miércoles, 18 de septiembre de 2019

Bjorg Lambrecht



Hace tiempo, cuando nos asomábamos más asiduamente por este blog, ya solíamos aventurarnos con este tipo de entradas. Ahora, que nos cuesta mucho más asistir a nuestra cita con la escritura, se nos hace más cuesta arriba. 

Sería muy fácil hacer simplemente una lista de nombres, por supuesto. Dado que hemos seguido con atención toda la temporada ciclista profesional, que aún no ha terminado, nos podíamos permitir ir añadiendo, uno detrás de otro, un montón de nombres sin contexto ninguno y ya tendríamos el trabajo hecho. 

Mira: Stephen Williams, Gino Mäder, Max Kanter, Robert Stannard, Marc Hirschi, David Per, Miles Scotson, James Shaw, Enzo Wouters, Matteo Moschetti, Luis Villalobos... Australianos, mexicanos, suizos... De todo un poco. Para ampliar la lista, añadiríamos a los que han destacado este año en el Tour del Porvenir, de Tobias Foss a Nils Eekhoff pasando por Stefan Bisseger, Ethan Hayter, Thomas Pidcock, Kaden Groves, Stefano Oldani, Simon Guglielmi, Giovanni Aleotti, Harold Tejada, Mauri Vansevenant, Samuele Battistella, Ilan Van Wilder, Matteo Jorgenson, Clement Champoussin, Sylvain Moniquet... El Porvenir no falla. En los últimos años lo han ganado corredores que, ahora mismo, están disputando con trascendencia la temporada profesional: Miguel Ángel López, Marc Soler, David Gaudu, Egan Bernal y Tadej Pogaçar. Todos han nacido en 1994 o después, excepto Soler, que lo hizo en 1993. 

Para completar esta lista de nombres añadiríamos tres de la casa, ya que somos de donde somos: Iñigo Elosegi, Urko Berrade y Unai Cuadrado. 

Bien, voy a explicarme ya. Por supuesto, esta colección de nombres responde solo a la juventud de los implicados y su futuro en el ciclismo profesional. La línea límite es el año 1994. Es decir, como mucho, tienen 25 años. Todos ellos cuentan con años por delante para cumplir con lo que ahora mismo prometen. 

Como decía, podríamos hacerlo así, rápido y sin mucho fundamento. Antes lo hacíamos, y ahora nos da un poco más de pereza. Pero lo vamos a hacer. Y distinto, de alguna manera. La razón principal de que volvamos a escribir una entrada sobre jóvenes prometedores en el ciclismo profesional es que, en esta ocasión, ya están haciendo lo que prometen. Y por eso, aunque, como he dicho anteriormente, haya caído la asiduidad y el compromiso con el que nos asomamos por este blog, nos animamos a escribir de nuevo sobre ello. Porque sabíamos que no iba a ser la típica lista con decenas de nombres de corredores que no conocemos, en realidad, pero que hemos leído u oído que serán buenos. No, era simplemente un resumen del año, constatando que el cambio ya está aquí. Que irrumpe con fuerza una nueva generación de ciclistas que amenaza con apoderarse del presente tanto o más que del futuro. El nivel de competitividad y de éxito que ya han demostrado un buen puñado de jóvenes valores es tan significativo que entradas como esta se están reproduciendo como artículos periodísticos, o simplemente titulares, en varias fuentes deportivas. 

Básicamente, mi idea era ceñirme a los resultados de las tres grandes, por reducir el campo y la exigencia de trabajo y así mostrar lo que estamos diciendo, pero también es cierto que hay algún corredor que es obligado meterlo en esta lista y que no ha rendido o resaltado en ninguna de las tres grandes. Vamos a empezar por este grupo, donde solo incluimos a cuatro corredores, y veréis cómo era necesario hacer estas salvedades. 

En concreto, los corredores que hemos elegido, corredores jóvenes que ya han logrado buenos éxitos este año, aunque no haya sido en grandes vueltas, son, por supuesto, uno de los grandes protagonistas de esta generación, Remco Evenepoel, más Mathieu Van der Poel, Alexander Vlasov y Maximilian Schachmann. Este último es alemán, nacido en el año 1994, y este año ya ha sido campeón de ruta en su país, Alemania, ha ganado una etapa en Volta a Catalunya y el Gran Premio Industria y Artigianato-Larciano y, sobre todo, asombró en Euskadi, donde se marchó con tres victorias parciales de la Itzulia, una de las pruebas de una semana más importantes en el calendario UCI World Tour. El ruso Vlasov es, probablemente, de los cuatro elegidos el que menos ruido ha hecho. Nacido en 1996, corre en el Gazprom RusVelo, y este año ha ganado una etapa en la Vuelta a Austria y el campeonato en ruta de su país, Rusia. Pero ha hecho resultados más sorprendentes que dejan intuir un gran futuro, que ya demostró al ganar el Giro amateur en 2018: fue 3º en la Vuelta a Asturias, ganó la montaña en el Tour de Eslovenia, fue 10º en el Tour de los Alpes, 4º en el Giro de Sicilia, 8º en la Vuelta a Andalucía... Por supuesto, los que más trascendencia mediática han tenido son Evenepoel y Van der Poel, con Van Aert, probablemente, los grandes abanderados del futuro del ciclismo europeo. Evenepoel deslumbró en la Klasika de Donostia, una de las grandes clásicas del calendario internacional, a cuyo palmarés se incorporó gracias a su victoria con tan solo 19 años (es del 2000). No ha sido su única victoria de la temporada. Ha ganado también la Vuelta a Bélgica y el campeonato de Europa contrarreloj. El futuro es suyo y el presente probablemente también. Aunque, en parte, lo tendrá que compartir con Van der Poel, Mathieu. Nacido en 1995, su palmarés en la categoría de ciclocross le eleva ya a lo mejor del mismo, pero empieza a despuntar en ruta con exhibiciones como la que dio para imponerse en la prestigiosa Amstel Gold Race. No ha sido su única victoria de la temporada. Acaba de llevarse la Vuelta a Gran Bretaña y ya antes se llevó, entre otras victorias, la Flecha Brabançona o el GP de Denain. Ninguno de ellos ha despuntado (algunos ni han disputado) grandes vueltas pero todos merecían incluirse aquí, ¿no?

Sin embargo, como digo, la mayor evidencia de ese cambio generacional se ha dado en las tres grandes vueltas. Lo podríamos resumir con la confirmación de Caleb Ewan (1994) y Pascal Ackermann (1994) como grandes velocistas en el Giro de Italia, la victoria absoluta de Egan Bernal (1997) en el Tour de Francia y la destacable actuación de Tadej Pogaçar (1998) en la Vuelta a España. Pero, por supuesto, hay más. Y vamos a empezar por el final. 

Sí, Pogaçar, a sus 20 años, ha sorprendido a propios y extraños en la Vuelta a España: se ha llevado el maillot blanco de mejor joven, ha ganado tres etapas y se ha encaramado a la 3º posición de la clasificación final después de una exhibición en la penúltima etapa. Ya había ganado en Algarve y California a lo largo del año. Pero ha habido más éxitos precoces. Sergio Higuita (1997) ganó una etapa y fue 14º en la general. Lo ha hecho con Education First, pero la primera parte de la temporada la corrió con la Fundación Euskadi y ya se había estrenado en la Volta ao Alentejo. El francés Remi Cavagna (1995) se pasó media Vuelta escapado y, al final, demostrando ser un rodador de primera, se llevó una etapa. Entre los hombres rápidos, Sam Bennett fue el mejor, pero el único que le plantó cara, ganando, además, dos etapas, la última en Madrid incluida, fue Fabio Jakobsen (1996), aspirante a ser uno de los corredores más ganadores del pelotón internacional. Este año, además de en la Vuelta, ya había conseguido victorias parciales en Turquía, California y Algarve, además de ser campeón de Holanda o llevarse la Scheldeprijs. Además, lleva ganando desde 2016, donde se estrenó con una victoria en el ZLM Tour, teniendo apenas 20 años. El norteamericano Sepp Kuss (1994) también se llevó una victoria parcial, además de destacar como gregario del ganador final, Primoz Roglic, y acabar 29º en la general final. Todos estos se han ido con victorias de la Vuelta, pero es obligado mencionar a otros que lo han intentado o han destacado, aunque no hayan ganado, como Miguel Ángel López (1994), 5º en la Vuelta después de ser 7º en el Giro este año y de haber pisado ya el pódium en grandes, además de haber ganado en su corta carrera etapas en la Vuelta, Tour de Suiza, Vuelta a Catalunya y la general del Tour del Porvenir. James Knox (1994) fue 11º en la general final y Tao Geoghegan Hart (1995) del Team Ineos acabó 20º y se pasó media Vuelta escapado, igual que el portugués del Katusha Ruben Guerreiro (1994), quien acabó finalmente 17º. Y la lista sería enorme, un buen puñado de corredores que, de una u otra manera, se han dejado ver en esta Vuelta, demostrando pundonor, talento y futuro y dejando claro que la próxima generación viene dispuesta a tomar el relevo rápidamente: Domen Novak (1995), Sergio Samitier (1995), Kilian Frankiny (1994), Óscar Rodríguez (1995), Ben O'Connor (1995), Cyril Barthe (1996), Fernando Barceló (1996), Szymon Sajnok (1997), Daniel Martínez (1996), Mark Padun (1996), Neilson Powless (1996), Amanuel Gebreigzabhier Egerzeigzaarhka (1994), Matteo Fabbro (1995), Michael Storer (1997), Fernando Gaviria (1994), Nikklas Eg (1995), Alex Aranburu (1995)...

En el Giro de Italia pudo más la veteranía, pero también hubo ganadores que nacieron antes o en el 94, como el belga Nans Peters (1994) o el velocista colombiano Fernando Gaviria (1994). En las volatas, un clásico del ciclismo italiano, además de Gaviria, como ya hemos dicho, destacaron el australiano Caleb Ewan y el alemán Pascal Ackermann (este se llevó también la clasificación por puntos), los dos del 94, confirmando que son dos de los corredores actuales que más rápidos se muestran en esta especialidad. Otro corredor de la generación de 1994 que destacó en esta edición del Giro de Italia fue el italiano Giulio Ciccone, quien acabó 16º en la general final, se llevó la clasificación de la montaña y ganó una etapa. Pero, además de todos estos corredores, hubo otros que, aunque no levantaran los brazos, disfrutaron de visibilidad en el Giro de 2019. Destacaron gente como el francés Valentin Madouas (1996), 13º en la general final, Hugh Carthy (1994), 11º en la general y que este año ya ha ganado una etapa en la Vuelta a Suiza o el propio Miguel Ángel López, 7º y mejor joven. Por sus maneras y lo que promete, también destacó el ruso Pavel Sivakov (1997), del Team Ineos, quien acabaría 9º en la clasificación final. Este año, Sivakov ya se ha llevado las generales del Tour de los Alpes y de la Vuelta a Polonia, proponiéndose como otro de los favoritos a ocupar portadas en el futuro. Y hubo más, como Edward Dunbar (1996), 22º en la general final, Lucas Hamilton (1996), 25º y ganador este año de la Settimana Coppi e Bartali, Chris Hamilton (1995), Jai Hindley (1996), Giovanni Carboni (1995)... No lo hizo tan bien (acabó 44º en la general) otro talento del Team Ineos, el colombiano Iván Sosa (1997) quien este año revalidó con soltura su triunfo en la general de la Vuelta a Burgos. 

En el Tour de Francia, sin duda, el gran protagonismo en cuanto a juventud y éxito fue para Egan Bernal (1997), ganador de la clasificación final, secundando en ello a dos compañeros como Chris Froome, ausente, y Geraint Thomas, segundo en la clasificación de este año. Su talento tan precoz no ha sorprendido a muchos, que ya veían que esto podía pasar desde que corría en Italia y se llevó la general del Tour del Porvenir. Su éxito no puede ocultar el de otros, por supuesto. Sobre todo el del joven belga Wout Van Aert (1994), quien se llevó una etapa de este Tour de Francia, pero en su palmarés de la temporada 2019 también se incluye ser campeón de Bélgica contrarreloj o dos etapas de la Dauphinè Liberè. Escaladores como el francés David Gaudu (1996), quien acabó 13º en la general, o el español Enric Mas (1995), 22º finalmente, y quien ya fuera segundo en la Vuelta de 2018, también son apuestas seguras para próximas ediciones. Hubo más: Laurens de Plus (1995), ganador este año del BinckBankTour, fue 23º en la general del Tour de 2019. Gregor Mühlberger (1994), acabó 25º y Giulio Ciccone, 31º. Otros que también destacaron o se dejaron ver fueron gente como el alemán Lennard Kämna (1996), Tiesj Benoot (1994), Nils Politt (1994), Elie Gesbert (1995), Kasper Asgreen (1995), Benoit Cosnefroy (1995), Iván García Cortina (1995), Matej Mohoric (1994), Jasper Philipsen (1998), quien ya se ha estrenado en el Tour Down Under con 20 años, o su compatriota Aimé de Gendt (1994).

Todos estos corredores, pero sobre todo los Pavel Sivakov, Wout Van Aert,  Remco Evenepoel, Mathieu Van der Poel, Egan Bernal, Caleb Ewan, Pascal Ackermann, Tadej Pogaçar, Fabio Jakobsen y Sergio Higuita han demostrado, no solo que se puede confiar en ellos para el futuro, si no que ya están aquí; que, probablemente, el presente ya sea suyo también. Bernal ya se ha llevado el Tour, Evenepoel y Van der Poel ya han ganado clásicas prestigiosas, Ewan y Ackermann ya son grandes velocistas, y gente como Pogaçar, Higuita, Van Aert, Jakobsen o Sivakov ya conocen el triunfo desde edad temprana y en más de una ocasión. Entre el 94 de los más veteranos y el 2000 del precoz Evenepoel se apresta a triunfar una generación de ciclistas a la que, con la debida perspectiva, aspiramos a incluir algo de talento del que tenemos por aquí. Los Óscar Rodríguez, Urko Berrade, Unai Cuadrado, Iñigo Elosegi, Álex Aranburu y compañía intentarán emular a esa generación de los hermanos Izagirre, Pello Bilbao, Castroviejo, Landa, Nieve o Fraile que aún prometen alegrías y resistirse a esta nueva generación. Por cierto, todos estos veteranos corredores tienen algo en común. De alguna u otra manera estuvieron, en algún momento, unidos a la estructura de la Fundación Euskadi. Esperamos que los que ya despuntan o los que prometen por abajo consigan tener el abrigo de un equipo que apoye y empuje el talento como en su momento ocurrió con los más veteranos. 

Finalmente, hay que explicar que, por supuesto, hablando de juventud y éxito, nos vemos obligados, aunque sea con dolor y tristeza, a dedicarle la entrada a Bjorg Lambrecht. Si no hubiera sido por el trágico accidente que sufrió en Polonia y que acabó con su vida, este joven de Gante nacido en 1997 hubiera estado seguro en esta lista. A sus 22 años, ya sabía lo que era ganar, habiendo dejado grandes éxitos como su medalla de plata en el Campeonato del Mundo sub23 o su victoria en la Lieja-Bastón-Lieja en la misma categoría. El futuro también era suyo hasta que la desgracia lo evitó. Aunque no sirva de mucho ni tenga gran alcance la repercusión de este blog, era necesario hacerle un pequeño y merecido homenaje, lamentando su muerte y reconociéndole el talento que hasta entonces pudo demostrar. 

lunes, 9 de septiembre de 2019

Drew Crawford



En pleno momento clave del Mundial, parece que no procede ahora hablar de las Ligas nacionales. Si tuviéramos que hablar de baloncesto e Italia, probablemente, sea más oportuno hablar del parcial de 9 a 42 que les llevó a remontar ante Puerto Rico o su dolorosa derrota contra España que les retiró de la lucha por las medallas. 

Pero es que la liga italiana de baloncesto profesional, el Pallacanestro, como lo conocemos los foráneos, se está revitalizando, con lentitud, pero con una alegría que merecía la pena mencionar. En años anteriores, los equipos italianos prácticamente desaparecieron de la élite europea, su liga pasaba por continuos problemas económicos y equipos históricos desaparecían, descendían o empezaban de cero. Muy atrás quedaban los años 70 del siglo pasado, con el Varese dominando Europa o los ochenta con el Milano y el Cantú en lo más alto. Si haces una búsqueda en google, el baloncesto italiano y su liga, en épocas recientes, siempre viene acompañado de expresiones como "el ocaso de", "el eclipse de", "cuando eran los mejores".... Siempre usando el pretérito. Solo el Virtus Bolonia y el Treviso estuvieron a esa altura cuando cambiábamos de siglo y más recientemente se ha codeado, aunque desde lejos, con los mejores, el Milano. 

En la temporada que empezará a finales de setiembre, se volverán a juntar en la Lega todos esos equipos históricos de Italia. Ciudades como Pesaro, Trieste, Cantú, Milán, Roma, Treviso y Bolonia por partida doble recuperarán la esencia de un baloncesto que siempre estuvo a la cabeza del baloncesto europeo y que nos dejó nombres, en diferentes épocas, como los de Ferdinando Gentile, Roberto Brunamonti, Stefano Rusconi, Antonello Riva, Dino Meneghin, Walter Magnifico, Pierluigi Marzorati, Gregor Fucka, Carlton Myers, Sandro Gamba, Riccardo Pittis, Vincenzo Esposito, Claudio Coldebella, Paolo Conti, Romeo Sacchetti, Denis Marconato, Gianluca Basile... O extranjeros que pasaron por las filas de diferentes equipos de la Lega como Tony Kukoc, Oscar Schmidt Bezerra, Manu Ginobili, Predrag Danilovic, Bob McAdoo, Zoran Savic, Antoine Rigaudeau, David Andersen, Marko Jaric... Y la lista sería interminable. 

Este verano Italia ya empezó a ocupar portadas internacionales con el regreso de Ettore Messina al Olimpia Milano, el fichaje de Milos Teodosic por la Virtus Bolonia de Aleksandar Djordjevic, seleccionador de Serbia o el de Sergio Rodríguez, quien dejaba el CSKA de Moscú para firmar por el Milano de Messina. Son los fichajes más rutilantes, pero hay otros y, en general, una subida de talento muy marcada que generará un lento, es mi opinión, pero progresivo regreso del baloncesto transalpino a las zonas más doradas y visibles del baloncesto europeo. 

Por ejemplo, en ese Bolonia de Djordjevic, además de a Teodosic, también tendremos a Vince Hunter, que llega del AEK de Atenas, o a jugadores contrastados como Stefan Markovic y Kyle Weems. Mientras que en el AX Armani Milan de Ettore Messina y su ayudante, el norteamericano Tom Bialaszewski, además de a Rodríguez, tendremos a jugadores de nivel como Vladimir Micov, Shelvin Mack, Michael Roll, Arturas Gudaitis, Nemanja Nedovic o el norteamericano Kaleb Tarczewski. No serán los únicos que disputen Lega y Coppa con aspiraciones, otros equipos como el Banco di Sardegna Sassari de Gianmarco Pozzecco o el Umana Rayer Venezia de Walter de Raffaele se lo pondrán difícil. 

Una primera cosa que sorprende es la acumulación de talento nacional. Solo cinco jugadores de la selección italiana en el Mundial están fuera del país: los NBA Marco Belinelli y Danilo Gallinari y Luigi Datome, Daniel Hackett y Alessandro Gentile, aunque el mercado aún se puede mover. El resto, juegan en la Lega: Amadel Della Valle, Paul Biligha y Jeffrey Brooks en Milano, Luca Vitali y Awudu Abass en Brescia, Amedeo Tessitori en Treviso y el italoargentino Ariel Filloy en Venezia. 

Pero hay más. Desde los jóvenes como Tomaso Baldasso (Roma), Davide Alviti (Treviso), Lorenzo Bucarelli (Sassari), Federico Miaschi (Pesaro), Aaron White (Milan), Alessandro Simioni, Andrea Pecchia (Cantu), Riccardo Cattapan (Brindisi)... a los veteranísimos como Luca Lechtaler (Trento), Giuseppe Poeta (Reggio Emilia), Andrea Cinciarini (Milan), Daniele Cinciarini, PietroAradori, StefannoMancinelli (Fortitudo) o Brian Sacchetti (Brescia) pasando por los Filippo Baldi Rossi (Bolonia), Matteo Imbro (Treviso), Davide Pascolo y Aaron Craft (Trento), Stefano Gentile (Sassari), Michele Vitali (Sassari), Riccardo Moraschini (Milan), Matteo Fantinelli (Fortitudo), Raphael Gaspardo (Brindisi), Antonio Iannuzzi (Brindisi), Michele Ruzzier o Giampaolo Ricci (Cremona). 

Por supuesto, también habrá talento foráneo, llegado desde los Estados Unidos, principalmente, pero también de otros rincones de Europa. David Moss estará en Germani Brescia; Adrian Banks en Happy Casa Brindisi; Jeremiah Wilson en Cantú; Rok Stipcevic, Maarten Leunen o Henry Sims en Fortitudo Bolonia; DeJuan Blair, Vasa Pusica o el joven estonio Henri Drell en el Pesaro que preside Ario Costa; Jean Salumu, Zabian Dowdell o Terran Petteway en Pistoia; Darius Johnson-Odom, Reggie Upshaw, Josh Owens, Gal Mekel o David Vojvoda en el Reggio Emilia; Curtis Jerrells, Miro Bilan, Jamel McLean o Dwayne Evans en el Banco di Sardegna Sassari de Pozzecco; Justin Knox, George King o Andreas Forray en Trento; David Logan, Jordan Parks, Isaac Fotu, Aleksej Nikolic en Treviso; Jon Elmore, Hrvoje Peric, Juan Fernández o Kodi Justice en Trieste; Jason Clark, LJ Peak, Josh Mayo, Siim-Sander Vene, Milenko Tepic o Intus Jakovics en Varese; Michael Bramos, Ike Udanoh, Austin Daye, Gasper Vidmar, Jeremy Chappell, Mitchell Watt o Julyan Stone en Umana Rayer Venezia, actual campeón; Jerome Dyson, Mike Moore, Davon Jefferson, Amar Alibegovic en el Acea Virtus Roma que entrena el veterano Piero Bucchi; o, finalmente, en el Vanoli Cremona del actual seleccionador nacional, Romeo Sacchetti, jugarán gente como Drew Crawford, Peyton Aldridge, el finés Tobias Palma, Mathiang Mangok, Travis Diener o Wesley Saunders. 

Resumirlo así es un poco torpe, pero la sensación general es que se presenta una Lega apasionante, que el baloncesto italiano resurge poco a poco y que hay que tener esperanzas puestas en una nueva época de esperanza e ilusión para un baloncesto histórico al que los hitos y grandes logros se le iban quedando muy atrás. Veremos en qué queda todo al final. 

Le vamos a dar el titular a Andrew Eugene "Drew" Crawford, jugador salido de la universidad de Northwestern y con pasado en Europa por ligas como la alemana y la israelí que el año pasado se llevó el premio al mejor jugador de la Lega (trofeo que han ganado, entre otros, jugadores de la clase de Manu Ginobili, Danilo Gallinari, Luigi Datome, Bo McCalebb, Carlton Myers o Predrag Danilovic) en la última edición. Probablemente, vuelva a ser otro de los jugadores destacados de esta competición. La fotografía, para el histórico Ignis Varese. 




domingo, 8 de septiembre de 2019

Elisa Longo Borghini



Joane Somarriba, Jeannie Longo, Dori Ruano, Leontien Van Moorsel, Hanka Kupfernagel, Fabiana Luperini, Marianne Vos, Judith Arndt, Amanda Spratt, Emma Johansson, Elisa Longo Borghini, Ashleigh Moolman-Pasio, Susanne Ljungskog...

Todas ellas la han ganado.

Annemiek van Vleuten,  Anna van der Breggen, Eneritz Iturriaga, Margarita Fullana,  Trixi Worrack, Mara Abbott, Katrin Garfoot, Evelyn Stevens, Megan Guarnier...

Todas ellas han estado apunto de hacerlo. 

En conjunto, todos esos nombres parecen un resumen nominativo de la historia del ciclismo profesional femenino. Lo que las une es que todas ellas han ganado o han estado apunto de ganar la Emakumeen Euskal Bira.

Es la prueba por etapas más antigua de europa en categoría femenina. Se disputa desde 1988. Con profesionales, desde 2004. Hace unos días se anunció que, por  "cuestiones económicas y cansancio de los organizadores", la prueba no se disputará en 2020. No sé si es definitivo, pero supone el adiós a una prueba clave e histórica. Una prueba que comenzó limitada al territorio vizcaíno, con sabor local, y organizada por la Sociedad Ciclista Iurreta para convertirse en uno de los grandes eventos del pelotón internacional en la categoría femenina. El año pasado recorrió todo el territorio vasco. El próximo, parece que no se disputará. Apenas reciben 12.000 euros en ayudas públicas para su organización, mientras que otras grandes pruebas del calendario profesional vasco e internacional, aunque en categoría masculina, reciben en torno a los 200.000. Parece, por lo que se comentaba en las noticias que se hicieron eco de este anuncio, que es posible que, en la próxima temporada, en su lugar, se dispute una Itzulia o Vuelta al País Vasco doble, con categoría femenina y masculina, igual que sucedió este año en la Klasika o Clásica de San Sebastián, donde la australiana Lucy Kennedy estrenó la primera edición femenina de una de las grandes clásicas del calendario UCI World Tour. Todo estará organizado por OCETA, Organizaciones Ciclistas Euskadi, y no por la asociación que, hasta ahora, se había dedicado a organizar la Emakumeen Bira y que parece que, tras años de duro trabajo, arroja la toalla y renuncia al esfuerzo. 

A la espera de que se confirme, por lo tanto, que habría substituto y que se repita la experiencia en la Klasika, solo quedará en el calendario vasco, en su versión femenina, otra gran prueba, esta de un día, la Durango-Durango Emakumeen Saria, que se disputa desde 2001, y donde también se observa un palmarés de relumbrón con cuatro victorias de Marianne Vos y otros de corredoras como Emma Johansson, Megan Guarnier, Annemiek Van Vleuten, Anna Van Der Breggen, Joane Somarriba, Susanne Ljugskog o Emma Pooley.

En cualquier caso, decir adiós a esta prueba es una noticia triste. La propia Itzulia pasó por problemas económicos y se dudó de su supervivencia. Hace ya casi diez años, también pasó a mejor vida otra prueba histórica del calendario vasco, en este caso amateur, como fue la Bizkaiko Bira, disputada de 1981 a 2009, y en cuyo palmarés aparecían corredores, por entonces aún no profesionales, como Julián Gorospe, Igor González de Galdeano, Roberto Laiseka, Erik Dekker, Juan Carlos Domínguez, Roberto Heras o José Ángel Gómez Marchante. También desapareció la Subida a Urkiola en 2009 (Julio Jiménez, Vicente Belda, Óscar de Jesús Vargas, Marino Lejarreta, Andrew Hampsten, Pedro Delgado, Claudio Chiappucci, Leonardo Piepoli, Tony Rominger, José María Jiménez, Francesco Casagrande, Dario Frigo, Joaquim Rodríguez, Iban Mayo o Igor Antón) y la Bicicleta Vasca en 2008 (Roberto Heras, Mikel Zarrabeitia, Miguel Indurain, Abraham Olano, Evgeny Berzin, Haimar Zubeldia, David Etxebarria, Gianni Bugno, Claudio Chiappucci, Thierry Claveyrolat, Piotr Ugrumov, Marino Lejarreta o Fede Etxabe). En estos tiempos de pomposas salidas de etapa, de vistosos proyectos para organizar otras, de macrofestivales, y galas de premios internacionales, y toda la pompa y el aire y el confetti que tan bien queda en algunos programas políticos es una lástima que el fondo, el fundamento, la tierra fértil, el mérito menos vistoso se vaya perdiendo poco a poco. Algunos dirán que hay que progresar. Otros, que deberíamos regresar. Yo, por ahora, lo único que digo es que da pena y que ahí, en todos esos nombres, de Indurain a Rominger pasando por Delgado, Joaquim Rodríguez Bugno u Olano, de Somarriba a Longo pasando por Vos, Kupfernagel, Luperini o Guarnier tienes resumida gran parte de la historia del ciclismo, tanto masculina como femenina. Y da pena. 

Posdata: la imagen es simplemente el recorrido de una edición antigua de la Emakumeen Bira y el titular se lo otorgamos a la italiana Elisa Longo Borghini porque ella fue la última en ganarla.