no se amilanó, le pilló la rueda y aún tuvo fuerzas para aguantar el ritmo de maglia rosa del catalán y disputarle el esprint por poco disputado que fuera.
Yo, que nunca llevo, me quito el sombrero ante este joven italiano de maillot cegador y aspecto sosegado. El tío respiraba con los labios encogidos cuando aún quedaban cincuenta kilómetros, pero administró sus fuerzas tan bien como en la etapa anterior lo hizo Jan Barta, aunque al checo le gusta más el teatro que al de los Abruzzo.
Por ahora, está siendo un Giro de nuevos nombres, nombres secundarios y muchos detalles. De los que gustan a los aficionados. Y sería aún mejor si los líderes, los cabezas de cartel, las grandes estrellas tuvieran un puntito más de fuerza. Digo lo de los nuevos nombres porque, aunque para algunos aficionados ya eran conocidos, este Giro está empezando a descubrir nuevos valores como Adriano Malori, Ramunas Navardauskas, Taylor Phinney, Alessandro de Marchi, Jan Barta, Michal Golas, Matteo Rabottini, Tom Jelte Slagter, Jesse Sergent, Manuele Boaro, Geoffrey Soupe, Arnaud Demare, Cesare Benedetti, Sergio Henao, Fabio Felline, Giacomo Nizzolo, Daniel Schorn, Martijn Keizer, Andreiy Amador, Sonny Colbrelli, Alexander Kristoff o Brian Bulgac. Muchos de ellos serán habituales en los titulares de las secciones de ciclismo de los próximos años. Y digo lo de los nombres secundarios porque, hasta ahora, lo que más llama la atención al cuidadoso espectador televisivo es la cara de circunstancias de Damiano Caruso, el empeño de Sylvester Szmyd, la coordinación de ballet clásico entre Losada, Dani Moreno y el líder, como Paolo Tiralongo tira de Roman Kreuzinger, como Txurruka y Bruseghin siempre hacen de exploradores, y Cunego de explorador desorientado... Y no solo hablo de los gregarios, también de esos corredores que saben que tienen difícil alcanzar el triunfo final pero hasta ahora están siendo los verdaderos protagonistas: la desesperada necesidad de protagonismo de José Rujano, los empellones de rodador de Ryder Hesjedal, el aventurismo momentáneo de Gianluca Bambrilla, el talento en frasco pequeño de Domenico Pozzovivo, la terquedad de Miguel Ángel Rubiano, la resistencia activa de Beñat Intxausti o Mikel Nieve... Por ahora, los Basso, Scarponi o Kreuzinger se han visto oscurecidos por los actores secundarios, a excepción de Joaquim Rodríguez, que nunca esconde nada.
Por último, digo también que está siendo el giro de los detalles. Detalles como los caretos que le ponía De Marchi a Amador cuando lo atrapó o las bocanadas histriónicas de Jan Barta cuando aceleraba, un checo desconocido hasta entonces para la mayoría (este año ya había ganado la Vuelta a Colonia) que parecia homenajear a Thomas Voeckler con su variedad de recursos histriónicos. Detalles como la ya comentada parsimonia de Rabottini, las ordenes de Joaquim a Vicioso, el gesto impertérrito de Damiano Caruso, los vaivenes de Roberto Ferrari, las muchas caídas, los malos rollos de Mark Cavendish (y sus aparentes malas tretas cuando se empina la carretera), los cambios de maglia, la severa debilidad de Navardauskas, y, por supuesto, los eternos recorridos de los organizadores del Giro que no se piensan dos veces si el suelo está en buenas condiciones o entran dos corredores en grupo por el estrecho pasadizo. Sin ir más lejos, este va siendo un giro donde ganó una etapa un Costarricense y se puso de líder un canadiense. Un giro que por ahora, y si obviamos al bueno e inteligente de Bak que hablará su propia lengua escandinava, se ha convertido en una lucha entre las lenguas romances y las lenguas germánicas. Por ahora, ganan los primeros por ocho a seis gracias a las victorias de un colombiano, un costarricense, dos españoles y cuatro italianos por tres victorias inglesas, una australiana y dos americanas, aunque una haya sido en grupo.

sábado, 19 de mayo de 2012

Ryan Bertrand

La estadística, que no los estadistas, ya dirán si Ryan Bertrand ha sido el primero o no, pero tiene que saber más dulce que una milhojas de chocolate, ¿que no? Debutar en la Champions League y, ya de paso, ganarla.
Mi entrada se queda en eso: en lo anecdótico. Reconozco que he visto la final a ratos, sin mucho interés. De hecho, y fíjate tú en el simbolismo, no he seguido la prórroga para cambiar de canal y ver una película de Matthew McConaughey que ya había visto y por eso deberían darme varios azotes.
Lo poco que he visto me ha resultado un peñazo del copón. Tal peñazo que estaba convencido de que el Chelsea se iba a alzar con la orejona. He visto el gol de Müller que parece definir a un jugador. Müller es antiestético hasta para celebrar los goles, pero los celebra, así que qué importa la estética, casi tan poco como la estadística.
Si Ryan Bertrand ha sido el primero, mejor, pero no creo que eso pueda ampliar lo feliz que ya debe sentirse desde que Didier Drogba acertara a detener los bailes protocolarios de Neuer. Noier, me gusta que no se pronuncie como se escribe. Otra anécdota, en eso ha quedado esta edición de la Champions League para mí.
El resto se lo dejo a los periodistas profesionales, los que pondrán las notas, apuntarán las lágrimas, fotografiarán las sonrisas, juzgarán el fútbol o la ausencia del mismo y, probablemente, aún tengan tiempo para informar sobre la felicidad indirecta de José Mourinho.
Otra anécdota. Pero eso es fútbol también, ¿no?
Qué más da, que le pregunten a Ryan Betrand. Tras estar cedido en el Bournemouth, el Oldham Athletic, el Norwich City, el Reading y el Nottingham Forest, va y vuelve al Chelsea, a Di Matteo le da un aire y acaba por debutar y levantar la copa. ¿Qué más da lo demás?

jueves, 17 de mayo de 2012

Michal Golas


Una vez más, ahí va Golas, escapado y sin mirar para atrás. Bonita escapada, Jan Bakelants, Sandy Casar... y el eternamente joven Amets Txurruka. Me cae bien Golas. Y me gusta su apellido: Golas. Y me gusta cómo lo pronuncia Fermín Aramendi.
Hace un bochorno que no lo aguantan ni las hienas. Y dicen que para cuando llegue a casa, me caerán granizos de dos centímetros de diametro. Para el puchero. Aún ando trabajando, tachando, con mi bolígrafo rojo, pim, pam, pim, pam, y el Giro de Italia así como de fondo, como en las malas novelas los enamorados escuchan el mar pegando sus enamoradas orejas a una caracola. Very relaxing.
Las voces de Aramendi y Usabiaga me acunan, mientras sigo pim, pam, pim, pam, haciendo mi trabajo con mi bolígrafo rojo y el granizo ya apunta a realidad en el horizonte y Michal Golas agacha la cabeza y tira para adelante.
Una buena metáfora.
La vida es una mierda en esta mierda de tiempos contemporáneos.
Así que habrá que hacer como el polaco.
Agachar la cabeza, apretar los dientes, mirar hacia adelante. Escaparte. Siempre escaparte, aunque te acabe atrapando el pelotón más de la mitad de las veces.

Por cierto, la parte que me queda de contento corresponde, como podéis ver, a que por fin recuperé las tildes en mi procesador de texto. Me las arrebató un virus muy agradecido que se me devolvía dos nuevas cada vez que le daba al botón. Ahora ya puedo escribir sin maldecir, así que espero recuperar el ritmo, y mantenerlo, durante todo el mes, para intentar arrebatarle el Giro a Purito.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Radamel Falcao

Así, en caliente. Si os soy sincero, lo que más me gustaría ahora es tener las palabras justas para aliviar la pena de la gente a la que más aprecio. Los H, M, R, incluso a mi madre que se asomaba a la ventana, nuestro vecino bloggero que lo veía solo desde una habitación oscura en una universidad extranjera, R y V a los que me he cruzado ya volviendo a casa, mi amigo D desde la ciudad del vencedor, mi otro amigo, E, que hoy me ha regalado una camiseta del Athletic y él se ha puesto otra aunque su corazón no lleva franjas, todos los aficionados que se han dejado dinero en marchar hasta Bucarest o para brindar en cualquier lugar, incluso para los propios jugadores y empleados del club... Me gustaría tener palabras de alivio para todos ellos porque yo, y ya lo avisé, lo llevo extrañamente bien. Estoy patéticamente acostumbrado a los desencatos. Ya dije que me preocupaba más cómo reaccionaría ante la alegría que ante la desgracia. Y no es un escudo ridículo para librarme de la pena por la derrota, es lo que sentía por dentro. Estoy bien, triste, pero animado. Aún no sé cómo me sentiré cuando el resultado sea distinto. Me gustaría tener palabras de alivio para todos los que no lo llevan tan bien como yo, pero no las tengo. No tengo ninguna palabra mágica. No puedo terminar con una frase contundente que le de la vuelta al resultado, y a los sentimientos que los goles provocan. 
Dice Nacho Vegas en su último disco que siempre hay dos bandos. Yo lo repito: el de los que ganan, y el de los que pierden. A nosotros nos ha tocado ser de los que pierden. Ellos han ganado con todo merecimiento. Han metido tres goles y nosotros ninguno. Podemos volver a darle vueltas a muchas cosas, pero es lo que hay. Yo, personalmente, solo puedo terminar con una sola cosa: nadie, ni nada, ningún resultado, ningún gol, podrá quitarme la ilusión. Una ilusión quizás desesperada, utópica, irreal, racional, pasional, proporcional o no, pero la tendré siempre. Y nunca podré evitar la emoción que provoca el capricho de un balón que golpea un jugador al que no conozco personalmente, pero reconozco como una parte pilar de mis pasiones primitivas. 
Volverá, porque volverán. Pasen treinta años o uno. Volverán las mismas circunstancias y estaremos ante los mismos litigios. Apostando los mismos sentimientos, y recibiendo lo mismo, o quizás algo mejor. Pero estaremos en el mismo lugar y con la misma actitud, aunque intentemos evitarlo. 
No sé qué más decir. Felicitar al Atlético de Madrid porque se ha merecido la victoria. Y agredecer al club del que soy aficionado, desde su presidente hasta sus jugadores, por haber llegado hasta donde han llegado y porque, estoy seguro, de que volverán a intentarlo la próxima vez. 
No tengo mejores palabra que ofrecerles. Ni tan siquiera voy a releer las que acabo de escribir porque no van a conseguir significar más de lo que significan: un atajo demasiado largo para intentar evitar la tristeza. Mañana sale el sol, y yo pienso mirarle a la cara, aunque no sonría tanto como Radamel Falcao.
Athletic, beti zurekin!

martes, 8 de mayo de 2012

Daniele Bennati (y Franck Schleck)



¿A que les sientan bien a los dos?
Ya hablaremos del gobierno.
Por ahora, os dejo.
En la tele de mi casa,
una Samsung que compramos blanca
que compramos por capricho
Meryl Streep
es
Margaret Thatcher
y yo
un inquieto fumador que no sabe
muy bien
qué pensar. 

lunes, 7 de mayo de 2012

Carlos Jiménez


Terminó la liga regular de la ACB y ya nos preparamos para los play-off, pero alguno seguro que anda soñando que el día de ayer no existió y se puede viajar en el tiempo para cambiar las cosas.
Y es que la última jornada de la liga ACB nos dejó una noticia que, no por esperada (había posibilidades pero estaba muy complicada la cosa), dejó de ser sorprendente (y dolorosa para muchos): el Estudiantes descendió a LEB Oro por primera vez en sus 64 años de existencia.
Durante esos sesenta años, el Estudiantes siempre ha hecho bandera de su filosofía. Un club de cantera, mantenido con cierto espíritu romántico y alentado por una joven afición que demostraba un alto nivel de fidelidad. Los primeros años, llamémoslos de modernidad, del baloncesto español, vivieron alguno de los mejores años del club madrileño, aunque, de manera repetida, los éxitos se veían acompañados por las fugas de jugadores que aceptan ofertas más sabrosas de otros equipos. Sin embargo, el equipo parecía no resentirse y aún aguantaba en la élite, en ocasiones, con un alto nivel competitivo. Nombres como los Reyes, Pablo Martínez, Orenga, Nacho Azofra, Rickie Winslow, John Pinone, Chandler Thompson, Hernán Jasén, José Miguel Antúnez, Danko Cvjeticanin, Alberto Herreros... ocuparán siempre un hueco en la historia del baloncesto profesional en España y, muchos de ellos, lo habrán conseguido mientras cosechaban éxitos con la camiseta del club de Ramiro de Maeztu. Uno que no está en esa lista, y que ayer lloraba desconsoladamente, era Carlos Jiménez. De hecho, una de sus frases quizás resuma la historia de este equipo cuando decía que el descenso, precisamente, le daba valor a lo que habían hecho hasta entonces. El caso es que los últimos años la institución sufría continuos conflictos a nivel administrativo y la situación deportiva parecía ir en consonancia. Al final, ayer, se consumó el descenso, para desgracia de la afición estudiantel, y alborozo de los otros equipos que se jugaban el descenso. El partido fue un resumen de la temporada y de la situación del equipo: empezaron de manera espectacular, cayeron, consiguieron levantarse, rozaron la épica, y se hundieron de manera trágica en los minutos finales. Los triples que entraban al principio, no entraban al final, y UCAM Murcia mantenía un nivel sólido y continuo que acabó por minar la resistencia madrileña.
Al margen de esta noticia, quedaban los que la disfrutaron: los que se salvaron. UCAM Murcia salva un proyecto que su presidente defiende como digno de confianza. Fuenlabrada estará un año más en ACB a pesar del sufrimiente y alguien me dijo que los gallegos del Obradoiro ya lo tenían conseguido desde la semana anterior.
En la otra punta de la clasificación, bailaban las posiciones para entrar en play-off. CAI Zaragoza y Unicaja le disputaban el último puesto al Lucentum Alicante, y no lo lograron. CAI Zaragoza llegó a estar cerca, pero los hombres de Bidorreta apretaron los dientes y gracias al base Llompart consiguieron una más que merecida clasificación. Han ido de más a menos, pero su más a principio de temporada fue grandioso. Una vez más, se confirma la calidad como entrenador de Txus Bidorreta. El resto se jugaban las posiciones que colocan en buena situación para la disputa de los play-off. Todo estaba claro para los tres primeros puestos, pero quedaba pendiente saber quién ocuparía el cuarto. Lo disputaban Bilbao, Valencia y Sevilla, tres ciudades que aspiraban a recibir el factor cancha. Gescrap quería conseguirlo venciendo a sus vecinos del Caja Laboral que ya habían asegurado la tercera plaza, pero lo que consiguieron fue un rapapolvos de los que te ponen en una encrucijada: o bajas la cabeza o echas espuma por la boca. Más aún cuando no solo perdieron el cuarto puesto a manos de Valencia, si no que se dejaron el quinto, quinto que se llevaron otros vecinos, los de Donostia. Ahora, el cuadro ha vuelto a emparejar a bilbaínos y vitorianos, por eso recalco que ahí quedará la oportunidad de demostrar cómo reacciona el equipo ante una derrota por treinta puntos. Eso sí, Caja Laboral ha mejorado muchísimo con el regreso de Maciej Lampe, la recuperación de Pablo Prigioni y el fichaje de Andrés Nocioni, ahí es nada. El reto será muy difícil para los bilbaínos.
Con todo esto, los emparejamientos han cruzado al Barcelona con los meritorios de Txus Bidorreta, que no por celebrarlo, regalarán su derrota; al Real Madrid con el Banca Cívica y esperando el regreso de un Joan Plaza que no acaba de sacarle a su equipo todo lo que parecía que podía dar pero ahí lo tiene entre los ocho primeros; el derby vasco; y un duelo de jóvenes entrenadores entre Velimir Perasovic y Sito Alonso que seguro que depara buenos partidos.
Por lo demás, cabe señalar que quitando los partidos dramáticos que ya hemos mencionado, la última jornada siempre suele ser una buena oportunidad para celebrar estrenos y debús varios, o minutos más o menos para jugadores que normalmente no cuentan con minutos. Así, Haukur Palsson en Manresa, Jorge Sanz en el Real Madrid, Radovan Kouril, Alberto Jódar y Germán Miñarro en Alicante, Lander Lasa, Julen Olaizola y Yaroslav Korolev en Lagun Aro, Larry Abia en Valencia o Víctor Arteaga en Valladolid contaron con minutos en esta última jornada.

Ahora, a esperar que en nada comiencen las eliminatorias. Otros, deberán ir reponiéndose de la tragedia y mirando al futuro, aunque yo no soy quién para dar consejos. Yo me quedo con la lección: el lado más áspero de invertir todas tus ilusiones en proyectos que, a veces, se sustentan demasiado en valores que, hoy en día, no parecen tener viabilidad en el mundo moderno. No lo digo como algo negativo, pero sí como algo peligroso. Y lo digo porque, como aficionado, lo soy, aunque sea en otro deporte, a un club que guarda ciertas similitudes con éste y que tiene los mismos peligros aguardándole en alguna esquina oscura del futuro. Esperemos que, cuando lleguen, podamos evitarlos, o superarlos, como seguro que el Estudiantes lo supera más pronto que tarde.

sábado, 5 de mayo de 2012

Amar'e Stoudamire

Empezó el play-off por el título en la NBA y yo aún no había dicho ni mú. Tras una temporada regular más corta de lo normal por culpa del lockout, los primeros partidos de las rondas finales han dejado un poco de todo: Amar’e Stoudamire se lesionó por cabrearse y romper un cristal, Andrew Bynum se marcó 10 tapones en un solo partido, Dirk Nowitzki casi se zurra con Serge Ibaka, Metta World Peace vive los partidos vestido de calle tras destrozar su apellido y casi el cráneo de James Harden, LeBron James se exhibe en New York, Derrick Rose cambia todos los planes y a Marc Gasol le toca el culo un espectador. Lo dicho, un poco de todo.

En la eliminatoria Miami Heat-New York Knicks las cosas parecen estar muy claras para desgracia de Spike Lee. LeBron James se ventiló el primer partido él solo, en el segundo tuvo la ayuda de Dwayne Wade y Chris Bosh, y otra vez se bastó él mismo para dejar la eliminatoria en 3-0 tras viajar al Madison Square Garden.

En la que enfrenta a los Bulls con los Sixers todo cambió en un segundo. El primer partido fue para los Bulls que controlaron el encuentro gracias a que Derrick Rose estuvo bien acompañado por Luol Deng y Richard Hamilton. Sin embargo, el destino le guarda un resbalón inesperado a los de Chicago y la grave lesión de Derrick Rose ha caído como una maldición en el equipo. Los dos siguientes partidos han sido para unos Sixers en los que Jrue Holiday hace y deshace ahora que no tiene a Rose delante y Joakim Noah y Carlos Boozer no son suficientes.

También han remontado los Celtics, que empezaron perdiendo el primer partido ante los sólidos Hawks. Un primer partido monumental de Josh Smith, con 22 puntos y 18 rebotes, hizo inútiles las buenas actuaciones de Rajon Rondo y Kevin Garnett. Sin embargo, los Celtics nunca se rinden y han ganado los dos siguientes con oficio. El duelo Paul Pierce-Joe Johnson está siendo de altura y en ambos ha acabado llevándose la victoria el veterano alero de los de Boston, con especial mención a su segunda actuación con 36 puntos que recordaron a sus mejores tiempos.

La espantada de Dwight Howard ha dejado a los Magic un poco huérfanos y a los Pacers con una buena oportunidad de pasar de ronda. Sin embargo, el primer partido se quedó en Orlando y saltaron las dudas, pero con Larry Bird entre el público en el tercer partido, los Pacers confirmaron que están dispuestos a superar esta ronda y ya lideran la serie por 2 a 1. Jameer Nelson, Glen Davis y Jason Richardson fueron los artífices de la sorpresa en el primer partido, pero George Hill primero y Roy Hibbert después, y Danny Granger y David West siempre, aparecieron para devolverle el liderato a los Pacers.

Los Lakers parecía que iban a eliminar a los Nuggets por la vía rápida, pero los de George Karl no están por la labor y anoche se impusieron para dejar la eliminatoria en 2-1. En el primer partido, Bynum se llevó los elogios con un triple doble de 10 puntos, 13 rebotes y 10 tapones, aunque Kobe Bryant con 31 puntos fue el que apuntaló una victoria a la que también colaboraron Pau Gasol, con 13 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias y Jordan Hill desde el banquillo. Danilo Gallinari no pudo hacer más. En el segundo, Mike Brown solo utilizó ocho jugadores y con ellos les sobró para encadenar la segunda victoria. Gasol aportó otros 13 puntos y 10 rebotes, Bynum se olvidó de la defensa y se dedicó al ataque (27 puntos) y Kobe Bryant hizo lo que sabe: 38 puntos, con 15 de 29 en tiros. Esta vez fue Ty Lawson el que más resistencia puso. Con la eliminatoria en Colorado, las cosas parecen haber cambiado. Ty Lawson se volvió a salir y contó con la sorprendente ayuda de JaVale (chistes fáciles, vaya nombre) McGee con 16 puntos y 15 rebotes desde el banquillo. Gasol, Bynum, Bryant y Sessions volvieron a ser la base del juego de los Lakers.

Los que si tienen bien encarada su clasificación son los Oklahoma City Thunders para pataleta del televisivo Mark Cuban. Kevin Durant y Serge Ibaka están convirtiéndose en una pareja letal y Dirk Nowitzki no encuentra la forma de superarles. Los dos primeros partidos fueron muy apretados. Durant, Ibaka, Westbrook y Harden consiguieron 94 de los 99 puntos de su equipo y los 25 de Dirk Nowitzki no fueron suficientes para llevarse la victoria en la primera disputa. En el segundo, la dupla Durant-Westbrook volvió loca a la defensa de los actuales campeones donde Nowitzki volvió a ser el mejor. Los de Dallas aspiraban a retomar la victoria en el tercer partido, pero de nuevo la defensa de Ibaka y el ataque de Durant y Westbrook dejaron en nada el esfuerzo de la estrella alemana que esta vez se quedó solo en 17 puntos. No parece que sean capaces de revalidar título y, por el contrario, los de Oklahoma certifican que su segundo puesto en la liga regular les convierte en candidatos a la lucha final.

Otra eliminatoria que parece bien encaminada es la que enfrenta a los Spurs contra los Jazz de Utah. Solo se han jugado dos partidos, ambos en San Antonio, y en los dos los Spurs se han llevado el triunfo final con rotunidad. Tony Parker se lució en el primero y los Jazz sobrevivieron gracias a Millsap, Jefferson y Hayward. El segundo fue un concierto bien afinado donde hasta siete jugadores entrenados por Popovych superaron los diez puntos: Keith Leonard, Tim Duncan, Boris Diaw, Danny Green, Tony Parker, DeJuan Blair y el exazulgrana Gary Neal. Huele a que los Jazz se conforman con haber alargado la temporada hasta aquí y los Spurs se resisten a despedir una generación sin saborear por última vez el éxito.

La que queda es la más igualada hasta el momento, pero solo se han disputado dos encuentros y el tercero tendrá lugar hoy mismo. Primero se llevó el gato al agua Blake Griffin tras una remontada espectacular. Los Grizzlies de Marc Gasol llegaron a ir ganando por 27 puntos y se dejaron arrebatar la victoria final. Rudy Gay, Marc Gasol, Mike Conley y OJ Mayo controlaron el partido hasta que se vinieron abajo y el trabajo de Griffin, Chris Paul y un sorprendente Nick Young obró el milagro. Eso sí, en el segundo se vengaron los de Memphis para dejar la eliminatoria igualada a expensas del partido clave de hoy. Gasol hizo un partido flojo, pero Rudy Gay, OJ Mayo y Mike Conley se bastaron para superar el buen partido de la pareja Griffin-Paul.

Queda mucho por delante y aún habrá más sorpresas, anécdotas y curiosidades. Las cosas apuntan a un duelo Spurs-Thunders en el Oeste y a una reválida más para que LeBron James demuestre que no le tiembla el pulso cuando llegan los momentos importantes, como muchos le critican. Veremos si se cumplen estos pronósticos o las históricas escuadras de Boston en el Este y Lakers en el Oeste responden con eficiencia al peso de su leyenda. Si no me da el tabardillo de la pereza, lo contaremos.



martes, 1 de mayo de 2012

Stiliyan Petrov


De quien realmente quería hablar era de Raúl González Blanco. Ya de paso, también quería comentar la noticia de la temporada. Pues claro, hablo de Josep Guardiola. Pero, al final, ninguno de los dos va a encabezar la entrada porque ya lo hicieron. Así que hablando de retiradas, he optado por titular con Stiliyan Petrov, el jugador búlgaro del Aston Villa, ex del Celtic y del CSKA de Sofía que sufrió una fiebre repetina allá por marzo y se le diagnosticó una leucemia aguda.
Ninguno de los tres realmente se ha retirado, aunque parezca que sí. A Raúl le despidieron con honores en el Veltins Stadium y solo faltaron las salvas marciales. Guardiola anunció que renunciaba a renovar por su club y que necesitaba llenarse porque se había vaciado durante estos cuatro años. La metáfora es suya. Por último, Sky anunció que Petrov se retiraba, aunque fuentes cercanas al jugador dijeron más tarde que lo único que hacía es abandonar temporalmente el fútbol para luchar por su vida.
Quizás Raúl acepte algún jugoso contrato exótico para iniciar una última experiencia futbolística y ahorrar algo de dinero para la jubilación. Puede que el sabático de Guardiola no dure mucho y acabe por aceptar una oferta que le retire de su balneario secreto en Santpedor. Por último, creo que todos deseamos la pronta recuperación de Petrov y que, si está en su ánimo, vuelva a Birmingham para retirarse con los borceguíes puestos.
Lo de Petrov no ha dado lugar a polémica de ningún tipo, pero sí lo de Raúl y Guardiola. Por lo menos, son pocos los que han evitado la oportunidad de comentarlo. Si se reunen todas los glosas que se han dado de ambos casos, nos da para ganarle al libro de Petete que, como saben los de mi generación, era bien gordo. Pues bueno, como el ser humano es estúpido por naturaleza y yo soy bastante humano, me he apuntado a la mía y va mi glosa para la colección.
Que a Raúl le despidieran con tanta efusividad en las minas alemanas, también me sorprendió. A cualquiera que haya mamado fútbol casi tanto como leche desde que nació, sabe que los halagos en el mundo del fútbol, suelen ser a veces exagerados y otras veces injustos. Que en el club de Klaus Fischer, Klaus Fichtel y Olaf Thon, despidan así a un español que apenas ha jugado dos temporadas y ha conseguido un título de Copa puede parecer sorprendente y exagerado, sí. En poco más de 60 partidos, casi alcanza la cifra de 30 goles, pero aún ha quedado lejos de otros goleadores que no alcanzaron al histórico Fischer pero superaron al madrileño como Ebbe Sand, Kevin Kuranyi o su compañero Klaas-Jan Huntelaar. Lo dicho, aparentemente sorprendente y exagerado.
Para muchos, también ha sido sorprendente y exagerado que Pep Guardiola anuncie que necesita descanso después de cuatro años de trabajo plagados de éxitos. Muchos comentan que Guardiola ha pecado de egoísmo, otros ponen en duda su carácter, los hay que se sienten traicionados, también están a los que simplemente les molesta que no hayan sido ellos los que hayan dado la exclusiva y, en general, la gente da por buena sus justificaciones aunque no con mucho convencimiento. No miento si digo que creo que muchos no se explican cómo solo pueden ser esas las razones, y cavilan al respecto de desavenencias en el vestuario, en las oficinas o hasta en los cielos. Ya lo dijo Pinto, que si les hacemos caso a los mayas, más que hablar de fin de ciclo, podemos hablar de fin del mundo.
¿Y de qué va mi glosa?
Mi glosa va, como siempre, de quedarse a medio camino de uno y de otros. Que a Raúl le despidan del Schalke 04 con coros y trompetas, banderas y pancartas, sorprende. Sí, y puede que sorprenda porque parezca exagerado, pero no lo es. No lo es desde que él acepta la despedida con lágrimas en los ojos y uno de sus hijos en brazos. Si participas de la despedida es porque el sentimiento es mútuo y eso de por si da razón del vínculo que ha habido. Los números de Raúl en Alemania no son mediocres, ni tan siquiera vulgares, son buenos, más que buenos. No hay muchos jugadores que hayan superado sus medias por mucho que estas se reduzcan a dos años. Y que solo haya ganado una Copa es solo un ángulo inclinado por el que se puede leer un hecho. Yo cambio lo de que "y solo ha ganado" por que "y encima ha ganado". Que me la den a mí si nos parece poco. Que se quede sin ella Guardiola para despedirse y me la den a mí, que digan que Bielsa "solo ha ganado una Copa", ya verás como doy palmas con las orejas. No creo que nadie en el Schalke 04 considere que eso es poco. Pero no solo las matemáticas y las estadísticas explican por qué se merecía Raúl una despedida como esa y porque, en realidad, no es sorprendente ni exagerada. Y es que a estas alturas de su carrera es imposible que haga algo sin que se recuerde lo que hizo antes. Y cada gol que metía en Alemania evocaba los que metió en Madrid, y abultaba aún más su currículo y su perspectiva histórica. Por eso, aunque le despidieran de la Bundesliga, quizás le estaban reconociendo muchas otras cosas que hizo anteriormente. Por último, cualquiera que viera la eliminatoria que enfrentó al Athletic con el Schalke 04 y no se deje llevar por posturas extremistas de ningún perfil, fue capaz de advertir algo incluso más relevante que los tres goles que marcó entre los dos partidos. Raúl fue el auténtico líder del equipo, y no solo por eso que conceden los años de experiencia y la veteranía, si no por algo que siempre fue innato en él y que luego perfeccionó con el tiempo: la sinceridad en el esfuerzo. Su comportamiento fue magnífico dentro y fuera de la cancha y se ganó la ovación de San Mamés tanto como se ganó los pitos de algunos, pitos que no hacían más que recordar los años de rivalidad que vivió con otra camiseta y que muchos no olvidan.
Termino con una opinión muy personal: Raúl no le vendría nada mal al Real Madrid actual. Y no solo hablo de lo futbolístico. Todo es futbolístico, tío.
Quizás porque todo es futbolístico y ese adjetivo es horroroso, la otra noticia tuvo aún más alcance, y el anuncio de la no renovación de Guardiola alcanzó niveles de repercusión que no por esperados y barruntados sorprenden menos. Quizás también parecen exagerados. La carrera profesional de Guardiola hasta ahora se sostiene solo por la vía estadística, casi igual que la de Raúl. Alguien que gana todos los títulos posibles en su primer año como entrenador profesional y que, en los siguientes, alcanza el mismo nivel de excelencia, no necesita reforzar sus argumentos con el modo, pero él lo hizo. Gente que entiende mucho más que yo de fútbol, incluso mucho más que todos los que, como yo, tienen su propia glosa, subrayan lo que Guardiola ha ofrecido de nuevo al mundo de fútbol y lo que ha recuperado de viejo. Sus éxitos han sido poesía de la buena, no porque yo busque ser exagerado, si no porque han tenido tanta importancia la forma como el contenido. Sus razones para marcharse a mí me parecen suficientes, creíbles y válidas. Nadie puede ponerla en solfa porque son tan personales como factibles. Nadie que no sea él ha ocupado su lugar en su preciso momento y con sus correspondientes circunstancias. Un hombre de club que acepta la responsabilidad de macerar un equipo que acaba acaparando los focos de todo el expectro futbolístico (otra vez el adjetivo) a nivel mundial. Las exigencias de esa posición no solo han hecho mella en su peinado, también debajo, y yo, por lo menos, entiendo su postura y sus razonamientos. Además, ¿quién va a exigirle más? ¿Más de lo que ha dado? A cambio, le han pagado bien. Ahora, dejará de cobrar, y también dejará de verse obligado a ganar títulos y responder a las expectativas de un equipo que ama como ninguno. Lo que le quede por delante es de oficio y de justicia que solo le competa a él.
Todo queda por ver, en resumen, y lo que ya hemos visto, nos ha dejado lo suficientemente asombrados y satisfechos. Y, por cierto, hay una retirada que me tiene más excitado: la de Steve Nash. Nash, tío, si quieres seguir jugando al baloncesto, vente por aquí, dejanos disfrutar de tus asistencias un par de años y olvida el desierto de Arizona. ¿Que no?