miércoles, 20 de febrero de 2019

Markel Irizar



Vamos a hacerlo rápido y al grano, lo siento. 

Se despide Markel Irizar. O anuncia su despedida. Tendrá lugar durante la celebración de la Klasika de Donostia cuando llegue su momento, allá por agosto. Es lo mismo que hizo otro compañero suyo de generación y vecino de tierra, Haimar Zubeldia. Se despedirá en casa, delante de la afición, poniendo punto y final a 16 temporadas como profesional. Tres lustros de carrera en los que ha vestido tres maillots, los de Trek-Segafredo, RadioShack y el Euskaltel-Euskadi con los que comenzó allá por 2004. Llegó a vestir de naranja dos años después de superar un cáncer de testículo cuando aún era amateur y una promesa en ciernes del ciclismo vasco. Lo superó y esa experiencia le ha acompañado en su carrera deportiva, aprovechando la misma para mostrarse cercano y motivador cuando otros deportistas profesionales y los que no lo son pasaron por el mismo trago. En lo deportivo, sus decieciséis años como profesional no serán recordados por la visibilidad e impacto de sus triunfos, ya que apenas relucen en su palmarés dos victorias, a expensas de que quizás este año se retire con alguna otra alegría. En 2010 ganó una etapa del Tour de Poitou-Charentes y al año siguiente sorprendió llevándose la general de la Vuelta a Andalucía. El resto de su legado en el ciclismo profesional es de los que se aprecian por auténtica afición. Su trabajo de equipo, su labor como gregario, su dedicación a lo invisible pero importante en cualquier éxito colectivo le acompañarán siempre cuando sea recordado entre aquellos que siguieron con atención el ciclismo profesional de su época. Hay otro dato que también sustentará la relevancia de su carrera deportiva, ya que no todo es ganar, si no también participar. Ahí destacarán sus 20 grandes vueltas disputadas, a la espera de esta temporada, cuatro Giros, donde su mejor puesto fue el 68º, seis Tours de Francia, donde su mejor puesto fue el 63º y diez vueltas, donde su mejor puesto fue el 86º. También ha corrido 22 monumentos, nombre que reciben el conjunto de las cinco clásicas más importantes y con más prestigio del calendario, destacando entre ellas la París-Roubaix y el Tour de Flandes. A Fabian Cancellare le ayudó a ganarlas. Para los que se fijan en laureles y titulares, no les valdrá con esto. Para los que saben que el ciclismo es algo más que un deporte individual, que no todo en el profesionalismo es levantar los brazos, todos estos argumentos serán de peso para aplaudir la carrera deportiva de un corredor que se retirará a los 39 años habiendo cumplido su gran objetivo deportivo: tener una larga carrera profesional. 

Es, de alguna manera, también, la formalización del final de una generación ciclista en Euskadi. Si nos fijamos en aquella plantilla de 2004 en la que Markel Irizar vistió el naranja de Euskaltel-Euskadi, nos encontramos a Samuel Sánchez, Iban Mayo, Haimar Zubeldia, Igor Antón, Roberto Laiseka, Egoi Martínez o David Etxebarria. Todos ellos, de alguna manera, marcaron el pelotón vasco en estos comienzos del siglo XXI. Tras la retirada el año pasado de Haimar Zubeldia, la de Igor Antón al finalizar la última temporada y la que sucederá en agosto en Donostia de Markel Irizar, ya no quedará nadie. Habrá que dar paso a otros. 

Y, precisamente, aprovechamos esta entrada para resumir y aplaudir el buen comienzo que ha tenido el ciclismo vasco en esta temporada, y que va más allá de los puestos de honor, el pundonor por conseguirlos o la simple constatación de su participación en pruebas internacionales, porque se ha empezado el año con triunfos, números, puntos en la estadística. A día de hoy, ya han levantado los brazos Pello Bilbao, Ion Izagirre y Gorka Izagirre. El mayor de los hermanos Izagirre, y último de esta lista, se llevó la general final del Tour de la Provence, en Francia, por delante de Simon Clarke y Tony Gallopin, a quienes arrebató la victoria final por los pelos y, como él dijo, tras una última etapa estresante. Por cierto, en esa carrera también se estrenó, con el maillot del Movistar, Eduard Prades, catalán con pasado en el pelotón vasco en Caja Rural y más recientemente en Euskadi-Murias Taldea, con quienes se salió y consiguió los éxitos que le llevaron a firmar un nuevo contracto World Tour. Prades se llevó una victoria parcial en un meritorio sprint contra gente de calidad. El pequeño de los Izagirre, y segundo en la lista, Ion, triunfó también en otra general, en este caso la Vuelta a Valencia, donde destronó a Alejandro Valverde y al tercero de la lista, Pello Bilbao. Este último se estrenó en Murcia, donde ganó la primera etapa por delante de otro vasco y compañero de equipo, Omar Fraile. Otro compañero, Luis León Sánchez, ganaría la segunda por delante de Alejandro Valverde, llevándose una general donde Pello Bilbao sería tercero, igual que en Valencia. No es mal botín para este comienzo de temporada. Podríamos atestiguar el buen comienzo proponiendo otros nombres, como los del ya mencionado Omar Fraile (5º en la general de Murcia y 2ª en la primera etapa), Óscar Rodríguez (9º en la general de Murcia y 6ª en la segunda etapa) o Mikel Aristi (6º en la 1º etapa del Tour de Omán y 3º en la 3ª etapa de la Estrella de Besseges). Veremos si el resto de la temporada camina por los mismos derroteros y otros corredores se suman al festival de triunfos y puestos de honor del ciclismo vasco. Solemos pedir menos, pero tampoco está mal disfrutar esto de vez en cuando.