miércoles, 28 de enero de 2009

Cristiano Ronaldo

Quizás el problema lo tengo yo. Desde siempre, no he soportado a la gente que tiene un buen concepto de sí misma. No es una máxima, quiero decir, aprecio la estima y creo que cada uno debemos intentar encontrar un punto de equilibrio donde la modestia y el orgullo no generen traumas, pero... En esta sociedad, últimamente, bajo mi parecer, se valora sobremanera la ambición y la seguridad en uno mismo. Desconfío de la gente que se muestra determinada, sin dudas, contundente, generosa con sus virtudes y ciega a sus vicios, y hay mucho, de hecho, es una actitud latente en muchos de los personajes mediáticos que hoy en día le sirven a la gente joven como modelos. Yo creo que la incertidumbre, las incógnitas, las dudas, la humildad, son todas características que no significan, por definición, debilidad ni victimismo ni futilidad como alguno nos hace creer. La causticidad y el cinismo están al orden del día, parece que todos damos por sentado que la ciencia de Darwin y la ética de Maquiavelo son fundamentales en nuestra rutina diaria y así justificamos que nos importen una mierda los demás y sus problemas. Y después de todas estas generalizaciones abstractas y aburridas, suelto la frase directa y bruta: ¡Odio, diría que con todas mis fuerzas pero en realidad me la traen bastante floja, a Cristiano Ronaldo y a otros personajes del estilo, leáse Robinho si se prefiere! No les deseo ningún mal, pero, de verdad, no me echaría a llorar si leyera que sus carreras deportivas entran en declive. Lo que me gustaría sería verles sin un puto duro y con la boca cosida. El día que la gente se olvide de Cristiano Ronaldo, yo me acordaré de él, y espero que los cien millones de euros que dice que vale se los paguen en lavativas y en falsos tratamientos capilares que le dejen calvo y mudo de tanto lamentarse y gimotear delante del espejo cuando vea como ha perdido su bonito peinado y no se reconozca. Infantil y ridículo, lo sé, pero es superior a mis fuerzas. ¡Viva Mario Martínez!

jueves, 22 de enero de 2009

Agustín Abadía

La primera y única vez que he estado en Logroño, bueno, miento, estuve una vez más, en coche, volviendo de Oyón, porque me perdí, pero ni tan siquiera bajamos del coche. La única fue hace muchos años, quizás a penas rebasara la veintena entonces. Mi amigo digamos que M tenía familia allí. Mi otro amigo, digamos que G, y yo fuimos a pasar el fin de semana. M no nos esperaba en la estación de autobuses, justo antes habíamos pasado por el viejo estadio de Las Gaunas. Pasamos el resto del mediodía comiendo en un Burger King, lo más barato, mientras G me contaba las fechorías que cometió mientras trabajó para uno de estos restaurantes de comida rápida en Bilbao. Después, nos tomamos una franziscaner en un bar irlandés vacío. Era la cerveza más grande que tenían y aún y así nos la terminamos antes de que llegara M a buscarnos. Nos llevó de excursión: solo recuerdo que el primer sitio al que nos llevó fue a verle los cojones al caballo de Espartero. El resto del día fue muy largo. Dejamos las mochilas en su casa y nos marchamos de excursión, una excursión muy distinta. Muchos bares. En uno, el Quinto Pino, le escribimos una carta macabra a D. En otro, alguien dijo que un borracho apuesto que le entraba a unas chicas muy dispuestas era un jugador del Logroñés. Estuvimos apunto de dormir en un banco del parque porque G se quedó sopa mientras M y yo nos colábamos en un edificio en obras. Por ningún motivo en especial, solo por ver la ciudad a oscuras desde una altura respetable. G roncó tanto que a penas pude dormir. Esos son mis recuerdos de Logroño. Mis recuerdos del Logroñés, son más viejos: David Vidal, Manolo Sarabia, Toni Polster, Andoni Cedrún, el Tato Abadía, Oleg Salenko, José Ignacio, Ruggeri, Lopetegui, Dulce, Lucho Iturrino, Poyatos, Quique Setién, Islas, Elgezabal, Santi Aragón, Marcos Alonso... Qué aficionado del Norte de la península no se acuerda de los partidos en Las Gaunas, del barro, del Tato Abadía marcando dos goles contra el Real Madrid para remontar y ser incluído en un once internacional de lo mejor de la jornada. Recuerdo también que el Tato pugnaba por entrar en el once ideal de un conocido programa de televisión de por entonces que intentaba gloriosamente hacer un once con los jugadores más feos de la competición: Dertycia, Ferrer... El Logroñés está herido de muerte. A punto de desaparecer. Dos incomparecencias le obligan a descender a Preferente. Dicen que ya no se salva. A nuestros vecinos de Sestao les costó recuperarse. Más les está costando en otra provincia norteña con el equipo de la capital. Me encantaría volver a ver Las Gaunas y el Tartiere con afición de primera. Es una cuestión romántica e irracional, pero esa parte del fútbol tiene casi más valor que cualquier fichaje millonario de relumbrón. Ojalá no tarden en ver buen fútbol por la capital riojana.

miércoles, 21 de enero de 2009

Roberto Laiseka

Es fácil resumir su palmarés: cinco victorias, si no contamos que ganó la Subida al Txitxarro, prueba festiva con la que los ciclistas profesionales vascos despiden la temporada y la montaña de una Vuelta a Suiza. Eso sí, sus cinco victorias fueron extraordinarias: tres victorias de etapa en la Vuelta a España, una victoria de etapa en el Tour de Francia y la última y tradicional etapa con final en el alto de Usartza durante la Bicicleta Vasca de 2004. Todas en llegadas en alto, todas en cimas de renombre: Abantos, Ordino y Cerler en la Vuelta a España, y Luz Ardiden en el Tour de Francia, más, como ya he dicho, la llegada junto al Santuario de Arrate en la Bicicleta Vasca. Consiguió un puesto en el pelotón profesional cuando ya contaba con aquella como su última oportunidad: el nacimiento de la Fundación Euskadi le otorgó un puesto en 1994. Trece años más tarde, con treinta y ocho, se retiró. A los que nos gusta el ciclismo y somos de su tierra, su nombre no se nos olvidará fácilmente. De hecho, para mí y para muchos otros, Roberto Laiseka tendrá un hueco en el espacio de la memoria que guardamos para los más grandes. Será difícil no recordar su forma atropellada de pedalear, su espalda encorvada, su gesto de sufrimiento, sus brazos escuálidos y torcidos al aire. No olvidaremos fácilmente lo mal que se lo hizo pasar al traductor del Tour de Francia tras su victoria en Luz Ardiden, ni su fama de cascarrabias, ni su silueta juguetona al final del pelotón, ni aquella victoria de etapa en la vuelta a España que Chente y él perdieron por pelearse. Ha sido uno de los escaladores más grandes que ha dado Euskadi en los últimos tiempos. Ahora que escribe en los periódicos, él mismo señala a Igor Antón como el sucesor que podría superar sus logros. No hacen falta muchas victorias. En realidad, no hace falta ninguna, no hace falta ganar nada para ganarse el aprecio de la gente. Un año después de su victoria en Luz Ardiden, mi hermano, unos amigos y el que escribe nos animamos a viajar hasta aquella cima y disfrutar del Tour de Francia por primera vez. La experiencia fue inolvidable y quizás algún otro día la cuente. En la memoria, quedaron muchas imágenes, en el periódico, quedó una inmortalizada, mi hermano, mis amigos y el que aquí escribe aparecíamos encorvados con las brochas en la mano escribiendo el nombre de Roberto en una revuelta de la montaña. He perdido la foto, pero nunca perderemos los recuerdos de aquel Tour. Y Roberto Laiseka siempre estará entre ellos. ¡Empezó la temporada! ¡A disfrutar del ciclismo!

domingo, 18 de enero de 2009

Casey Harriman

Rapidillo, lo siento, pero tengo mucha prisa. Hacía mucho que no escribía y ahora lo hago a prisa y corriendo, lo sé, lo siento. Veamos como le ha ido a Casey estas últimas semanas. No sé ni dónde lo dejé, ¿en la victoria contra Wichita State? Creo que sí. Desde entonces, seis partidos, con resultados dispares: tres victorias (una de ellas tras prórroga) y tres derrotas. Voy rápido:
Ante Indiana State, victoria por 18 puntos y Casey 3 puntos y 3 rebotes en 15 minutos. Ante Illinois State, derrota por 22 puntos y Casey 0 puntos y 1 rebote en 13minutos. Ante Northern Iowa, derrota por 3 puntos y Casey 1 punto y 1 rebote en 10 minutos. Ante Bradley, victoria por 9 puntos y todavía no tengo datos de este partido. Ante Southern Illinois, victoria por un punto en la prórroga y Casey 0 puntos y 2 rebotes en 13 minutos. Y ante Wichita State, derrota por trece puntos en casa de ellos y Casey consiguió tres puntos y un rebote en trece minutos. Por lo tanto, resultados muy regulares para Casey Harriman, entre 0 y 3 puntos, entre 0 y 3 rebotes y unos 13 minutos por partido. No ha dado el paso adelante y sigue con su rol en el equipo. Me voy, lo siento, otro día lo analizamos con más tranquilidad.

martes, 13 de enero de 2009

Mikel Arce

Para terminar el día, mientras veo como Scarlett Johansson y Woody Allen intenta demostrar que Hugh Jackman es un asesino en serie, voy a escribir una entrada de las mías, repleta de curiosidades que no sirven para nada. Esta mañana leía el periódico en el bar cuando he visto una pequeña noticia que pasaba desaparcibida: el delantero vasco Mikel Arce prueba con el Olimpia, equipo paraguayo que acaba de fichar a Buljubasich, antiguo portero del Tenerife. No sé, o no sabía hasta hoy, quién era Mikel Arce, por eso he leído con atención que tiene 24 años y mide 1'92. Juega de delantero y ha recalado a prueba en el Olimpia de Paraguay después de estar jugando los últimos meses en los Estados Unidos. Lo que me ha sorprendido ha sido el resto de su currículum. Con tan solo 24 años, y sin contar Paraguay y los Estados Unidos, Mikel Arce ha jugado en el Lourdes de tercera división, en el Algeciras, Costancia, Calahorra, Lemoa, Logroñés, Alfaro, Numancia B y Real Sociedad B. Buff, no tendrá miedo a volar ni le mareará viajar en coche, ¿verdad? Y de ahí, como siempre, me he puesto a pensar, después a recordar con obstinación y al final a rebuscar información sobre viejos trotamundos. El primero que me ha venido a la cabeza ha sido Isma Urzaiz porque también le entrevistaban en el periódico precisamente hoy. Isma, hasta que se asentó en el Athletic y antes de pasar un año en Ámsterdam antes de retirarse, jugó en el filial del Real Madrid, con los mayores debutó en unos dieciseisavos de la Copa de Europa ante el Odense, en el Albacete, en el Celta, en el Rayo Vallecano, en el Salamanca y en el Espanyol. No está mal, pero luego no hubo quien le moviera de Bilbao. También me he acordado de Miquel Soler, aunque tampoco es que viajara tanto, siete equipos, pero lo sorprendente es que todos fueron de primera fila (o de segunda pero de primera división): Espanyol, Barcelona, Atlético de Madrid, Sevilla, Real Madrid, Zaragoza y Mallorca. Creo que por ese orden. ¡Y Abreu! ¡El gran Abreu! Ahora que va a fichar por la Real Sociedad, con 32 años, ha jugado en trece equipos distintos y ha sido objeto de veinte traspasos. Pero el que se lleva la palma es uno de los nuevos ídolos del equipo de mi ciudad. Juan Carlos Rebollo, el extremeño, antes de llegar a nuestro club procedente del Eibar, jugó en el equipo de su pueblo Rivera del Fresno, en Badajoz, y en los siguientes equipos: Recreativo, Linense, Amurrio, Logroñés, Granada, Mirandés, Algeciras y Leganés. No está mal, seguro que Rebollo tiene muchas probabilidades de encontrarse con paisanos temporales en las estaciones de autobús. Ya puesto a jugar, enredé un poco en el mundo del baloncesto, porque no es muy difícil imaginar que los baloncestistas profesionales de los Estados Unidos tienen una especial predileción por los viajes y las aventuras. Por cierto, ¿alguien ha intentado calcular el número de ciudadanos americanos que viven del baloncesto en todo el mundo? Son muchos los ejemplos y yo me acordé de dos recientes, Kevin Ollie, el base que en once temporadas ha jugado en nueve equipos, unos pocos más que otro base, Dan Dickau, que ha jugado en siete en tan solo seis años. Pero, ¿y Paul Shirley? El "simpático" pseudo periodista que tan famoso se está haciendo gracias a su blog en ESPN.com. Shirley ha jugado en la NBA con los Hawks, los Hornets, los Bulls, los Suns y los Wolves. Pero a parte de eso, viajó hasta China, Rusia y, por supuesto, España, donde ha jugado con el Joventut, el ViveMenorca y el Unicaja. Sin embargo, tenemos ganador. ¿Alguien se acuerda de Alex Scales? Sí, hombre, un escolta largirucho y ágil, que se trajo Maljkovic al Real Madrid cuando se le llenó el equipo de lesiones. Pues, bueno, lo primero que diré de Scales es que siempre tuvo un sueño: jugar en la NBA, y lo intentó durante muchos veranos hasta que al final lo consiguió. Ha jugado un partido con los Spurs. Veamos, Scales salió de la Universidad de Oregón, primer equipo. No consiguió un contrato con un equipo profesional, pero sí consiguió contratos diversos con equipos de la CBA, la ABA y la IBL. Se marchó a Italia y luego tomó parte de un proyecto curioso, un equipo organizado por la NBA para competir en la Liga Sudamericana, los Ambassadors, original. De ahí, se marchó a China por primera vez, porque volvería. De China, a Argentina, donde no duró mucho. En verano lo intentó con los Detroit Pistons pero le cortaron antes de que empezara la temporada y se fue a los Grand Rapids Hoops de la CBA, donde completó su primer año en un solo equipo. En verano lo intenta con los Rockets pero tampoco lo consigue y Yao Ming le anima a que vuelva a China. Y lo hace, pero volverá a la NBDL, y luego se marchará a Corea, y volverá a casa para participar en el Torneo de las Américas con la selección de Estados Unidos. En verano lo intenta con los Sonics, pero le cortan antes de empezar... ¡y sí! Los Spurs le ayudan a conseguir su gran sueño. Acaba la temporada en la NBDL antes de que Maljkovic le llame para jugar con el Real Madrid. La temporada siguiente lo hace bien en el Aris de Salónica en Grecia y el dinero ruso le lleva la temporada pasada al CSKA Samara. Sin embargo, no dura mucho, si le buscáis esta temporada, le encontraréis en Kiev, en el BC Kyiv de Sasa Obradovic. Tiene treinta años. Y, aunque ya estaba un poco perdido con tanto viaje intercontinental, me he acordado de un nombre que nunca puede faltar en una crónica de experiencias exóticas, el gran Bora Milutinovic que entrenó a cinco selecciones en cinco Copas del Mundo, México, Costa Rica, Estados Unidos, Nigeria y China. Y además entrenó a Honduras y Jamaica, aunque aquí no duró mucho. Como entrenador de equipos profesionales también vivió en Italia, México, Argentina y Qatar. Y es que entre los seleccionadores hay ejemplos sorprendentes, dignos de los mejores aventureros. Hiddink ha entrenado a Rusia, Corea del Sur, Australia y Holanda. Otro holandés, Beenhakker, entrenó a Holanda, Trinidad y Tobago y Polonia. Bruno Metsu, francés, se aventuró con los equipos nacionales de Guinea, Emiratos Árabes Unidos, Senegal y Qatar. Y su compatriota Phillipe Troussier se marchó hasta Costa de Marfil, Nigeria, Burkina Fasso, Sudáfrica, Japón, Qatar y Marruecos. Hace unos meses un periódico de tirada nacional hizo un reportaje sobre un portero alemán, creo, que había jugado en los cinco continentes. Sus experiencias eran dignas de la mejor literatura de aventuras, incluyendo hasta un breve paso por la cárcel. ¿Qué no tendrán que contar todos los que he nombrado aquí? El caso es que Woody Allen y Scarlett Johansson ya han conseguido desenmascarar a Hugh Jackman, así que me voy a ir a la cama. Hoy, soñare que soy futbolista profesional y puedo fichar por el equipo que me de la gana, veamos que tal se me da vivir en... pongamos que la tierra de los Sigur Ros, que se me da mejor el frío.

viernes, 9 de enero de 2009

José Luis Korta

Ahora que ha fichado por Kaiku, me lo encuentro algunas veces remando por la ría. Sé que es él por como grita. Yo voy corriendo por la orilla y en el agua veo a la trainera en dirección contraria a la mía. Algunas veces, los remeros se entrenan por el paseo y me adelantan a ritmo constante pero mucho más rápido que el mío. Les veo marcharse por delante, sin apenas mover esas enormes espaldas que mantienen tiesas. No entiendo mucho de remo, pero siempre ha sido un deporte que he admirado. Supongo que hay que tener cultura o tradición remera, o alguien ha tenido que iniciarte para que realmente aprecies este deporte. En televisión, sobre todo a mar abierto, no es muy atractivo. Nunca he vivido una bandera de la Concha, pero sé que el ambiente es impresionante. Hace unos años sí que tuve cierta afición, y bajaba a la ría para ver las banderas que se organizaban en la desembocadura. Me quedaba embobado viendo fotos en blanco y negro de traineras que saltaban por encima de olas de espuma. Crecí cerca de la sede de Kaiku, que no ha cambiado mucho, por lo menos por fuera, y muchas noches de fiesta volvíamos por Simondrogas, y si no cogíamos el atajo, nos paseábamos dándole patadas a las piedras por la Avenida de Kaiku, dejando la vieja locomotora y a la Virgen del Carmen a la izquierda, antes de cruzar el puente. Alguien intentó convencerme, cuando era un chaval, de que probara con el remo, igual fue el mismo que intentó convencerme para que jugara al rugby. Siempre tuve fama de fuerte y de poco coordinado, así que parecía (y fue) un error decantarme por el baloncesto o el fútbol. Aunque igual de erróneo hubiese sido elegir el rugby o el remo. No creo que sea una persona muy fuerte ni que acepte muy bien el esfuerzo físico. Y, por supuesto, me habría costado soportar las arengas de Korta. Veremos si el remero más mediático de todos los tiempos consigue que Kaiku vuelva a la cima del remo y vemos a la bizkaitarra luchando por la bandera de la Concha. Unos años atrás, me tocó trabajar en Santurtzi y, cuando bajaba a comer, siempre me sentaba junto al puerto, con la virgen del Carmen y los barcos pesqueros a mi espalda. De frente, se freían sardinas en Mandanga y, a veces, los remeros de Santurtzi sacaban la Sotera a pasear. Los días soleados, aquellos veinte minutos que tenía para almorzar eran felices y relajados. Ahora, cuando voy a buen ritmo, no me pesan las piernas y cuento lo que he corrido más que lo que me queda, me siento igual de feliz y relajado viendo la cruz al final del dique y a mi derecha, una trainera verde que rompe el agua serena de la ría. Y a quien no le guste el remo es un animal, es un animal.

martes, 6 de enero de 2009

Sergi Vidal

Un día estábamos de compras mi hermano, mi madre y yo por el Max Center que es una de esas grandes superficies que tanto bien, dicen, me guardo mi opinión, le han hecho a nuestra ciudad. Sería alguna ocasión especial, porque parece que estábamos intentando comprar algún regalo. El caso es que, de repente, nos encontramos paseando por uno de los pasillos a Sergi Vidal y José Manuel Calderón con sus respectivas novias o mujeres y a un tercero que respondía al nombre de Andrés "El Chapu" Nocioni. Iban en dirección contraria a la nuestra, pero mi hermano dijo que no podía quedarse sin saludar a El Chapu y allí fue. Recuerdo como mi hermano le agarro del brazo y se dieron la mano. Chapu le saludó muy atento y siguieron paseando. Mi hermano, cuando volvía hacia nosotros, llevaba una amplia sonrisa y lo que dijo fue: "no me daba la mano ni para agarrarle la mitad del brazo." En la última jornada de la Liga ACB, el TAU de Dusko Ivanovic asaltó el Palau Blaugrana. El mejor de los vitorianos fue el escolta Sergi Vidal. Un jugador trabajador, silencioso, siempre dispuesto a olvidarse de su lucimiento personal en beneficio del equipo. Con un talento especial para el primer paso de entrada a canasta, muy buenas piernas para defender y un tiro exterior irregular pero que sigue mejorando. De Calderón y de El Chapu hay poco que decir. Por aquel entonces, Nocioni era (aún lo es) uno de nuestros jugadores preferidos, todo garra, fuerza, lucha, y con un gran tiro exterior. En la NBA le he seguido y sé que en Chicago la afición le tiene muchísimo afecto. Aún así, es una pena que no le hubieran traspasado a algún otro equipo donde le permitieran jugar minutos con más regularidad. Primero Scott Skiles y ahora Vinnie del Negro le están volviendo un poco loco. Aún así, sigue saliendo del banquillo para revolucionar algunos partidos. Sergi, sin embargo, es el protagonista de esta entrada. Contra el Barça firmó 18 puntos con un solo fallo de dos y otro de tres, además de cuatro rebotes y dos asistencias. Él y el probablemente mejor base puro de la Liga, Pablo Prigioni, fueron la base de la gran victoria de los de Ivanovic. Nunca es mal momento para reivindicar el juego de los estajanovistas, que, de vez en cuando, tienen la oportunidad de lucirse y congregar los focos que, en muchas ocasiones, deberían iluminar más su trabajo oscuro. Así que un bravo por Sergi Vidal y por todos los currantes del baloncesto. Que los Reyes les traigan hoy el mérito que a veces se les escatima.

sábado, 3 de enero de 2009

Jutta Kleinschmidt

Cuando aún no era ni adolescente, mi padre me llevó al Salón del Automóvil que organizaron en Bilbao. Recuerdo ver un fórmula uno, la moto de Champi Herreros, un coche del campeonato de rallies nacional, el coche de Batman... y un camión enorme que había corrido el Dakar. No sé si fue en esta exposición o durante el Parque Infantil de Navidad cuando también vimos a Kit, así que diré, manteniendo la duda, que lo que más me impresionó fue el camión. Quizás solo fue por el color de las pegatinas o el tamaño de las ruedas. Parecía imposible si quiera subirse allí arriba. Cerca, había fotos de camiones parecidos volando sobre dunas de arena. Ahora que va a empezar el Dakar sin Dakar, el Dakar más singular de la historia, me acuerdo de Jutta Kleinschmidt, la primera mujer que consiguió ganar el París-Dakar. Allá por 2001. Nunca me ha gustado especialmente el motor, ni tan siquiera conducir. Cuando Jutta ganó el París-Dakar, me enteré, me enteré como tanta otra gente que no seguía ni quería seguir el rally. El valor de aquella victoria vino dictado por el sexo de su ganador, en este caso ganadora, claro. No sé por qué, pero me alegré. Por lo poco que he averiguado, tengo entendido que Jutta Kleinschmidt es una auténtica aventurera, además de ingeniera de carrera, instructora, piloto de rallies y fanática de la tecnología. Aprovechó su éxito en el tour para tomar parte en varias aventuras diseñadas para televisión. Este año creo que no participa en el Dakar, de hecho, no sé qué fue de ella ni antes ni después de su victoria en 2001. Pero en 2001, así es, ganó. Sé que a alguno le picó. Sigue habiendo un enorme desequilibrio en la participación. Por poner un ejemplo, este año, en el que se batirán récords de participación, de los 24 rivales que tendrá el favorito Josef Machacek en la categoría de quads, solo tres son mujeres. Pocas mujeres más en las otras dos categorías. La española Beatriz García Puertas partirá en su Toyota con el ambicioso objetivo de competir. Y... precisamente en este momento Bender acaba de enamorarse de una robot rubia con unas buenas tetas y como estoy prestándole más atención a eso que a esta entrada que pretendía ser, supongo, reivindicativa y comprometida, será mejor que lo deje. Ya veremos si Isabelle, Beatriz, Corinne o cualquiera de las otras pocas mujeres que se han ido de viaje a Argentina consiguen igualar lo que logró Jutta. Pobre Bender, le ha quitado la novia Flexo. En fin, lo dejo aquí.

viernes, 2 de enero de 2009

Rafa Pueyo

Esta misma mañana he visto a Rafa Pueyo, segundo entrenador del Bilbao Basket, con la novia o su mujer, tomándose algo y comiendo unos pinchos en el bar Los Jamones de Barakaldo. Sin más, pero me he acordado de los acostumbrados rumores, supongo que muchos fundados, que alimentan las leyendas de jugadores y entrenadores. Rafa Pueyo estaba bien sobrio y lo único que hacía era darle al jamón, que vaya eso por delante, pero siempre me acuerdo de lo que solía contar Patxi Rípodas. Creo que lo dijo cuando era jugador de Osasuna. Decía algo así como que cuando salía a tomarse un café por la ciudad y alguien le veía, el que le había visto le decía a un amigo: acabo de ver a Patxi Rípodas en tal sitio tomándose un café. Pero este segundo, a quien se lo habían contado pero no le había visto, hacía suyo el "acontecimiento" y le decía a un tercero: he visto a Patxi Rípodas tomándose un zurito en tal sitio. Y el tercero le decía a un cuarto siguiendo el mismo procedimiento: he visto a Patxi Rípodas tomándose una caña en tal sitio. Y el cuarto le decía a un quinto: he visto a Patxi Rípodas de copas en tal sitio. Y el quinto a un sexto... Y así hasta que Patxi Rípodas estaba tan mamado que donde le habían visto era en comisaria detenido por altercado público. Cuando era un chaval y el fútbol ocupaba demasiado tiempo del que tenía para dedicarme al ocio (demasiado también), las leyendas etílicas de los jugadores eran nuestra dósis de chascarrillo. Que si Asier García Fuentes era un borracho, que si Javi Luke, que si Etxebe y Carlos García le habían entrado a la novia de un amigo, que habían visto a Javi González dando tumbos, que vaya melopea llevaba Larrainzar en no sé qué sitio, que si Amorebieta, Yeste, Del Horno ya más reciente... Leyendas que, por supuesto, estoy seguro de que tenían más de ficticias que de reales. Gorka González, promesa en su día del Euskaltel Euskadi en Zarauz tocando los huevos con sus colegas; Savovic, Majstorovic, Stefanovic y Weis comiendo pasta a dos carrillos en el Passerella; Larrainzar, Ferreira y Larrazabal de zuritos en un irlandés de Barakaldo; Víctor el del Valladolid queriéndole soltar una hostia a un colega, y con muchísima razón, en un pueblo cerca de Tordesillas porque mi amigo, del Oviedo de pro, le decía que era un cabrón por meterles dos goles en el Tartiere; Del Horno de marcha por Portu; Manix Mandiola a cañas en un bar de Salamanca; Iñaki Lafuente en las fiestas de los Gallegos... En fin, y más y más, y de todos esos hilos podría tirar hasta hacer que Lafuente se tomara el ribeiro a buches, Mandiola se zurrara con el camarero del pub, Del Horno le sobara el culo a una pobre chica, Víctor finalmente le soltara la hostia a mi amigo, Larrainzar, Ferreira y Larrazabal estuvieran jugando un kinito, los emigrantes del baloncesto regaran la pasta con lambrusco en vaso de tubo y el ciclista del Euskaltel en lugar de tocarlos, pegara patadas en las mismas partes. Pero no fue así. Sin embargo, está muy claro que nos gusta demasiado hablar de más de gente que cuando no la vemos en la tele se nos presentan como oportunidades irrechazables para fantasear y cometer delitos, por otra parte, de lo más convencionales entre nosotros mismos, los que hablan y luego esconden la mano. Y, vuelvo a decirlo, dos de enero y lo único que hacía Rafa Pueyo era dar buena cuenta del jamón bellotero.