viernes, 30 de julio de 2010

Diego Castro


Mi primer, y probablemente único, partido del verano. El miércoles nos acercamos a Lasesarre para ver en directo la disputa entre el Barakaldo, club de mi ciudad y de la Segunda División B estatal y el Spórting de Gijón de Manolo Preciado, en chandal, y Quini, en vaqueros y camisa. Fue un día festivo en el que me senté lejos de mi zona de socio, acompañado por algún inesperado visitante y socios habituales con los que normalmente no comparto los partidos de Liga. Mucha gente del Spórting, la verdad. Y la televisión del Principado con un despliegue de medios poco habitual en nuestro campo.
El partido fue a tirones. Pocas veces ameno, muchas aburrido, pero interesante al final, con el irreal empate que llevó a una tanda de penalties donde se tiraron más de veinte para dilucidar el vencedor final del torneo veraniego. Entre risas festejosas e irónicas, celebramos ver a nuestro capitán, Koldo Garcés, subiendo al palco a recoger la Copa. Gestos que alumbran una imaginación que por fantasiosa resulta de lo más divertida.
La verdad es que el mejor momento fue el descanso, porque los bocatas que preparó I merecieron la pena. El resto del partido lo ocupamos en descubrir jugadores. Aún no hemos aprendido a distinguir los de la temporada pasada, cuando nos cambiaron la plantilla por completo, y ya tenemos que aprender alguno nuevo que no habíamos visto nunca.
El caso es que el Spórting se adelantó pronto gracias a un Diego Castro que parecía parsimonioso y más capaz que el resto. Por el Spórting, poco más, aunque manejaron el partido fácil y sin ambición. Bilic corría por aburrimiento, Gregory demostraba que es capaz de despejar más de cincuenta balones por partido y Juan Pablo se resignaba a aguantar al único espectador que no estaba de vacaciones. En la segunda parte, Lola Smiljanic, que creo que fue el que falló el último penalty, se movía como si estuviera jugando al minigolf, y Lora y Rivera parecían hermanos gemelos. El último demostró porque en su día fue un proyecto de jugador desequilibrante. Cuéllar, por último, no quería tirar el penalty, pero cuando al final lo hizo, lo marcó con una clase que asusta.
Por el Barakaldo, lo dicho, que apenas conocíamos a los jugadores. Por lo vistoso de su cabellera, destacó un meritorio, Urdangarín, que a unos les recordaba a Puyol y a otros a Coloccini. El francés Nakache, o como se escriba, dio buenas sensaciones. Julen Goñi lo intentó en vano. Sergio Martín dio la sensación de potencia pero no solo en la punta, como jugó. El rápido volante al que no reconocíamos y que tuvo una buena oportunidad de gol gracias a su velocidad debía ser Aimar Gulín, del que se espera mucho. Uranga volvió al lateral y fue resolutivo. Metola estuvo un poco torpe, pero es alto de narices. Negredo se apuntó tres penalties, lo que iguala casi su registro goleador de la temporada pasada e invita a tener aún un poco de esperanza en su rendimiento. Si Eriz Moncayo era el lateral pequeñito y delgado que se fajó como un soldado en primera línea, bien, si no, otro que no sé como se llama. Jon Ander se tragó una, pero demostró su carácter y su salto felino y solo cabría destacar que se acabó jugando con tres juveniles, Urko, Andoni y Sergio Castillo, si entendí bien sus nombres.
Punto. Cometarios jocosos, halagos al bocata de lomo con pimientos y 40 euros que aportamos a la taquilla y que espero que sirvan a la economía del club. Poco más que decir. Ah, sí, qué emoción al ver a los veteranos aficionados buscar con nerviosísmo a Enrique Castro "Quini" en el banquillo.

lunes, 26 de julio de 2010

Raúl González Blanco


Ni Joseba Etxeberria, ni Guardiola, ni Fran, ni Djukic, ni Bebeto, ni Laudrup, ni Mauro Silva, ni Julen Guerrero, ni Stoitchkov, ni Koeman, ni Zamorano, ni Suker, ni Polster... ni Raúl González Blanco. Como pasa el tiempo, uno se siente viejo de cojones. Parecía que nunca iba a llegar. Como dice Maxwell, yo tampoco veía a Raúl retirándose en un equipo que no fuera el Real Madrid. Aunque no se retire aún, se va a hacer rarísimo una temporada, la del año que viene, sin leer los nombres de Joseba Etxeberria, Fran Yeste, Raúl González o Guti en los periódicos. Cómo pasa el tiempo, joder, es lo único que puedo pensar.
Como con la retirada de Julen Guerrero, la marcha de Raúl González parece confirmar algo que estaba muy claro, que ya no somos unos niños. Ni los jugadores, ni los aficionados. Ahora contamos batallitas, ahora nos acordamos del gol del aguanís y parece que fue en blanco y negro. Ahora entendemos a nuestros abuelos.
Se va a hacer raro verle jugar en Alemania y ver al Real Madrid sin el jugador que, probablemente, mejor haya representado los valores del club en los últimos 16 años. Yo, ajeno al sentimiento madridista, siempre le he valorado como un profesional que ha sabido mantener una línea de cordura y honestidad digna de elogio. Además, soy sensible a su talento, poco, o poco vistoso, pero efectivo y generoso. Sus números son incontestables: más de 700 partidos oficiales (550 en Liga) y más de 300 goles (228 en Liga). A un paso del récord de Torpedo aunque la diferencia de partidos sea significativa. 6 Ligas, 4 Supercopas de España, 3 Ligas de Campeones, 1 Supercopa de Europa y 2 Copas Intercontinentales. Sus logros individuales también relucen. El éxito de la selección, le llegó tarde. Por eso también, ahora, pasado el tiempo, se gana mi afecto: porque falló penalties, porque fue perdiendo velocidad, porque vivió con dignidad la época sin títulos pero con cifras del Real Madrid, porque vivió con naturalidad el éxito y el fracaso.
Tío, parece mentira, qué frescos están aún los días en los que Valdano le decía que disfrutara, y Riverita nos hacía reír a todos con sus gallos de adolescente sin haber dado el estirón, y las televisiones hacían reportajes sobre el barrio de San Cristóbal de Los Ángeles como si fuera una barriada chabolista brasileña. Los tiempos en que quedábamos los amigos, divididos en dos bandos, para ver los partidos llenos de rivalidad entre el Athletic y el Real Madrid, y casi siempre salíamos cabizbajos los primeros, cabreándonos con los otros a pesar de sus falsos esfuerzos por contener la euforia. Como si hubiera sido ayer recuerdo a E dando vueltas a la mesa del bar y gritando con los brazos en alto: "¡Vamos mi niño, vamos mi niño!"
Pues "mi niño" es ya un ex-jugador del Real Madrid que se ha ido hoy del club con 33 años y una sobriedad en concordancia con su carrera. Sin aspavientos, sin el aplauso de un Santiago Bernabéu lleno, Raúl ha dicho hasta pronto y, a mí, lo que más me duele es que ya no hay remedio, tú, o planto un pino, escribo un libro y tengo un hijo pronto, o se me retira Iker Muniain en un abrir y cerrar de ojos.
A ver si en Gelsenkirchen, la ciudad de las chimeneas, el madrileño tiene ocasión de besar muchas veces su anillo para alegría de los mineros de Felix Magath. El Real Madrid, y esta es una opinión muy personal, deberá buscar pronto un relevo para el siete porque el equipo necesitará siempre, dentro de este nuevo fútbol moderno resultadista y globalizado, un eslabón con la parte más emocional y romántica.

domingo, 25 de julio de 2010

Charlie Whiting


1: Hoy me he sorprendio a mí mismo viendo la salida de Formula 1 en el circuito de Hockenheim. Con un zurito en la mano, y compartiendo con otros tantos hombres el gesto del cuello, miraba hacia el techo del bar mientras unos coches con un diseño ridículo aceleraban de 0 a 100 en no sé cuántas milésimas de segundo o lo que sea. ¿Cuántas milésimas son 12 centímetros? De eso depende una pole, ¿no? Ni puta idea. Lo de los coches de carrera no es lo mío. Lo digo con todo el respeto del mundo, 67 vueltas a un circuito cerrado no me llaman la atención. Y lo digo con todo el respeto del mundo porque soy consciente de que soy capaz de tragarme los últimos 60 kilómetros de una etapa llana de la Vuelta al Tachira y eso tiene el mismo sentido. Pero así somos, y así os lo estoy contando.
2: Luego llego a casa y pregunto: ¿quién ha ganado al final? Me dicen que Fernando Alonso y segundo Massa, como tenía que ser. Y asiento como si entendiera la ironía, claro.
3: Abro internet, enredo entre las versiones digitales de los periódicos deportivos que fotografían a contador haciendo el número tres con los dedos de su mano y leo una noticia que dice que Ferrari ha sido sancionado por conducta antideportiva en relación con el adelanto de Fernando Alonso a Felipe Massa.
4: Busco un nombre para encabezar la entrada, porque no entiendo mucho de este deporte y me encuentro con el de Charlie Whiting (que, al principio, confundo con el escritor e historiador militar Charles Whiting), que creo que es como el Director de Carrera o el Delegado de Seguridad o algo así. Al menos, es alguien que ha participado en la decisión de la sanción.
5: ¿Y por qué quiero hacer una entrada sobre esto? Porque, desde la ignorancia supina que tengo sobre la Formula 1, no puede dejar de sonarme completamente chocante la siguiente declaración: "por presunta labor de equipo." Es decir, según explican los periódicos, que no he podido llegar a la fuente original, Ferrari ha sido sancionado con 100,000 euros, que no es broma, joder, por "presunta labor de equipo." No lo entiendo. ¿Ferrari no es un equipo? ¿Escuadra y equipo no vienen a ser prácticamente sinónimos? ¿Massa y Alonso no son compañeros? ¿No comparten equipo? ¿No pueden ayudarse? Ya digo que no juzgo, porque pongo por delante que ignoro los detalles sobre este deporte, pero no deja de sonarme paradójico que se le sancione a un equipo por "presunta labor de equipo." Será que no es así, claro, pero no lo entiendo del todo.

Adriano Malori


El joven italiano de la Lampre se llevó el farolillo rojo. Casi cuatro horas y media más que Alberto Contador ha necesitado para terminar el Tour, pero lo ha terminado. Y se ha terminado el Tour. Se ha terminado con varias cosas para comentar. Algunas positivas, otras negativas, algunas tendrán repercusión en el futuro, otras se olvidarán pronto. El Tour de los 100 años del Tourmalet se recordará por lo que muchos anuncian ya como un duelo generacional entre Alberto Contador y Andy Schleck. Quedará también como el broche, sin oro, a la carrera deportiva de Lance Armstrong. Quedará como el Tour de las caídas y los fallos mecánicos, y las patrañas, y los gestos y las opiniones y los debates sobre fair play. Quedará como el Tour de los culos al aire, los "banana hammock" (sí, los bañadores que tan famosos hizo Borat), la ropa interior amarilla etecé etecé. Quedarán muchas cosas, muchas las olvidaremos pronto. Quedará como un buen Tour para los franceses, seis victorias de etapa con cinco ganadores distintos y el mejor escalador de la general. Como la reinvención de un Cavendish que se mostró humano. Como el ejemplo extenuante y tenaz de Samuel Sánchez. La redención de Vinokourov, el poderoso silencio de Menchov, la bicicleta "sin" motor de Cancellara... Quedará el polvo del pavés. Quedará la cabeza de Renshaw. Quedará el arrebato de Barredo y Rui Costa aunque eso intentaremos olvidarlo porque se arrepintieron pronto. Recordaremos el día que un luxemburgués y un pinteño jugaron al mus sobre una bicicleta. Y, por ahora, lo recordaremos como un Tour sin dopaje, que no está nada mal. Quedarán muchas cosas, y Adriano Malori nunca olvidará que quedó el último.
En muchas etapas se han escuchado epítetos como histórico, legendario, épico. El Tour comenzó con una expectación exagerada, con mucha ilusión, y me da la sensación de que nos hemos empeñado todos con que sea así. Sinceramente, creo que habrá muchos Tours mejores que éste, pero no ha estado mal. Ahora, a esperar un par de meses y ver si la Vuelta, con la subida a Pal, el Xorret de Catí, Peña Cabarga, Cotobello, los Lagos y la Bola del Mundo un día antes de llegar a Madrid nos depara un buen espectáculo. Hablaremos de ello. Mientras tanto, enhorabuena a Alberto Contador por su enorme trabajo que aumenta el talento y por los demás protagonistas, con un saludo especial para Samu, por debilidad personal.

jueves, 22 de julio de 2010

Salvatore Commesso


Una envidia muuuy sana. Hoy va a ser un día grande, presiento, luego igual va y se queda en nada, pero no me importaría nada estar hoy en alguna de las curvas de los 18 kilómetros de subida del Tourmalet. Envidia sana y buenos recuerdos, tú: el Tour de 2003. Aquel en el que Haimar Zubeldia e Iban Mayo hicieron quinto y sexto para algarabía de la afición vasca. Siempre pegados a Ulrich y a un Armstrong impresionante. El Tour en el que Baden Cooke se llevó los puntos, Virenque la montaña, Menchov fue el mejor joven por delante de Astarloza, CSC el mejor equipo y Euskaltel el tercero y Armstrong, Ulrich y Vinokourov coparon el podio. Un Tour en el que Carlos Sastre ganó en la cima donde lo intentó este año, Mayo nos puso la piel de gallina en Alpe d'Huez, Petacchi se llevo cuatro, Hamilton se marcó una cabalgada impresionante camino de Bayona, Flecha triunfó en Toulouse y muchos otros ilustres se llevaron su etapa: Armstrong, Ulrich, Simoni, Knaven, Piil, Lastras, Virenque, Millar, Vinokourov y Jean Patrick Nazon sorprendió a todos en París. En aquel Tour de hace ya siete años, como pasa el tiempo, yo estaba en una de las últimas rampas de Luz Ardiden. Envidia sana, y grandes recuerdos. Nos sacaron en las noticias de Deia. Una foto horrorosa porque se veía toda mi calva mientras pintábamos en la carretera el nombre de Roberto Laiseka. Muchos recuerdos: levantarte por la mañana a más de 1500 metros de altura y no ver el valle porque estaba cubierto de nubes, ver la victoria de Gilberto Simoni en una estación invernal abandonada donde los alemanes aguantaban las pullas de los españoles, empezar a ver una caravana mágica de luces subir por un laberinto de eses ya casi de madrugada, Perico Delgado conduciendo su coche descapotable, las azafatas lanzando bollos de Le Boulanger, las latas de D, los cuarentones y su baño portable, los adolescentes franceses jugando a la petanca, la discoteca a casi dos mil metros de altura, los gritos de Alefigo (Allez Virenque), la verbena dos kilómetros más abajo, el tráfico de vuelta y nos bajábamos a jugar al fútbol mientras el autobús descendía a paso de burra, los tres yonkies, las camisetas, los pitos del coche auxiliar del euskaltel cuando todavía no habíamos ni cogido la autopista... Dios, aún están tan frescos. Y han pasado siete años. ¡Siete años! Y los recuerdos deportivos: los rumores de la escapada de Chavanel, la palpitación cuando gritaban ahí vienen, ahí vienen, y de la niebla salía Armstrong escoltado por dos motos con los ojos desencajados pero fijos en un punto que nadie más veía, el sudor de Ulrich, la mirada caída de Mayo cabalgando de pie, el caballito de Virenque, las dos ikurriñas en el manillar de Commesso, los susurros de aquel euskaltel, no puedo, no puedo, mientras le gritábamos todas las palabras de ánimo que podíamos, el olor del asfalto, el sonido de los piñones... Y después de siete años todo sigue tan fresco. Así que creo que hoy no podré evitar esa envidia sana de todos los años cuando llegan a los Pirineos. Sé que habrá otra vez. No sé cuándo, pero algún día volveré. Sea como sea. Mientras tanto, verlo por televisión ya es distinto, distinto porque sé cómo es en verdad, y aún tengo el recuerdo fresco de los nervios, de los puños prietos sobre la valla, de cómo gritaba sin saber por qué. Ya estoy nervioso, tú, y eso que aún no han dado ni la salida. Algo tendrá este deporte que, a pesar de todo, sigue ejerciendo una atracción magnética en tantos y tantos aficionados. Algún día quizás hablemos largo y tendido sobre ellos, hoy, soñemos con que Contador, Schleck, Samu y Menchov nos den espectáculo del bueno.
Posdata: por aclamación popular del único comentario que he tenido, que además fue protagonista y pertrechador, pongo el vídeo de la gran etapa de 2003 donde se ve una de nuestras pintadas:

lunes, 19 de julio de 2010

Kepa Acero


No suele ser el surf protagonista en este blog. Me gustan los Beach Boys y disfruté como un enano del concierto de Brian Wilson hace años, pero para de contar, y ya ves tú que triste bagaje. He silvado la canción de The Drums, eso sí, pero es significativo que lo único que sepa decir de surf haga referencia a grupos de música. Soy de la margen izquierda, nunca me dio por la tabla. Ni cuando veraneaba en Oriñón, realmente. Tenía un boogie. Un día se lo presté a G y D y nos las vimos putas para rescatarles cuando les arrastraban las mareas de la ría. A poco más, y se quedan con los mojojones en las rocas de Islares. Eso es todo. Pero hoy he leído lo que está haciendo Kepa Acero y me ha parecido muy interesante. Él mismo reconoce que se inspiró en el proyecto de los hermanos Pou, y llevo tiempo con la idea de escribir una entrada sobre ellos, pero, por una u otra razón, siempre lo dejo.
El caso es que el surfista de Algorta está llevando acabo un proyecto con el que pretende, según sus propias palabras, recuperar el espíritu romántico del surf de los 70, cuando los surfistas buscaban la ola perfecta alrededor del mundo. Acero pretende coger cinco olas en los cinco continentes y ya empezó su aventura hace un tiempo en Namibia, aunque se guarda el lugar exacto para que el turismo surfista no llegue al lugar. Después, siguió en Java, Indonesia, con una ola de 600 metros que le dejó secuelas en el traje de neopreno pero le dejó feliz y satisfecho. De aquí, marchará a Gnaralu, Australia, y luego a Chile, para terminar en casa, en Mundaka. El que fuera campeón de Europa junior, nunca fue amigo de la competición, pero esta aventura llena de conversaciones con pescadores autóctonos, viajes en autobús y barcazas, leyendas susurradas por amigos surfistas de todas las nacionalidades y los mapas del google earth le debe venir como anillo al dedo. Espero que su última ola en Mundaka, rubrique un viaje lleno de experiencias que probablemente superen lo meramente deportivo. Una forma de encarar la vida distinta y apasionante. Suerte. Por cierto, la aventura se puede seguir por internet, como no, muy cómodamente.

Alberto Iñurrategi


Mikel Zabalza, Juan Vallejo y Alberto Iñurrategi pusieron una pica en Flandes hace un par de días. En realidad, lo que hicieron fue poner un pie en la cima del Broad Peak, lo que comúnmente se conoce como hollar, pero han hecho historia así que no queda mal utilizar un lenguaje épico e histórico más propio de batallas decimonónicas. Lo que han conseguido es que, por primera vez en la historia del alpinismo, una expedición vasca abra una vía original. Si las hazañas de los Oiarzabal, Juanjo San Sebastián, Félix Iñurrategi, Edurne Pasaban y muchos otros ya habían ayudado a que el alpinismo tuviera su versión en euskera, el logro de estos tres bravos alpinistas le pone la guinda al pastel. Y no fue una aventura sencilla. Tardaron, por poner un ejemplo, 10 horas en recorrer los últimos 300 metros, y necesitaron otras dos para cubrir la explanada de la cima. Necesitaron cinco horas para superar 50 metros de desnivel. La nieve les cubría hasta la cintura y tuvieron que bajar a base de rápeles. Pero eso no era suficiente para un Alberto Iñurrategi que, conseguidos los 14 ocho miles, sigue poniéndose retos que no hacen más que engrandecer su figura como deportista y la épica de este deporte. Sin comer ni beber, sin apenas dormir, sin la compañía de Vallejo y Zabalza, Alberto hizo otras dos cumbres por distintas vías a la misma montaña, una de ellas, de nuevo, de más de ocho mil metros. Según cuenta Fernando J. Pérez, su ritmo era más fuerte que el de alpinistas descansados, bien comidos y bien bebidos. No me puedo imaginar la satisfacción que sentiría cuando regresó al campo base. No me la puedo imaginar, porque quizá no le diera tiempo ni a sentirla. El cansancio le obligará a que pasen unos días para que reconozca la osadía y el valor de su aventura. Sin duda alguna, un aplauso para los tres montañeros.

sábado, 17 de julio de 2010

Michel de Notre-Dame


Más conocido como Nostradamus. Allá como hace casi 500 años, el bueno de Nostradamus se puso a profetizar y aventurar cómo sería el futuro. Ya sabéis, en 2012 se acaba el mundo según él y los mayas como ya sufrió John Cusack por adelantado. Entonces, si se cumple, quiero decir, no podremos vivir el Mundial de fútbol de 2014, pero hay algunos que no son capaces de quedarse sentados a esperar y ya empiezan a hacer cábalas. Cuando aún quedan los rescoldos de los festejos del gol de Andrés Iniesta y se suceden los comentarios sobre el beso definitivo, la humildad vacacional del mago manchego o los debates estériles sobre el catalanismo o el no catalanismo, ya hay quien se divierte jugando a averiguar si la selección española será capaz de repetir éxito en Brasil dentro de cuatro años. En cuatro años, te da tiempo a casarse, tener un hijo, cambiar de casa y dos veces de móvil, una de coche y varias de grupo favorito, pero da igual. Y saco esto a la palestra porque trasteando esta noche por la red, me ha hecho gracia encontrarme un blog anglosajón en el que, en la lengua de David Beckham, elucubraban sobre el plantel de la selección para el próximo mundial y vaticinaban que el estilo futbolístico sería el mismo y las probabilidades de triunfo final igual de altas. Según esta web, quedarían fuera jugadores como Marchena, Puyol o Capdevila pero aún presumen que jugadores como Villa, Xavi, Casillas, Xabi Alonso, Piqué o Sergio Ramos entrarían dentro de la selección. Incluso se atreven a decir que 2014 sería el momento adecuado para que Pepe Reina tomase el relevo de Casillas. Calculan, también, que Cesc Fabregas, Fernando Torres, Iniesta, Busquets y Albiol seguirán teniendo protagonismo. Pero lo curioso viene en los nombres que proponen como relevo generacional, y es que a los evidentes porque ya estaban como Javi Martínez, Pedro, Navas, David Silva o Mata, esta web considera que habrá nuevos jugadores con gran potencial que tomaran el relevo de los ya campeones del Mundo, y señalan a David de Gea, César Azpilicueta, Nacho Monreal, Mikel San José, Álvaro Domínguez, Fran Mérida, Ander Herrera, Diego Capel, Sergio Canales, Álvaro Negredo, Roberto Soldado e Iker Muniain. El análisis no es muy atrevido, probablemente acertado, pero lo que más me ha sorprendido es el análisis tan exhaustivo (y la precocidad) del fútbol español en cuatro años vistas. La web incluso se atreve a proporcionar un once para Brasil con Pepe Reina, Sergio Ramos, Piqué, Albiol, Monreal, Navas, Fabregas, Busquets, Iniesta, Muniain y Fernando Torres. Con De Gea, Azpilicueta, San José, Canales, David Silva, Fernando Llorente y Pedro en el banquillo. Aquí no coincido mucho, pero bueno, como juego no está mal. No sé qué escribiría Nostradamus sobre todo esto, pero resulta divertido ver cómo seguimos huyendo hacia adelante, que, por otra parte, no deja de ser la mejor dirección para huír, ¿no?

jueves, 15 de julio de 2010

Arsenio Iglesias


Cerquita de Arteixo he estado, en la tierra de los azuis del Cire Melide. No sabía como encabezar la entrada, así que he optado por el nombre de un ilustre gallego, el zorro de Arteixo que tan buen ejemplo dio en su profesión. Probablemente, el personaje más famoso de la villa coruñesa tras el self-made man que fundó Zara. Así que estando en tierras gallegas, me he dedicado a comer pulpos que no se llamaban Paul y he descuidado un poco este blog. Y mira que han pasado cosas, empezando por una Copa del Mundo, por un Tour emocionante y repleto de cosas que comentar, múltiples cambios de cromos en las ligas de fútbol y baloncesto que habitualmente seguimos en este blog, cumbres que se han hollado, carreras que se han corrido y muchas otras cosas que no me ha dado tiempo a comentar. Desde Iker Casillas y Sara Carbonero hasta la otra pareja del momento, Andy Schleck y Alberto Contador, muchos otros nombres tan rutilantes como los de Lance Armstrong, Greg Lemond, Rudy Fernández, Javier Gómez Noya, Maxi López, Timofey Mozgov, Miguel Madariaga o Javi Salgado podrían haber encabezado otras tantas entradas. Pero nada, no ha habido tiempo para más, el pulpo, el ribeiro, el opel astra y otras ocupaciones no me han dado tiempo para más. A finales de mes, probablemente, me tomaré otro respiro, mientras tanto, intentaré que en las próximas semanas podamos comentar todo lo que ha pasado y está por pasar, empezando por las inquietantes noticias que ha dado Miguel Madariaga hoy. Pero ya hablaremos. Por ahora, cuelgo la foto de don Arsenio y a otra cosa mariposa que decía un entomólogo.

jueves, 8 de julio de 2010

Dan Gilbert


Bueno, pues ya está. En directo, por televisión, LeBron James anunció que su próximo equipo será Miami Heat. Así que sí, Dwayne Wade, Chris Bosh y LeBron James jugarán juntos la temporada que viene, y, en principio, cuatro más. Para aligerar el límite salarial, Pat Riley anduvo rápido y mandó a Michael Beasley gratis a los Wolves que, si a Beasley le funciona el coco, y con Love, Ellington, Webster, Pekovic, Bjelica, Jonny Flynn, Wesley Johnson y Ricky Rubio cuando quiera, puede ser un gran equipo de futuro. Por el sureste, sin embargo, los Heat de Riley, solo tienen a un jugador con contrato Mario Chalmers, al que pretendían los Blazers en un trueque con Rudy. Cuando firmen a los tres mosqueteros, quedará que "D'Artagnan" Riley construya un equipo a base de mínimos salariales, digo yo. Ya suenan Earl Watson, Mike James, Kenyon Dooling o Jason Williams para el puesto de base y Mike Miller debe ser uno de los objetivos del bolsillo sin fondo de Pat Riley. Veteranos como Haslem, Arroyo, Quentin Richardson, Magloire o Yakhouba Diawara probablemente tengan que buscarse equipo.
Y cúal es la otra cara de la moneda, pues ésa, sí, la de los Cavs. Luego cuelgo abajo el video, en Cleveland quemaron camisetas de LeBron mientras en Miami cuatro gatos saltaban frente a una pantalla gigante instalada en la calle para ver el programa del siglo. El propietario de los Cavs, aquel joven estudiante de primero de derecho que se montó una empresa con sus colegas y llegó a estar entre los 400 de Forbes, otro self-made man para la historia del sueño americano, Dan Gilbert se ha agarrado una pataleta de las que hacen historia. Su carta a los fans de Cleveland anda ya recorriendo todo el mundo. Empieza bien, con cierta razón, criticando las maneras que ha elegido LeBron (pero me pregunto que habría opinado si la decisión hubiera sido otra) y después ya se ceba con comentarios dramáticos sobre la traición, la fidelidad y yo que sé qué más cosas que también se deben poder prestar, como hace él con el dinero. Shaun Powell en la página web de la NBA le ha puesto a caldo sin mesura y sin darse cuenta de que él ha entrado en un juego parecidamente ridículo aunque con mejores formas. Aquí todos parecen estar en su sitio, ocupando el lugar que les compete en este espectáculo de malabares. Pero lo que ha quedado de la carta de Gilbert es sobre todo un párrafo sentencioso que avivará las ansias revanchistas e irracionalmente emotivas de los aficionados de Ohio, tal y como se propone Gilbert en su carta:

"I PERSONALLY GUARANTEE THAT THE CLEVELAND CAVALIERS WILL WIN AN NBA CHAMPIONSHIP BEFORE THE SELF-TITLED FORMER 'KING' WINS ONE"

En mayúsculas y negrita, sí, y os lo traduzco:

"Personalmente os garantizo que Cleveland Cavaliers ganará un anillo de campeón de la NBA antes de que el autonombrado antiguo Rey gane uno."

Ya está servido el espectáculo y seguro que Stern se frota las manos. Pero yo voy a lanzar un pronóstico: los Heat no ganarán la NBA. Y si me equivoco, que no sería difícil, me defenderé con otro: bueno, vale, han ganado uno, pero ya verás como no ganan más.

LeBron James


Dicen los expertos que este era el verano más esperado de la historia de la NBA. Se comenta que los extraños movimientos que muchos equipos hicieron en veranos pasados, tenían un solo objetivo: los límites salariales para este año. Y es que, sobre el papel, los jugadores que podían entrar en traspasos durante este verano era para asustar a cualquiera: LeBron James, Dwayne Wade, Chris Bosh, Amar'e Stoudamire, Joe Johnson, Dirk Nowitzki, Carlos Boozer, Paul Pierce, Ray Allen, Shaquille O'Neal, Kenyon Martin, Zydrunas Ilgauskas, Yao Ming, Derek Fisher, Michael Redd, Peja Stojakovic, Allen Iverson, Richard Jefferson, Mike Miller o Kyle Korver entre otros. Prácticamente, todas las estrellas menos Kobe Bryant, Kevin Garnett, Dwight Howard, Chris Paul, Tim Duncan, Tony Parker o Carmelo Anthony. Aunque este último ha aparecido en la rumorología. Y la rumorología ha apuntado casi siempre a los mismos equipos, los Nets rusos, los Cavaliers desesperados, los Knicks a lo loco, los Bulls con prisas o los Clippers sin rumbo. La tendencia está llevando a todos estos jugadores a renovar con sus equipos, parece que ya lo han hecho Dwayne Wade, Dirk Nowitzki, Paul Pierce, Ray Allen, Yao Ming, Kenyon Martin o Peja Stojakovic. Y es que, al final, muchas veces todos estos movimientos no son más que maniobras en busca de mejoras de contrato.
Sin embargo, el epicentro de este terremoto de rumores se producirá a lo largo del día de hoy, mientras los americanos cuentan las horas para que a las tres de la madrugada de nuestro reloj el jugador más poderoso físicamente, LeBron James anuncie a bombo y platillo, en directo y con toda la parafernalia digna de su figura y del dinero que produce, el equipo que ha conseguido camelarlo al final. Serán los petrodolares de los Nets, el sentimentalismo de los Cavs, la sombra de Jordan en Chicago, una campaña de apareamiento comercial sin precedentes orquestada por los Knicks o la locura de un equipo en Florida que, según los últimos rumores, pretende reunir a Bosh, Wade y James en un equipo que jugará bajo el patrocinio de Florentino Pérez y con tres balones por partido. ¿Quién será? ¿Qué será? Redoble de tambores... ¡Mañana lo sabremos y el mundo seguirá girando después de aguantar la respiración durante unos segundos!
Mientras tanto, los Lakers esperan tomándose una cerveza en la terraza con los pies sobre la mesa. Los Celtics repiten proyecto y van pasando los años y muchos secundarios como Rudy, Miller, Korver, Fisher o los Thomas esperan para poner la puntilla a plantillas que parecen buscar rizar el rizo sin mantener los pies en el suelo.
Para terminar, una reflexión. En el año de la crisis mundial que parecía hacer temblar la economía liberal, y luego parecía terminar de golpe y ahora parece prolongarse sin fecha de caducidad, ¿qué podríamos hacer con las primas de los jugadores de fútbol del Mundial y con los contratos que todos esos jugadores se van a poner a firmar en las próximas semanas? No quiero caer en un debate fallido y manido, pero no deja de retumbar en el fondo una vocecilla que repite esa pregunta una y otra vez. En fin, será que me hago mayor. Y, por cierto, en Septiembre llega el Mundial y todos esos jugadores estarán tostándose en la playa. Será el Mundial de las bajas, pero, muy probablemente, será el Mundial de las nuevas figuras, y eso es de agradecer.
Ya vale por hoy, que creo que llevo ya tres entradas de golpe. A seguir sudando con este maldito calor. Salud.

Amets Txurruka


Ya han pasado los primeros y tan temidos días del Tour. El pavés dejó a Franck Schleck en el suelo y un buen puñado de imágenes polvorosas en las que Contador se mostró sufridor, Cancellara impresionante y Armstrong veterano y tozudo. Sin embargo, la mala noticia ha sido la retirada forzosa de Amets Txurruka. El bravo corredor del Euskaltel-Euskadi, el corredor más ligero del pelotón, coleccionó caída tras caída hasta que una le rompió la clavícula que ya se había roto esta misma temporada. Una verdadera lástima para los de Igor González de Galdeano y también para el espectáculo del Tour. Con cuatro etapas en los Pirineos, Txurruka tenía reservado su espacio para los ataques con su particular manera de bailar sobre la bicicleta. No queda más que animarle porque se le echará de menos, pero seguro que el porfiado corredor de Etxebarria se recupera para dar espectáculo en la Vuelta. Hoy el que ha volado ha sido Cavendish cogiéndole el relevo a Petacchi. Mañana, cuatro puertos de cuarta categoría para animar a los valientes como José Iván Gutiérrez que no ha tenido suerte hoy. Y el sábado, más piernas para romper. Un poco de ciclismo entre tanto fútbol no nos vendrá mal.

Carles Puyol


Vaya testarazo. Enhorabuena a la selección de España por su magnífico partido ayer. Enhorabuena a Vicente del Bosque por su acertada apuesta por Pedro que abandonó el campo como solo lo pueden hacer los campeones, sin estar contento del todo por fallar una jugada de gol. Espero que se le olvidara, aunque no lo creo, cuando el árbitro pito el final. España está realizando, probablemente, el mejor juego del Mundial, por lo poco que he visto, y se merece el triunfo final, aunque los holandeses cuentan que tampoco están jugando mal. Pero merecer no es ganar, para eso hay que meter un gol más que el rival y Puyol lo consiguió ayer con un perfecto testarazo. Uno por uno los jugadores hicieron una labor encomiable, en el medio del campo y en la defensa. Digno de elogio también el esfuerzo de los alemanes, que no pudieron (casi que ni quisieron) disfrutar de la pelota, pero da gusto ver el trabajo de Schweistinger o como se escriba. Y no se puede olvidar en este momento, unas palabras de recordatorio para todo el trabajo de los entrenadores de cantera de la selección española, los que están y los que no están, los Iñaki Sáez, López Caro, Meléndez, Milla, Karanka... y muchos otros por la cantidad de jugadores que han ido subiendo peldaños hasta llegar a la final de un Mundial. Sin duda, esta sea la mejor generación de futbolistas de la historia del fútbol español. A ver si son capaces de rubricarlo ante los Robben, Sneijder, Van Persie, Kuijt, Van der Wiel y compañía. Por cierto, ¿cuántas conversaciones y reflexiones sobre la identidad habéis oído a vuestro alrededor en los últimos días?

viernes, 2 de julio de 2010

Alphonse Steinés


Bien, esta historia se oirá mil veces este año, pero bueno, no puedo empezar de otra forma mi entrada sobre el Tour de Francia 2010. Y es que cuentan que hace exactamente 100 años, el por entonces patrón del Tour, Henri Desgrange, que será homenajeado este año, decidió enviar a Alphonso Steinés en busca de nuevos retos para la carrera. Y Steinés se fue hasta el Tourmalet, que por entonces era poco más que una ruta pedregosa que buscaba acercar a la gente a los balnearios. Cuentan que Steinés subió en coche, con su chófer, hasta que quedaban cuatro kilómetros para la cima. Entonces, ya impracticable el camino, Steinés se bajó y empezó a subir a pie. No apareció hasta medio día después, casi congelado. Aún así, puso un cable desde la oficina de telégrafos con un escueto mensaje que ha pasado a la historia: Atravesado Tourmalet. Muy buena ruta. Perfectamente practicable. Su mentira animó a Desgrange a incluir la cima en la cita de aquel mismo año. Y entonces le tocó a Octave Lapize pasar a la historia. El corredor francés, que moriría 7 años después como consecuencia de las heridas sufridas al ser abatido en un combate aéreo durante la Primera Guerra Mundial, ganó aquella edición del Tour y fue el primero en la cima inédita del Tourmalet. Cuando llegaba, hizo historia con otras palabras: "asesinos, son ustedes unos asesinos."
La foto de Lapize y los nombres de Steinés y Desgrange los oirés durante las próximas tres semanas más de una vez, y es que este sábado comienza la 97ª edición del Tour de Francia. Viente etapas con una solo crono larga, sin contrarreloj por equipos y un prólogo de aperitivo mañana. La ruta invita a pensar en una auténtica batalla si los ciclistas acompañan. Contador parte con ventaja por el protagonismo de las cuestas, especialmente las de los Pirineos, pero tendrá muchas emboscadas a lo largo de un recorrido que puede dejar nuevas hazañas para los libros de historia.

Y es que el Tour empieza mañana con nueve kilómetros en Holanda para piernas de esforzados rodadores pero no habrá que esperar mucho para ver espectáculo. Ya en la segunda etapa, la que termina en Spa, un recorrido mezcla de Lieja-Bastogne-Lieja y Flecha Valona puede hacer que un pequeño grupo se presente en la ciudad de las motos. Pero al día siguiente queda lo mejor. Y es que la llegada a Arenberg, con 13 kilómetros de adoquín puede ser una auténtica escabechina en palabras del propio Armstrong. Alguno perderá el Tour aquí. En la octava etapa, llega Morzine. En la novena, tras la primera jornada de descanso, llega la etapa reina de los Alpes, con la Colombiere y La Madeleine a 30 km de meta. Al día siguiente, llegamos a una meta histórica del Tour, Gap, con un momento para recordar, el Col du Noyer, aquel en el que, en el descenso, Armstrong se fue a recoger amapolas y Beloki nos dejó con el corazón en un puño mientras le veíamos llorar sobre el ardiente asfalto. Y en la 12, se llega a Mende, en una etapa rompepiernas con un final difícil que ahora lleva el nombre de un grande, Laurent Jalabert. Y entramos en el momento más importante, las cuatro etapas consecutivas en Pirineos. Para empezar, la 14ª que termina en Ax 3 Domaines tras subir antes el fuera de categoria de Pailheres. Al día siguiente, se llega a Bagneres-de-Luchon, con el fuera de categoría de Port de Balès a 21 km, pero 21 km de peligrosísimo descenso donde se anuncian caídas y descensos a tumba abierta. La siguiente, primera visita a Tourmalet en homenaje al día que Merckx hizo historia, con Peyresourde y d'Aspin al comienzo, el Tourmalet luego y un final en otra meta histórica, incluso para el ciclismo vasco, Pau. Y la última, la decisiva, con llegada a los 2115 km de altura del Tourmalet después de pasar Marie-Blanque y Soulor. Perico Delgado tendrá muchos minutos de gloria durante la retrasmisión de estas etapas. Y ya no queda nada, solo la única contrarreloj larga, 52 km en Pauillac el día antes de llegar a los Campos Elíseos.

Esto por una parte. Por la otra, los protagonistas. Y es que no serán pocos los ciclistas que contarán con protagonismo durante estas tres semanas. Astaná, llega con el gran favorito, Contador, bien secundado por Tiralongo, Vinokourov y su escolta española, Navarro, De la Fuente, Noval y Jesús Hernández. El Saxo Bank, antes de desaparecer y tiembla Bjarne Riis con el nuevo equipo luxemburgués que se anuncia para el año que viene, será uno de los grandes rivales del corredor de Pinto (para otros, de Barcarrota) con los Schleck, Cancellara, Fuglsang, Voigt y Sorensen. El tercero en discordia, los veteranos de Armstrong, el Radioshack de los Kloden, Leipheimer, Horner, Popovych o Brajkovic, favoritos para la clasificación final por equipos. El Sky de Yates con la sorpresa del año que pasado, Wiggins, más Hagen para los sprint y Flecha y Gerrans para las cabalgadas. El Liquigas con la incógnita de Basso, por veterano, y Kreuzinger, por joven. El Garmin con Farrar para los esprints, Millar para el prólogo y el maillot de líder, Vandevelde, Hesjedal, Zabriskie y sobre todo Van Summeren para la general. La FDJ con el joven Roux y los experimentados Le Mevel, Di Gregorio y Casar. En el Katusha debuta a sus 30 años casi, parece mentira, Joaquim Rodríguez. Junto a él otros dos veteranos, McEwen y Karpets para distintas cosas y Brutt para todo. En el Ag2r, varios favoritos para las sorpresas y escapadas, Nicolas Roche, Nocentini, Gadret, Elmiger o Lelay, poco conocido. El Cerveló con el gran Sastre que me temo no tendrá muchas oportunidades, más otro veterano Hushovd y Gustov o Florencio más Konovalovas para las llegadas al esprint. El Omega Pharma tendrá a Van den Broeck para la general, Dani Moreno para la montaña e intentará destacar en Bélgica con Roelandts, Aerts o Lloyd. Lo mismo que el Quick Step con sus belgas más los protagonistas de siempre, Chavanel, Barredo y Pineau. El Columbia con el de siempre para ponerse a casi 100 km por hora, Cavendish, Tony Martin para el prólogo y Monfort y Rogers para la general. El BMC con Evans, Burghardt, Hincapie o Kroon, más un Ballan que tras dos meses de vacaciones forzadas, fue exculpado de las acusaciones y volverá con rabia. El Milram destacará con Ciolek para el esprint y Gerdemann, Frohlinger y Wegmann para distintas aventuras. El Bouygues Telecom de Didier Rous tendrá al japonés de turno para los periodistas, más los de siempre, Voeckler, Fedrigo, Vogondy y Rolland. Caisse d'Epargne, ya lo sabe todo el mundo, sin Valverde, se la jugará con los de los nombres compuestos, Luis León, José Joaquín y José Iván serán los protagonistas, más el veteranísimo Moreau. Cofidis, con Taaramae, Moinard o Dumoulin. Rabobank con dos ases en la manga, Menchov y Gesink, más los talentosos Boom, Freire y Juanma Gárate. El Lampre del impredecible Cunego, más el joven Spilak y su cuadrilla para el esprint con Petacchi, Bole, Lorenzetto y Hondo. El Footon de Matxin, que nunca se rinde, con la esperanza Capecchi más tres vascos bregadores como Aitor Pérez Arrieta, Iban Mayoz y Arkaitz Durán.

Para el final, el Euskaltel. La buena mano de los hermanos González de Galdeano ha dejado un puñado de victorias ilusionantes al principio de temporada. Pero a parte de las victorias, destaca la capacidad de lucha y la presencia en carretera del equipo. Sin duda, este año el equipo se presenta con el mismo espíritu. Apuesto a que Rubén Pérez, Alan Pérez, Txurruka, Verdugo y Egoi Martínez pasarán más tiempo en escapadas que en el pelotón. Quizás este sea, por fin, el año de Egoi, y que no se cruce con Gerrans, por favor. Velasco e Isasi trabajarán para Samuel Sánchez y Oroz seguro que tiene oportunidad de mostrar su clase como rodador. Sinceramente, si Bélgica se pasa bien, creo que Samuel puede estar entre los diez primeros y eso sería un gran éxito. La etapa de Luchon puede ser su gran oportunidad para darle la victoria al equipo, que parte, según han confesado, con ese objetivo. Ojalá se consiga y ojalá veamos un buen espectáculo de ciclismo. Los aficionados se reunirán a lo largo del todo recorrido, pero especialmente en Pirineos, con un Tourmalet que seguro que deja imágenes grandiosas para los aficionados al ciclismo. Yo solo deseo que ninguna noticia ajena al puro deporte manche esta edición, que disfrutemos con las pedaladas de los corredores y que los lectores de este blog no me manden a tomar por ... cuando vean lo larga que es esta entrada. Pensad que más me ha costado a mí escribirla, son casi las cinco y la tormenta que se acaba de desatar me está diciendo que es mejor dejarlo aquí. Por cierto, voy a hacer la misma porra que hice con la Vuelta al País Vasco, esperemos que participe más gente, que, aunque no hay premio, no cuesta nada, ostias.