martes, 5 de mayo de 2009

Zeljko Obradovic

Detalles. Pequeños detalles que a veces no traslucen. Detalles. Pequeños detalles que hacen que el deporte profesional merezca aún la pena. Uno: Obradovic gana su séptimo campeonato de Europa de clubes. Entrevistado al final del partido, sus primeras palabras son de felicitación para Ettore Messina. Le preguntan por su palmarés. Responde que él siempre mira por el bien del colectivo. Le preguntan por la NBA, contesta: no me voy a ir ahí. Todo es espectáculo, aquí hay que ganar cada día. Segundo: Guardiola tras el derby, y tratándole de usted, felicita a Juande Ramos por el trabajo que ha venido haciendo desde que fichó por el eterno rival. Acaban de meterles seis goles en el Bernabeu. Tercero: Manolo Preciado. Su equipo, el Spórting de Gijón, ha visto como seguía en el pozo por un gol del Athletic en el descuento. Los periodistas entrevistan al último chaval que ha debutado en el primer equipo bilbaíno. Adrien Goñi, emocionado, dice que es el día más feliz de su vida. Por detrás, pasa casualmente Preciado que se dirige al chaval, “enhorabuena, niño.” Cuarto: dije que siempre hay una rampa y un tío dispuesto a subirla en bicicleta. Romain Sicard, vascofrancés de Hazparren, otorga al Orbea, filial del Euskaltel-Euskadi, una victoria de relumbrón en la clásica subida al Naranco. Entra en línea de meta llorando, superado por la recompensa de un esfuerzo que a sus 21 años, aún promete más que cumple. Quinto: pensaba que E ni iba a salir. 2-6 y no conozco a nadie que lleve más adentro al Real Madrid. Aún así, es capaz de disfrutar de Messi, Iniesta y Xavi y, con un poso que quizás den los años y la vida, es capaz de celebrar las derrotas con unas cervezas escuchando a Mgmt en el Panorama. Detalles. Pequeños detalles.

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