viernes, 29 de mayo de 2009

Temuri Ketsbaia


Alguno se acordará de la manera tan... ¿agresiva? que tenía este delantero georgiano de celebrar sus goles con el Newcastle. Valga el ejemplo:

Del Newcastle pasó al Dundee y de ahí volvió al equipo donde destacó primero, el Anorthosis Famagusta de Chipre. ¿Por qué hay gente en Bilbao a la que el nombre aún le hace gracia? Nos reíamos cuando nos tocaron en la UEFA de 1994: ¡chupao! Y nos metieron un soberano 2-0 en Chipre con su estrella Gogic mareando a la defensa del Athletic. Menos mal que en San Mamés Genar Andrinúa puso orden y remontamos por los pelos. ¿Por qué nos hace gracia todavía? Ya avisaron en el 2005 cuando eliminaron al Trabzonspor en las previas de la Cahmpion y este año, por fin, y con el Olympiakos de Valverde como víctima, consiguieron un histórico puesto en la liguilla de la Champions League. ¿Nos reímos? Desde que Ketsbaia volvió al equipo, primero para meter goles mientras también hacía de entrenador, después para meter goles mientras hacía de todopoderoso mánager y ahora ya solo para hacer de eso, el club ha crecido sin freno. ¿Nos reímos? Solo cuentan en su plantilla con nueve chipriotas, y se han reforzado con gente experimentada y de renombre que acudieron al reclamo de la Champions League como el griego Traianos Dellas, el brasileño Savio Bortolini, el portugués Paulo Costa, o los franceses Laban y Bardon. En su plantilla, también hay más griegos, otro portugués, un montenegrino, un polaco, un húngaro, un iraquí, un holandés, un georgiano, un serbio o un albanés. El entrenador es (o era hasta hace poco) el alemán Ewald Lienen, que fuera segundo de Heynckes durante sus exitosos años en Tenerife.
¿Aún nos hace gracia lo de Famagusta?
El equipo juega desde hace años en Lárnaca, porque tras la invasión turca de la provincia a la que pertenecía Famagusta, muchos chipriotas de origen griego se vieron obligados a desplazarse. Quizás esa es una de las razones por las que el club es tan importante para sus seguidores. A mí, hace tiempo que lo de Anorthosis Famagusta me dejó de sonar exótico, pero manda cojones que todavía hay gente que se acuerde del nombre para hacer chistes brillantes durante las tertulias futboleras entre vino y vino.

Yoann Gourcuff

Le llaman el pequeño Zidane y mide 1'85. La Girondins ha pagado 13 millones de euros por él al Milán. ¿Cuánto pagará otro club por él en un año o quizás este mismo año? Mejor jugador de la liga francesa y autor del mejor gol. Éste:

jueves, 28 de mayo de 2009

Alekséi Pázhnitov


En 1985 inventó el tetris y en 1986 salió al mercado. Desde 2004, trabaja para Microsoft. Deberían hacer una Olimpiada de Tetris. Cuando era un adolescente nos pasábamos gran parte del día en la pequeña sala de juegos de Munibe. El deporte rey era el futbolín. El jefe los cuidaba como si fueran sus hijos. Sin jugada en la delantera y con contra. La rivalidad era enorme, y había categorías y una reputación que ganarse a base de jugarse la paga. Cuando trajeron por primera vez la máquina del Tetris fue un acontecimiento. Aún juego con la gameboy roja de la novia de mi hermano. Juego hasta que se agotan las pilas y para hacerlo más emocionante juego a que no se pueden hacer líneas si no es de cuatro en cuatro. Siempre me acuerdo de una serie de televisión en la que Alfredo Landa regentaba una gasolinera. Un niño que siempre pululaba por allí, ocupaba el día jugando a la gameboy. En un capítulo, unos japoneses venían desde el lejano oriente para proponerle no sé qué trato después de que el crío habría batido el récord del mundo. Me suena que eran más de trescientas líneas. Mi récord anda por las 240. Jodido el crío. Creo que en algún país escandinavo tenían un campeonato nacional de serpiente, ese juego que venía con los móviles Nokia, creo. ¿Por qué no un campeonato de europa de Tetris? Pázhnitov podía entregar la copa. Igual, hasta me apuntaba.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Ab Jenkins


El Gran Lago Salado (imagen de arriba) es todo lo que queda de lo que fue un enorme mar que hace ya mucho tiempo ocupó gran parte de lo que hoy es el oeste de Utah y pequeñas zonas del este de Nevada y el sur de Idaho. Se le llamó el lago Bonneville porque ese era el apellido de uno de los primeros exploradores que lo encontraron. Aquella gran superficie de agua prehistórica era tan grande como el lago Michigan y mucho más profunda. Y si alguien no ha estado en Chicago, no puede saber lo enorme que puede ser un lago. Si puedes ir de visita al lujoso suburbio residencial de Lake Forest y asomarte a la orilla, pensarás que estás frente al océano atlántico, nunca frente a un lago. Pues en aquel mar interior vivieron dinosaurios. Había exuberantes plantas tropicales creciendo donde ahora solo puedes ver desierto y matorrales. Hace millones de años, el lago Bonneville se derramaba por el borde de la Great Basin, al norte hasta el río Snake, pero cuando el clima empezó a cambiar se encogió hasta romperse y dividirse en docenas de lagos mucho más pequeños. Tras miles de años de sequías, el lago se desvaneció, dejando grandes capas de mineral de sal y creando, en lo que hoy es la frontera de los estados de Utah y Nevada, un enorme desierto de sal como no hay en toda América. Una ponzoñosa extensión de tierra que hoy llamamos the Salt Flats, la Planicie salada (segunda imagen abajo). Nada crece ahí. Por casualidad, sin embargo, el ser humano le buscó una utilidad a lo que quedaba del fondo del lago Bonneville: carreras de coches.
Ab Jenkins (tercera imagen abajo)fue durante muchos años el gran héroe mormón. Nacido en Utah en 1883, fue el primer hombre en usar la planicie como un circuito de coches de carreras. Poseedor del mayor número de récords mundiales en la historia del deporte, Ab Jenkins es el único hombre en el mundo que fue capaz de conducir un automóvil sin descanso durante 24 horas seguidas. Su coche tenía el sobrenombre del Meteorito Mormón (primera, cuarta y quinta imagen abajo). En 1950, con 67 años, consiguió su vuelta más rápida: 13 millas a 199.19 millas la hora, si no funciona mal el conversor, unos 320 kilómetros a la hora. Según él, sus logros se debían al hecho de que, como buen mormón, nunca probó el alcohol ni el tabaco.
Todo eso lo he aprendido (excepto la bobada sobre el lago Michigan y Chicago que es de mi cosecha) leyendo el libro de Judith Freeman The Chinchilla Farm.
Después, he averiguado algo más. David Abbot Jenkins, Ab Jenkins fue alcalde de Salt Lake City entre 1940 y 1944. Su coche era un Duesenberg y lo condujo durante 24 horas a una media de 135 millas la hora, 217 km/h en 1935. Cinco años más tarde, colocó el récord en 259 kilómetros a la hora y le duró hasta 1990. En la primera mitad del siglo XX, a Salt Lake City se le conocía como el lugar de nacimiento de la velocidad por la afición a las carreras de coches y motos, y precisamente de estas últimas, era un competidor Ab Jenkins. En pocos años, se construyó una autopista que cruzaba la llanada salada y un amigo de Jenkins que participó en la construcción le propuso participar en un espectáculo como parte de las celebraciones de la inauguración. Jenkins conduciría un coche y competiría contra un tren. Ganó Jenkins con cinco minutos de ventaja y se quedó prendado de las posibilidades de aquel lugar. Así comenzó todo. Durante sus muchos años de competición, Jenkins solo se lesionó una vez.




domingo, 24 de mayo de 2009

Simon Gerrans


Siempre digo la verdad: ayer, cuando vi que Simon Gerrans iba a ganar la etapa del Giro, cambié de canal. No suelo tomar (y menos mostrar en este blog) partido por ningún bando cuando hay bandos, pero aquí sí. Yo vi ganar a Simon Gerrans en Prato Nevoso cuando debió ganar Egoi Martínez y no lo hizo. Escuché todo lo que vino luego y todo el mundo tendrá distintas opiniones. Yo también tengo la mía. Los australianos estarían contentos. Muchos opinarán que la culpa fue de Egoi por no saber ganar, como dijo Mínguez. También puede que sea cierto. Muchos, entre ellos yo, apuntaremos siempre como culpable a Gerrans. Y, yo por lo menos, sin obviar las otras razones que también tendrán algo que ver, pero apuntando, y con justicia en mi opinión, a Simon Gerrans.
Cuando faltaban siete kilómetros a meta, se descolgó Arrieta, el cuarto de la fuga. La carretera se había empinado un 9% y Egoi partía la escapada a mandobles. Gerrans y Danny Pate le aguantaban la rueda. En los últimos cinco kilómetros, Egoi tanteaba, respondía a un ataque de Pate, se lo devolvía, Gerrans hacía la goma, Egoi controlaba y... ya llegando a las vallas lanzaba un ataque que dejaba k.o. a Pate, pero Gerrans le aguantaba y le remachaba, como buen esprinter, en los últimos cien metros. Lleno de rabia, y en inglés, Egoi fue directo a por Gerrans. Entrevistado por los periodistas, Egoi todavía estaba aturdido, no sabía si lamentarse o enrabietarse: "Es que antes que ciclista hay que ser persona. A 50 kilómetros de meta me dijo que yo era el más fuerte del grupo y que no me iba a disputar la victoria. Que se daba por satisfecho con llegar conmigo. Luego me lo ha dicho varias veces más, pero no ha cumplido su palabra".
En una entrevista tras su victoria, Gerrans solo dijo, "supe que iba a ganar a 100 metros", después cambió de opinión y dijo que "en el último kilómetro pensé que podía ganar" y finalmente recordó "que llevaba tres años soñando con una victoria así, pero merece la pena esperar." Aunque vayan entre comilladas no son palabras exactas porque no he encontrado la fuente más fiable para hacerlo. Las declaraciones las he sacado de la versión digital del periódico EcoDiario. Las de Egoi de arriba, que si son un corta y pega, fueron publicadas en el periódico Noticias de Gipuzkoa.
A Egoi volvieron a entrevistarle hace poco, aunque no recuerdo muy bien dónde. Le preguntaban por su familia, por el maillot oro de la pasada Vuelta, por el triunfo olímpico de Samuel Sánchez, por sus objetivos para esta temporada... También le preguntaban por Simon Gerrans, y no recuerdo exactamente las palabras, pero me queda esa sensación que todos hemos sentido alguna vez: cuando sabemos que lo pasado pasado está pero aunque no queramos dolerá para siempre. Dicen que la risa si la recuerdas ya no hace tanta gracia, pero lo que duele duele para siempre.
Gerrans cambió este año el Credit Agricole por un buen contrato con el nuevo y flamante equipo de Carlos Sastre, el Cervélo. El mes pasado, concretamente el 28 de abril de 2009, la revista Velo News: The Journal of Competitive Cycling, publicaba una entrevista con Gerrans bajo el título de "The art of the breakaway," el arte de la escapada, donde se le preguntaba con detalle sobre aquella victoria en Prato Nevoso, no tanto por el incidente con Egoi, si no porque una victoria en el Tour es un triunfo que brilla demasiado en el palmarés de un ciclista, haya sido como haya sido.
Primero le piden que recuerde aquella etapa con un final tan "táctico:" VN (VeloNews): Talk us through that stage, because it was a very tactical finale, with four riders bucking of the win?
Y él contesta: It was a very tactical stage all the way to the finish. It was such a satisfying win because I knew I wasn’t the strongest guy in the breakaway. I stuck to my plan and let the other guys attack themselves to death and I just held out to the end. That really played to my favor. Fue una etapa muy táctica desde el principio hasta el final. Fue muy satisfactorio ganar porque sabía que no era el más fuerte de la escapada. Me ceñí a mi plan y dejé que los otros tíos se atacaran entre ellos a muerte mientras yo aguantaba hasta el final. Eso jugó en mi favor."
Poco después, el periodista le pregunta: When you were dropped by Pate and Martinez, did you think all was lost Es decir: ¿cuando te descolgaste de Pate y Martínez pensabas que estaba todo perdido? Y contesta con seguridad: Not really. I knew that when Pate and Martinez dropped me on the climb, I just had to keep them within striking distance. I was lucky because the top part of the climb wasn’t nearly as steep. And what really worked well, I was able to ride my own tempo. They were continually attacking each other, one would be 10 meters in front, then the other would 20 meters in front, and they were doing this all the way up the climb until they attacked themselves out and I was able to ride back on. When I caught them with 5km to go, I knew there was not going to be any presents there. I was going to do what I could to win the stage. Traduzco: "No realmente. Sabía que después de que Pate y Martínez me dejaran, solo tenían que mantenerlos a distancia. Tuve suerte porque la parte final de la ascensión no era tan empinada. Y todo fue bien, porque supe ir a mi ritmo. Estaban atacándose el uno al otro contínuamente y fui capaz de enlazar otra vez. Cuando los alcanzé a falta de 5 kms, sabía que ya no iba a haber regalos. Iba a hacer todo lo que podría para ganar." ¿No era a falta de cien metros? ¿No fue en el último kilómetro? ¿Se lo dijo a Egoi? ¿O en los últimos cinco kilómetros también siguió repitiéndoselo? ¿Le dijo a Egoi, mira tío, he cambiado de opinión y ya no va a haber regalos? ¿Que diga que supo que ya no iba a haber regalos quiere decir que reconoce que antes sabía que los iba a haber, quizás los iba a haber a cincuenta kilómetros de meta? Se ve que de eso no se acuerda, porque poco después, el periodista le pregunta directamente por ello:
After the stage, Egoi Martinez certainly wasn’t happy, did he say anything to you? Que en castellano significa: tras la etapa, Egoi Martínez no estaba nada contento, ¿te dijo algo? A lo que el australiano contesta:
You’re right, Martinez wasn’t happy, because he knew he was the strongest guy in the break, but he screwed it up. He didn’t see me pull through in the last few kilometers, so for some reason he didn’t think I was going to sprint. I don’t know what he was thinking. What I found out afterwards, because Arrieta is a good friend of mine, was that he and Martinez are from the same village in Spain. So there was a little bit of a in-break competition between those two and Martinez was more concerned about beating Arrieta and forgot about me. That’s why Martinez was riding so hard, so that Arrieta couldn’t get back on, so that played into my hand a little bit. Martinez wasn’t too pleased with me after that, which if you’re the strongest one there and you lose, I can understand that. He’s been around, won stages at the Vuelta, won the Avenir. He was showing his legs all day, dropping us on the climbs.
Y voy a traducirlo como bien pueda: "Estás en lo cierto, Martínez no estaba contento, porque sabía que el más fuerte era él y la jodió. No me vio reponerme en los últimos kilómetros, así que, por alguna razón, pensó que no iba a esprintar. No sé en qué pensaba. Lo que averigüé más tarde, porque Arrieta es un buen amigo, es que él y Martínez son del mismo pueblo en España. Así que había como una competición aparte entre esos dos y Martínez estaba más preocupado de ganar a Arrieta que de ganarme a mí. Por eso estaba tirando Martínez tan fuerte, para que Arrieta no volviera a entrar y eso jugó en mi favor. Martínez no estaba muy contento conmigo al final, lo que, si eres el más fuerte y pierdes, puedo entenderlo. Siempre ha estado ahí, ha ganado carreras en la Vuelta y el Tour del Porvenir. Siempre ha estado mostrándose fuerte, dejándonos atrás en las subidas."
Podría interpretar cada una de esas palabras, incluso las últimas que me parecen de una sobriedad tan engreída que me hacen pensar que me estoy dejando llevar y no soy objetivo, así que no voy a hacerlo. He puesto en negrita solo una frase: por alguna razón. ¿Por alguna razón? Ya no entro en que lo dijeras o no lo dijeras, pero Egoi dijo que lo dijiste y te lo reprochó a ti en la cara y lo dijo a todos los periodistas que le entrevistaron. ¿Por alguna razón? Egoi dijo cuál era la razón, había una razón, él tenía una razón, desmiéntela, di que no fue así, admite que fue esa táctica que seguiste desde el principio de la etapa, gana, pero con todas las consecuencias. Arrieta y Egoi Martínez son grandes amigos, prácticamente vecinos. Arrieta se descolgó en el kilómetro siete. Pate y Gerrans aguantaban a Egoi, ¿de verdad iba a pasarse cinco kilómetros pensando en un amigo al que había descolgado dos kilómetros antes? Gana, pero gana con todas las consecuencias. Quizás Mínguez tenía razón: nunca debió perder, que viene a querer decir que fue tonto, que fue un crédulo, que estamos en una competición y se la metieron doblada. Volvemos a lo mismo: ¿siempre desconfiar? ¿siempre recordar las partes oscuras de las estrategias, las partes insanas del deporte profesional? ¿Por qué si alguien te dice "eres el más fuerte, te mereces ganar" no le puedes creer? ¿Por qué? Quizás no fue verdad, pero... ¿por alguna razón? Y eso fue lo que hice yo ayer: cuando vi que iba a ganar, cambié de canal.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Eric Cantona

Ya tuvo trazas de gran actor mientras jugó al fútbol. La temporada que hizo con el Leeds United en 1992 fue de película, no porque hiciera un gran fútbol, ya que prácticamente actuó toda la temporada de suplente, pero fue un bonito final con victoria incluida para alguien que un año antes había anunciado su retirada del fútbol profesional tras ser, primero, sancionado con un mes por lanzarle el balón a un árbitro y después, con otros dos, por llamarle idiota a la cara a cada uno de los miembros del comité que le interpuso la pena. También hizo películas de kárate:

Que terminaban con una increíble escena donde el actor principal cerraba la película con una frase de lo más literaria:

Es la rueda de prensa posterior a la patada y lo que dice Eric Cantona es lo siguiente: "When seagulls follow a trawler, it is because they think sardines will be thrown into the sea". Y que significa: cuando las gaviotas siguen al barco pesquero, es porque piensan que van a tirar sardinas al mar. Pura poesía. Esa fue su rueda de prensa.
Por supuesto, también actuó en el rol de héroe. Aquí van alguna de sus mejores escenas como galán del cine futbolístico:

Y cuando se retiró, se dedicó a ello profesionalmente y ocasionalmente. En anuncios. Él solo:

Contra el mismísimo diablo:

Y como revolucionario del jogo bonito:

Pero también en películas como en la sangrienta "Jack Says" o en su papel más famoso hasta ahora en la película de 1998 "Elizabeth" dirigida por Shekhar Kapur y con Cate Blanchett, Geoffrey Rush, Joseph Fiennes, Vicent Cassel y Richard Attenborough.
Ahora vuelve a la palestra o más bien a la alfombra roja de Cannes donde este año Ken Loach presenta su última película: "Looking for Eric." En cineencuentro.com resumen el argumento así: "El veterano Ken Loach presentará este 18 de mayo la película con la que aspira nuevamente a la Palma de Oro. Looking for Eric no pinta seria como sus historias políticas, pero siempre resultan atractivas sus crónicas de la vida diaria en una Gran Bretaña menos lujosa que la de las postales. En esta ocasión conoceremos a Eric Bishop (Steve Evets), un cartero retirado de Manchester que mientras afronta una crisis personal se involucra con un grupo de autoayuda que incluye a otros fanáticos del fútbol. Pero lo llamativo es que el guía “espiritual” es nada menos que el astro francés Eric Cantona. El ídolo del equipo más importante de la ciudad aparece con nombre propio en esta historia que luce muy simpática a juzgar por el tráiler. El estreno comercial de la película está previsto para el 27 de este mes." Y el trailer es el siguiente:

lunes, 18 de mayo de 2009

Pedro Horrillo

Se lo tragó una vaguada. Cayó durante 60 metros, incontable el tiempo. Incontable el tiempo que tardaron en encontrarle. Ha pasado dos días en coma inducido. Ya no, pero aún no respira por sí mismo. Horrillo es un caso singular en el mundo del ciclismo. Licenciado en Filosofía, sus artículos y comentarios en prensa siempre son interesantes. Cuando hablan de él, siempre hablan de Óscar Freire. Dicen que Javier Mínguez se acercó, hace muchos años, al Balenziaga para ficharlo. Quedó segundo por detrás de Freire, al que Mínguez no conocía, y desde entonces, la carrera profesional de ambos ha ido unida. Freire ha ganado, ha ganado muchas carreras. Horrillo ha ganado, ha ganado una gran reputación como corredor de equipo, como gregario, como currante del ciclismo. Ahora aparece en las noticias por una mala, por una curva que quizás tomó demasiado rápido. Las caídas forman parte del ciclismo como las victorias y los pódiums. Todos nos acordamos de Sanromá, de Jalabert, de Casartelli, de Iñaki Gastón, Beloki, Laiseka, Juanto, de Marino Lejarreta... tantos otros que, en algunos casos, fueron más graves que lo que le ha ocurrido a Horrillo, y otros no. Solo espero que Pedro se recupere pronto y si no puede retirarse sobre la carretera, que sepa que ya hizo bastante en este deporte, lo suficiente para mantenerse en la memoria de los amantes del ciclismo con orgullo y cariño. No dejes de correr ni en la cama de ese hospital, Pedro. ¡Suerte!

domingo, 17 de mayo de 2009

Mario Benedetti


En el minuto 88, se ha acabado el partido. Para siempre. Quizás debieron cambiarte antes, ¿verdad? Pero Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia no quería abandonar el campo, no necesitaba tregua alguna. El extremo de la banda contraria, el argentino Valdano, dijo sobre él allá por el minuto 70: “Si Mario Benedetti se anima a arbitrar, tiene dos equipos enteros que patearán para el mismo lado porque no fueron convocados para jugar al fútbol sino con el fútbol.”
Es decir, además de justo, nunca dejaba de luchar, por eso quizás él mismo dijo, o dejó por escrito, lo siguiente:

No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios

no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo

Quizás porque desde el minuto 8 al dieciocho, durante diez eternos minutos, él estuvo expulsado (digamos que exiliado) del campo (digamos que de Uruguay) por cometer un supuesto penalty (digamos que por negarse a reconocer el gobierno dictatorial de aquel ilustre vecino con nombres tan cercanos a esta tierra, Bordaberry Arocena), quizás por todo eso, digamos que él sabe de lo que habla, o de lo que escribe. Al final, la cordura le devolvió al campo (digamos que a Uruguay) porque en este partido (digamos que la vida) se permitió la función de arrepentimiento (no el suyo) o de justicia histórica (digamos que, simplemente, pasó el tiempo suficiente).
Algo raro en un campo de fútbol, ¿verdad?. Igual de raro como terminar el partido en el 88, ¿verdad? Igual de raro como saberlo ganado desde el principio, porque cada minuto, Mario Benedetti marcó un gol por la escuadra. Igual de raro como que dijera a un reportero un par de minutos antes del fatídico minuto final que algo inolvidable para él fue:
"Toda mi relación con Luz, desde la infancia. Y conocer a Fidel, también es inolvidable. Y el Maracaná. El fútbol fue muy importante, nos dio alegría. Y si ahora se puede recuperar la alegría, no es por el fútbol, es por la política. La gente tiene esperanzas en Tabaré Vázquez y son fundadas."
Descanse en Paz y en el paraíso de los locamente cabales el mejor futbolista-poeta y viceversa.

Novak Djokovic

Siempre hay que saber perder. La derrota tiene su aura de heroicismo. Puede sonar victimista, pero hay una belleza, que no creo que sea autocomplaciente ni depravada, inherente a la derrota. Sobre todo, cuando se sabe perder. Sobre todo, cuando pierdes habiendo dado todo lo que tenías dentro. La vida es de los que ganan, dicen, pero la calle está llena de perdedores. Todos perdemos. Todos hemos perdido en más de una ocasión y seguir andando, mirar al frente y volver a darte de morros contra la pared es lo que le da la belleza a la derrota.
El resto de los tenistas tienen que estar hasta el moño de Nadal. Igual que antes otros, hasta él mismo, lo estuvieron de Federer. Igual que los ciclistas estaban hasta el moño de Miguel Indurain y después de Lance Armstrong y más tarde lo estarán de Alberto Contador. Igual que lo estuvieron otros antes de Eddy Merckx. Igual que todos aplaudian a Michael Phelps menos el que entraba segundo. Igual que los Celtics de Red Auerbach. Igual que con Michael Schumacher, con Valentino Rossi, con Michael Jordan... Sin embargo, ¿alguien más?, porque yo me acuerdo de John Stockton y Karl Malone perdiendo ante Michael Jordan y me acuerdo de Wilt Chamberlain y me acuerdo de Jalabert dejándole ganar a Bert Dietz, igual que Abraham Olano frenó para que Manuel Fernández Ginés fuera campeón de España, igual que me acuerdo de Joseba Beloki, de Claudio Chiapucci, de Gianni Bugno, de los que fueron más veces segundos que primeros. No estoy de acuerdo con las lecciones de competitividad que tanto se estilan hoy en día. Hay que luchar, hay que enfrentarse tanto al rival como a las desventuras de esta vida, con los dientes prietos y sin dar un paso atrás, pero se pierde. Y hay que saber admitir la derrota.
El viernes un amigo aficionado de otro equipo me preguntaba qué tal después del miércoles. Bien, joder, bien, le contesté. Hay dos tipos de derrotas, y a nosotros nos toco la segunda, la menos dolorosa, cuando pierdes porque tu rival es superior a ti. Soy aficionado de mi club a pesar de todo porque me ha ayudado a aprender a perder, a saber llevar honrosamente las derrotas, me ha ayudado a que jamás hay que dejar de tener ilusión, nunca puedes dejar de intentarlo, sin mesura, con pasión si hace falta, más allá de lo razonable, pero nunca se puede dejar de soñar.
En fin, Novak Djokovic se mereció ayer ganar tanto como, por supuesto, se lo mereció quien ha ganado (otro día, hago un elogio de la victoria, que tampoco es fácil, muchas veces, es más traumático que la derrota), pero estoy seguro de que volverá a estar en la pista para intentarlo otra vez y alguna, seguro, alguna vez será. Alguna vez, ostias, alguna vez levantaremos la copa, y no solo para brindar en un bautizo.
¡Salud!

sábado, 16 de mayo de 2009

Wayman Tisdale

Tenía 44 años y tras dos de lucha contra un cáncer que le descubrieron al lesionarse la rodilla, ayer falleció Wayman Tisdale. Había creado su propia fundación para ayudar a gente con la misma enfermedad y amputados. Nunca perdió su sonrisa. En Oklahoma, los senadores, al conocer su muerte, rezaron juntos. Todo el que le recuerda, le recuerda como un gigantón sonriente que siempre animaba a los que agachaban la cabeza.
Fue una estrella de los sooners en la Universidad de Oklahoma, con medias de 25 puntos y 10 rebotes. Jugó 4 años en los Pacers, 5 en los Kings y 3 en los Suns para un total de doce años en la NBA con un porcentaje final de casi 13 puntos por partido. Medía poco más de 2'05 y jugaba por dentro, de pívot o de ala-pívot. Estaba en el equipo con el que Bobby Knight y Michael Jordan se sumaron a la fiesta del baloncesto español en Los Ángeles 1984.
Tras retirarse, Tisdale se dedicó a su gran pasión: la música. Entre 1995 y 2008 publicó 8 discos. Su mayor éxito fue "Face to Face" que en 2001 alcanzó el primer puesto en las listas dentro del apartado de jazz contemporáneo. También le gustaba el soul y el funk. Principalmente bajista, tocó con los mejores músicos de jazz de la actualidad y se ganó una reputación como músico. En una entrevista, contaba que la música le envolvía, le gravitaba por el cuerpo.
Este primer vídeo que cuelgo es para los que puedan saber inglés, en él se explica un poco de su carrera deportiva y de su pasión por la música. El segundo es lo que he encontrado en youtube sobre el Tisdale que jugaba al baloncesto. El tercero, sobre el Tisdale músico.


miércoles, 13 de mayo de 2009

Xavi Hernández

Vamos allá, lo voy a hacer en caliente porque mañana no me va a apetecer nada y pasado menos. Enhorabuena al que juega mejor y al que gana porque se lo merece. Eso sí, como he dicho en uno de los muchos mensajes que he mandado en noventa minutos, algunos de alegría, otros de pena, todos de emoción: aunque perdieran 1-8 merece la pena ser del Athletic. No puedo remediarlo y, aún con crítica y con sangre fría, me siento orgulloso de ello. Al que ha hecho lo que no debía hacer, espero que te arrepientas el resto de tu vida, porque no mereces ser aficionado del Athletic ni de ningún club si haces eso. A los demás aficionados del Athletic, enhorabuena porque habéis dado una buena imagen. Seguiré siendo de este club, pase lo que pase, y ojalá algún día, mi generación y las que vienen luego, sepan lo dulce que debe saber la victoria. Mientras tanto, en la vida, como en el deporte, lo importante nunca es ganar, digan lo que digan. Que viva el fútbol y la poesía.

Richard Gasquet

En 2006, el Informe Mundial de Drogas elaborado por la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señalaba que España ocupaba el segundo puesto en el ránking de consumo de cocaína solo por detrás de Estados Unidos. España lideraba la clasificación en cannabis por delante de Reino Unido con un 11'3% de la población adicta al cannabis. Al año siguiente, en 2007, España superó a Estados Unidos en el ránking de consumo de cocaína: 3 de cada 100 españoles de entre 15 y 64 años consumía cocaína.
En Francia están revolucionados por el prometedor tenista Richard Gasquet con su reciente caso de positivo por metabolito de cocaína. Él ha dicho que está preparando su defensa. También negó el consumo Martina Hingis cuando dio positivo por lo mismo en Wimbledon. Y no era la primera, antes que ella, en 1995, al alimón, Mats Wilander y Karel Novacek dieron positivo por cocaína en Roland Garros. La española ganadora de este último torneo en categoría junior, Lourdes Domínguez, dio positivo por la misma sustancia en el Torneo de Acapulco en 2002. Confesó haberlo consumido en una fiesta ajena al deporte y señaló que la sanción le parecía injusta porque no tenía nada que ver con el deporte.
Algo parecido ha dicho David Kopp, ciclista alemán que ha dado positivo por lo mismo unos pocos días después de que Tom Boonen repitiera por tercera vez. El belga, cabizbajo, también se arrepintió. Kopp ha dicho que pasaba por problemas personales y que se desfasó en una fiesta pero que jamás se ha dopado. Gilberto Simoni no lo confesó, primero adujo que era por un anestésico que le había proporcionado su odontólogo después de ponerle unas fundas y rizó el rizo al decir, más tarde, que era por unos caramelos peruanos que le había traído su tía monja.
En el fútbol, ciertos casos que se me escapan en latinoamérica más, en Italia, según he podido saber, Mark Iuliano, ex del Mallorca y de la Juventus, que dio positivo jugando con el Rávena en la Segunda División. Otro, el histórico jugador boliviano Julio César Baldivieso, que militó en las ligas de Ecuador, Argentina, Bolivia, Arabia Saudí y Japón, también dio positivo. Por último, los casos más recientes de los jugadores del Chelsea Adrian Mutu y Mark Bosnich y el italiano del Palermo, Morris Carrozzieri.
Para terminar, la atleta búlgara Antonoeta Boneva, tiradora que estaba en el equipo para los juegos olímpicos, se los perdió por igual motivo.
Si alguno de los casos que he expuesto se quedó en agua de borrajas o los implicados fueron absueltos, pido perdón porque no tengo toda la información. Sin embargo, creo que es significativo que en el último mes hasta tres deportistas de alto nivel hayan dado positivo por la misma sustancia. Si han de ser sancionados, entra dentro de las materias a discutir, no sé si lo que se pone en duda es tanto su ética deportiva como su dimensión de modelos sociales. Los índices de consumo de cocaína son igualmente preocupantes. Bonito debate se podría plantear. Pero ya está, lo único que quería era dejar de pensar un ratito en la dichosa final.

martes, 12 de mayo de 2009

Andrés Iniesta

Bueno, pues nada, mañana es el gran día, y él de ahí arriba se lo va a perder. ¿Qué lugar ocupa la Copa del Rey en la realidad de un mundo en crisis, con lugares remotos, y no tan remotos, en guerra, y con gente que sufre lo mismo a la vuelta de la esquina que en el último rincón del mundo? Para muchos, mañana a las diez de la noche el mundo se detendrá para condensarse en una pantalla de televisión, en noventa minutos que en la historia de nuestro planeta serán ridículos. Sin embargo, para muchos será un día que no olvidarán jamás. Porque nosotros estamos hechos de agua (o de polvo) y de memoria, y la memoria somos nosotros. Memoria de días que ya pasaron y otros que están por venir. De cosas que compartimos y de la gente con quien lo hicimos. Memoria de días de sol y días de lluvia. Memoria de días de fútbol también. Es solo un partido de fútbol. No es nada más. Es solo un día veinticinco años después.
Yo no soy capaz de explicarlo. Soy un hombre de letras, con una mente científica, que, accidentalmente, no practica religión ninguna. Soy un hombre del montón, con pasiones tan humanas como las del resto, con vicios confesables y con virtudes que, según se dé el día, a veces, aparecen y me sorprende hasta a mí. Todo es arbitrario y a mí me tocó ser aficionado del Athletic Club de Bilbao. Quizás seamos más que un club. Quizás es verdad que el Athletic nos pertenece a todos. Quizás es verdad que estamos exagerando y que todo esto no tiene sentido. Pero las multitudes, además de ser groseras y peligrosas, a veces también son gratificantes y paliativas. Todos juntos, olvidando las diferencias, unidos por una pasión tan irracional como el amor o la amistad.
Mañana solo pueden ocurrir dos cosas, las mismas dos cosas que, una de ellas, cualquiera, habrá ocurrido cuando el árbitro pite el final del partido: disgusto o alegría. Las dos posibilidades serán relativas, no puede ser de otra manera. No podré evitarlo. Ya he empezado a no poder evitarlo: nervios, recuerdos, expectación, emoción, sentimientos tan primitivos y tan naturales que es saludable, ¡ya era hora!, volver a sentirlos sin reparo ni tapujos. Sé que es solo fútbol. Sé que intento convencerme de que con todo lo que hemos ido viviendo estos últimos días ya tengo suficiente. El camino ha merecido la pena más incluso que el destino final. Sé que me gustaría vivir lo mismo, el mismo espíritu, la misma tenacidad, el mismo interés, por razones distintas. Sé que me gustaría que el lugar de los futbolistas lo ocuparan los poetas. Si me apuras, hasta los políticos. Si me pinchas, hasta la gente llana de la calle.
Hoy subía a casa y en un portal se apilaban sacos de cemento para una obra particular. Los sacos llevaban el escudo del Athletic y una leyenda que decía: beti zurekin! ¡Siempre contigo! Las ventanas están engalanadas, los periódicos coloreados, ya no queda tela bicolor, se han suspendido citas médicas, mi novia tiene problemas para poner exámenes en el instituto, desde ayer había vecinos con bufandas por la calle, la gente habla de ello aunque sea solo como antes hablaba del tiempo. Todo el mundo cuenta y calcula qué va a hacer, dónde estará, cómo piensa vivirlo. Nos anticipamos a los recuerdos que tendremos a eso de las doce de la noche. Es la excitación. La ocasión de una oportunidad única porque la próxima no será igual, será muy tarde, igual que la última fue muy pronto.
Siempre, hasta ahora, he hecho todo en mi vida en silencio. Si me pica, me rasco, pero nunca lo digo. Hoy, te lo digo: tú, Andrés, te lo vas a perder, pero lo verás en el campo o en la tele como yo, y, te lo digo ahora, no puedo evitar desear con todas mis fuerzas que no os vaya bonito, que os ganemos mañana. El mundo no cambiará. El fútbol seguirá mediatizado por los mismos. La vida seguirá siendo igual de bella como puta. Yo mismo seguiré siendo el mismo al terminar el partido. Pero, la alegría (o el disgusto) pasará a formar parte de mi memoria, de mí, del poco espacio que me guarda la vida en mi ridícula porción de historia. Quizás es verdad que exageramos. Quizás me sienta estúpido si lloro mañana, pero, como hasta los sacos de cemento dicen: Beti zurekin Athletic!

lunes, 11 de mayo de 2009

José Antonio Marco Gaona

Solo he visto dos partidos de temporada regular este año: contra el Murcia y contra el Fuenlabrada, dos victorias prácticamente consecutivas que le sirvieron al Bilbao Basket para clasificarse para los play-offs de la liga ACB. Siempre que llegamos al estadio, antes de subir a la fila que nos corresponde, José y yo nos quedamos un rato a la salida del vomitorio, viendo a los jugadores calentar de cerca. El día del Murcia, apuntábamos a un jugador apocado, rubio y delgado que hacía estiramientos en silencio. ¿Qué poca cosa, no? Yo dije que sí con la cabeza.
Jugó poco más de cinco minutos para dar descanso a un Chris Thomas que hizo un buen partido.
El sábado por la tarde me proponía seguir el partido del Bilbao Basket en Barcelona por La 2. Luego resultó ser un maratón de conexiones que aprovecharon magníficamente para colarnos anuncios sin ton ni son. Todavía tengo en la cabeza la jodida musiquilla del anuncio de Fiat, la vergüenza ajena de "... y pronto serán los mejores de Europa" o algo así, ¡impagable Haislip! ¡o él aficionado que mira al infinito! ¿a dónde mira?, etecé, etecé. Al final, el partido que menos retrasmitieron fue el de Barcelona, pero casi que mejor. De infarto fue el de Zaragoza, y ahí, la "poca cosa" dio un recital digno de enmarcar y colgar en la pared. José Antonio Marco Gaona es un base de la generación de Ricky Rubio, menudo, delgado, rubio, de Murcia y que juega en Murcia, y que también ha jugado en las categorías inferiores del Cajasol. Supongo que en su día, Murcia lo fichó para ocupar la tercera posición de base y la decimosegunda ficha, la que corresponde a un jugador en edad júnior, o algo así. Esta temporada, finalmente, ha jugado 24 partidos con una media de 1'5 puntos por partido, 1'3 asistencias y 2'8 de valoración. Por delante tuvo primero a Gonzalo Martínez, hasta que se retiró, a Nenad Mijatovic, al que ficharon con la temporada ya más que mediada y a Chris Thomas, titular y entre los mejores de la temporada en asistencias, hasta que dio la espantada unos días antes del dramático encuentro en el que Murcia se jugaba su continuidad en la categoría. Y Hussein se la jugó con Marco que acaparó 37 minutos de juego y aportó 11 puntos, con solo tres tiros fallados, cuatro rebotes, tres asistencias, un balón robado para un trece de valoración que no da la medida de su trabajo en la cancha. Llevo el juego de su equipo con determinación y sangre fría, una sangre fría que sorprendía, no tanto por sus 20 años, si no por su rol en el equipo a lo largo de la temporada y tamañana responsabilidad como la que se encontró el sábado. Creo que nunca jugaré un partido con tanta tensión, ha dicho en una entrevista posterior, y fue increíble como se comportó.
Por lo tanto, que nos clasificamos para los play-offs, pero en lugar de ver el partido de Barcelona, acabé prometiendo que el lunes escribiría sobre este chaval, y aquí está la entrada. Y el vídeo del partido:

Chuck Daily

Me enteré el sábado, justo después de publicar la entrada de Fellaini, y me sentí un poco estúpido, pero no me quedaron ganas de escribir sobre su fallecimiento. Siempre me cayó mal, muy mal, como caían sus Detroit Pistons y quizás eso precisamente era una parte de la estrategia general del equipo, la misma estrategia que les llevó al éxito con todo merecimiento, ya hablé de ello en una lejana entrada sobre Billy Laimbeer, creo. Me cayó mal incluso después del Dream Team, que también dirigió él. Disfruté de ver jugando juntos a todos aquellos jugadores, pero tanta superioridad, tanto espectáculo... no sé cómo explicarlo. Sentimientos encontrados. En fin, me cayó mal hasta que le leí una entrevista. Creo que fue en una revista especializada. A partir de aquello, me cayó bien, y aprendí una lección muy valiosa que sigo aprendiendo cada día, porque siempre se me olvida, y que tiene su propio refrán. En fin, ha muerto uno de los mejores entrenadores de baloncesto del mundo, y qué puedo decir yo. Descanse en paz y muchas gracias por los Bad Boys. Un saludo.

sábado, 9 de mayo de 2009

Marouane Fellaini

Otro futbolista joven y desconocido en España. Relativamente desconocido, digo yo, porque seguro que hay fanáticos de la Liga Inglesa, o de la Liga Belga, o del peinado de Maldini que saben de sobra quién es. Y hablando de peinados, por eso estamos aquí. Porque, oye, Fellaini está jugando ahora mismo en la televisión, porque en La 2 retrasmiten el Everton contra los Spurs. Y, a parte de que al tío se le ve muy bien porque mide 1'94 y juega en el centro del campo y lleva muy bien la pelota y tal y cual... a parte de todo eso, ¡vaya pelos!
Estos:

Y luego decían de Iván Campo. Mira que les gusta a los futbolistas marcar tendencias. ¿Y no le molestará para rematar de cabeza? Me está saliendo una entrada un poco frívola, ¿verdad? Pero es sábado. Y Fellaini ha lucido otros estilos.
Estos:


Incluso, a algún avispado, le ha dado tiempo de buscar parecidos razonables y humorísticos.
Estos:



Marouane Fellaini es un belga de 21 años que juega de centrocampista ofensivo para el Everton, antes jugó con el Standard de Lieja. Mide 1'94 y ya ha sido internacional con Bélgica, selección con la que decidió jugar, rechazando la posibilidad de hacerlo con la de Marruecos, de donde desciende su familia. El resto son cosas de peluqueros.

viernes, 8 de mayo de 2009

André-Pierre Gignac

Lo que ha pasado esta última semana me recordaba a lo que pasa en los bares de la calle donde vive mi novia. Son bares de barrio, con habituales que bromean con el camarero y algún parroquiano que parece vivir postrado en la barra. Desde que abrieron el BEC (ridículas siglas que atienden al nombre de la nueva Feria de Muestras de Bilbao en inglés), en ocasiones especiales (exámenes de oposiciones, conciertos multitudinarios, partidos de baloncesto y demás espectáculos) se llenan a veces de gente que parece descolocada, que no pega con la decoración del bar. El día del concierto de AC/DC me hizo gracia ver como en uno de ellos tenían en la barra seis tortillas de patata recién hechas y la tele con videos de los australianos a todo trapo. Las chupas de cuero chirriaban con el póster de cinzano bitter. Algo así ha ocurrido con este blog. Mira que yo siempre encabezo las entradas con nombres populares o relativamente populares, pero fue poner Gotzon Mantuliz y al día siguiente ver el marcador ese que coloqué no sé cuando ni para qué y se habían conectado más de cien personas. Y ha seguido subiendo. En fin, el caso es que el concierto ya ha terminado, así que supongo que ahora volveremos a ver solo por aquí a los parroquianos habituales.
Y, quizás por ello, tenía ganas de escribir una nueva entrada pero no sabía de qué y se me ha ocurrido hablar de futbolistas gitanos. Quizás porque Ibrahimovic se enfadó el otro día y ahora cuentan que se va a apuntar al club de amigos de Florentino. No es el único gitano que juega al fútbol profesionalmente. El de ahí arriba, Gignac, es un delantero francés joven que la temporada pasada jugaba en banda porque en punta tenía que jugar Elmander y no destacaba, pero esta temporada es pichichi de la liga con el Tolouse, no, Toulouse, perdón (joder...). Su primo, también de raza gitana, juega para el Valenciennes y se llama Jacques Abardonado. Mario Lacatus, Ilie Dumitrescu, el gran Gica Haghi (dios, cómo jugaba), Nicolita... supongo que en la liga rumana habrá muchos más. Y en los Balcanes hay muchos, muchos jugadores que descienden de familias gitanas y que yo por lo menos no lo sabía: Milan Baros, Dejan Savicevic, Sinisha Mihajlovic... ¿Y Rafael van der Vaart? Su padre es gitano neerlandés. ¿Y Hristo Stoichkov? ¿Ricardo Quaresma? En España, a parte de aquel famoso delantero del Zaragoza, Jesús Seba, que luego jugó en lugares tan dispares como Villarreal, en el Wigan o en Portugal y que aún juega con 35 años en Andorra, creo que también son gitanos o tienen raíces gitanas jugadores como Apoño, Arzu, Jesús Navas, José Aurelio Gay, Casquero, Daniel López Ramos, José Antonio Reyes o David Cortés. Eso es al menos lo que he leído en Internet. ¿Sabes quién más? Eric Cantona también.
¿Y qué demuestra todo esto? Que me he ido avergonzando según iba escribiendo esta entrada de mis propios prejuicios escondidos, tan escondidos que creía que no los tenía. ¿Por qué me sorprende tanto? ¿Juegan con una sola pierna o qué? La ignorancia nunca es buena consejera. Supongo que sabemos solo lo que queremos saber y desconocemos, lo que no sabemos, y si no lo sabemos es porque no queremos saber. ¿El qué? Que soy gilipollas. No sé cómo terminar la entrada. No sé ni por qué la empecé. Ah, sí, para quitar a Mantuliz de la cabecera, y eso ya está hecho, así que, sefiní, que no sé si tiene que ver, pero parece caló, o romaní, que no debe ser lo mismo.

martes, 5 de mayo de 2009

Gotzon Mantuliz

La televisión, oh, la televisión, hablemos de ese gran invento… Intentaba ponerme patéticamente poético y escribir una oda paródica a la caja boba, pero no me sale. Voy a confesar otro defecto, uno que quizás no lo sea y que comparto, al parecer, con mucha gente: me he tragado la quinta edición de “El conquistador del fin del mundo.” Voy a explicarlo porque como es un programa de la ETB, si alguien lo lee desde fuera, quizás no lo pille. “El conquistador del fin del mundo” es un reality show, supongo, un programa de supervivencia que transcurre en la Patagonia y cuya última prueba consiste en nadar por las aguas heladas del estrecho de Beagle hasta que alcanzas una canoa que tienes que remar durante unos diez kilómetros para llegar al susodicho faro del fin del mundo.
Para alguien como yo, que como ya se sabe, ha vivido un año en Estados Unidos, la televisión depara aún sorpresas, pero no tan sorprendentes. Noventa canales donde podías encontrar todo tipo de realities que aún siguen exportando formatos televisivos: maquear coches, maquear motos, maquear cuartos de baño, hacer putadas en los probadores, intentar proteger tu casa para que no te roben, ligarte a dobles de famosos, ser tú el doble del famoso, elegir pareja husmeando en sus habitaciones, sobrevivir en islas desiertas varias, en todo tipo de casas prefabricadas, en selvas, en granjas, en autobuses, fardar de mascota, todo tipo de programas sobre habilidades musicales, potenciales jugadores de béisbol, de fútbol americano, de baloncesto, bailarines, actores, obreros de la construcción, Jessica Simpson, la otra rubia del perrito en el bolso… Las posibilidades son múltiples.
En España hay otros programas de supervivencia, con o sin famosos, con más o menos hincapié en las pruebas físicas o en la convivencia, con más o menos morbo. “El Conquistador del fin del mundo” cumplía este año su quinta edición. Un dato para corroborar lo que voy a explicar a continuación: he visto todas las ediciones, pero no me acuerdo de uno solo de los ganadores. Esto es un concurso. El que gana se lleva un premio en metálico. ¿Antes no era un viaje que daba la vuelta al mundo? El que gana es un deportista aficionado con una gran capacidad de sufrimiento y esfuerzo. Hay roces, problemas de convivencia, cámaras husmeando, nominaciones, pruebas de inmunidad, una organización todopoderosa, publicidad, un plató el último día de programa, un número de teléfono para votar, foros en Internet, lo de siempre. Sin embargo, el programa se centra, en mayor o en menor medida, en lo que deberían centrarse los demás: el esfuerzo atlético, las pruebas y duelos, las condiciones climatológicas, los problemas físicos y mentales de los participantes, el entorno… dejando en un plano secundario otros alicientes más mediáticos de todo programa televisivo. Los participantes son personas de la calle, con diferentes circunstancias y una buena preparación física, mucho más cercanos al espectador, sin ánimo de convertirse en estrellas televisivas (supongo) y con el objetivo de alcanzar el faro del fin del mundo y superarse a ellos mismos. Es televisión, sin más, pero las pruebas y el esfuerzo de los participantes destilan una autenticidad que parecen no poder demostrar los otros programas.
Este año la edición ha sido todo un éxito, especialmente de audiencia. A mí me costó entrar, porque en principio, los roces producto de la personalidad de ciertos participantes y la convivencia de los grupos, me hacían sospechar que el programa había dado un giro. Quizás lo hizo, pero no fue para tanto. La última prueba en el estrecho de Beagle no fue especialmente emocionante, pero el anterior duelo en el glacial Perito Moreno fue de una plasticidad y arrojo especial.
El ganador de este año ha sido un chaval de 20 años llamado Gotzon Mantuliz que ha caído especialmente bien entre el público por demostrar ser el más fuerte, por su sonrisa y por su actitud. Siempre recordando que esto no deja de ser un programa de televisión, es cierto que el ejemplo demostrado por este chaval ha sido especialmente digno de alabar teniendo en cuenta los modelos de comportamiento que nos encontramos hoy en día en televisión. No le conozco de nada, solo le he visto remar en la tele, pero no ha remado nada mal, si se me entiende. Así que, enhorabuena al ganador, al resto de participantes y a la producción del programa. El año que viene quizás no esté por la labor de verlo, quién sabe, soy caprichoso con mis aficiones televisivas, pero espero que todo siga en la misma línea y, al menos una vez al año, podamos disfrutar de los increíbles paisajes de la Patagonia y envidiar como nuestros vecinos son capaces de superarse físicamente con tanta bravura.

Efrén Vázquez


¿Quién es Efrén Vázquez? Lo de las motos, los coches, los quads… no es lo mío. He leído que Efrén Vázquez terminó quinto en el Gran Premio de Jerez. Su mejor resultado desde que corre el Mundial. Herri Torrontegui es su valedor. Herri Torrontegui ganó una carrera del Mundial se ve que hace ya mucho tiempo. Sacó a pasear la ikurriña para celebrarlo. Dicen que aquello no gustó en cierta prensa nacional y se le despreció con premeditación. Dicen que se le llamó el vencedor moral. Dicen que precisamente este fin de semana era el aniversario de aquel acontecimiento. Justo ahora que su pupilo parece asomar la cabeza.
Cuando Torrontegui triunfaba en los circuitos, yo veraneaba en Oriñón, una pedanía de Castro Urdiales, una ciudad costera del este de Cantabria colonizada por los vizcaínos y martirizada por el ladrillo. Mi familia por parte materna desciende de un valle congosto, verde y elegante que nace del trasero de Castro Urdiales. De pequeños, íbamos, por la mañana, a la playa de Oriñón y, por la tarde, a abrevar las vacas en Guriezo. Un verano, empezó a correr el rumor por la pedanía. Herri Torrontegui veraneaba en Capri, la urbanización de persianas azules con lonjas habitables donde los franceses guardaban las bolas para jugar a la petanca en la playa. En uno de los portales que daba al patio interior de la urbanización, había una enorme moto de gran cilindrada aparcada. Desde el balcón, vigilábamos para poder ver al rubio de Gorliz. Quizás podíamos ver un caballito en la recta del embarcadero. Nunca le vimos. Quizás nunca estuvo. A Efrén Vázquez le he visto esta temporada en primera fila del pabellón de La Casilla. A los dueños del Bilbao Basket, muy dados a los homenajes (esta temporada he visto cinco o seis partidos de Europa y dos de Liga y creo que al menos en la mitad ha habido algún homenaje antes del partido), se les ocurrió regalarle una camiseta y agradecerle que fuera aficionado del club. Menudo, serio, acompañado por su novia y recatado a la hora de celebrar las canastas. ¿Sacará la ikurriña algún día? La verdad es que igual que no soy muy aficionado a las motos, tampoco lo soy a las banderas, pero espero que el bilbaíno Efrén Vázquez dé, en el futuro, alguna alegría a los que sí son aficionados a las motos y, si a él le place, también a los que son aficionados a las banderas.

Zeljko Obradovic

Detalles. Pequeños detalles que a veces no traslucen. Detalles. Pequeños detalles que hacen que el deporte profesional merezca aún la pena. Uno: Obradovic gana su séptimo campeonato de Europa de clubes. Entrevistado al final del partido, sus primeras palabras son de felicitación para Ettore Messina. Le preguntan por su palmarés. Responde que él siempre mira por el bien del colectivo. Le preguntan por la NBA, contesta: no me voy a ir ahí. Todo es espectáculo, aquí hay que ganar cada día. Segundo: Guardiola tras el derby, y tratándole de usted, felicita a Juande Ramos por el trabajo que ha venido haciendo desde que fichó por el eterno rival. Acaban de meterles seis goles en el Bernabeu. Tercero: Manolo Preciado. Su equipo, el Spórting de Gijón, ha visto como seguía en el pozo por un gol del Athletic en el descuento. Los periodistas entrevistan al último chaval que ha debutado en el primer equipo bilbaíno. Adrien Goñi, emocionado, dice que es el día más feliz de su vida. Por detrás, pasa casualmente Preciado que se dirige al chaval, “enhorabuena, niño.” Cuarto: dije que siempre hay una rampa y un tío dispuesto a subirla en bicicleta. Romain Sicard, vascofrancés de Hazparren, otorga al Orbea, filial del Euskaltel-Euskadi, una victoria de relumbrón en la clásica subida al Naranco. Entra en línea de meta llorando, superado por la recompensa de un esfuerzo que a sus 21 años, aún promete más que cumple. Quinto: pensaba que E ni iba a salir. 2-6 y no conozco a nadie que lleve más adentro al Real Madrid. Aún así, es capaz de disfrutar de Messi, Iniesta y Xavi y, con un poso que quizás den los años y la vida, es capaz de celebrar las derrotas con unas cervezas escuchando a Mgmt en el Panorama. Detalles. Pequeños detalles.

Wayne Simien

Empezamos con una mera noticia que he leído hoy en la prensa digital pero que me ha llamado la atención. Simien, que ganó el anillo de campeón de la NBA con los Miami Heat de Shaquille O'Neal y Dwayne Wade, y que contaba con varias ofertas de la ACB tras un año magnífico en la LEB Oro donde en 15 partidos ha hecho medias de 16'8 puntos y 8'2 rebotes por partido con el equipo de Cáceres, ha decidido retirarse del baloncesto profesional.
Las razones las ha debido dar en una entrevista para la publicación Lawrence Journal:"Estoy oficialmente retirado del baloncesto. Todavía amo este deporte y puedo jugar a gran nivel y vivir muy bien, pero siento más pasión por otras cosas. Esa pasión es por ser sacerdote cristiano y por los jóvenes deportistas."
El Señor ha llamado a la puerta de Simien y la ha indicado que su camino es otro. Con todo el respeto para la decisión del jugador y para aquellos que tengan fe, no deja de ser una noticia chocante, ¿verdad?

lunes, 4 de mayo de 2009

Alan Shearer

Bien. Veamos.
La primera jugada es ésta:

Sanción: lo que resta de temporada más 130.000 euros por juego sucio.
Declaraciones de Alan Shearer, entrenador del Newcastle United, que está apunto de descender a la First Division para tragedia de su afición: "La decisión del árbitro de mostrar la roja fue correcta. Ha dejado mal al club y a él mismo por esa dura entrada. Habrá que tomar medidas."
Bien. Veamos.
La segunda jugada es ésta:
Sanción: 10 partidos.
Declaraciones de Vicente Boluda, presidente del Real Madrid, que hasta este fin de semana disputaba el título de Liga al FC Barcelona: "La sanción a Pepe es una salvajada."
¿?

viernes, 1 de mayo de 2009

Stefan Schumacher

No sabía ni qué nombre poner ahí arriba. No tengo ninguna gana de escribir esta entrada. Todos aquellos que leéis este blog sabéis muy bien que me encanta el ciclismo y habéis podido intuir que intento evitar hablar de dopaje. ¿Por qué? No estoy echando la mierda debajo de la alfombra, pero no me apetece darle más bombo al asunto, bastante espacio ocupa en los noticieros, que, sin embargo, resumen otras noticias en unos solos segundos. Tampoco voy a hacer una defensa encendida, ni abogaré por recurrir a las típicas disculpas (no sin cierto razonamiento) que se preguntan por qué el ciclismo y no otros deportes. Hay tramposos. Muchos. Tramposos que ensucian este deporte que no puede mancharse del todo por mucho que a algunos les convenga o les importe tan poco que lo encuentren hasta divertido. Siempre se acercan los buitres al cadáver, ¿verdad? Unas preguntas si voy a hacer: ¿por qué la gente desconfía lo mismo de los ciclistas, que de los directores deportivos, que de los comités, de los laboratorios, de los médicos, los masajistas, los mecánicos y hasta del conductor del helicóptero? ¿Todo el mundo se dopa? ¿Tan barato es? ¿Tan rentable sale medicar a un ciclista para que acaba en el puesto 56º de la general? ¿Por qué suspenden a Pecharromán el 26 de Agosto de 2007 y necesitan hasta finales de abril de 2008 para darle la razón y sobreseer su caso de positivo por el uso de un crecepelo? ¿Qué pasó con Iban Mayo? ¿Qué pasó con Patxi Vila?
Los últimos han sido el joven ruso Serguei Shilov, José Antonio Redondo y por segunda vez Stefan Schumacher. También repitió hace poco Tyler Hamilton. Unámoslos a los Floyd Landis, Riccardo Ricco, Bernard Kohl, Leonardo Piepoli, Raimondas Rumsas. Remontémonos hasta los reportajes de Jesús Manzano en el AS. ¿Qué demonios queréis que diga? Lo que más me duele es cuando alguien a quien el ciclismo ni le va ni le viene, lo cual es respetable, te salta con el tema del dopaje y tú no puedes hacer nada más que agachar la cabeza y apretar los puños.
Y, sí, lo sé: en esa lista de arriba falta Davide Rebellin. Alguna vez he escrito ficción en este blog, por lo tanto me lo inventé. Quizás otras veces, haya cometido errores, pero es que a veces abuso mucho de la wikipedia y eso no está bien. Pero nunca he mentido ni he escurrido el bulto. Sé lo de Davide Rebellin, y cuando me lo dijo mi hermano, no me llevé un disgusto porque hace tiempo que aprendí que hay muchas otras cosas más importantes por las que ya me llegará el día de disgustarme. Sin embargo, aunque haya dicho que no, sí, me lo llevé, me llevé un disgusto. No he querido ponerlo en la lista porque, en el fondo, siempre he sido un poco estúpido, y aún espero y deseo con todas mis fuerzas que el contraanálisis dé negativo. Él dice que no ha tomado nada y que tiene la conciencia tranquila y yo no quiero que todos los demás que le precedieron me obliguen a desconfiar con antelación y por norma. Ya hablaremos después, si eso, o, en su caso, lo de siempre: agachar la cabeza y apretar los puños. Eso sí: siempre habrá una rampa y un tío encima de una bicicleta dispuesto a subirla, pase lo que pase.