martes, 29 de septiembre de 2015

Kevin Ledanois



Lo prometido es deuda, demos cuenta de los campeones del mundo en ruta. Hagámoslo ahora y rápido, antes de empezar a producir en esta mañana con niebla cerrada en una ciudad habitualmente final de etapa de la Vuelta al País Vasco. 
Y empecemos por el más mediático: Peter Sagan. El eslovaco de Zilina hizo el caballito y besó a su novia, y saludó a los colegas de profesión y, en resumen, llegó el primero a meta. Estamos acostumbrados a las excentricidades de un corredor que tiene tanto talento como extraversión, que creo que es una palabra que existe aunque no sé si la estoy utilizando correctamente. El año que viene vestirá el maillot arcoiris y tendrá que combinarlo con su propensión a vestir de verde, con lo que al Tinkoff se le va a poner difícil reflejar sus colores de patrocinio. 
A sus 25 años, se estaba caracterizando por segundos puestos, aunque su palmarés de victorias es ya digno de mención: campeón de su país, clásicas como Montreal, Gante-Wevelgem, Flecha Brabançona o E3 Harelbeke, etapas en Tour de Francia (cuatro maillots de la regularidad ya) y Vuelta a España, y en otras pruebas importantes como la París-Niza (su deslumbrante debú ganador al más alto nivel), Tour de California, Vuelta a Suiza, Tirreno-Adriático o Tour de Romandía. Y más. No es poco. Algunos lo firmarían al final de su carrera, y con los ojos cerrados, pero él aún tiene 25 años. Y muchísimos segundos puestos, muchísimos tiros al palo. 
En Richmond, también tiró desde fuera del área. Se arriesgó con un ataque definitivo, donde lo apuestas todo a un número, y su pulso con el pelotón de los favoritos le salió bien. Se lució descendiendo con extravagancia (a lo Thomas Voeckler) y escaló el repecho con suficiencia, aunque, por momentos, pareciera lo contrario. Todo esto tras más de seis horas de pedalear por un recorrido que, como bien comentaron muchos, entre ellos Alejandro Valverde, fue más duro de lo que parecía sobre el mapa.
Detrás del eslovaco, en un esprint esforzado cuesta arriba, aparecieron el australiano Michael Matthews, quien dijo, tras pasar la línea de meta, que bien pudo haber ganado, y Ramunas Navardauskas, que se hizo con el bronce. Uno de los favoritos, Alexander Kristoff, se quedó a unos centímetros de la medalla y lo mismo le pasó a Alejandro Valverde, finalmente quinto. 
Una nueva generación que ya está llegando a lo más alto: Sagan y Matthews son del 90, Navardauskas solo tiene un par de años más. Michal Kwiatkowski (octavo en Richmond), ganador el año pasado y reciente fichaje del Sky, también es del 90. 
 
La británica Elizabeth "Lizzie" Armitstead superó a la holandesa Anna Van der Breggen y a la norteamericana Megan Guarnier y se hizo con la medalla de oro en la prueba sénior femenina. La británica se ha llevado este año la Copa del Mundo tras ganar prestigiosas pruebas como el Tour de Qatar, la clásica de Filadelfia, el GP de Plouay o el Trofeo Alfredo Binda, así que no sorprendió que se impusiera a las otras ocho favoritas que llegaron con opciones al triunfo final. La medalla en categoría junior se quedó en Estados Unidos, ya que la joven Chloe Dygert fue la vencedora final con más de un minuto de ventaja sobre su compatriota Emma White y la polaca Agnieszka Skalniak.

En hombres, el campeón junior fue el austriaco Felix Gall. A sus 17 años, se impuso, en el esprint, al francés Clement Betouigt-Sire, después de que este le alcanzara tras atacar el austriaco en la última vuela. Tercero fue el danés Rasmus Pedersen, en una carrera que la lluvia hizo aún más complicada. En sub23, Francia se tomó la revancha y Kevin Ledanois y Anthony Turgis se hicieron con el oro y el bronce, dándole el doblete a la selección de Bernard Bourreau. El francés atacó en Libby y tuvo que soportar el agónico empeño del italiano Simone Consonni, al que, finalmente, venció por décimas. Cuarto fue el compatriota de Consonni, Gianni Moscon, otro de los recientes fichajes del Team Sky, quien hizo un trabajo espectacular para acercar a Consonni hasta un Ledanois que se batió hasta el límite para superar la rampa final y vencer, como creo que ya he dicho, agónicamente. El corredor del Bretagne-Séche Environnement es hijo, como ya sabréis, de Yvon Ledanois, actual director técnico del BMC Racing, aunque antes estuvo en el Movistar. El padre se retiró habiendo dejado como mayor éxito de su currículo una victoria de etapa en la Vuelta a España de 1997 y parece que el hijo está dispuesto a superarle y más pronto que tarde. 

A él vamos a otorgarle el dudoso honor de encabezar esta entrada y, además, también le vamos a buscar sonriente para ilustrarla fotográficamente. La foto, por cierto, la encontramos en una búsqueda en google images, pero, aparentemente, proviene de la web cyclingweekly.co.uk.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Pau Gasol



El Eurobasket 2015 nos ha dejado muchos hilos de los que tirar. Se podría hablar del final de una generación de jugadores que le han dado grandes momentos al baloncesto europeo, de las dudas en el baloncesto balcánico, de la americanización del juego... Yo qué sé. Pero para eso están otros foros donde escribe y habla gente que sabe realmente de lo que escribe y habla.
Uno de esos temas que permanecieron calientes tras la final de Lille fue, sin duda alguna, el de Pau Gasol. No solo en España y en tono celebratorio y laudatorio, si no también en Francia, aunque con un matiz muy distinto.
Sus estadísticas fueron deslumbrantes: 25,6 puntos, 8,8 rebotes, 2,9 asistencias y 2'3 tapones por partido. Un porcentaje del 57,5 en tiros de campo. A los fríos datos, se le puede añadir su capacidad de liderazgo y el impacto de sus números en el juego del equipo, ya que su aportación siempre sucede en los momentos claves del partido. A la generalidad de un análisis tan superficial como éste, también se podrían añadir sus sorprendentes actuaciones individuales y específicas, como los seis triples contra Polonia, sus ocho puntos en la prórroga contra Francia para un total de cuarenta o sus seis asistencias el día que Dirk Nowitzki dijo adiós a la selección alemana. Por todo ello, recibió el premio al mejor jugador del torneo. 
Tras este rendimiento, resurgieron los adjetivos calificativos y reconocimientos para un jugador que, a sus 35 años, estaba realizando una de sus temporadas más completas. Antes del Eurobasket, el de Sant Boi terminó la temporada en la NBA con 18,3 puntos y 11'8 rebotes, sus mejores números desde la temporada posterior a su último título NBA, título que ese año ganaría, precisamente, el ya mencionado Dirk Nowitzki. Los playoffs por el título de su nuevo equipo, los Chicago Bulls, fueron un tanto decepcionantes, pero la temporada regular ha devuelto la esperanza a una ciudad que aún vive del pasado protagonizado por Michael Jordan y su cuadrilla. Con las rodillas de Derrick Rose sanas y la renovación de Jimmy Butler, los seguidores de los Bulls confían en el crecimiento de jugadores como Doug McDermott y Nikola Mirotic para rendir al más alto nivel con Fred Hoiberg en el banquillo. Pau Gasol será parte fundamental del éxito o el fracaso del equipo. Son 35 años ya y mucho camino recorrido, pero el catalán parece vivir una segunda juventud.
En cualquier caso, los días posteriores al Eurobasket, como casi siempre, suelen ser una suerte de equlibrio imposible entre los ataques de patriotismo y los recelos envidiosos. Así, muchos periodistas se pusieron a renovar las enciclopedias cuando aún parece que no procede. ¿Es Pau Gasol el mejor jugador europeo de todos los tiempos?, se preguntaban muchos, más con el ánimo de vender periódicos, en mi opinión, que con el de levantar un verdadero y constructivo debate. Debate que, además, y ésta vuelve a ser mi humilde opinión, resulta de lo más inútil y grotesco en ocasiones. ¿Cómo se puede medir y comparar a Kresimir Cosic, Arvydas Sabonis, Drazen Petrovic y Pau Gasol? Hay demasiados factores a tener en cuenta como para confiar en los aspectos más sólidos e irrefutables: estadísticas, títulos, premios... Nunca me han gustado las listas y menos las que intentan resumir más de cien años de historia. Además, los paradigmas convencionales que evalúan estas listas me resultan de lo más aburrido y prefiero esas historias perdidas que te hablan de jugadores que nunca aparecerán en estas listas pero que bien pudieran haberlo hecho: Raymond Lewis, Ljubodrag Simonovic, Oded Kattash o  Ben Wilson, por nombrar a unos pocos y con distintas razones.
El caso es que a Eurohoops les dio por ahí. Llevan varios días con una encuesta abierta (el plazo para votar termina el 24 de Octubre) para elegir al mejor jugador europeo de la historia. La polémica puede abrirse desde el principio porque la prestigiosa web ya ha decidido rebajar los candidatos a quince. Y, claro, empezando por ahí, ya puedes debatir por qué ellos y no otros. Quizás nadie dude de que Drazen Petrovic, Arvydas Sabonis, Toni Kukoc, Dirk Nowitzki, Tony Parker, Nikos Gallis o el propio Pau Gasol deben estar ahí, pero, ¿Juan Antonio San Epifanio?, ¿todos los que votan recuerdan a Dino Meneghin?, ¿vieron jugar a Kresimir Cosic? Junto a estos, completan la lista de quince Vlado Divac, Dino Radja, Dejan Bodiroga, Sergei Belov y Sarunas Marciulionis. Por supuesto, no te pongas nervioso, enseguida podemos salir todos y empezar a decir nombres que creemos que podrían haber estado en esta lista, por delante o a la vera de los que si entraron: Pedja Stojakovic, Detlef Schrempf, Juan Carlos Navarro, Rik Smits, Zydrunas Ilgauskas, Vasileios Spanoulis, Antoine Rigadeau, Theodoros Papaloukas, Pannagiotis Yannakis, Dragan Kicanovic, Nenad Krstic, Aleksander Djordjevic, Predrag Danilovic, Antonello Riva, Sarunas Jasikevicius, Mirza Delibasic, Zarko Paspalj, Nikola Vujcic, Erazem Lorbek, Dimitris Diamantidis, Alexander Volkov, Andrei Kirilenko, Hidayet Turkoglu... 
El caso es que por ahora ha habido más de once mil votos y el primero de la lista es el malogrado escolta croata Drazen Petrovic. Le siguen Toni Kukoc, Kresimir Cosic, Dirk Nowitzki y Arvydas Sabonis, retrasándose la posición de Pau Gasol hasta el octavo puesto. El menos votado es Juan Antonio San Epifanio, "Epi":
No voy a aportar nada al debate, porque me resisto denodadamente (bonita palabra) a participar (he votado, eso sí, soy un hombre de contradicciones, por supuesto) y proponer mi propia lista, un quinteto más de un bloguero o forero que quiere descubrirle al mundo cuán oculta es su sabiduría. De eso, yo tengo poco, y de respeto por las categorizaciones caprichosas, menos. En lo que sí estoy de acuerdo es en que Pau Gasol está entre los mejores jugadores de la historia del baloncesto europeo. A mí me vale con el "entre", pero he de confesar que desde siempre he sentido debilidad por los tíos altos y esmirriados que se podían permitir tocar el balón con la habilidad de un escolta o la puntería de un alero. Toni Kukoc era una bendición para la vista. Los fundamentos de Dejan Bodiroga, mucho más lentos, también. Igual que la elegancia de Antoine Rigaedeau o el paso atrás de Dirk Nowitzki. Andrés Jiménez también me llamaba la atención. Arijan Komazec, Russell Larsson, mejores y peores. Ver a Magic Johnson votar la pelota con 2'06 de altura me marcó. Pau Gasol guarda las distancias con todos estos jugadores. Él es un jugador interior que no tiene alergia a salir de la zona, pero, por alguna razón, desde el principio, lo incorporé a la lista de debilidades. Tampoco es que haya hecho campaña en su favor, pero pasé un otoño muy aburrido viviendo en Iowa mientras él comenzaba a darle lustre al número 16 de los Memphis Grizzlies. Y no se me ocurrió mejor cosa que pasar las tardes entre sus partidos, la HBO y un canal local de música donde siempre ponían una canción de Modest Mouse que, por alguna extraña razón, me hipnotizaba. Desde entonces, y como ya he dicho antes, confieso mi encandilada identificación con el juego del ala-pivot de la selección española.
Las selecciones no me interesan tanto, eso sí, pero cualquier equipo que cuente con el Sergio "El Chacho" Rodríguez y Pau Gasol... buff, casi casi que me tendrá robada la atención. Pero, lo dicho, lo de las listas y los "of all time", los hall of fame y los quintentos y tops, all-stars y MVPs, como que no me llama mucho. Votar he votado, ya lo he dicho, pero ahora no recuerdo si el primero que puse fue Petrovic, Kukoc o Sabonis. Por ahí andaba, entre Croacia y Lituania. 

Posdata: Creo que nunca había encabezado una entrada con el nombre de Pau Gasol. Es uno de esos tan evidentes, tan dignos de titular, que jamás lo utilicé. Igual que Rafael Nadal, Fernando Alonso, Alberto Contador, Iker Casillas, Xavi Hernández o Michael Jordan. O igual si los he utilizado. Yo qué sé, hace tiempo que dejé de llevar la lista. Sin embargo, está claro que, generalmente aquí, hablamos de otro tipo de deportistas. Más que hablar de Bobby Charlton aquí vamos a hablar de Robin Friday. Quizás por eso éste era tan buen momento como otro. Qué más da.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Vasil Kiriyienka



Digo yo que ser amateur, y no hablo ahora de ciclismo si no de escribir en blogs, tiene estas cosas. Hay rachas en las que no puedes escribir y se te escapan tantas y tantas cosas de las que hablar, momentos que deberían haber encontrado su sitio aquí si este blog, en realidad, tuviera espíritu compilador y aspirara a ser un buen reflejo de la actualidad. Se esfumó, por ejemplo, la Vuelta a España, y nosotros que siempre dejamos testimonio de la pasión por ese deporte, no comentamos el gran final de la competición, la exhibición del equipo de Fabio Aru y otras tantas cosas que nos podían haber invitado a sacar conclusiones. También se terminó el Eurobasket 2015 y mira que no hubo cosas que contar. Creo que no he publicado ni una sola entrada sobre el campeonato, y eso que ciclismo, baloncesto y fútbol suelen ser los tres pilares básicos de este blog. Ganas hubo en más de una ocasión, pero no se encontró ni la forma ni el tiempo ni las energías para hacerlo y tuvimos que renunciar. Supongo que, en algún momento, acabaremos por hacerlo, aunque sea con carácter retroactivo o evocador. 
Ha llegado ya hasta el mundial de ciclismo de Richmond, Estados Unidos. La capital de Virginia, allí donde organizaron el Segundo Congreso Continental y Patrick Henry se puso poético, acoge ahora los campeonatos internacionales de la ruta y la contrarreloj (incluso por equipos). Mañana viernes, conoceremos al campeón en ruta sub-23, donde disputarán la carrera corredores de calibre como el colombiano Fernando Gaviria, el danés Mads Wurtz Schmidt, los italianos Davide Martinelli, Federico Zurlo y Davide Ballerini, el francés Anthony Turgis, el neozelandés Dion Smith, el austriaco Gregor Muhlberger, el eslovaco Erik Baska, los holandeses Sam Oomen y Dylan Groenewegen, el noruego Odd  Christian Eiking o el belga Laurens de Plus, por mencionar solo a unos pocos. El sábado conoceremos a la campeona en categoría femenina. Y el domingo al ganador masculino senior de la prueba en ruta, donde los hombres rápidos (pero completos) parecen los favoritos, y todo el mundo menciona a gente como Alejandro Valverde, Peter Sagan, Greg Van Avermaet, John Degenkolb, Alexander Kristoff, Nacer Bouhanni o Zdenek Stybar; algunos proponen a jóvenes como el australiano Michael Matthews, el francés Arnaud Demaré o Julian Alaphilippe. Pocos confían en que Michal Kwiatkowski revalide título. 
Lo que sí ha sucedido por ahora es la lucha contra el reloj. Y ya tenemos varios campeones, incluídos los colectivos, porque las alemanas del Velocio-SRAM (con un equipo de lo más internacional, corredoras alemanas, más la bielorrusa Alena Amialiusik, la canadiense Karol-Ann Canuel y la italiana Barbara Guarischi) y los corredores del BMC Racing se hicieron con los títulos del campeonato del mundo de contrarreloj por equipos. El BMC estaba formado por Rohan Dennis, Silvan Dillier, Stefan Küng, Daniel Oss, Taylor Phinney y Manuel Quinziato, y todos subieron al pódium tras imponerse al Etixx-Quick Step de Tony Martin y Michal Kwiatkowski y al Movistar de Jonathan Castroviejo, Adriano Malori y Alex Dowsett. En cualquier caso, lo más visto (ahora que estas categorías de "visto" y "no visto" están de moda en la vida digital) no fue la ceremonia de medallas, si no la fotografía con la que Michael Valgren Andersen demostró que se metió un buen trompazo junto con su compañero Michael Rogers.
Muchos de estos estuvieron también ayer en la disputa por las medallas en la categoría profesional senior, pero ninguno se llevó el oro. Por sorpresa, el oro fue para el titular de esta entrada, el bielorruso Vasil Kiriyienka, quien se impuso en la meta final a los tiempos marcados por Adriano Malori y Jerome Coppel. El veterano corredor del Sky no es nuevo en esto de ganar contrarrelojes, ha sido cuatro veces campeón de su país y fue tercero en el mundial de 2012, pero su victoria no ha dejado de ser una sorpresa. Igual que ha sorprendido que después de seis años consecutivos con medallas, Tony Martin se haya quedado fuera del pódium. Por su parte, el corredor vizcaíno Jonathan Castroviejo demolió sus expectativas pero se quedó a solo dos segundos del éxito, el tercer peldaño del pódium que ocupó el sorprendente francés Coppel. 
Las chicas, por su parte, vieron como se iba el oro hasta Nueva Zelanda, ya que la danesa de nacimiento (llegó a disputar las olimpiadas de Pekín 2008 con Dinamarca) Linda Villumsen se impuso a la holandesa Anna van der Breggen y la alemana Lisa Brennauer
En sub 23, por cierto, el vencedor fue el potente danés Mads Wurtz Schmidt, también ganador en categoría junior en 2011 y vencedor de la París-Roubaix para juniors en 2012. Lo hizo por delante del alemán Maximilian Schachmann y del también alemán Lennard Kämna. Schmidt también es uno de los favoritos para la ruta que se disputará mañana y donde, por cierto, habrá presencia vasca, ya que Mikel Aristi, Imanol Estévez y Jon Irisarri forman parte de la selección estatal, igual que lo fue Xabier San Sebastián en la prueba que ganó Schmidt, y donde, como él mismo dijo, el de Tolosa, debutante este año en profesionales con el Cofidis en el Tour de Poitou-Charentes, no tuvo su mejor día (45º a más de cuatro minutos del vencedor final). 
Voy a hacer una promesa, y desde ahora digo que daré cobertura de las categorías en ruta, a ver si así me obligo a no tener que volver a abrir una entrada con toda esa chapa que justifique lo que no he escrito.

Posdata: imagen tomada del buscador de imágenes de google, aparentemente procede de zimbio.com

viernes, 11 de septiembre de 2015

Nikoloz Tsikitishvili



Sé de uno que se va a reír en cuanto vea el titular. Y es una broma íntima, pero broma al fin y al cabo. El nombre del georgiano no nos sonaba a chiste, pero algo de gracia sí que nos hacía y, cuando hace ya unos años (cómo pasa el tiempo), compartíamos el mismo techo, yo siempre era Tsikitishvili cuando jugábamos al miniminibasket o al basket digital. Con él gané un concurso de triples en no sé qué edición del NBA Live. Con él le retaba en los mano a mano. Acabamos siguiendo a Tsikitishvili casi como si fuera un primo lejano con el que sentíamos una débil pero interesada relación. Por todo eso, se reirá cuando vea el titular. 
El ala-pívot de Tiflis llegó a jugar en la ACB, en tres equipos distintos y en distintas temporadas: Caja San Fernando, Fuenlabrada y Gipuzkoa Basket. Con ninguno acabó por demostrar el talento que le dio en el olfato a los ojeadores de la NBA, aquellos que se llevaron a Tsikitishvili a los Estados Unidos cuando apenas tenía 19 años y no había demostrado prácticamente nada en Europa. Supongo que les llamó la atención su agilidad, tiro y buenos pies a pesar de medir 2'13. Los equipos de la NBA siempre parece que tiran de modelos anteriores para buscar los nuevos y Dirk Nowitzki siempre parece la imagen sobre la que recortan a los nuevos pretendientes. 
Ahora el alemán lloraba para despedirse de su afición nacional en Berlín, después de que a Dennis Schröeder le escupiera el último tiro libre un aro que hasta entonces le habían adorado. Georgia, por su parte, ganó con solvencia a Croacia en la última jornada de la fase de grupos del Eurobasket 2015 y sacó billete para los octavos de final, teniendo que viajar hasta Lille, Francia, donde se enfrentarán a la Lituania de Jonas Kazlauskas. Jacob Pullen, Zaza Pachulia, Giorgi Shermadini, Manuchar Markoishvili, Viktor Sanikidze, Tornike Shengelia, Beka Burjanadze... no tiene mal equipo Igor Kokoskov, pero Nikoloz Tsikitishvili no está en la plantilla. 
Igor Kokoskov lleva una larga carrera como entrenador asistente en la NBA. Cuando se hablaba de que Dusan Ivkovic podía convertirse en el primer entrenador europeo en la NBA, hace ya un tiempo, los expertos siempre recordaban que, si alguien lo tenía cerca, era el desconocido Kokoskov, quien tras entrenar en la cantera del Partizan, empezó su carrera como asistente en la NCAA y ya en la NBA ha pasado por los banquillos de Clippers, Pistons, Suns, Cavaliers, Orlando Magic y en julio firmó como ayudante de Quin Snyder en los Utah Jazz. Al serbio no le pareció necesario reclutar a Tsikitishvili, a pesar de que el de Tiflis realizó una gran temporada el año pasado en Líbano. Una temporada, y aquí viene la noticia y la razón de esta entrada, que le ha llevado (según informaba solobasket.com ayer mismo) a firmar un contrato con Los Ángeles Clippers para entrenar con la franquicia de la NBA e intentar buscarse un hueco en su plantilla final. La información, según solobasket.com, llegaba de manos del periodista David Pick, así que parece que es más que un rumor. 
A sus 32 años, Tsikitishvili tendrá una nueva oportunidad en la liga americana. Y como bien decía Adri González en dicha noticia, "la NBA nunca va a dejar de sorprendernos." Acabarán firmándole contratos a jugadores de dibujos animados o al próximo Jimmy Chitwood. Puede que no consiga un hueco en la plantilla final, pero le han dado la oportunidad de volver a luchar por el... sí, ya sabes, por "el sueño americano". Igual que, por cierto, he leído hoy mismo que también la tendrá Oleksey Pecherov, interior ucraniano quien tampoco está con su selección en el Eurobasket 2015, y también con pasado NBA, tras jugar últimamente en Letonia, Rusia, Italia, España o Ucrania, ha recibido una invitación de los Denver Nuggets para buscarse un puesto en los training camp. No serán los únicos, porque los training camps, como en Estados Unidos llaman a estas pretemporadas, tienen estas cosas. Recuperar para la atención pública a Tsikitishvili, aunque solo fuera por esa broma íntima, me ha llamado la atención más que los demás. 
Tsikitishvili, como decíamos, y hagamos un repaso rápido, dejó Treviso y el Benetton cuando aún era tan solo un proyecto de futuro recién llegado de la cantera del KD Slovan de Eslovenia. Pasó unos cuantos años en la NBA sin conseguir grandes números ni recibir muchas oportunidades. Calentó banquillo en Denver, Oakland, Minneapolis y Phoenix. Solo en su primer año en los Nuggets contó realmente para el entrenador: jugó 81 partidos, 16 de ellos como titular, con medias de 3.9 puntos y 2.2 rebotes por partido. Fue su año rookie. Si en ese jugó 81 partidos, en los otros cinco años de su experiencia americana tan solo jugó 91 partidos. Así que se volvió a Europa: España, Italia y Grecia; y acabó buscándose el sueldo en Asia Occidental: Irán primero, Emiratos Árabes Unidos y, finalmente, Líbano, donde ha jugado para el Champville de Deek El Mehdi en dos periodos distintos, siendo su último equipo conocido. Con ellos llegó el año pasado hasta las semifinales, donde cayeron derrotados, y terminó la temporada con unos promedios de 21 puntos y 11'6 rebotes por partido. Esta temporada pasada, fue nombrado mejor jugador interior de la liga, mejor jugador extranjero y miembro del mejor quinteto de la temporada. No sé si todo ello, u otras razones, le han llevado a que los Clippers le den una nueva oportunidad. 
Y, repito, como bien dice Adri González: "la NBA nunca va a dejar de sorprendernos".  

lunes, 7 de septiembre de 2015

Lars Lagerbäck



Islandia está jugando este año, por primera vez en su historia, el Eurobasket. Tras perder contra Alemania en la primera jornada, por solo seis puntos, ayer pusieron en apuros a Italia. A falta de tres minutos y medio, los islandeses ganaban por 62 a 59. Buen partido de Hlynur Baeringsson, y del veterano Jon Stefansson, probablemente el jugador más reconocido del país, con pasado en la NBA y en ACB. Por el baloncesto español también han pasado otros jugadores con peso en la selección de Craig Pedersen, Haukur Palsson, Hordur Vihjalmsson y/o Pavel Ermolinskij.
Más éxito han tenido en otro deporte colectivo que se juega con un balón de por medio, el balonmano. Fueron subcampeones olímpicos en Beijing 2008 y medalla de bronce en el campeonato de Europa que se disputó en Austria en 2010. Olafur Stefansson fue el líder de ambas selecciones. Él, junto con Gudjon Valur Sigurdsson, es uno de los jugadores más valorados de la historia del balonmano islandés. 
Donde los islandeses no se habían prodigado mucho hasta ahora había sido en el fútbol. Eidur Gudjohnsen, ex delantero del Chelsea, el Barcelona o el Mónaco, entre muchos otros equipos, es, probablemente, el jugador más conocido del fútbol islandés, aunque otros como Hermann Hreidarsson, Gudni Bergsson o Brynjar Bjorn Gunnarsson, por nombrar a tres, han hecho carreras, relativamente reseñables, en Inglaterra. 
Hablamos de un país con menos habitantes que Bilbao. Más o menos, son 330.000 habitantes, y el año pasado acogieron a poco más de 1.000 emigrantes. Desde ayer, se conviertieron en el país con menos habitantes que disputará una Euro, porque la selección que entrena el veterano seleccionador sueco Lars Lagerbäck (ya fue seleccionador de su país natal y de la selección de Nigeria en el mundial de Sudáfrica) y el islandés Heimir Hallgrimsson, empató a 0-0 con Kazajistán en Reykjavik, consiguiendo un punto histórico que les da la clasificación matemática para la Eurocopa 2016, primera gran competición por selecciones que disputará el combinado nacional de fútbol. 
Sin duda alguna, un acontecimiento histórico para el deporte islandés: un país que encumbrará a jugadores como Gilfy Sigurdsson (jugador del Swansea y ex del Tottenham o el Hoffenheim), Birkir Bjarnason (del Basilea, aunque con pasado en la Sampdoria o el Standard de Lieja), Kolbeinn Sighthorsson (quien llegó al Nantes tras pasar por Ajax y AZ Alkmaar), Aron Gunnarsson (Cardiff City), Johann Berg Gudmundsson (jugador del Charlton Athletic que también pasó por el AZ Alkmaar), Jon Dadi Bödvarsson (del Viking noruego) o el jugador de la Real cedido en el Olympiakos griego Alfred Finnbogason . También juega aún en la selección, a sus 36 años, un Eidur Gudjohnsen que, desde que dejara el Mónaco y la élite del fútbol europeo, ha jugado en Inglaterra, Grecia, Bélgica y China. Todos estos jugadores y el resto a los que ha ido convocando el sueco Lagerbäck encabezan, a falta de dos jornadas, el Grupo A de clasificación para el Euro 2016, un grupo donde también ha conseguido su clasifición matemática la República Checa, al colocarse en la segunda plaza tras vencer por 1-2 a Letonia.
Islandia es primera con 19 puntos empatada con la selección checa en un grupo en el que también estaban (y aún sufren por clasificarse) selecciones potentes como Turquía y Holanda. Islandia perdió solo un partido a domicilio, ante la República Checa en el Doosan Arena de Plzen. Perdieron por 2-1, y, eso sí, debido a un gol en propia puerta de los islandeses. El resto de los partidos a domicilio los han ganado: ante Letonia, Kazajistán y Holanda. Especialmente significativa esta última: 0-1 en el Amsterdam Arena ,con un gol de penalty de Gilfy Sigurdsson en el minuto 51. En casa, solo han cedido un empate, precisamente ante Kazajistán. Derrotaron por 2-0 a Holanda, por 3-0 a Turquía y por 2-1 a la República Checa. Todos los partidos disputados en el Laugardalsvöllur Stadium de Reikiavik, con una capacidad para 9.800 espectadores cuando se disputan competiciones de la UEFA.
Islandia es el país que encarceló a sus banqueros; el país más seguro y limpio del mundo; un país verde, con uno de los PIB nominales más altos del mundo, que basa gran parte de su economía en los recursos pesqueros. El primer país con un máximo dirigente, la primera ministra Jóhanna Sigurdadóttir (2009), abiertamente homosexual. El país de Bjork, Sigur Rós, Halldór Laxness y la salchicha de hígado. El país del volcán Eyjafjallajökull, capaz de generar una pluma que derivó en ingeniosa nube que detuvo el tráfico aéreo en más de veinte países europeos.
Antes de que Nilüfer Demir fotografiara el cadáver de Aylan Kurdi en una playa de Bodrum, los ciudadanos islandeses ya reaccionaron ante la crisis de los refugiados sirios. La escritora Bryndis Bjorgvingsdottir creó un grupo de facebook para reclamar a la ministra de Asuntos Sociales islandesa, Eygló Hardardóttir, que ampliara el cupo de refugiados que podía recibir su país. En un abrir y cerrar de ojos, más de 14.000 ciudadanos islandeses se presentaron voluntarios y obligaron a reaccionar a su gobierno, un gobierno, generalmente, propicio a reaccionar ante la opinión de sus ciudadanos. 
En la carta que la escritora dirigía a la ministra, se leía el siguiente extracto que tomo verbatim de una publicación de tirada nacional española que se hizo eco de la noticia en su momento: "Son nuestras futuras esposas, novios, almas gemelas, el batería de la banda de nuestros hijos, Miss Islandia 2022, el carpintero que termina el baño, el cocinero en la cafetería, el bombero y el presentador de televisión." Es decir, los islandeses como Borgvingsdottir no quieren que los sirios se queden entre ellos mientras buscan un sitio mejor al que marcharse, ni piensan en que quizás puedan querer volver a su país; simplemente, les aceptan como parte activa de su sociedad, y cuentan con ellos para un futuro en el que no ven los mismos miedos estúpidos (mi opinión) que le quitan el sueño al primer ministro húngaro Viktor Orbán. Quizás, la próxima vez que se clasifiquen para una Euro, el delantero estrella de la selección islandesa sea un ciudadano de origen sirio. Igual que aquella mujer de Ortuella encontró acomodo en Moscú, se enamoró de un taxista y, años después, su hijo, Josechu Biriukov, se convirtió en "el jugador blanco con las piernas más potentes" como dijo George Karl cuando le entrenó en el Real Madrid. Igual o parecido, pero lo mismo.

Posdata: Fotografía encontrada en el buscador de imágenes de google. Aparentemente, proviene de la página mbl.is. 

domingo, 6 de septiembre de 2015

Eugenio Bustingorri



Ey, hoy le he echado un vistazo a la Liga Adelante. Por la mañana, mientras le daba al txakoli, veía en televisión como los jóvenes cachorros del Athletic Club le daban la vuelta al gol del veterano delantero italiano Rolando Bianchi para el Mallorca. Luego, más tarde, he mirado a ver cómo habían quedado las cosas en otros partidos. 
He visto que el Almería ha ganado 2-1 al Osasuna de Enrique Martín Monreal. Iban los navarros con dos victorias al Juegos Mediterráneos y liderato compartido y han visto como los de Sergi Barjoan (o Barjuán, como sea), uno de los favoritos al ascenso final, les remontaban el gol inicial del esloveno Matej Pucko con goles de Chuli y finalmente del chico del Cola Cao, José Ángel Pozo, el malagueño del Manchester City que el Almería consiguió en préstamo a última hora. 
Bueno, queda mucha liga. Mucha. Pero el comienzo de un Osasuna que le vio los dientes al lobo de la segunda B la temporada pasada es prometedor. Prometedor de Promesas, el filial del Osasuna, que aún juega en tercera división porque el Gernika no les permitió subir el año pasado. Empezó entrenándoles José Manuel Mateo, al equipo filial, digo, y digo el año pasado, pero le substituyó su segundo, David García Labayen, cuando Mateo tomó el relevo de Jan Urban en el primer equipo, aunque luego él mismo sería sustituido por el actual entrenador Enrique Martín Monreal, quien obraría el milagro y se ganaría la renovación. Mateo, por cierto, ha vuelto al filial. Prometedor de promesas, decía, porque da gusto (que, a mí, ni me va ni me viene, pero me da) ver al equipo navarro plagado de jugadores de su cantera y rindiendo con solvencia. 
Un dato: el equipo de Enrique Martín Monreal comenzó la temporada ganando al Llagostera por 0-2. El Osasuna comenzó el partido con ocho jugadores de su cantera, todos navarros. El 70% del equipo.
 Parte de ese porcentaje tan alto de jugadores canteranos lo forman jugadores veteranos como los hermanos gemelos Flaño, Javier y Miguel, de 31 años. El primero regresó al Osasuna la temporada pasada y se convirtió en el héroe de la permanencia. El segundo encadena ya 12 temporadas consecutivas en el equipo pamplonica. El capitán Oier Sanjurjo, qué rápido pasa el tiempo, tiene ya 29 años, habiendo disputado toda su carrera en los rojillos, a excepción del año que pasó cedido en el Celta de Vigo. Por último, queda Roberto Torres, quien, aunque aún tenga 26 años tan solo, lleva ya unos cuantos en la plantilla del primer equipo y un bagaje de 38 partidos y 5 goles en Primera división.  
Sin embargo, y eso es lo prometedor de promesas, es que la mayoría de ese porcentaje está formado por jóvenes meritorios que van ganando peso y aprovechan la oportunidad que les ha otorgado el veterano entrenador de Campanas. Los defensas pamplonicas Unai García, de 23 años y 1'86, y David García, de 21 años y 1'85, ambos titulares en la presente temporada; Mikel Merino, internacional en categorías inferiores, dicen que pretendido por el Athletic, titular a sus 19 años y prometedor mediocentro para los osasunistas; Maikel Mesa, otro centrocampista, este tinerfeño de 24 años, quien aún no ha debutado y poco jugó la temporada pasada; Álex Berenguer Remiro, un navarro de 20 años, centrocampista, quien lleva jugados todos los de esta temporada y ya ha marcado en El Sadar, y quien ha tenido hoy la oportunidad de jugar en la tierra de su padre, porque he leído por ahí que desciende de Almería y veranea en la Isleta del Moro (no es que conozca yo mucho Cabo de Gata, pero la Isleta sí que la conozco y bendito aquel pescado fresco mirando al mar, qué lujo);  precisamente en Almería ha debutado esta temporada (porque la pasada ya jugó 17 partidos) el navarro Miguel Olavide, de 19 años; José García, un veterano, de 18 años, pequeño delantero que ya debutó en primera con 16 y acaparó reportajes y artículos por su pasado como aficionado y su futuro como delantero; y Aitor Buñuel, tafallés de 17 años que, en principio, yo creo que forma parte de la plantilla del B pero ha contado para Enrique Martín Monreal en todos los partidos de lo que va de temporada. 
Y pueden ser más: Borja Aizpun y Endika Galarza, defensas navarros de 18 y 21 años respectivamente, el medio Antonio Otegui, pamplonica de 17 o el portero oscense Juan Manuel Pérez, de 19, entre otros, porque todos jugaron en pretemporada con el primer equipo. Y puede que lo hiciera alguno más y yo no me enterara. 
"Gozo con mi equipo", ha dicho Martín Monreal, quien parece a gusto con su apuesta por el producto autóctono. Seguro que también a la afición de El Sadar le gusta ver que funciona Tajonar. No es nada nuevo. Échale un vistazo a la lista de jugadores salidos de allí: Eugenio Bustingorri, Juan Carlos Unzue, Jon Andoni Goikoetxea, Patxi Ripodas, José Ángel Ziganda, César Cruchaga, Mari Lacruz, Pablo Orbaiz, Iñigo Larrainzar, Javier López Vallejo, César Palacios, Raúl García... Igual sale uno ahora que me dice que alguno de estos no salió de Tajonar, pues, bueno, me equivoco, pero, más o menos, el resultado es lo mismo, que la cantera de Osasuna siempre ha sido un filón (y a menudo un filón para otros) y alegra volverla a ver eficientemente a pleno rendimiento.  

Por cierto, ¿a quién le damos el titular? Pues, fíjate tú, a Eugenio. Bustingorri, seguro que se acuerdan los aficionados del Osasuna, les dio la alegría de la UEFA  a principios de los noventa y jugó en el Atlético de Madrid que no en el Real Madrid, pero casi. El de Zulueta es un clásico osasunista de los 90 que, según he leído por ahí, no se dedicó al fútbol después de colgados los borceguíes. 
 

viernes, 4 de septiembre de 2015

Louis Meintjes



Mikel Landa dijo que se tomó la libertad. Fabio Aru le felicitó. Lo que pasara en el hotel del equipo, no lo sabremos nunca. Ya hablé aquí de un buen reportaje con entrevista al ciclista vasco en el pasado Giro de Italia donde se contaba la anécdota en la que Giuseppe Martinelli confundía el nombre de Landa y le llamaba Fabio. Fabio llegó detrás de Mikel en Cortals d'Encamp pero ahora es el líder de la Vuelta a España y en el Astaná kazajo se frotan las manos por mucho que otros quieran subrayar la polémica. 
Landa llegó el primero porque el alavés es un corredor de talento. Ya se le veía cuando corría de naranja y ahora no hay ninguna duda. Pocos corredores pueden terminar una temporada siendo pódium en una grande y ganando etapas en dos de ellas. Su talento cuando se empina la cuesta es indiscutible. Los tres últimos kilómetros a tren en la etapa más dura de la historia de la Vuelta, según cuentan, quedarán en la retina: a él se le hicieron eternos, según comentó. 
Por detrás, como decíamos, venía su compañero el italiano Fabio Aru, uno de esos ciclistas eléctricos que no entienden de medias tintas, ni para explotar ni para reventar. En Andorra, le tocó lo primero, y parecía ir directo a una victoria final que sus rivales intentarán negarle de aquí al final. 

El día anterior todos los periódicos recordaban que el diseño de la etapa era de Joaquín Rodríguez y el propio ciclista catalán sonreía entre dientes cuando le preguntaban por lo que le pasó por la cabeza mientras dibujaba líneas sobre el mapa. A saber: 138 kilómetros y 5.000 metros de desnivel. Las rampas encadenadas, sin apenas descanso, más de cuatro horas y media de pedaleo intenso.Con ello, los periodistas se encargaron de encender la mecha: la etapa más dura de la historia, un escenario para la épica, el infierno ciclista... Todo valía. Pero lo único que valen son los ciclistas. Ellos hacen duras las carreras. Una pista plana puede ser la peor emboscada si ellos lo deciden. Y se empezó a todo tren, con ganas de fiesta. Y se atacó más de una vez y se hicieron grupos que se rompieron y sufrieron líderes y hubo caídas y contraataques y, al final, el ataque definitivo de Fabio Aru, mientras los escapados se daban estopa aunque no dejaban de mirar atrás, fue a falta de ocho kilómetros para meta, una distancia corta para Claudio Chiappucci pero infinita en el ciclismo moderno. Así, el resultado final fue igual de rutilante y agudo: Froome se rompió (y se retiró al día siguiente), Louis Meintjes se licenció, Fabio Aru se renombró, los hombres del Tour, Alejandro Valverde y Nairo Quintana se retorcieron y Joaquín Rodríguez y su escudero Daniel Moreno se defendieron con dignidad. 

Son muchos los nombres a destacar de una etapa que, efectivamente, si ya lo hacía sobre el papel, lo hizo sobre la pantalla y sobre el asfalto también, y pasó a la historia. Daniel Moreno se mereció el contrato que le niegan y Joaquín Rodríguez dignificó su propio recorrido. Nairo Quintana, enfermo, y Alejandro Valverde, valiente, dieron muestras del pundonor de los ciclistas. El sudafricano de Pretoria, reciente fichaje del Lampre, Louis Meintjes, enseñó el futuro (démosle, por ello, el titular de esta entrada). Fabio Aru, el presente, y Mikel Landa, la ilusión de todo un país que anhela los buenos tiempos, anhelos que también parece representar un Mikel Nieve que demostró su fondo, igual que lo hizo Rafal Majka, ambos escaladores de los de larga tirada. Sufrieron Domenico Pozzovivo y Samuel Sánchez, hombres acostumbrado a ellos. Se asomó Ian Boswell, y Joseph Dombrowski, aquel a quien quisieron robar la bicicleta, demostró su talento para remontar a medio pelotón. Tom Dumoulin y Jhoan Esteban Chaves confirmaron que están aquí para quedarse. Hay más: Imanol Erviti, Alberto Losada, Darwin Atapuma, Nelson Oliveira, Pawel Pojalski, Stephane Rossetto, Fabrice Jeandesboz, Gianluca Brambilla, David Arroyo... Dos más, una línea para un Omar Fraile que merece la temporada que está haciendo y ese maillot por el que va a sufrir hasta el final. Y otra para Romain Sicard quien, afortunadamente, parece que se está recuperando para el ciclismo profesional.

Sí, hubo más. Y más cosas que sucedieron que los ataques y las debacles. Oleg Tinkov se enfadó. Primero fue Peter Sagan y después Sergio Paulinho. TVE ha pedido perdón. Amets Txurruka, parecía imposible, se tuvo que retirar, ya se fisuró una costilla en Getxo y luego se cayó en la novena etapa. No pudo resistir el dolor. Es una metáfora de lo que es el ciclismo: el ciclista más duro se retiró en la etapa más dura. Hasta catorce corredores fueron sancionados en la etapa. Nueve de ellos por remolcarse. Martin Velits llegó último a más de 35 minutos del vencedor, el alavés Mikel Landa, que entró sereno, sin aspavientos, seguro de sí mismo. No vimos cómo entró Martin Velits. Pero, entrara como entrara, desde Landa a Velits, a todos los que llegaron (y a los que no lo hicieron), gracias: gran etapa para los aficionados al ciclismo.


Posdata: la foto del buscador de imágenes de google, parece que proviene de ciclismoafondo.es.