jueves, 27 de junio de 2013

Aitor Karanka



Este sábado a partir de las 20:00 horas y en directo por MARCA TV (y no es que quiera hacer publicidad) se disputa la final de Copa 2013 de categoría juvenil. El partido tendrá lugar en el campo de las Viñas de Vera, en Almería, y enfrentará al Real Madrid que entrena el catalán Luis Miguel Ramis (ex jugador de, entre otros, el propio Real Madrid, el Tenerife, el Sevilla, el Dépor o el Rácing) y al Athletic Club que entrena Gontzal Suances (también exjugador del club para el que ahora trabaja de entrenador, además de Rácing, Ourense o Eibar). 
¿Por qué Aitor Karanka entonces? Ha jugado en los dos equipos, ¿no? Pero es que, además, Karanka fue campeón de la misma competición y en la misma categoría con el Athletic Club y hace más bien poco, en el año 2010, cuando los dos mismos equipos se disputaban la misma final, Aitor Karanka, quien ya ejercía como segundo de José Mourinho en el Real Madrid dijo aquello de  "No tendré el corazón dividido, y tampoco lo tendré este año en los partidos de Liga entre Real Madrid y Athletic. Espero que gane el Athletic, por lo importante que es para la gente que va a ganar sobre todo, para la que viene por detrás y para Lezama" (las declaraciones las realizó en una entrevista para el diario DEIA pero yo he tomado el corta y pega para esta cita de la edición del MARCA Digital del 23/06/2010) y se montó la marimorena en Madrid, claro. 
Precisamente el primer periódico que mencionaba, el Deia, publicaba hoy un curioso artículo rememorando las últimas finales de Copa en categoría juvenil que ha jugado (y ganado) el Athletic. Pero antes de hablar de ese artículo, quizás convenga decir que no hay que confundir la Copa del Rey con la Copa de Campeones, una fase final por el título nacional que se disputa en terreno neutral y en la que se enfrentan los siete ganadores de las diferentes ligas juveniles y el mejor segundo. La Copa del Rey o Campeonato Nacional se disputa después de la Copa de Campeones y en ella toman parte dieciseis equipos, los campeones y subcampeones de cada uno de los siete grupos territoriales en los que se divide la categoría y los dos mejores terceros. Se comienza con unos octavos de final a doble partido y se termina con una final a partido único. El FC Barcelona es el equipo que más títulos de Copa del Rey Juvenil posee con un total de 18, seguido por el Real Madrid con 11. El Athletic es tercero con 9. Sin embargo, las últimas victorias del Real Madrid se remontan a principios de los años noventa, en concreto (1991 y 1993), mientras que la última victoria de Copa del Athletic ocurrió en 2010 (eso sí, habían pasado 18 años desde la anterior, en 1992) y es que desde que estrenamos siglo XXI, y a excepción de dos victorias para el Sevilla y una para el sorprendente Albacete, la Copa ha estado dominada por los equipos catalanes (Barcelona y Espanyol).
Volviendo al artículo, en él, el periodista Arkaitz Garmendia señala que todos los títulos de Copa Juveniles han dado lugar a un importante desembarco de jugadores para la primera plantilla del Athletic, y se remonta hasta los años sesenta para explicar cuántos jugadores que ganaron la Copa en las diferentes ediciones acabaron por debutar en el primer equipo, lo que es un logro en sí, aunque muchos de ellos después no tuvieran una carrera muy extensa en el fútbol profesional. 
En esta entrada, yo quería remontarme menos y repasar cómo fueron las tres últimas finales de Copa de Juveniles que ha jugado el Athletic, la que ganaron al Real Madrid en 2010, la que perdieron ante el Sevilla un año antes y la que consagró la figura de Julen Guerrero allá por el año 1992. Fijándonos tan solo en los jugadores que disputaron o estuvieron convocados en la final nos podemos hacer una idea de la poca cantidad de jugadores que consiguen superar los últimos peldaños de su formación y acceden desde juveniles al fútbol profesional. 
Empezando por el principio, nadie que no sea aficionado del Athletic y que pertenezca a mi generación, puede haber olvidado el significativo título de Copa del Rey que los juveniles de la temporada 1991-1992 consiguieron en una final ante el Betis. En un gélido Estadio de los Pajaritos en Soria, el Athletic se adelantó con gol del que ya empezaba a despuntar como auténtica estrella de la cantera, Julen Guerrero, y recibió el empate después con un autogol de Patxo Fernández de Larrinoa. Los bilbaínos que entrenaba el hoy director de Lezama, José María Amorrortu, consiguieron el trofeo en la tanda de penalties. 
En aquel Betis jugaban varios jugadores que conseguirían labrarse después una carrera profesional, ya fuese en Primera, más bien pocos, como en Segunda o Segunda B. Miguel López Bernal llegó al Betis B y después jugó en Segunda B con el Atlético Marbella, Aurelio Santos jugó en el Badajoz, Castellón, Salamanca, Levante o Xerez, Quico debutó con el Betis en primera, aunque fueran un puñado de partidos, Cipri jugó en Marbella, Algeciras, Jaén o Toledo, además de vivir aventuras en Gales o Grecia, Jesús Sánchez jugó varias temporadas en Primera con el Valladolid... Pero mejor nos fijamos en los que jugaron para los campeones, el Athletic:
En la portería jugó Jon Gorbea, que no llegó a debutar en el primer equipo y que, si no recuerdo mal, no llegó a jugar más allá de la Segunda B. En defensa, Javier Ruiz Otxoa, quien jugaría varios años en segunda (Ourense, Toledo, Córdoba o Gimnastic), Patxo Fernández de Larrinoa, quien se retiraría muy temprano, Aitor Karanka, cuya gran carrera en el Athletic, Real Madrid (y Colorado Rapids) ya conocemos todos, , Txutxi Díez de Mier, quien llegó a jugar diez partidos en Primera con el Athletic para jugar luego, entre otros equipos, en Lleida, Badajoz y Hércules, y Jon Ander Lambea, 14 partidos con el Athletic en primera y una posterior carrera en segunda división (Leganés, Eibar, Almería y Ourense). En el centro del campo jugaron aquella final Edu Martínez, del que poco más sé, y Andrés Martínez, del que no sé mucho más, aunque sé que este, por lo menos, jugó con el Baskonia en Tercera. Junto a ellos, uno que apuntaba a ídolo de la afición, pero no llegó a cumplir con las expectativas, Mikel Kortina. Fino, rápido, elegenate y habilidoso, muchos creían que tendría continuidad en la primera plantilla pero, aunque llegó a debutar, no consiguió establecerse. Jugó 8 partidos en primera división y marcó un gol. Con el Eibar, el Osasuna y el Murcia también jugó en Segunda división. Por último, dos jugadores se encargaban del ataque de aquel equipo, el mediapunta y estrella del mismo, Julen Guerrero, del que no hace falta repasar su carrera para saber qué ascendente consiguió en el club y que puesto ocupa ya en la historia del mismo, y el tanque Aitor Huegun, quien llegó a jugar cuatro partidos en Primera con el Athletic hasta terminar retirándose en el Lemoa en Segunda B y según leí hace unos años en algún periódico, se dedicaba ahora a conducir un taxi por Donostia. Antes de su despedida, Huegun pasó por un carro de equipos, algunos en Segunda División (Mallorca, Eibar o Elche) y otros en Segunda B (Granada, Motril, Cartagonova, Lorca, Real Unión y Barakaldo, además del Lemoa). Aquel fue el once inicial, pero en la segunda parte también jugaron dos jugadores que llegarían a debutar en Primera con el Athletic, uno ya lo hemos mencionado porque ahora es precisamente el entrenador, Gontzal Suances, y el otro fue Gorka Bidaurrazaga, quien llegó a jugar cuatro partidos en la temporada 1995-1996 para después buscarse el pan por Lleida, Elche, Torrelavega, Cáceres, Amurrio o Portugalete. Por cierto, que en aquella plantilla, aunque no jugara la final también estaba Jon Andoni Pérez Alonso, "Bolo", quien, quitando a Julen Guerrero y Aitor Karanka, se convertiría en el jugador de esta generación con mejor bagaje en primera, un total de 70 partidos y 11 goles con el Athletic y 128 partidos y 34 goles con el Rayo Vallecano si mis datos son correctos (Bolo-Bolic, quién no se acuerda). 
En resumen, aquella generación y, en concreto aquella final, le dio al Athletic dos jugadores de gran valor, Julen Guerrero y Aitor Karanka, y alumbró un buen puñado de jugadores que consiguieron hacer, en mayor o menor medida, una buena carrera en Primera (los menos, aunque hubo bastantes debutantes) y en Segunda división. La verdad es que no está mal el porcentaje. 
Como dije al principio hubo que esperar 18 años para volver a ver al equipo juvenil A del Athletic ganando una final, y un año menos, para verle disputándola, ya que, en 2009, los rojiblancos jugaron el último partido de la competición, el que tuvo lugar en el Estadio Francisco Bonet de Almuñecar (Granada) y que perdieron ante el Sevilla por 3 a 2. 
Si no me equivoco, en aquel Sevilla estaban el reciente fichaje del Aston Villa, el defensa central Antonio Luna, el sorprendente extremo que tan buena temporada ha hecho cedido en el Barcelona B, Luis Alberto, y que le ha valido jugar en el Liverpool la temporada que viene y Rodrigo Ríos, alias Rodri, quien también ha jugado en el Barcelona B, y en Inglaterra en el Sheffield Wednesday y ahora está en Zaragoza.
El Athletic se adelantó con gol de Jon Xabier Vidal, empató el Sevilla por medio de Luis Alberto, se volvieron a adelantar los bilbaínos con un gol del delantero centro Jon Etxaniz pero dos goles de Rodri, el segundo en la prórroga le dieron la victoria final al Sevilla. 
En aquel Athletic formaron el equipo de la final lo siguientes jugadores: Jon Villanueva en portería, Unai Medina, Jon García, Jonás Ramalho y Jon Aurtenetxe en defensa, Iván Miñés, Erik Morán, Gorka Eraña e Iker Uribarren en el centro del campo; y Jon Xabier Vidal y Jon Etxaniz como delanteros. En la segunda parte jugaron Bilbo, Álvaro Peña y Andoni Presa. 
De todos ellos, varios aún siguen escalando en Lezama. Esta misma temporada, muchos de ellos han formado parte del Bilbao Athletic que con tanto éxito a dirigido José Ángel Ziganda. En concreto, Jon García, Erik Morán, Jon Xabier Vidal, Álvaro Peña y Jon Etxaniz. Etxaniz se ha pasado la temporada en blanco, después de regresar de una fructífera cesion en Sestao. Jon García ha sido titular en muchos partidos. Jon Xabier Vidal y Álvaro Peña han debutado con el primer equipo en competición europea. Y Erik Morán, quien ahora negocia su continuidad en Lezama, ambicionando un contrato profesional, ha llegado a debutar también en Liga. Otros, como Jonás Ramalho y Jon Aurtenetxe forman ya parte de la plantilla profesional. Aurtenetxe, a sus 21 años, ya ha jugado 68 partidos con el primer equipo y ha marcado dos goles. Ramalho, con un año menos, ha disputado ocho partidos con el primer equipo, seis de ellos esta misma temporada. El resto aún busca su oportunidad: Jon Villanueva juega en el Real Unión, Iván Miñés juega en el Cortes de la Tercera navarra, Andoni Presa dejó Lezama y no sé si el fútbol, Aitor González Bilbao "Bilbo" juega ahora en el Portugalete, Iker Uribarren marchó al Lagun Onak pero no sé si sigue allí y Gorka Eraña y Unai Medina han estado esta temporada cedidos en el Barakaldo de la Segunda División B. La buena temporada de Unai Medina, por cierto, ha hecho que se disparen los rumores, se apunta a ofertas de Segunda división, al parecer, le siguen equipos como Numancia y Girona. 
Aún es pronto para sacar conclusiones, y muchos de estos jugadores aún tienen sus carreras pendientes. De todas formas, alguno de ellos, ya tuvo una segunda oportunidad, de mano del mismo entrenador, Bingen Arostegi, cuando al año siguiente, 2010, el Athletic volvió a repetir en la final de la Copa. Esta vez, su rival fue el mismo que el sábado tendrán enfrente, el Real Madrid, y el partido se disputó, como ya he dicho, en Granada. Ganó el Athletic por 2-0, con goles de Aitor Villar y Álvaro Peña. 
Aquel Real Madrid estaba lleno de talento y algunos de sus jugadores aún siguen subiendo escalones en busca del sueño de jugar en el primer equipo: Molero, Jaime, Pacheco, Álvaro López, Lucas, Álex, Óscar Plano, Kamal, Sobrino... Otros ya son jugadores de élite, como Pablo Sarabia en el Getafe o Daniel Carvajal, quien tras triunfar en Alemania, se convirtió en el primer fichaje del Real Madrid para la era post-Mourinho. Dos estrellas de aquel equipo, se buscan el futuro en otros lados: Fran Sol, tras estar cedido en el Lugo, terminó la temporada en el Oviedo; y el jovencísimo portugués Alipio volvió a su país, al Benfica, para acabar cedido en varios equipos, entre ellos, el Al Sharjah de Emiratos Árabes. Peor suerte corrió el andaluz Francisco Capote quien, cuando probaba con el Lucena, sufrió un desvanecimiento que lo tuvo ingresado y le obligó a retirarse del fútbol. 
Como decía, en el Athletic, varios jugadores repitieron y se vengaron de la derrota del año anterior. Fue el caso de los Jon García, Álvaro Peña, Jonás Ramalho, Aitor González Bilbao, Jon Xabier Vidal y Jon Aurtenetxe. Algunos de estos, de los que ya hemos hablado, tuvieron en esta final como compañeros a jugadores que ahora también han compartido equipo con ellos en el Bilbao Athletic de Ziganda, como el portero, Gorka Magunazelaia, Iñigo Egüaras, Guillermo Fernández, Enric Saborit o Unai Bustinza. Iñigo Ruiz de Galarreta ya había disputado tres partidos con el primer equipo de la mano de Marcelo Bielsa cuando se lesionó de gravedad, y el año que viene parte ya con una ficha de la primera plantilla. Urtzi Erleaga, portero suplente en aquella ocasión, ha sido confirmado como portero del equipo filial para la temporada venidera y, otros, como el también portero Jon Altamira, hoy suplente de Xabier Irureta en el Eibar, Joseba Alkuaz, que la última vez que oí hablar de él andaba en la Cultural de Durango, Aitor Villar, quien llegó al Baskonia pero lo cedieron al Barakaldo, o Mikel Goya, ahora en el Balmaseda, por nombrar a algún otro, siguen intentando labrarse un futuro aunque sea en las categorías inferiores del fútbol estatal. 
Esta generación, aún a expensas de ver su futuro rendimiento, consiguió alzar la Copa. Veremos lo que sucede este sábado en Almería. El Athletic cuenta con una nueva generación de jugadores jóvenes que empieza ya a estar en boca de los aficionados aunque alguno de ellos acaba de cumplir la mayoría de edad o aún no lo ha hecho. Unai López y Yanis Rahmani ya han jugado en Tercera con el Baskonia y el primero aún no ha cumplido los 18 y el segundo lo hizo hace un par de meses. Iñaki Williams renovó hace unos días y ocupó titulares en prensa ante su repertorio goleador esta temporada y los cantos de sirena que le llegaban de otras ligas. Jurgi Oteo, al que también tentaron fuera, con 16 años, ya compite en juveniles. Y otros, como el capitán Ander Santamaría, su hermano, quien ha marcado 11 goles con el Baskonia en Tercera esta temporada, Gorka Santamaría, o los Unai Bilbao, Jon Agirrezabala, Asier Etxaburu y compañía intentarán repetir el éxito que ya consiguió Bingen Arostegi dirigiendo a la anterior camada. Enfrente, eso sí, tendrán a un Real Madrid, que se ha reforzado con jóvenes jugadores del Real Madrid Castilla de Segunda división como Cristian Benavente o el delantero Raúl de Tomás. Como siempre, un equipo de calidad que se vio sorprendido en la Copa de Campeones por el a la postre subcampeón, el Celta de Vigo de los Santi Mina y Rubén Blanco. No sé con quién irá Aitor Karanka esta vez, pero, en cualquier caso, el partido se promete apasionante. Si no tenéis nada mejor que hacer, ya sabéis, el sábado, a las ocho, en Almería.

La foto la he sacado de una búsqueda en google y pertenece a www.deia.com. Ale, ¿veis a Karanka? Por cierto, pido perdón por adelantado si alguno de mis datos es incorrecto. No hay mucha información en las hemerotecas sobre los jugadores que disputaron finales de juveniles y no siempre se puede confiar de lo que se encuentra en la red. Si alguien encuentra errores, se le invita a que me los haga ver.

domingo, 23 de junio de 2013

Juan Martínez de Irujo



Lo he elegido por orden alfabético, que conste. No he apostado, ni tengo favorito, ni soy aficionado del uno o del otro. El otro es Aimar Olaizola, conocido deportivamente como Olaizola II. En unas cinco horas, y ya van cinco finales, los dos se disputarán el título del Manomanista en los 38 metros, negros pero relucientes, del frontón Bizkaia, en Bilbao.
Hablamos de uno de los acontecimientos más grandes que se puede vivir en la pelota vasca, un deporte que a muchos les sonará a documental de Julio Medem, a otros a fotografía exótica en las guías turísticas y a unos cuantos a un espectáculo deportivo emocionante y singular. Dos pelotaris, con las manos vendadas, la faja bien prieta y prestos a seguir escribiendo un renglón en la historia de la pelota. 
Como decía antes, ya van cinco, cinco finales en las que estos dos pelotaris, probablemente, los pelotaris más importantes de la pelota contemporánea, se enfrentan cara a cara con ganas de ser los primeros en llegar al tanto número 22. La primera vez que se enfrentaron fue en 2005. Olaizola II ganó a Martínez de Irujo en el Atano III por un apretado 22 a 18. Al año siguiente, y en el mismo frontón, volvieron a citarse para repetir un resultado parecido (22 a 17), aunque esta vez la txapela del ganador se la vistió Irujo. Igual que en 2009, cuando el de Íbero volvio a repetir triunfo ante el de Goizueta, en el mismo frontón pero con un marcador más abultado, 22-12. Finalmente, el año pasado, Olaizola II se tomó la revancha, esta vez ya en el Bizkaia, y devolviéndole la paliza, 22-7. Hoy domingo 23 de Junio de 2013 se romperá un empate que, a buen seguro, tendrá oportunidad de repetir aquel que pierda. 
Ambos tienen más victorias en el Manomanista que las dos que han conseguido enfrentándose entre ellos. Martínez de Irujo fue el primero en estrenarse, allá por 2004, ganando en la final al vascofrancés Xala. Ante el mismo rival consiguió su cuarto campeonato en 2010. Olaizola II solo tiene tres, los dos que consiguió ante su rival de hoy y el que le ganó a Abel Barriola en 2007. Eso sí, el de Goizueta ha jugado más finales, las que ha perdido ante Martínez de Irujo y otras dos que perdió ante Xala y ante Patxi Ruiz. 
No solo por lo que han conseguido en el Manomista, nos animamos a afirmar que puede que estemos ante dos pelotaris que marcarán época, cogiendo el relevo de los duelos entre Patxi Eugi y Rubén Beloki, entre Retegi II y Galarza III, o los más lejanos entre el vizcaíno Azkarate y el guipuzcoano Atano X. Quitando los importantes torneos veraniegos, los campeonatos en categorías inferiores o los regionales, podemos servirnos del Cuatro y Medio y del Parejas para calibrar el palmarés de estos dos deportistas. El Cuatro y Medio es una versión dinámica y vistosa del Manomanista en el que se recorta la longitud del frontón, obligando a que el juego se dispute en lo que generalmente se llaman los cuadros alegres. El Parejas, como su nombre propio indica, es la competición de pelota que disputan dos equipos de dos pelotaris. Junto con el Manomanista, se podría decir que son las tres grandes competiciones de la pelota vasca en su modalidad de pelota mano. 
Olaizola II, más ágil y liviano que Martínez de Irujo, ha demostrado más recursos en el Cuatro y Medio y ya ha ganado el campeonato en seis ocasiones (2002, 2004, 2005, 2008, 2011 y 2012). En dos de esas finales, las de 2008 y 2011, su víctima fue precisamente Juan Martínez de Irujo. Éste, por su parte, también sabe lo que es celebrar el triunfo en esta modalidad, ya que ha conseguido vestirse la txapela del Cuatro y Medio en dos ocasiones, en la edición de 2006, cuando derrotó a Abel Barriola, y en la de 2010, cuando volvió a vencer al zaguero de Leitza. 
Por último, también ambos saben lo que es salir triunfal en el campeonato de Parejas. Sin ir más lejos, este mismo año Martínez de Irujo ha conseguido su cuarto triunfo en la modalidad tras una accidentada final en la que el de Íbero y su compañero, José Javier Zabaleta ganaron un partido que no se disputó del todo al lesionarse con el marcador 6-4 el bravo delantero vizcaíno Pablo Berasaluze, quien completaba la otra pareja junto a Jon Ander Albisu. Como digo, Irujo ya había ganado en otras tres ocasiones, en 2005 haciendo pareja con Fernando Goñi, al año siguiente en un tándem junto a Pedro Martínez de Eulate y en 2009 cuando repitió con Fernando Goñi de compañero. Por su parte, Aimar Olaizola solo ha ganado en dos ocasiones. En 2008, cuando ganó la final en compañía del donostiarra Oier Mendizabal y en 2011 con Aritz Begino como compañero. 
En resumen, Juan Martínez de Irujo ha sido cuatro veces campeón del Manomanista, dos del Cuatro y Medio y cuatro del Parejas, para un total de diez grandes títulos a sus 31 años. Con su 1'86 y con su gran pegada, hace tiempo que muchos creían que podía marcar época. Si las manos le respetan, probablemente los diez que ya lleva, no serán sus únicos titulos. Aimar Olaizola, en conjunto, tiene un título más, porque él ha ganado tres Manomanistas, seis campeonatos del Cuatro y Medio y 2 campeonatos de Parejas, aunque también tiene un par de años más que el de Íbero. Olaizola es probablemente más rápido y ágil que Irujo y su velocidad y reflejos le han llevado a igualar a todo un histórico como Julián Retegui en la jaula, como comúnmente se llama al Cuatro y Medio. Ambos han pasado ya a la historia porque, al fin y al cabo, solo ellos, y Julián Retegui y Fernando Arretxe han conseguido la triple corona del Manomanista, el Cuatro y Medio y el Parejas. 
Sus carreras han ido prácticamente paralelas y volverán a cruzarse, una vez más, y ya van cinco, esta tarde en el frontón Bizkaia de Bilbao. Si no puedes verlo, asegúrate de que te lo cuenten luego. Suerte a los dos y, aunque no venga mucho a cuento, un abrazo y mucho ánimo a la familia, amigos y compañeros de Rufino Murgía.

sábado, 22 de junio de 2013

Efraín Forero



El colombiano Forero fue el primero, allá por 1951. Ganó la primera edición de la Vuelta a Colombia por delante de dos compatriotas, Roberto Cano y Pedro Nel Gil. Desde entonces, y sin contar la de este año, que termina mañana y luego hablamos de ella, se han disputado sesenta y un ediciones. 
Un dato sorprende: solo en tres ocasiones ha ganado un corredor foráneo. Sí, se dice pronto, pero nadie que no sea colombiano ha ganado la Vuelta a Colombia excepto en las ediciones de 1952, 1957 y 2009. Aún es más, en sesenta y un años de historia, y sin contar a los tres ganadores extranjeros de los que hablaré luego, solo en cinco ocasiones ha subido alguien al pódium y no era colombiano: Humberto Varisco, argentino, y segundo en la edición de 1952; José Beyaert, francés, y segundo en la edición de 1953; Fulgencio Sánchez, ciclista murciano que en 1969 ganó la Vuelta a Guatemala, y en 1968 fue tercero en la de Colombia; y Óscar Sevilla y José Rujano, español y venezolano, quienes fueron segundo y tercero en la edición de 2010 que ganó Sergio Henao. Todos los demás, y mira que no ha habido, nacieron en Colombia, ya sea en Antioquía, Cundinamarca, Boyacá, o donde quiera que fuera. 
Como decía, tres ciclistas que no eran colombianos ganaron las ediciones de 1952, 1957 y 2009. La de 1952 la ganó uno al que ya he mencionado, el francés José Beyaert. Nacido en La Rochelle, Beyaert llegó a ser campeón olímpico de ciclismo en ruta en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948. Ya como profesional, además de la Vuelta a Colombia, ganó el Gran Premio de Isbergues, donde el año pasado ganó John Degenkolb. Cinco años más tarde, en 1957, fue un español, concretamente un corredor de Cabra, Córdoba, el que se llevó el triunfo final, José Gómez del Moral. Vencedor también de la Vuelta al Levante, la Volta a Catalunya y la Vuelta a Andalucía, Gómez del Moral, hermano de Antonio Gómez del Moral (quien, por cierto, conseguiría un palmarés más reluciente, incluso ganando etapas en Vuelta y Giro), llegó a disputar seis Vueltas a España y un Tour de Francia. Por último, y ya más recientemente, el venezolano José Rujano se llevó la edición de 2009. 
Entre los colombianos, Rafael Antonio Niño (un apellido muy ciclista en Colombia) con seis ediciones en los años setenta y Ramón Hoyos en los cincuenta, con cinco ediciones, son los vencedores más prolíficos. El gran Lucho Herrera se hizo con cuatro Vueltas (tres consecutivas, 1984, 1985 y 1986, luego ganaría en 1988). En cualquier caso, prácticamente todos los grandes corredores de la historia del ciclismo colombiano tienen una Vuelta a Colombia en su palmarés, lo que demuestra la importancia que tanto ésta como el clásico RCN tiene para los ciclistas del país cafetero: Álvaro Sierra, Fabio Parra, Rubén Darío Gómez, Libardo Niño, Carlos Mario Jaramillo, Santiago Botero, Hernán Buenahora, José Joaquín Castelblanco, Oliverio Rincón, Félix Cárdenas... Precisamente Cárdenas ha ganado las dos últimas ediciones cuando ya roza los cuarenta años (nació en 1973). 
Este año, aún lucha Cárdenas por repetir victoria, pero lo va a tener difícil. Hoy mismo, y gracias a su tercer puesto en la decimotercera etapa que se ha llevado el corredor del GW Shimano Jonathan Millán, Óscar Sevilla se ha convertido en el nuevo líder de la carrera y cuenta con una ventaja de menos de un minuto sobre cuatro colombianos, uno de los Ardila Cano, Álex, Mauricio Ortega, quien fue líder hasta hace un día, y el veterano Iván Parra. Todo se decidirá en la última etapa, la de mañana, una contrarreloj de poco más de treinta kilómetros en la que el albaceteño de Ossa de Montiel  intentará resistir y conseguir, a sus 37 años, una muesca más en su palmarés, largo como ninguno pero bastante más exótico de lo que auguraban los comienzos de su carrera. Por cierto, si gana, no será el primer extranjero en ganar la Vuelta a Colombia, pero sí será el primero en conseguir el doblete más perseguido por cualquier ciclista del país, ya que Óscar Sevilla sí que es el único no colombiano que ha conseguido ganar la otra gran carrera del calendario ciclista colombiano, el Clásico RCN, que ganó en 2008 y el año pasado. 
De todas formas, y aunque habrá que esperar hasta mañana, si gana Sevilla, también es una victoria colombiana, ¿no? Si no me confundo, hace ya unos cuantos años que cuenta también con esa nacionalidad. Un colombiano de Albacete.

viernes, 21 de junio de 2013

James Gandolfini



Nacido en Westwood (New Jersey), dicen que Gandolfini siempre estuvo muy orgulloso de su procedencia. Incluso cuando Mikhail Prokhorov decidió llevarse a los Nets a Brooklyn, él siguió siendo un fan incondicional de los Nets. El más famoso de todos los fans del equipo, si lo permite el rapero, y dueño menor del equipo, Shawn "Jay-Z" Carter. 
También dicen que Gandolfini poseía el talento de un gran actor, pero despreciaba la actitud envanecida que suele acompañar a algunas estrellas de Hollywood. 
Si os suena, pero no sabéis muy bien quién es, volved al Fnac, ahorrad, y compraros "The Sopranos". Si no podéis pagarla, robadla. Quedará muy bien ese espíritu con el que refleja la serie. O aprovechad los agujeros negros de la red, pero no desaprovecheis la oportunidad de conocer a Tony Soprano, su familia y su banda mafiosa. Por ese papel se hizo famoso James Gandolfini, por eso se convirtió en el seguidor más famoso de los New Jersey-Brooklyn Nets. Y también de los Jets y de los Rangers. Le gustaba todo, no sé si apostaría. 
Gandolfini murió hace dos días en Roma a la edad de 51 años. Sufrió un ataque al corazón en la habitación de su hotel. Estaba de viaje junto a su hijo, Michael Gandolfini, quien aparece con él en esa foto de ahí arriba y que he conseguido en internet por cortesía de la web de ESPN (espn.go.com). Las condolencias, lamentaciones y reconocimientos no se han hecho esperar, ya sean via twitter, en panegíricos periodísticos o en sinceras declaraciones de sus compañeros de trabajo, jugadores de baloncesto y vecinos de barrio. 
Ha muerto Tony Soprano para muchos. Para algunos, ha muerto una celebrity a la que, a veces, se le invitaba a coger un micrófono y animar al público reunido para ver a los Nets, el tío que intentó convencer a LeBron James para que fichara por los Nets durante la recogida de un premio. Para otros, y esto sí que dolerá, ha muerto James Gandolfini. O Jimmy. 
Quién sabe. Quizás el año que viene Coach Kidd, aunque ya sea un pelín tarde, le da una alegría celestial a la afición de los Nets y, esté donde esté, a James Gandolfini. ¿A dónde van los patos?

jueves, 20 de junio de 2013

David Veilleux



Faltan poco menos de dos semanas para que empiece el Tour de Francia, allá por Córcega. Van a ser un total de 21 etapas, casi 3.500 kilómetros, para averiguar quién sucederá a Bradley Wiggins en el palmarés de la grande boucle. Un recorrido bastante fresco, por aquello de que hasta diez etapas serán protagonistas de la carrera por primera vez en la historia. Por ejemplo, la etapa que saldrá de la bella localidad de Annecy y terminará en, o cerca de, la estación de esquí de Semnoz, donde, por sus alrededores, se grabó la muy recomendable serie de televisión francesa de Les Revenants. Y, según recoge la propia web oficial de la carrera, las etapas podrían dividirse en 7 etapas llanas, 5 de media montaña, 6 etapas de alta montaña (con cuatro finales en alto) y tres contrarrelojes (una de ellas, por equipos). 
Precisamente, de los equipos podemos ya ir hablando un poco, porque, aunque no todos los equipos hayan definido por completo sus escuadras, sí que se empieza ya a vislumbrar con claridad quiénes pueden ser los que participen en la lucha final por el pódium. 
De los 22 equipos que participarán, y sin descartar que haya bajas de última hora, seis equipos no han dicho ni mú: Sojasun, Movistar, Europcar, Lampre, FDJ y Garmin-Sharp. Parece, de todas formas, que Movistar llevará a Alejandro Valverde y, muy probablemente, a Nairo Quintana, José Joaquín Rojas, Andrey Amador y al rutilante y reciente vencedor del Tour de Suiza, Rui Costa, aunque habrá que esperar para confirmarlo. El Sojasun, que recibió una wild card para participar en esta esperadísima edición del centenario del Tour, no ha comunicado con quién correrá, pero dudo que dejen fuera, por ejemplo, al reciente ganador del prólogo del Tour de Luxemburgo, Jimmy Engoulvent. ¿Jonathan Hivert, Julien El Fares, Jeremy Galland, Fabrice Jeandesboz, Brice Feillu? Habrá que esperar a ver lo que decide Stephane Heulot, aunque, con total seguridad, serán nueve franceses los que formen el equipo de salida. Tampoco Jean René Bernaudeau ha decidido completamente su equipo. Sería muy extraño que Thomas Voeckler no estuviera, más aún cuando acaba de ganar la Ruta del Sur y una etapa en la Dauphinè Liberè. Igualmente, sería extraño que el canadiense David Veilleux no tenga el premio que merece; por ahora, lo galardono con el título de esta entrada, por si acaso. No sé, eso sí, qué pasará con Pierre Rolland. El Lampre no ha dicho nada oficialmente y no sé si Michele Scarponi hará doblete, pero, por lo que se puede sacar de sus equipos en Dauphinè Liberè y Tour de Suiza, Diego Ulissi, Damiano Cunego, Adriano Malori y José Serpa podrían ser sus hombres fuertes. La FDJ tampoco confirma nada pero no es descabellado pensar que Arnaud Demare y Thibaut Pinot liderarán al equipo francés. Por último, el Garmin-Sharp de Jonathan Vaughters parece estar lleno de dudas y habrá que esperar para saber a quién eligen para representarlos en esta edición. 
Por el contrario, hasta diez equipos han clarificado ya cuál será su nueve en la lucha por el próximo Tour. El Blanco holandés, volverá a confiar en Robert Gesink, Laurens ten Dam y Lars Boom, aunque parece que el luchador Bauke Mollema hará las veces de líder. El Cannondale ha confirmado que contará con Peter Sagan, quien no se cansa de ganar, amén de otros corredores que lucharán por ser protagonistas como Alessandro de Marchi o Moreno Moser. El Lotto-Bodisol también ha dicho ya que Andre Greipel luchará por los esprints y Jurgen Van den Broeck y Bart de Clerq por las cumbres. Otros belgas, los del Omega Pharma, como cabía esperar, harán una apuesta por Mark Cavendish pero se reservan las cartas de Sylvain Chavanel, Tony Martin y un aparentemente flojo Peter Velits. Orica Greenedge debutará en el Tour convirtiendo a Stuart O'Grady en historia, aunque Matthew Goss, Michael Albasini, Simon Gerrans y Cameron Meyer pueden ser sus hombres más importantes. El Radioshack Leopard ya ha confirmado que Andy Schleck, después de dejarse ver en Suiza, estará en la salida, acompañado por otros veteranos como Haimar Zubeldia,  Jens Voigt o Andreas Kloden. El Sky tampoco ha apurado más: Chris Froome será el líder y, a su vera, correrán toda una guardia pretoriana compuesta por Richie Porte, David López, Kanstantin Siutsou o Vassil Kiriyenka. Seguro que Edvald Boasson Hagen buscará alguna oportunidad. Team Argos-Shimano lo dejará todo (o casi todo) en manos de Marcel Kittel y John Degenkolb. El Saxo-Tinkoff, por supuesto, será sinónimo de Alberto Contador, quien contará con gregarios de lujo como Danielle Bennati, Sergio Paulinho, Roman Kreuziger, Nicolas Roche o Michael Rogers. Por último, el Vacansoleil tampoco tiene dudas: Thomas de Gendt y Lieuwe Westra serán los líderes en un equipo repleto de luchadores como Johnny Hoogerland o Juan Antonio Flecha. 
El resto de los equipos ya ha confesado que mantiene alguna duda. Por ejemplo, el Katusha, aún no ha dicho nada, pero tras conseguir que le admitieran en el World Tour, parece casi seguro, aunque extra oficial, que los españoles Joaquim Rodríguez y Daniel Moreno liderarán la apuesta rusa. La prensa ha confirmado que el BMC solo tiene asegurada la presencia de Tejay Van Garderen y Cadel Evans, y que maneja una larga lista en la que se encuentran corredores tan potentes como Phillippe Gilbert, Thor Hushovd o Amael Moinard. También la prensa ha anunciado ocho fijos en el Cofidis, lista en la que destaca la presencia de tres españoles: Egoitz García, Luis Ángel Maté y Dani Navarro. Al Euskaltel-Euskadi (ánimos para Rufino Murgía, quien permanece ingresado después de que hoy haya sufrido un accidente con el autobús del equipo) le sobra uno, los diez candidatos son Mikel Nieve, Igor Antón, Ion Izagirre, Gorka Izagirre, Rubén Pérez, Juan José Lobato, Romain Sicard, Pablo Urtasun, Juanjo Oroz y Mikel Astarloza. La duda puede estar entre los seis últimos. El Ag2r La Mondiale solo ha asegurado cinco fijos: Jean-Christophe Peraud, Romain Bardet, Maxime Bouet, Samuel Dumoulin y Blel Kadri. Por último, los kazajos del Astaná han confirmado una lista de trece hombres, pero parece casi seguro que Jakob Fuglsang, Janez Brajkovic, Enrico Gasparotto, Francesco Gavazzi y Fredrik Kessiakoff pueden ser las apuestas del equipo. 
Con todo esto en mente, se presume, si se me permite dar mi opinión, un duelo entre el Sky y el Saxo, entre Froome y Contador. Puede que Joaquim Rodríguez y Alejandro Valverde estén cerca, y quién sabe si renacerá de sus cenizas Andy Schleck. Cadel Evans ya demostró en el Giro que le quedan piernas y Tejay Van Garderen puede ser una sorpresa. Los franceses apostarán desesperadamente por Thibaut Pinot. Habrá otros que tengan protagonismo parcial, ya sea en las volattas, que se presumen un duelo entre Mark Cavendish, Matthew Goss, Andre Greipel y Marcel Kittel, o en las escapadas y actuaciones secundarias, donde habrá que contar con escaladores, luchadores contra el reloj, aventureros y otros hombres rápidos, como Arnaud Demaré, Igor Antón, Mikel Nieve, Nairo Quintana, Daniel Moreno, Edval Boasson Hagen, Tony Martin, Sylvain Chavanel o Thomas Voeckler, por nombrar a algunos.
Todo empezará a resolverse en menos de diez días. Saldrán de la isla de Córcega, llegarán a París, descansarán un par de días y en mi casa se cansarán de verme pegado al televisor todas las sobremesas, pero es lo que hay cuando se acerca julio. Y ya van cien años.

Andrej Stimac



Pues con el segundo MVP de las finales para Felipe Reyes y, en parte gracias a ello, la victoria final del Real Madrid en la ACB, se cierra el palmarés de títulos en el baloncesto europeo. Quizás, si se me permite, que Felipe Reyes se haya llevado el MVP, y no digo que no se lo merezca, es muy significativo. Porque, tal y como yo lo he visto, la serie final ha sido un cúmulo de despropósitos (sobre todo en el tiro de tres) y un espectáculo físico en el que no había jugada sin contacto, bloqueo sin codazo, entrada sin zarpazo y rebote sin agarrón. Dos equipos que, repito, a mi entender, han llegado un tanto molidos a la final y que han hecho lo que han podido para rescatar lo que les quedaba de fuerza. Ha habido emoción, alguna acción esporádica, un par de actuaciones personales loables (sorprendente el rendimiento de Joe Ingles en el último partido, no tanto el de Sarunas Jasikevicius porque Saras siempre será Saras) y, en general, poco baloncesto para un enfrentamiento con dos equipos de tanto calibre. La temporada ha sido muy larga para ambos, al FC Barcelona le ha pasado, quizás, más factura, y, repito una vez más, en mi opinión, ha ganado el que se lo ha merecido... aunque sea "solo" un poco más, si quieren algo de consuelo los seguidores culés. 
Termino con mi opinión: aún se podrá dudar de Pablo Laso porque siempre se puede dudar de todo el mundo, pero, en dos años, y si no me equivoco, ha ganado Liga, Copa y Supercopa y ha devuelto al club a un paso de la cumbre europea. También se podrá dudar de Xavi Pascual, pero, en una temporada en la que no había tantas incorporaciones de relumbrón como en la anterior y en la que el club ha sufrido muchas malas noticias en plena competición, ha ganado la Copa, ha jugado la final de la liga y la final four de la Euroleague. 
Más sorpresas ha habido en el resto de las ligas europeas. Que se lo pregunten, si no, al Maccabi de Tel Aviv para lo malo y al modesto Nanterre para lo bueno. Otros van de récord: cuarto año consecutivo que el Brose Basket gana la liga alemana, diez de catorce ligas en el siglo xxi para la Cibona y decimosegunda victoria consecutiva para el Partizan que dejó en la cuneta a su archirival Estrella Roja no sin polémica entre Dusko Vujosevic, entrenador del Partizan, y el presidente del Estrella, Nebojsa Covic. El primero llamó fascista al segundo. 
A continuación, tenéis los vencedores y los vencidos en las ligas que nos faltaban por resolver. Recordad que en la entrada que encabeza Drew Sullivan ya conocimos a unos cuantos ganadores más.  


España: Real Madrid gana al FC Barcelona.
Italia: Montepaschi Siena gana a Virtus Roma
Francia: Nanterre gana a Strasbourg
Bélgica: Oostende gana a Mons-Hainaut
Bosnia y Herzegovina: Igokea gana a Siroki
Croacia: Cibona gana a Zadar
Serbia: Partizan gana a Estrella Roja
Rusia: CSKA de Moscú
Grecia: Panathinaikos gana a Olympiakos
Turquía: Galatasaray gana a Banvit
Alemania: Brose Basket gana a EWE Basket
Israel: Maccabi Haifa gana a Maccabi Tel Aviv

Y porque hay más, aquí van otros cuantos países con sus correspondientes ligas y sus correspondientes vencedores finales. Por cierto, alguno de ellos va a acompañado de por ciertos, porque, por cierto, mira que no se encuentra uno con sorpresas enredando por la red.

Albania (Kamza), Austria (BC Vienna, donde, por cierto, juega Ryan Richards, aquel canterano grancanario con pasaporte británico que llegó a ser drafteado por los Spurs), Azerbayán (Gala-Atena), Bielorrusia (Tsmoki Minsk, donde, por cierto, juegan el australiano Ater Majok, quien llegó a ser drafteado por los Lakers, o el veterano lituano Vidas Ginevicius), Bulgaria (Lukoil Akademik, quien, por cierto, se enfrentó al BBB en Europa y donde Brandon Heath, Daryl Watkins y Bojan Popovic han hecho un gran papel para derrotar en la final al Levski Sofia donde, por cierto, aún juega un exACB como Marko Marinovic), Chipre (AEK Larnaca, donde, por cierto, aún juega Mihalis Kakiouzis), República Checa (Nymburk), Dinamarca (Bakken), Finlandia (Nilan Bisons), Holanda (Leiden, donde juega, por cierto, Antoine Young, antiguo base titular de Creighton), Hungría (Albacomp), Islandia (Grindavik), Irlanda (UCC Demons), Kosovo (Peja), Luxemburgo (T71), Malta (Floriana), Moldavia (Donbasket), Noruega (Baerum Basket), Rumanía (Ploiesti, donde, por cierto, juega Alhaji Mohammed, ex de Valladolid y Lleida), Escocia (Edinburgh Kings), Eslovaquia (Inter Bratislava, donde, por cierto, aún juega Martin Rancik, quien hizo una gran final, y tiene como compañero a Alando Tucker, y como entrenador a Aramis Naglic, ex jugador de la gran Jugoplastika y al que, por equivocación, creo que en este blog alguna vez le he llamado Ivo y no Aramis), Suecia (Sodertalje) y Suiza (Geneve Lions, donde juega, por cierto, Andrej Stimac, y le regalo el dudable honor de encabezar esta entrada).

La foto de los campeones la he encontrado en una búsqueda en google y proviene, al parecer, de la web de la Cadena Ser. Por cierto, que en la foto, se ve feliz hasta a Dontaye Draper quien, en las imágenes de televisión, parecía que la cosa no iba con él. Seguro que exagero.

miércoles, 19 de junio de 2013

Earl "The Goat" Manigault



1998: Muere en el Bellevue Hospital Center de New York, a los 53 años, Earl "The Goat" Manigault, tras sufrir un ataque al corazón. En sus últimos años de vida, había sufrido graves problemas coronarios derivados de su superada adicción a la heroína.
1996: Se estrena Rebound: The Legend of Earl "The Goat" Manigault dirigida por el actor Eriq La Salle. Un joven Don Cheadle destaca en el papel principal. Forest Whitaker acepta el papel de Holcombe Rucker y James Earl Jones el del Doctor McDuffie. Kareem Abdul Jabbar participa en la película haciendo de sí mismo, aunque, por entonces, aún se llamaba Lew Alcindor. El actor Daryl Mitchell hace de Dean Meminger (ex jugador de Atlanta Hawks y New York Knicks) y un sorprendente Kevin Garnett actúa en el papel de Wilt Chamberlain. Gary Maloncon, actor y exjugador de UCLA y del Hapoel Ramat-Gan, ejecutó el papel de otro jugador de baloncesto, Nate Bowman, quien, entre otros, jugó para los Chicago Bulls y los New York Knicks.
1990: Manigault empieza a trabajar como terapeuta y entrenador para la asociación Supportive Children's Advocacy Network, más conocida como SCAN, una asociación que lleva desde 1977 organizando programas específicos para trabajar con familias y niños en riesgo de exclusión en los barrios de East Harlem y el sur del Bronx. 
1989: En la temporada 1989-1990, uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA, Kareem-Abdul Jabbar puso fin a su larga carrera deportiva. Tenía 42 años, había ganado seis campeonatos de la NBA, había sido nombrado hasta en seis ocasiones MVP de la Liga y había participado en 19 All Stars. Aún hoy en día es el máximo anotador en la historia de la NBA y hasta que le superó Robert Parish fue el jugador que más partidos había disputado. El 23 de Abril de 1989, el inventor del gancho del cielo recibió un merecido homenaje antes del partido que enfrentó a los Lakers de Magic Johnson, Byron Scott, James Worthy y Pat Riley a los Supersonics de Nate McMillan, Xavier McDaniel, Dale Ellis o Derrick McKey. Los Lakers ganaron, Magic le dedicó unas bonitas palabras a Jabbar y al pobre lo sentaron en una enorme mecedora en el centro del Forum de Inglewood. Una vez en el vestuario, y atendiendo a la prensa, un periodista le pregunta quién ha sido el mejor jugador al que se haya enfrentado jamás. Jabbar, sin pensárselo mucho, responde que si tendría que elegir uno, ése sería sin duda The Goat. 
1977: Manigault funda The Goat Tournament (Bernard King o Mario Elie participarían en el campeonato), un campeonato de baloncesto veraniego que recoje el legado de los campeonatos organizados por Holcombe Rucker en el barrio de Harlem. Durante la decada de los 70, y una vez dejada atrás su adicción a la heroína (aunque recaería en alguna ocasión), Manigault regresa a su barrio de Harlem interesado en recuperar el espíritu de colaboración y compromiso que impulsó Mr. Rucker en las canchas de baloncesto del barrio. Durante esta década, Manigault, apenas con 25 años, intenta incorporarse a la plantilla de los Utah Stars de la ABA (equipo que rescataba el legado de Los Ángeles Stars y que desaparecería en 1976), pero no pasa el corte. Poco tiempo después, rechaza una oferta para incorporarse a los Harlem Globertrotters y decide concentrarse en la recuperación de los programas sociales relacionados con el baloncesto en su barrio.
1970: Se publica The City Game: Basketball from the Garden to the Playground, un libro escrito por Peter Axthelm en el que se hace un extenso repaso de las figuras más importantes del baloncesto callejero americano. Earl "The Goat" Manigault disfruta de un capítulo entero en el libro. Según se cuenta en la película de Eriq La Salle, Manigault conoció la existencia del libro mientras aún estaba en la cárcel. 
1969: Tras un largo declive en el que cae en la adicción a la heroína, abandona su hogar y participa en varios robos, Earl Manigault es detenido y pasa varios meses en la cárcel. 
1965: Muere de cancer Holcombe Rucker a la edad de 39 años, auténtico espíritu del baloncesto comprometido en el barrio de Harlem. La muerte de Rucker no hace si no ahondar en el deterioro de la carrera deportiva de Manigault, a quien la muerte del que fuera su mentor y protector le afecta hasta el punto de abandonar la John C. Smith University de Charlotte, equipo encuadrado dentro de la segunda división de la NCAA. The Goat ya había tenido problemas con su entrenador, al ser incapaz de ajustarse al juego colectivo que propugnaba para los golden bulls de aquella temporada. The Goat, formado en la cantera de las canchas callejeras, no supo admitir su falta de protagonismo y apenas duró unos meses en la disciplina de la universidad. La muerte de Rucker sería el detonante de su reacción más violenta.  
1963: Manigault ya era una estrella del playground. Incluso una leyenda aún cuando no llegaba a la veintena de años. Las historias que se contaban sobre sus hazañas en las canchas de Harlem iban más allá de las apuestas y los partidos ante otros barrios. Se decía que podía coger una moneda colocada en la parte superior del tablero. Se hablaba de su mate doble: en un solo salto, recogía por debajo el balón que acababa de machacar y volvía a meterlo por el aro. Se contaba la vez en la que ganó una apuesta al machacar 36 veces consecutivas de espaldas. Manigault medía 1'85. Sin embargo, y aún cuando era la estrella del equipo, en 1963 fue expulsado del Benjamin Franklin High School por fumar marihuana, aunque, al parecer, desavenencias con el entrenador del instituto, que se vengó de él acusándole de tomar drogas, fueron la verdadera causa de su expulsión. Gracias a la intervención de Mr. Rucker, Manigault consigue ser admitido en el Laurinburg Institute, un colegio privado de North Carolina, donde continúa con su formación educativa y deportiva, la cual está apunto de desaprovechar al dejar embarazada a su novia.
1947: Holcombe Rucker, trabajador del Departamento de Parques y Áreas Recreativas de la ciudad de New York en el barrio de Harlem, auspicia el primer campeonato de baloncesto del barrio en ese año de 1947. Rucker se convertiría en una figura clave de la lucha contra la droga y la exclusión por medio de su ímpetu para fomentar la afición al baloncesto (y su insistencia por que ésta se combinará con una buena educación) entre los jóvenes del barrio. The Goat, que aún no se había ganado su apodo, no era más que un niño cuando se le veía por la cancha siempre pegado a su pelota y con unas pesas en sus tobillos para mejorar su salto y compensar, así, su falta de altura. Con los años, Earl "The Goat" Manigault se convertiría en el mejor jugador de baloncesto que jugara jamás en una cancha del barrio.
1944: Nace en Charleston, South Carolina, Earl Manigault, también conocido como James Rossi. 

Hay varios libros que repasan su historia, documentales, una película de ficción. Aún se pueden revisar varias entrevistas en youtube.com. Entre todas las declaraciones que se podrían destacar del que para muchos fue el mejor jugador de baloncesto de la historia (un título siempre abierto a matices e interpretaciones), yo me quedo con ésta, que se cita a su nombre en un viejo artículo del New York Times: "For every Michael Jordan, there's an Earl Manigault. We all can't make it. Somebody has to fall. I was the one." Es decir: por cada Michael Jordan, hay un Earl Manigault. No todos podemos conseguirlo. Alguien tiene que fracasar. A mí me tocó ser ese alguien.

martes, 18 de junio de 2013

Federico Anaya



90 años de historia despedidos en un twiter. La historia de la Unión Deportiva Salamanca ya puede ser leída en pasado simple en la wikipedia. Fundada el 9 de Febrero de 1923, según he leído, Federico Anaya fue fundador y su primer presidente cuando el club se llamaba Unión Deportiva Española. Campeón de 2º B en cuatro ocasiones y de tercera división en 8, el club desaparece con 5.000 socios y en Segunda división B. En primera, llegó a contar con más de 13.000 socios. 
El club ha jugado este año su última temporada. Han acabado en octava posición del grupo I de la Segunda B. Se han quedado a 7 puntos de entrar en el play-off de ascenso, tras contar con una gran plantilla y jugadores con un amplio bagaje, como Iban Zubiaurre, Raúl Fuster, Igor de Souza, Víctor Andrés o Adrián Murcia.
Pero todo esto, al dinero no le importa. La disolución del club se ha hecho efectiva debido a que los dirigentes no han encontrado una fórmula adecuada para resolver las deudas económicas que dirigían al club hacia un naufragio seguro. El club entró en suspensión de pagos hace un par de años. Entró en concurso de acreedores porque no podía hacer frente al pago de las deudas, deudas que superaban los 25 millones de euros. 
El dinero es el dinero, no importa ya que hayas existido durante noventa años. Has gastado, no pagas, desapareces. Las matemáticas no entienden de emociones cuando se aplican en el negocio del fútbol. El dinero no reconoce las doce temporadas en 1º División, las 34 en 2º A, las 8 temporadas en 2ºB y las más de diecinueve representando a una ciudad de más de ciento cincuenta mil habitantes y capital de provincia, en la tercera división. Las deudas olvidan pronto los años noventa. Los años en los que Juan José Hidalgo alcanzó la presidencia del club y Juan Manuel Lillo encadenó dos ascensos consecutivos para alcanzar varios años después la Primera división, de donde descendió al año siguiente, pero que recuperó uno más tarde, de la mano, esta vez, de Andoni Goikoetxea. Los años del patrocinio de Halcón Viajes, del desembarco de portugueses, del 1 a 4 en el Nou Camp, del logro de la permanencia bajo la batuta de Txetxu Rojo. Precisamente ahora, los números son del color del apellido del entrenador bilbaíno. Y con ese color, los años dorados se vuelven negros.
Se acabó, y puedo imaginarme la tristeza de los aficionados salmantinos. Un equipo donde han entrenado Felipe Mesones, Juanma Lillo, Jorge d'Alessandro, Andoni Goikoetxea, Txetxu Rojo, Miguel Ángel Russo, Mariano García Remón, Juan Señor, Felipe Miñambres, Juan Ignacio Martínez, David Amaral o Pepe Murcia; donde han jugado multitud de jugadores vascos como Endika Bordas, Alex Goikoetxea, Edu Alonso, Josu Anuzita, Iñaki Aizpurua, Kike Aiukar, Raúl Gañán, Ander Murillo, Iñaki Muñoz, Luciano Iturrino, César Caneda, Gorka Brit, Gorka Azkorra, Mikel Dañobeita, David Cuellar, Sergio Corino o Ismael Urzaiz; donde también lo han hecho otros que nacieron en otros sitios y jugaron en muchos otros lugares, como Mutiu Adepoju, Joaquim Agostinho, Roberto Fresnedoso, Pedro Pauleta (pichichi de segunda con el Salamanca), Antonio Orejuela, Catalin Munteanu, Pedro Botelho, Gabriel Popescu, Antonio Pinilla, Rogerio Brito, Mario Rosas, Leonardo Ramos, Michel Salgado, Walter Silvani, Julio Llorente, Marco Lanna, Diego Latorre, Joan Barbará, Claudio Barragán, Martín Cardetti, Carlos Casartelli, Henrique Guedes da Silva "Catanha", Hermes Desio, José Guillermo "Chemo" del Solar, Ariza Makukula, Mariano Toedtli, Bogdan Stelea, Carlos Vela, Martín Vellisca o Pablo Zegarra. No son pocos, pero no podía ser menos después de noventa años de historia. 
Puede que, y no quiero sonar trágico, el de la Unión Deportiva Salamanca no sea el último caso. Tampoco ha sido el primero. Y no solo ocurre en el mundo del fútbol. Solo nos queda desear que algún día Salamanca vuelva a tener equipo profesional y sus aficionados disfruten del fútbol, igual que no podemos más que mandarles ánimo a los trabajadores de la Troquelería del Norte en Sondika y a tantos otros que siguen sufriendo la cruda realidad de los fríos números.


lunes, 17 de junio de 2013

Andrea Pirlo



Yo sé que están jugando algo en un sitio muy lejos, porque te levantas por la mañana y te encuentras con el resultado, que si España ha ganado a Uruguay, que si Pirlo ha marcado un golazo en Maracaná. Por lo tanto, ahí lo tienes, que están jugando en el Brasil, muy lejos. El qué, no sé, algún tipo de campeonato de selecciones. Pedro metió gol, a Gio le hicieron un penalty, Neymar, el otro día, fue entrenándose para cuando venga a la península y... lo repito: Pirlo marcó un golazo en Maracaná.
No sé qué están jugando, pero antes de ayer estaba repasando la prensa digital y me encontré una entrevista a Pirlo. Pirlo decía que desde pequeño había soñado con jugar en Maracaná. Pues mira cómo lo celebró, por toda la escuadra. No sé qué están jugando, pero sé que está jugando Pirlo y con eso me vale.
He de reconocer que Pirlo es una debilidad. No es que sea un gran seguidor del fútbol internacional, porque bastante tengo con el más local, pero Pirlo, Pirlo es mucho Pirlo. Pirlo. Además, hasta suena bien el apellido.
Pirlo no es que sea un niño. 34 años tiene ya el de Brescia, precisamente, donde empezó jugando. También lo ha hecho en la Reggina, y, sobre todo, algo que pocos podrán decir, en los tres grandes de la liga italiana, si me perdonan la Roma y algún otro. Y es que Andrea Pirlo fichó, sin triunfar, por el Inter de Milán cuando aún era un chaval. Unos años más tarde, llegó al vecino y gran rival, el Milán, donde se tiró hasta diez temporadas consecutivas (401 partidos y 41 goles con los rossoneros). Hace un par de temporadas fichó por la Juventus donde aún sigue jugando. Sí, no es un niño, tiene ya 34 años, pero este mismo año ha jugado 32 partidos y ha marcado 5 goles, convirtiéndose en una de las claves principales para que la Juventus de Antonio Conte se haga con el título. No es un niño, precisamente en Maracaná cumplió cien partidos como internacional azzurra. Sí, no es un niño, tienes ya 34 años, pero para celebrarlo, se marcó un golazo de falta que sirvió para que luego Balotelli rematara y los italianos se llevaran la victoria final. No sé qué están jugando, pero, al menos, sé que han empezado ganando.
Y si gana Italia, no será precisamente el primer título de Pirlo. Con el de Liga de este año, el arquitecto lleva 4 ligas, 1 Copa y 2 supercopas en su país. Amén de dos ligas de campeones (ambas con el Milán), dos supercopas de Europa (ambas con el Milán) y una Copa Mundial de Clubes también con los de Silvio Berlusconi. Fue campeón de Europa sub-21 con Italia y, ya con los mayores, se convirtió en campeón del Mundo en la edición de 2006. Jugó de titular en la final ante Francia en el Olímpico de Berlín, aquella que pasó a la historia de la escultura por el cabezazo de Materazzi a Zidane, y marcó el primer gol de la tanda de penalties final que le daría el triunfo a Italia. Tras él, marcaron Marco Materazzi, Daniele de Rossi, Alessandro del Piero y Fabio Grosso, mientras que por Francia, acertaron Sylvain Wiltord, Eric Abidal y Willy Sagnol, pero David Trezeguet mandó el suyo al travesaño.   
Lo dicho, no es un niño, pero juega como se imagina un niño aventuras de piratas. Ve lo que los demás no ven y, además, sabe poner la pelota ahí mismo. Con ese aspecto de misterioso personaje de una película de Tinto Brass, jugando a cámara lenta porque lo que se mueve a cámara rápida es el balón cuando él lo golpea, Pirlo puede pasar desapercibido, pero solo él percibe la esencia del fútbol, la misma que maravilla a los aficionados más adictos, los detalles que construyen las mejores monumentos de este deporte. Por eso le llaman el arquitecto, digo yo. 
Así que ahí anda Pirlo, en el Brasil. Lo que está jugando, no lo sé muy bien, pero que juega bien eso sí que lo estoy viendo y lo estamos viendo todos, como cantan Grupo de Expertos Sol y Nieve. 


Daniel Ruiz Bazán



Ya han pasado unas semanas, así que es un momento mucho más propicio y relajado. Esta semana, tiran la columna principal. Pronto empezarán a despedazar el arco. Cuentan que la gente intentaba llevarse lo que podía. Al final, recuperaron más de veinte mil asientos del viejo San Mamés para donarlos al fútbol vizcaíno. 
Pero, el caso es que se acabó. 
La temporada que viene seguirá habiendo fútbol, pero ya no habrá fútbol en el viejo San Mamés. 
La última vez que me senté allí fue en la fila 129, asiento 13, de la preferencia alta este, si no me equivoco. El Bilbao Athletic se deshizo con mucha dificultad del Levante B en su lucha por el play-off de ascenso a Segunda B, lucha que ayer se terminó en Valencia, tras un agónico partido en el que los cachorros cayeron en la tanda de penalties ante el Huracán. 
Cuando el árbitro pitó el final, empezó el baile. Todo el mundo quería fotografiarse. Tenías que esperar tu turno para apoyarte en la varanda y que se viera bien el arco de fondo. Tenías que sacarle fotos a desconocidos para que luego ellos te sacaran a ti y a tus amigos. Todo el mundo sonreía en las fotos, pero en la cara de algunos se veía una especie de tristeza tamizada a la que te resistías y casi que hasta te avergonzaba. Pero, ¿por qué no? ¿Por qué no te va a dar pena?
¿No te da pena dejar el piso de soltero cuando te comprometes y pasas a compartir piso con alguien? ¿No te da pena dejar la casa de tus padres... incluso volver a ella? ¿No te trae recuerdos ver el patio del colegio, el parque donde jugabas, cómo coño ha cambiado tanto tu ciudad que tienes treinta y pico años y ya no la reconoces? Pues lo mismo. ¿Por qué no vamos a echar de menos a un estadio de fútbol? El fútbol nos trae recuerdos, nos aviva sentimientos irracionales y pasionales, nos rapta y nos libera a partes iguales. En ese cuadrado mágico entre las calles Rafael Moreno "Pitxitxi" y Luis Briñas pusimos en juego tantas ilusiones, recibimos tantas alegrías y, en la misma medida, tantas decepciones, tantas emociones que cómo no vamos a echar en falta a un bloque de hormigón encerrando un césped ralo y brillante. 
Se acabó. No es el fin del mundo, solo es el final de cien años de historia. Una historia diminuta dentro de una historia más grande, pero nuestra historia, al fin y al cabo, y como nuestra tan grande como la que se escribe con mayúscula. Una historia que en la despedida del estadio se asomó para regocijo y emoción de aficionados veteranos, jóvenes y hasta novatos. Una sorpresa loable (para aquel a quien se le ocurriera) que le ofreció unos minutos de gloria y una alegría inesperada a la afición. Ver sobre el terreno, vestidos de corto, a los últimos capitanes del equipo que llevas en el corazón (se me está yendo la mano), ver de nuevo a Pablo Orbaiz, Julen Guerrero, Genar Andrinua, Dani Ruiz Bazán y José Ángel Iribar sobre el terreno de juego emocionó hasta a alguno que no había invertido en aquel ejercicio de nostalgia. Tantas cosas vinieron a la cabeza, buenas y malas, tantos recuerdos imborrables, tantos goles marcados y fallados, tantas fotos en color y en blanco y negro, tantas memorias, historias, anécdotas, leyendas, algunas de ellas ni tan siquiera vividas, solo radiadas, vistas por televisión, heredadas en conversaciones susurradas de padres a hijos. Justo el fruto que alimenta nuestra pasión (ya se me fue del todo). Es eso, y no los títulos, lo que ha conseguido que se perpetue un sentimiento (el que sea, hay diferentes versiones, tantas como personas) que como personal es único y como colectivo es abrumador. 
La temporada que viene otra luz dará sombra al balón. El frío será otro. El calor también. No serán iguales los olores, descubriremos nuevas emociones, las sensaciones serán nuevas, distintas. Pero todo seguirá siendo lo mismo: fútbol. Un balón que te rehuye, un rival que quiere quitártelo, un grupo de personas que se reúne sin saber muy bien por qué pero teniendo claro para qué. Para que dentro de otros cien, alguien coja el testigo de esos capitanes y a otras generaciones que nos substituirán les provoquen la misma experiencia exaltada pero terrenal. 
Hasta la lesión de Dani quedará como una metáfora de lo que significa este club y de lo que significó este estadio. Los fuegos, las luces, la música, todo quedó minimizado cuando se volvió a gritar el nombre del número ocho o cuando se pudo oír a la gente conteniéndose los años rebobinados al ver a Iribar enguantado y cojonudo como quedó para siempre en nuestra memoria y en nuestro imaginario. 
Un secreto: al salir del campo aquella mañana de domingo cuando fuimos a despedirnos del viejo estadio, tuve una sensación muy extraña. Por un momento, sentí que echaba más de menos lo que pudo ser que lo que fue. Quizás eso sea el fútbol, más lo que promete que lo que al final cumple. Casi que como la vida misma.

viernes, 7 de junio de 2013

Tomas Hampl



Bueno, el título se lo regalo al checo porque durante años anduvo viviendo e intentando jugar al baloncesto por aquí cerca y, aunque este reconocimiento no rebaje la decepción que sentirá ahora mismo, siempre es bueno, y casa con el espíritu de este blog, recordar el mérito de los que no celebran la victoria. 
Ya tenemos a los dos equipos que, deportivamente, se han ganado el ascenso a la Liga ACB. Llegan desde puntas distantes de la península. Burgos y Alicante, en principio, tendrán baloncesto de élite en sus pabellones durante la próxima temporada. Con la miel en los labios se han quedado Tomas Hampl y todos sus compañeros a los que, con tanto acierto, ha dirigido este año un veterano del baloncesto estatal, Joan Peñarroya, en Andorra. Mira que llevan tiempo (han pasado más de quince años desde entonces) los andorranos intentando revivir los tiempos del Festina Andorra y los Conner Henry, Quique Villalobos, Jerrod Mustaf, Joe Llorente, Edu Torres... Pero tampoco ha podido ser este año, a pesar del gran playoff que han jugado, ser líderes de la regular durante un montón de jornadas (hasta perder el liderato en la última tras caer en Burgos), y luchar hasta el final contra el acierto en los triples de los alicantinos en el último partido. Duele, sin embargo, que parece que siempre que hables de esto tengas que estar con el runrún del "teóricamente", "sobre el papel", "deportivamente"... Las resacas de los ascensos y los descensos, tanto en fútbol como en baloncesto, pero sobre todo en este último deporte, se han convertido en auténticos via crucis para unos y inesperadas celebraciones para otros. Sin ir más lejos, el año pasado no hubo ninguno y Estudiantes y Valladolid consiguieron retener a sus equipos en la máxima categoría desde los despachos. Las obligaciones económicas que los equipos deben cumplir para ingresar en la ACB son muy exigentes: un canon de 3 millones de euros, un presupuesto mínimo de 3 millones y un pabellón con una capacidad mínima de 5.000 espectadores. Para empezar. Seguro que en Donostia y en Manresa algunos aún esperan que en Burgos y Alicante no se puedan cumplir esas exigencias. El presidente del Lucentum Alicante, Luis Castillo, ya se ha adelantado a los rumores y asegura que Alicante tendrá equipo ACB. En Burgos, su presidente Fernando Andrés ya se reunió hace poco con responsables de la ACB para ver cómo podían hacer frente al montante de 5 millones que debe pagar el club antes del 15 de Junio si quiere jugar el año que viene en esta competición. Por supuesto, y recordando lo que ocurrió el año pasado, no han sido pocos los foros que últimamente han rescatado el debate sobre el cierre de la competición. 
El caso, hablemos de lo deportivo, es que el Autocid Burgos se ganó el ascenso directo en la última jornada de Liga regular, al derrotar en su cancha al Andorra con un ajustado 76-68. Los hombres de Andreu Casadevall (vaya recorrido el suyo por la península, ya ha entrenado en Badajoz, Lliria, Lugo, Huesca, Fuenlabrada, Alicante, Huelva y Burgos) resistieron el empuje de los andorranos en el segundo cuarto y consiguieron dar la sorpresa y arrebatarles el primer puesto, y el ascenso directo, en la última jornada. Buen partido del salmantino Dani López y del internacional por Cabo Verde, Jeff Xavier. Ellos han sido dos de los jugadores más importantes en el plantel de Casadevall junto con veteranos como Jorge García Navea (¡cinco ascensos ya a la ACB! Alicante en dos ocasiones, Bilbao, Fuenlabrada y ahora Burgos), el tirador Isaac López o el saltarín Alberto Miguel. Un hijo de histórico, Lucas Sikma, ha aportado trabajo y presencia, lo mismo que jugadores que prometían mucho como Josep Ortega o el ex de Temple Sergio Olmos. El brasileño y exjugador ACB Marcus Vinicius Toledo cerraba un juego interior luchador y porfiado que, en aquel partido, superó en más de veinte rebotes a sus rivales. 
Unos rivales que tuvieron que jugar el playoff para intentar ganarse la segunda plaza de ascenso y, como ya hemos dejado escrito, no lo consiguieron. Los andorranos de Joan Peñarroya eliminaron primero al Leymar de A Coruña, después al Cáceres y se enfrentaron en la final al Lucentum Alicante, con quienes protagonizaron un duelo intenso que se resolvió en el último partido después de una serie en la que hubo de todo, canastas polémicas, remontadas, milagrosos finales... 
Y, al final, Alicante. Los alicantinos regresan a la ACB tras perder la categoría hace un par de temporadas. Aquella era su tercera experiencia en la máxima categoría desde que el club se fundara a mediados de los años noventa. Consiguieron su primer ascenso con el inicio del siglo XXI, pero solo se mantuvieron una temporada. Eso sí, regresaron pronto, tras solo un año en LEB, y encadenaron cuatro consecutivos en los que el equipo alcanzó alguno de sus mejores éxitos. En la 2002-2003, y de la mano del argentino Julio Lamas, consiguieron clasificarse para el play-off por el título gracias a la gran temporada de Lou Roe y de Pablo Prigioni. Dos años más tarde, consiguieron la mejor clasificación de su historia en la ACB (5º) de la mano de Trifón Poch y un equipo que llegó a forzar el partido de desempate en su serie de playoff ante el Unicaja de Málaga. Los Alain Digbeu, Oriol Junyent, Berni Hernández, Nacho Rodríguez, Héctor García, Axel Weigand, Lucio Angulo, Quincy Lewis, Larry Lewis, Roberto Morentín o Iñaki de Miguel hicieron disfrutar por todo lo alto a una afición que al año siguiente sufrió el fracaso de ver a su equipo encajar 22 derrotas y volver a descender a la LEB. Esta vez, les costó dos años recuperar un puesto que consiguieron en la temporada 2009-2010 para disfrutar de tres años consecutivos, especialmente positivo el último, con Txus Bidorreta en el banquillo, clasificación para la Copa del Rey, el playoff por el título y gran rendimiento de jugadores como Kaloyan Ivanov, Pedro Llompart, Lamont Barnes, Benjamin Dewar o Mario Stojic, además de un Kyle Singler que acabó traspasado al Real Madrid a los diez partidos. Sin embargo, el equipo tuvo un colofón desgraciado cuando se vio obligado a vender su plaza ACB al CB Canarias para evitar la desaparición. Ahora, 13 triples en un último y decisivo partido llevan de regreso a la ACB al equipo que entrena Rubén Perelló, un jovencísimo pero experimentado (como entrenador ayudante) técnico de las Islas Baleares. 
Perelló ha tenido a sus órdenes a un equipo que levantó alguna duda al principio pero que ha acabado sabiendo manejar diferentes situaciones con una maestría absoluta. Los años y la experiencia han sido un valor clave en esta eliminatoria y en la temporada global. Al fin y al cabo, Alicante sube a ACB con Darryl Middleton (en julio cumple ¡47 años!) como títular (¿jugará en la ACB?). Y no es el único que puede presumir de un largo bagaje. Jugadores como Guillermo Rejón (36 años), Pedro Rivero (hace 34 un día más tarde que Middleton), Jesús Fernández (histórico del Granada en ACB, 37 años) hacen que sus compañeros Taylor Coppenrath (31), Roma Bas (30), Albert Sabat (27) o Rafa Huertas (28) parezcan sus hijos, y Alex Llorca (24) o el ex-Utah Shaun Green (25) sus nietos. En cualquier caso, la apuesta por la experiencia y el trabajo en equipo le ha salido bien a Perelló y al club alicantino. 
Ahora, queda, ya sabéis, lo de los cánones, los despachos, los millones y los desencantos o alivios para una afición que, a menudo, ve como lo que tanto ha aplaudido en la cancha, se esfuma en la oficina. Un bloguero decía hace unos días que el dinero y las soluciones siguen estando en el dinero público (empiezo a dudarlo, aunque no deje de ser una solución socorrida) y, con cierto rintintín, ponía como ejemplo a la ciudad de Bilbao. Razón no le falta, pues todos sabemos qué ha pasado este año en Bilbao y como se ha ido solucionando, si es que se ha solucionado del todo, pero, nunca conviene olvidar, la memoria siempre amplía la perspectiva, y, muchos no olvidamos, y estuvimos allí aquel último día, el ascenso fallido de 1994, con un Txus Bidorreta jovencísimo llevando al equipo de regreso a una élite a la que tuvo que renunciar por no conseguir 368 millones de las antiguas pesetas. 
Ojalá eso no les pase en Burgos o en Alicante, aunque no le deseo ningún mal a la gente de Donostia o Manresa. Sin embargo, y también habla quien lloraba viendo a Mark Simpson taparse la cabeza con una toalla tras perder la categoría ante el Oximesa Granada, añoro los días en los que lo que pasaba en la cancha no lo estropeaba lo que pasaba en el despacho.

domingo, 2 de junio de 2013

Drew Sullivan



Veamos como van las cosas por las ligas europeas de baloncesto. 
En España, Real Madrid y FC Barcelona apuntan ya hacia un nuevo duelo por otro título. Juan Carlos Navarro despertó y colaboró para derrotar al rocoso Gran Canaria de Pedro Martínez. Tanto en la primera serie contra el Bilbao Basket (donde Erazem Lorbek y Víctor Sada fueron los más enchufados) como en esta segunda, los catalanes llevan una media de casi veinticinco triples por partido con muy malos porcentajes. En la otra semifinal, el Real Madrid hasta se divierte, en parte, gracias a la magia de un Sergio Rodríguez que quizás disfrute de sus mejores momentos. Esa barba debe ser talismán. Por lo demás, empiezan a surgir rumores, aunque ahora mismo parece que todos se concentran en Unicaja por un lado, y en Jayson Granger por el otro.
En Italia también están en semifinales. Por un lado, Cantú y Virtus Roma empatan a dos después de que los lombardos se llevaran el cuarto partido en su cancha de Pianella. El veterano base italo-uruguayo Nicolas Mazzarino fue el mejor del equipo que entrena Andrea Trincheri. Pietro Aradori y los norteamericanos Joe Ragland y Alex Tyus también jugaron un buen partido ante la Roma de Marco Calvani donde destacaron sus compatriotas Phil Goss y Gani Lawal (éste también con pasaporte nigeriano). En la otra semifinal, Montepaschi Siena, que había hecho una temporada regular un tanto irregular, tiene contra las cuerdas al sorprendente vencedor de la primera fase de la competición, el Cimberio Varese de Francesco Vitucci. Los tres americanos de los varesinos, Bryant Dunston, Adrian Banks y Mike Green estuvieron a un gran nivel durante la liga regular. El ex-ACB Ere Ebi también ha hecho una gran temporada en un equipo que también cuenta con Dusan Sakota o la joven promesa Achille Polonara, además de incorpar desde Lituania y con la temporada empezada a Dejan Ivanov. Sin embargo, un solo punto de diferencia, una remontada de once puntos y muchos tiros libres, acabaron por darle la victoria a los de Siena en el último partido, y el equipo que dirige Luca Banchi ya lidera la eliminatoria por 3 a 1. Bobby Brown fue la gran estrella de ese último partido, pero también David Moss y Daniel Hackett están haciendo una buena temporada en un equipo que cuenta con un buen plantel (Viktor Sanikidze, Kristjan Kangur, Matt Janning, Benjamin Eze, Tomas Ress, Marco Carraretto, Aleksandar Rasic...) Por cierto, que Sergio Scariolo, tras una temporada que él mismo ha tachado de negativa, no ha dejado muy claro si seguirá en Milán.
En Francia van más adelantados, mientras algunos esperan que los Pacers eliminen a los Heat y haya dos franceses en la final de la NBA. Nanterre y Strasbourg ya han jugado dos partidos de la final y cada uno ha ganado uno. Nanterre llegará al Palais des Sports con la serie empatada, después de caer en el primero de manera contundente, 89-55, y dar la sorpresa en el segundo. En el primero, dos titulares y dos suplentes lideraron a los alsacianos que entrena Vincent Collet. Alexis Ajinca y Ricardo Greer desde el principio, y John Shurna y Jason Siggers desde el banquillo, brillaron para dejar sin opciones a un Nanterre donde destacó Chris Warren, que no es el Chris Warren que jugara en Bilbao. Precisamente Chris Warren pasó desapercibido en la victoria del Nanterre en el segundo partido; apenas jugó seis minutos, y fue su compatriota Trenton Meacham, quien tras terminar su periplo universitario en la Big Ten con los Illinois Fighting Illini lleva varios años intentando ganarse el pan por Austria, Alemania y Francia, con sus 26 puntos, con 6 de 9 en triples, el que hizo inútil el esfuerzo de los hermanos newyorkinos de origen dominicano Jeff y Ricardo Greer y el buen partido de Louis Campbell.
En Bélgica, el Oostende ya le ha ganado el primer partido de la final al sorprendente Mons-Hainaut que entrena Yves Defraigne. En semifinales dejaron fuera al Spirou Charleroi con un contundente 3-0. Los muchos americanos del equipo deciden la mayoría de las jugadas. Ya sea Quincy Taylor, Brian Qvale, Josh Bostic, Jonathan Wallae, Justin Cage o Monwell Randell, los seis han acabado como los seis mejores anotadores del equipo en liga regular. De cualquier manera, el Oostende de Dario Gjergja, campeón de liga regular, es el máximo favorito y ya gana 1-0. Jugadores con mucha experiencia, algunos con pasado en la ACB, como Sean Singletary, Mario Stojic, Wesley Wilkinson, Dragisa Drobnjak, Veselin Petrovic o Brent Wright hacen a los de la ciudad costera un rival muy temible, donde, además, Dusan Djordjevic y Matt Lojeski están haciendo una gran temporada, y los jóvenes Jean Salumu y Dusan Katnic, también.
En la zona de los Balcanes, Bosnia y Herzegovina, Croacia y Eslovenia ya tienen la final en marcha, en Serbia, el Partizan espera a un rival que saldrá de la eliminatoria empatada entre el Estrella Roja del lesionado Igor Rakocevic y el Mega Vizura donde se está recuperando para el baloncesto Novica Velickovic. El Partizan se deshizo, sin muchos problemas, de la Vojvodina, gracias al acierto de Joffrey Lauvergne. Siempre sacando oro de la cantera, este año han destacado en Belgrado Vladimir Lucic, Davis Bertans y Djordje Gagic. La final ante los archirivales del Estrella Roja podría ser épica. Dejan Radonjic tiene para lograrlo una plantilla larga y con experiencia, pues a Igor Rakocevic, se unen los DeMarcus Nelson, Marko Simonovic, Boris Savovic, Branko Lazic, Rasko Katic, Mike Scott, Vuk Radivojevic... Eso sí, Novica Velickovic no está por la labor. Entre él, el inmenso pivot Boban Marjanovic, y el escolta Luka Drca (ex-compañero de Kim Tillie en la universidad de Utah) detuvieron a los de Radonjic en el segundo partido de la eliminatoria. Velickovic ha jugado 13 partidos con los de Dejan Milojevic, consiguiendo más de catorce puntos y cinco rebotes por partido. Donde, como digo, ya han empezado las finales son en Bosnia y Herzegovina, donde el Igokea de Branko Jorovic gana 2-1 al Siroki de Marko Sutalo (y Darko Planinic antes de que este se fuera a Maccabi); Croacia, donde la Cibona ganó el primer partido al Zadar, gracias, en parte, a los 19 puntos y 10 rebotes de un Dario Saric que después de unir su nombre a no sé cuantos equipos (entre ellos Bilbao, que se llevó un chasco) ha acabado jugando con la Cibona; y Eslovenia, donde, de hecho, ya han terminado, como bien explicamos hace un par de entradas, disfrutando por última vez de Matjaz Smodis para alegría del Krka y desgracia del Olimpija. En Montenegro, por cierto, que se me olvidaba, el Buducnost de Aleksa Popovic, Gerald Lee y Nikola Ivanovic ya ha ganado la Liga, y en Macedonia, el Skopje de Ales Pipan se hizo con el título sin problemas gracias a sus dos mejores hombres, Todor Gecevski y Damjan Stojanovski.
En Rusia, CSKA y Lokomotiv Kuban, verdugo del Bilbao Basket en la Eurocup, se disputarán el título después de que los de Ettore Messina derrotaran a un Khimky donde, según he leído, se temen un éxodo de jugadores debido a los problemas económicos. Viktor Khryapa, que se perderá el EuroBasket, fue el mejor de los de Messina en el quinto y decisivo partido. 
En Grecia, Panathinaikos y Olympiakos lideran sus respectivas semifinales por 2-0. El Olympiakos de Spanoulis gana al sorprendente AGOR de Brent Petway y Marc Carter, donde, por cierto, aún juega Nestoras Kommatos. En la otra semifinal, idéntico resultado global para el Panathinaikos de Dimitris Diamantidis, donde destacan los ex-ACB Roko Leni Ukic, Stephane Lasme, Michael Bramos y James Gist. El Panionios ha hecho una gran temporada en la que ha destacado Vladimir Jankovic y, sobre todo, Nikos Pappas. 
En Turquía, el Galatasaray de Ergin Ataman esperaba rival y ya lo tiene. Los Carlos Arroyo, Boniface Ndong, Jamont Gordon, Erden Arslan o Milan Macvan jugarán contra el Banvit del veteranísimo Serkan Erdogan. Keith Simmons, Sammy Mejía, Vladimir Stimac y, sobre todo, Charles Davis, le dieron un auténtico disgusto a Oktay Mahmuti y sus hombres. El Anadolu Efes aspiraba a todo con los Jordan Farmar, Semih Erden y Dusko Savanovic, pero se quedaron en las semifinales. 
En Lituania, Joan Plaza se ha despedido del Zalgiris Kaunas con una carta manuscrita y una victoria final en la liga del país después de derrotar por 4-0 al Lietuvos Rytas de Dirk Bauermann, quien substituyó ya avanzada la temporada al cesado Darius Maskoliunas. Renaldas Seibutis ha sido el mejor hombre del alemán, aunque tanto Janis Blums como Mindaugas Katelynas y Nemanja Nedovic también han hecho una gran temporada, no suficiente para parar a los Oliver Lafayette, Mario Delas, Rimantas Kaukenas, Kristof y Darjus Lavrinovic, Robertas Javtokas o Mindaugas Kuzminskas, quien parece que viajará a Málaga junto al entrenador español.  
En Alemania, todo está muy apretado. El Bayern Munich de Yotam Halperin y Jan-Hendrik Jagla (no son los más importantes del equipo de Svetislav Pesic, pero sí probablemente los más conocidos) y el Brose Baskets del incombustible Casey Jacobsen y el rocoso Sharron Ford (además de Anton Gavel, Bostjan Nachbar, Alex Renfroe o James Ogilvy) por un lado, y el EWE Basket de Julius Jenkins y Adam Chubb y el Ratiopharm de John Bryant y Allan Ray por el otro, aún tendrán que disputar más partidos para saber quién juega la final de la BBL.
En Israel, Maccabi Tel Aviv y Maccabi Haifa lo llevan muy bien, y con sendos 2-0, apuntan a la final. Los de David Blatt se apoyan en el talento y el liderazgo de Lior Eliyahu para superar a un Hapoel Jerusalem donde destacan Raviv Limonad y Samardo Samuels. En la otra semifinal, el Maccabi Haifa de Brad Greenberg le está cortando las alas al Hapoel Eilat del otrora gran base Oded Katash, ahora entrenador. Afik Nissim y Jerome Tillman no son suficientes para parar a Pat Calathes, Donta Smith y Gal Mekel.
En Polonia, el Stelmet ZG ha dado la sorpresa y ha acabado en la final con el favorito PGE Turow tras un rotundo 3-0. Quinton Hosley ha podido con Russell Robinson, aunque ambos han estado bien acompañados, uno por Walter Hodge, Dejan Borovnjak, Oliver Stevic y Lukasz Koszarek, y el otro por Michal Chylinski, Aaron Cel e Ivan Opacak. 
En Ucrania, Malcolm Delaney, Leo Lyons y Michailis Anisimovas le dieron la victoria al Budivelnyk de Ainars Bagatskis ante el Azovmash de Lynn Greer, Tadija Dragicevic y Miroslav Radulijica. 
En Letonia, el Riga de Ramunas Butautas ganó en la final al Ventspils de Roberts Stelmahers.
En Estonia, victoria para el Kalev de los Ty Abbott, Frank Elegar, Keith McLeod, Gary Wilkinson, Tanel Sokk (hijo del histórico ex del CSKA, Panathinaikos y Aris, Tiit Sokk), Bamba Fall o Armands Skele.
En Georgia, ha ganado el título el MIA Academy de Benjamin Raymond y Kirk Archibeque.
En Portugal, el Benfica de Carlos Lisboa ya es campeón del país gracias a un gran partido de LaceDarius Dunn y Carlos Andrade en el último de la eliminatoria final.
Y, por último, en Gran Bretaña, si me preguntas, te diré que ha ganado el Leicester que entrena el norteamericano Rob Paternostro (llegó a entrenar al Aguas de Calpe) y donde juega el ex del León, Jorge Calvo, aunque, el mejor del equipo es Drew Sullivan, británico que jugó en la NCAA con Villanova, además de en Chipre, Bélgica o Rusia. Y como es el último que nombro, el título de la entrada va para él y le pongo en la foto con Will Smith que apareció en el Telegraph de chachara con el británico, aprovechando la visita del actor norteamericano a Inglaterra.
Buff. 
No preguntes por qué, ni cómo, ni qué coño. 
Supongo que será porque es domingo y había decidido pasarlo tirado en el sofá.