miércoles, 17 de agosto de 2016

Paul Pierce



Creo que fue ayer cuando leí que Ray Allen, de quien se venía rumoreando hace tiempo que sopesaba volver al baloncesto en activo, estaba negociando con los Milwaukee Bucks para consumar, definitivamente, ese regreso. Allen tiene 41 años. Ya jugó varias temporadas en la NBA. Las repartió entre los propios Bucks, los Seattle Supersonics, los Celtics de Boston y los Miami Heat. Fue diez veces All-Star, campeón olímpico y ganó el anillo de campeón de la NBA en dos ocasiones. Años después de su retirada, al que durante años fue considerado uno de los mejores tiradores de la competición le ha dado por volver. ¿Por qué? Supongo que si finalmente se confirma, él lo explicará. 
Esto de los regresos de jugadores ya retirados no es nuevo en la NBA. Por supuesto, el caso más recordado es el de Michael Jordan, pero hubo más. Y parece que los seguirá habiendo. La NBA parece una liga de contraste, donde llegan jugadores que apenas han cumplido la mayoría de edad y otros alargan su vida deportiva hasta límites insospechados. 
El caso de Ray Allen no es el único. Durante este verano, ha habido otros rumores, algunos se quedarán en eso, pero otros puede que se hagan realidad y vivamos un contínuo dejavu en las canchas. 
Derek Fisher también se lo está pensando, según hizo público Ian Begley, de la ESPN, hace poco. Retirado en 2014, comenzó su carrera como entrenador en los New York Knicks de la mano de Phil Jackson, pero no terminó su segunda temporada en la gran manzana. Tiene 42 años y ha sido cinco veces campeón de la NBA tras jugar dieciocho temporadas en la misma. ¿Por qué? Pues supongo que también Fisher lo explicaría llegado el caso. 
Stephen Jackson, nació en 1978, con lo que "solo" tiene 38 años. Tras jugar 14 temporadas, se retiró. Fue campeón de la NBA en 2003 con los San Antonio Spurs. Recibió una de las sanciones más duras de la historia de la NBA al recibir una penalización de 30 partidos por su participación en la histórica bronca en Auburn Hills. Hace poco dijo que podría y que quería volver.
Carlos Boozer tiene 35 años y fue bronce olímpico con la selección de los Estados Unidos en 2004. Llegó a ser dos veces All-Star. En Junio surgieron rumores sobre su posible regreso, pero no se ha vuelto a saber nada más.
Uno de los últimos rumores ha sido el de Baron Davis, nacido hace 37 años. Dos veces all-star, su última temporada ocurrió en 2012 cuando jugaba para los New York Knicks. Su regreso no está tan lejos porque, en realidad, ya volvió a jugar al baloncesto en la temporada 2015-2016. Lo hizo en los Delaware 87ers de la D-League, la liga de desarrollo de la NBA, con los que llegó a jugar ocho partidos.
Sí, sí, hay más. 
Richard Hamilton formó parte de aquellos Detroit Pistons que ganaron la NBA en 2004. Lleva tres años retirado y ya hubo rumores de regreso en 2014. Y ahora otra vez en 2016. Nacido hace 38 años, llegó a ser tres veces All-Star. En un reciente artículo periodístico, explicaba que lo dejó para estar más cerca de sus hijos pero estos ahora le querían ver jugar en directo. 
Emeka Okafor fue segundo en el draft de 2004 y mejor rookie del año en 2005. Una hernia de disco en su cuello le obligó a retirarse. Su agente ha dicho recientemente que volverá pronto. Nació en 1982, con lo que aún tiene 34 años.
Ben Gordon tiene uno menos, 33. Fue mejor sexto hombre siendo rookie. Venía de ser campeón de la NCAA en 2004 con los Huskies de Conneticut. Sus primeros años en los Chicago Bulls crearon expectación. En Septiembre de 2015 intentó conseguir un contrato con los Golden State Warriors en verano, pero no lo consiguió. Este verano ha jugado con Gran Bretaña en las clasificatorias para el Eurobasket 2017. En alguna entrevista dijo que quiere volver a la NBA.  

Todos estos rumores suceden en el año en el que dijimos adiós, nada más y nada menos, que a Tim Duncan y Kobe Bryant. También a Amar'e Stoudamire, pero a este no del todo. Le veremos en Europa cuando juegue el Hapoel Jerusalem.
La edad no es impedimento para jugar profesionalmente al baloncesto. Ni tan siquiera lo es decir que ya tuviste bastante, porque siempre puedes volver. Erazem Lorbek estuvo en las ligas de verano probando con los San Antonio Spurs. Llevaba varios años parado por su maltrecho físico pero él no se había rendido. Aún no se ha hecho público si ha firmado contrato con algún equipo. Hay muchos veteranos que aún no han firmado para el año que viene, gente como Elton Brand, Caron Butler, Jason Terry, Metta World Peace, Charlie Villanueva, Kirk Hinrich, Kendrick Perkins, Drew Gooden o Kevin Martin. Otros sí lo han hecho ya, algunos incluso con contratos jugosos: Dirk Nowitzki, Matt Barnes, Jamal Crawford, Manu Ginobili, Pau Gasol, Sasha Vujacic, Richard Jefferson, Pablo Prigioni, quien jugará por encima de las cuatro decenas si cumple lo firmado con los Houston Rockets. Paul Pierce, 39 años, sigue siendo uno de los contratos que más rumores está levantando este verano. Dijo que seguiría y ahora parece que volverá a Los Ángeles Clippers. Titular de esta entrada y foto para él por ser el último que menciono.
¿Qué lleva a una persona con 5 anillos de campeón, 18 temporadas en activo y un primer intento como entrenador a volver a calzarse las botas? Quizás no le lleva nada porque solo es un rumor y los rumores a veces nacen del aburrimiento más que del conocimiento, pero, en cualquier caso, está claro que, en el baloncesto norteamericano, los jugadores parecen aburrirse cuando se retiran. Casi no hay uno que no haya dicho que vuelve. Lo hagan o no lo hagan después. Con lo bien que se tiene que estar pescando en el lago o viendo la televisión por cable, ¿no?

martes, 16 de agosto de 2016

Marijan Cakarun





Hablar de manera ligera es fácil, y generalmente conduce a error, pero en este blog parece que no sabemos hacerlo de otra manera. Además, estamos en agosto y nos hacemos vagos.
Por no dejar que el blog se muera, me quedaban dos opciones para escribir una nueva entrada: o baloncesto o ciclismo, que son los deportes que menos practico pero cuya actualidad más sigo. Me resulta más fácil hablar de eso que de la pretemporada de fútbol o los torneos veraniegos de pelota mano. Las Olimpiadas las sigo igual que sigo viendo, cuando me aburro, las reposiciones de series de televisión españolas antiguas en los canales de la TDT.
Así que he elegido el baloncesto y su mercado estival, el de fichajes, y, en concreto el de la ACB, porque el de la NBA, quitando la reciente y abrumadora renovación de LeBron James, no anda parado, pero sí que ha bajado un poco el nivel de sorpresa que alcanzó antes de las vacaciones.
Digo que hablamos ligero porque no vamos a analizar con profundidad ni las causas ni las consecuencias, y nos conformaremos con impresiones personales y análisis superficiales. Sin ser un experto, ni tan siquiera un aficionado atento, me da la sensación de que el mercado de fichajes en la ACB durante este verano, es un fiel reflejo de los cambios mercantiles que se están produciendo en el deporte profesional de la canasta. En Europa, el dinero se ha ido a Turquía, y el resto está en los Estados Unidos, con lo que se ha producido un efecto dominó y las tendencias adquisitivas de los equipos españoles se han diversificado de una manera muy curiosa. Repito: todo en mi opinión y no es muy de fiar.
El año que viene habrá diez españoles en la NBA (Pau Gasol, Marc Gasol, Juancho Hernangómez, Willy Hernangómez, Álex Abrines, José Manuel Calderón, Niko Mirotic, Serge Ibaka, Sergio Rodríguez y Ricky Rubio). Muy significativo. A eso hay que sumarle el resto de europeos con peso en este continente que o han renovado con buenos contratos o también han aprovechado el aumento del límite salarial en la gran liga americana para empezar la aventura al otro lado del Atlántico: Mindaugas Kuzminskas, Dario Saric, Tomas Satoransky, Davis Bertans, Dragan Bender...
Si eso no fuera poco, muchos otros jugadores contrastados y de calidad se han ido a otras ligas europeas, con especial protagonismo de las ligas de Rusia y Turquía. Solo en el país otomano encontraremos el próximo año a gente como Dairis Bertans, Alen Omic, Clevin Hannah, Angelo Caloiaro...
El caso es que el poder adquisitivo de los equipos ACB parece haber caído. Los movimientos durante este verano han dejado ver pautas que se repiten y otras tendencias más novedosas. En líneas generales, podríamos resumirlo diciendo que, aunque ha habido llegadas de buenos y contrastados jugadores, sorprenden los cambios de cromos entre equipos de la misma competición y la llegada de jugadores relativamente desconocidos para el espectador medio.  
Conviene recordar que aún hay muchos fichajes por hacer. Hay equipos que, aunque van rápido, como el nuevo Sevilla con Berni Rodríguez en los despachos, han empezado tarde y aún les queda trabajo. Hay otros que están esperando y alguno que ya tiene todo prácticamente finiquitado, pero es probable que en los próximos días haya más nombres que sumar y quizás nos haga cambiar de opinión.
Con todo lo que ha habido por ahora, hay que destacar que, como ya hemos dicho, ha habido muchos cambios de camiseta, traspasos entre equipos de la liga y algunos con renombre o sorpresa: Adam Waczynski, Fran Vázquez, Will Thomas, Darko Planinic, Joan Sastre, Jonathan Tabu, Scott Bamforth, Nacho Martin, Giorgios Bogris, Alberto Corbacho, Txemi Urtasun, Pere Tomas, Goran Suton... Hasta Sitaphá Savané, que tras regresar a las islas parecía haber encarado el final de su carrera, ha seguido a Salva Maldonado y empieza nueva aventura en Madrid. También ha habido regresos a la Liga ACB como los de Martynas Pocius, Luka Zoric, Luka Bogdanovic, Oliver Stevic o David Jelinek. Se podía interpretar que los equipos buscaban la seguridad de jugadores que ya conozcan los intangibles de la liga, mejor que responder a las necesidades de los equipos con apuestas arriesgadas.
De otras ligas europeas han llegado gente como Royce O’Neale (Ludwigsburg), Kyle Fogg (Bremerhaven), Oviu Soko (Enel Brindisi), Mickey McConnell (Chalons), Billy Baron (Charleroi), Joe Trapani (Cholet), Trent Lockett (Trento), Andrew Albicy (Gravelines), Adam Pechacek (AZS Koszalin), Aaron Doornekamp (Skyliners Frankfurt) o Johannes Voigtmann (Skyliners Frankfurt). Alemania siempre ha sido calado del mercado veraniego para la liga ACB, pero destaca, este año, la mirada hacia Francia e Italia. Son jugadores que vienen de hacer buenos números en sus ligas pero, quitando quizás a Voigtmann y Fogg, cuyas temporadas repercutieron internacionalmente, muchos de ellos llegan siendo una incógnita aunque, a buen seguro, acaben triunfando y rindiendo con eficacia.  
Pero lo que quizás indica el cambio de corriente es que los jugadores de renombre que se incorporan a la liga se concentran en dos, tres equipos, a lo sumo cinco si contamos los interesantes fichajes de Valencia y Unicaja. Anthony Randolph, Tyrese Rice, Víctor Claver, John Bryant, Andrea Bargnani, Rodrigue Beaubois, Oliver Lafayette o Trevor Mbakwe son jugadores contrastados o emergentes, con buena cotización, que podían haber firmado contratos jugosos con otros equipos europeos. Dos jugadores más llegan desde la NBA, Shane Larkin y Shayne Whittington, pero, a excepción de Whittington, como decíamos, todos esos jugadores se concentran en unos pocos equipos, destacando, sobre todo, la distancia que se está creando entre el Real Madrid y el FC Barcelona y el resto. Baskonia y Valencia han hecho grandes esfuerzos y el Unicaja cerró su equipo muy rápido y con argumentos para ilusionar a sus aficionados.   
Para justificar mi argumento de que este año se percibe un cambio en los intereses de los equipos, en parte debido a la competencia, pero también a su propio nivel de presupuesto, destacaría tres objetivos que han parecido tener en común los equipos ACB este año. Aunque no sean nuevos, sí que parece que este año han tenido más relevancia que en otros veranos pasados. Por un lado, destacaría los jugadores llegados desde ligas digamos menores, como la LEB. Jugadores que parece que debutarán o volverán a la ACB tras contar con pocos minutos en otras temporadas o medrar en LEB y EBA. Hablamos de jugadores como Tadas Sedekerskis, Daniel Bordignon, Miki Servera, Jonathan Barreiro, Beka Burjanadze, Guillem Colom, Ferran Bassas o Romaric Belemene.
El segundo argumento sería la liga de desarrollo de la NBA, la D-League, que se ha convertido este año en un caladero importante, aunque muchos de los nombres que sonaron este verano se quedaran en rumores. Desde ahí llegan gente como Michael Eric, Scott Suggs o el mediático Thanasis Antetokounmpo, hermano de un Giannis Antetokounmpo que nunca llegó a jugar para el CAI Zaragoza.
Pero, sobre todo, creo que el mayor indicativo de ese cambio en las incorporaciones veraniegas de los equipos ACB llega desde los Balcanes. Siempre ha habido jugadores croatas, serbios, eslovenos... en la ACB, pero este año, sobre todo, llegan desde las ligas del Adriático o desde otras ligas europeas, siendo algunos jugadores por descubrir, con buenas estadísticas pero sin el prurito que da contar ya con un currículo largo y llamativo. Por supuesto, Vladimir Jankovic, ex del Panathinaikos y nuevo jugador del Valencia, no entraría en esta lista, pero sí otros como Danilo Nikolic (Mega Leks), Miha Lapornik (Union Olimpija), Ivan Buva (Avellino), Strahinja Milosevic (Szonolki Olaj), Filip Kraljevic (KK Zadar), Luka Lapornik (KRKA Novo Mesto), Luksa Andric (BC Astana), Marijan Cakarun (Helios Suns), Aleksander Cvetkovic (Partizan) o Petar Aranitovic (Partizan). Da la sensación de que los despachos de los equipos ACB han tenido claro que si no podían aspirar a los jugadores más reclamados, siempre era un buen seguro contar con deportistas de países de larga tradición baloncestística y que parecen prometer un rendimiento de fiar.
Va a ser, en cualquier caso, una temporada excitante porque el rendimiento de muchos de estos jugadores va a sorprender a más de uno. Esta sigue siendo una opinión personal y que os invitaría a discutir y rechazar, pero el cambio de tendencia en el mercado va a descubrir nuevos talentos, incluso de jugadores veteranos que no habían tenido hasta ahora la oportunidad de tentarse en estos niveles. Me da la sensación de que, en líneas generales, todos los equipos están firmando con coherencia y racionalidad, y quitando la distancia que se está formando entre la clase alta y baja, sí que parece que la próxima temporada puede ser una liga más ceñida. Yo no he visto jugar nunca a Marijan Cakarun (para él el titular y la foto, sacada de una búsqueda en google images que parece provenir de la web sibenik.in), por ejemplo, y sin faltarle al respeto, ni tan siquiera había oído hablar de él... ¿Y si es bueno? Creo que responder a esa pregunta va a ser uno de los alicientes de esta próxima temporada ACB.